Una de mis obsesiones desde que empecé Vivir al Máximo ha sido crear una comunidad. No quería que el blog se limitase a mis artículos semanales y a la sección de comentarios, sino que pretendía ir mucho más allá: deseaba organizar eventos en vivo, conocer a mis lectores en persona y, sobre todo, que se conociesen ellos entre sí, porque estaba seguro de que de ahí iban a surgir buenas amistades y colaboraciones interesantes.
Lo que primero que intenté fue crear un foro, pero nunca llegó a funcionar. Tenía muy pocos usuarios y la participación era bajísima. Eso me sirvió para darme cuenta de que la mayoría de la gente ya está suficientemente saturada con redes sociales, foros y demás como para hacerles visitar regularmente una nueva página. Teniendo esto en cuenta, lo que hice fue cambiar de estrategia y reunir a mis lectores en un lugar que ya frecuentan a diario: Facebook. Creé un grupo secreto al que bauticé como el «Círculo Interno de Vivir al Máximo» y fui invitando únicamente a aquellos lectores que consideraba que representaban el espíritu y la filosofía del blog.
Esta vez di en el clavo. El grupo se convirtió en un espacio en el que podías comunicarte con otras personas que pensaban como tú y que no te consideraban loco por tener unas ideas distintas a las de la mayoría, y desde su creación se escriben en él decenas de mensajes cada día. ¡Todavía recuerdo cuando a una chica la echaron de su trabajo, lo compartió en el Círculo y recibió todo tipo de felicitaciones!
Un mes más tarde hice un tour por España para conocer cara a cara a mis lectores, y ahí fue realmente cuando «explotó» la comunidad VAM. Invité a muchas de las personas con las que me encontré al grupo privado, que poco a poco fue creciendo hasta los más de 250 miembros con los que cuenta actualmente, y algunos de ellos empezaron a reunirse y a colaborar entre ellos por su cuenta.
Hasta que no consiga que dos de mis lectores se casen, me inviten a su boda y llamen Ángel a su primer hijo no consideraré que he logrado mi objetivo, pero pienso que de momento voy por buen camino porque ya son varias las personas que me han escrito para darme las gracias porque el grupo de Vivir al Máximo les ha ayudado mucho.
Una de esas personas es Jesús, un chico al que conocí en la primera quedada que organicé en Madrid y que montó una startup con otro lector que conoció ese día. Le pregunté si podía escribir un post contando su experiencia y me dijo que no había ningún problema, así que hoy tengo el placer de inaugurar la sección de «Historias de los lectores» con su artículo.
Espero que sea el primero de muchos más casos de éxito dentro de la comunidad VAM y que las historias de Jesús y otros lectores te gusten tanto como me ha gustado a mí esta.
Sin más dilación, te dejo con Jesús. Si tienes cualquier pregunta para él no olvides dejar un comentario.
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Hace unos años elegí un camino un tanto atípico para la sociedad en la que vivimos. Estudié teleco en la UPM y estuve trabajando unos años en empresas multinacionales del sector. Pero, después de pasar por tres empresas distintas, me di cuenta que la vida en una gran empresa no iba conmigo. Al menos con mi yo de 25 años. Tal vez acabe trabajando para una gran corporación en el futuro, pero ahora mismo me costaría creer que esto vaya a pasar en el corto plazo. ¿Por qué? Básicamente porque me considero una persona activa y me encanta hacer que las cosas pasen. Que sucedan lo mejor y lo antes posible. Pero la facilidad en la que eres capaz de mover algo, es inversamente proporcional al tamaño que tiene. Por eso decidí buscar un futuro en otra parte.
Hace ya casi 6 años lancé una red social para mayores de 40 años: sigojoven.com, el Tuenti de los padres, como lo bautizaron varios medios de comunicación. Fue una época increíble. Estaba viviendo mi sueño de emprender un proyecto desde cero y aprender día a día. Fue un periodo muy intenso en el que conocí muchísima gente a la que me acerqué todo lo posible para tratar de aprender de ellos aunque fuera por osmosis. Pasé 4 años en este proyecto en el que llegamos a ser 7 personas y superamos los 400.000 usuarios. Sin embargo, no fue suficiente para hacerlo despegar económicamente. Asumir riesgos también tiene sus momentos menos fáciles. No había conseguido el éxito y la libertad financiera a la primera. Aun así, había avanzado mucho profesionalmente. Pensé que estaba corriendo mucho más en este aspecto que en otras facetas y, antes de intentarlo nuevamente, decidir hacer un avituallamiento cultural. Recorrí el sureste asiático, Norteamérica y varias ciudades europeas durante casi un año. Fue una época increíble y llena de experiencias que no olvidaré jamás.
Fue justo a la vuelta, cuando descubrí la comunidad de Vivir al Máximo. Conocí el grupo como mucha gente, navegando por internet, saltando de blog en blog y dejando volar la imaginación. Recuerdo perfectamente cómo nada más aterrizar en el blog por casualidad, me sentí repentinamente cautivado por cada párrafo. La forma de expresar las ideas y la naturalidad con la que se contaban las historias me atraparon. Me sentía plenamente identificado con muchas de las historias.
Cuanto más leía, más quería leer. Empecé con la primera página de post publicados. Poco a poco, y casi sin darme cuenta, había devorado el blog entero. Quería más. Quería seguir disfrutando de la experiencia.
Tuve que esperar un par de días a que se publicara la siguiente entrada. Nunca decepcionaban. Trataban de aspectos fundamentales de la vida, y en nuestro día a día muchas veces no encontramos el tiempo necesario para reflexionar sobre lo realmente importante.
Existen numerosos paralelismos entre la vida de Ángel y la mía. Eso sí, me alegro enormemente de que él tenga unas dotes de comunicación mucho más desarrolladas y sea capaz de expresar todas sus ideas de maravilla. El tema de los ingresos pasivos también ha sido digno de cientos de horas de reflexión y estudio por mi parte. En esta línea, lancé hace ya tiempo una tienda online: comidaparaperro.com. Es un escaparate online de productos de varios proveedores de pienso para perros. La idea era montar una web, posicionarla bien en Google para conseguir tráfico y generar pedidos. A su vez, estos pedidos se enviaban de forma automática al distribuidor, quien se encargaba de que la mercancía llegara al cliente. Una buena idea sobre el papel y rentable. Sin embargo, no tenía pasión en lo que hacía. Inicié el proyecto como un reto personal. Quería saber si era capaz de generar una máquina de hacer dinero (aunque fuera poco) que no necesitara mantenimiento. Aunque en realidad también había otro motivo con tanto peso que no sé cuál de los dos influyó más a la hora de empezar: llenar el espacio temporal que me había dejado una ruptura amorosa. Una vez superado el reto y con un nuevo amor, el proyecto pasó a un segundo plano.
Un buen día, Ángel nos propuso la idea de vernos todos. Nunca había acudido a una quedada de Internet. De hecho, tenía ciertos prejuicios iniciales antes de asistir, pero me pudo más el impulso por descubrir algo nuevo. Era indudable que me apetecía muchísimo poner cara a personas que leían y comentaban el blog, como lo hacía yo, porque compartimos una forma similar de entender la vida. Me lancé a por ello. Llegué un poco tarde, eso sí. Había pasado todo el día programando la primera versión de una app de moda femenina que estaba dando forma por aquel entonces y se me pasó la hora de la quedada. Cuando te pones con el ordenador a escribir líneas de código, el tiempo transcurre a una velocidad a la que no eres en absoluto consciente. Te absorbe completamente. Suena a una excusa malísima, pero si alguna vez has programado, sabrás a que me refiero.
Estuve muy a gusto en la quedada. Después de varias horas de charlas de todo tipo y cervezas, salimos de fiesta unos cuantos y lo dimos todo en la noche madrileña. Repetimos unas semanas después y de vez en cuando se monta algún plan genial. Me alegro enormemente de haber dado el paso a trasladar al mundo offline mi relación con el grupo.
El blog de Vivir al Máximo era mi momento para evadir la mente del día a día. El momento de recapacitar y pensar sobre el rumbo de mi vida. ¿Soy feliz con lo que estoy haciendo? La verdad es que sí. Y mucho.
Vivir al Máximo tiene mucho que ver con mi estado de felicidad. Fue muy gratificante conocer personas con quienes compartes la forma de entender la vida. No hay duda de que el blog de Ángel me ha aportado mucho en este sentido. Sin embargo, mi relación con la comunidad no se ha limitado únicamente al terreno de crecimiento personal. En la primera quedada de Madrid conocí a Carlos Loredo, un genio informático con quien tuve la suerte de intercambiar una amena conversación sobre la vida que derivó en una aventura empresarial: Mencanta, una aplicación que encuentra los mejores bolsos de firma.
Ese mismo día, también conocí a Miquel, quien luego me invitó a participar en una charla de Betabeers. Allí conocí a Álvaro, que junto con Carmen completan el equipo de socios fundadores de Mencanta.
Actualmente, somos ya 10 personas y creciendo. Presentamos el proyecto en Wayra (Telefónica) y tuvimos la suerte de ser seleccionados en su programa de aceleración de startups. A día de hoy, tenemos más de 70.000 descargas de la app. Nuestro plan a corto plazo es hacer un súper lanzamiento en medios. Como nos falta presupuesto para montar algo con efectos especiales y un gran decorado, vamos a optar por la opción opuesta: una campaña “muy atrevida” con reminiscencias antropológicas. Ya veremos cómo resulta.
A medio plazo nos gustaría hacer un lanzamiento en China y luego… ¡conquistar el mundo entero! Nuestro objetivo a 1 año vista es ser la app de referencia para comprar bolsos, para después ampliar el catálogo a zapatos, vestidos, joyería, bisutería… queremos ser el Google de la moda.
Por cierto, os dejo el link a Mencanta para Android y la versión de Mencanta para el Apple store por si alguien quiere darme feedback o le apetece que pensemos en alguna forma de colaborar juntos. Viendo el éxito que he tenido con la gente del grupo, no me extrañaría nada que saliera de nuevo algo muy interesante de aquí.
No sé exactamente a donde me llevará este nuevo camino, pero la realidad es que estoy disfrutando de cada día. Tengo la suerte de pasar cada minuto haciendo exactamente lo que quiero hacer y de estar con la gente que quiero estar.
En resumen, pertenecer al grupo me ha enriquecido muchísimo a nivel personal y me ha acercado a mis metas profesionales.
La comunidad de Vivir al Máximo me ha permitido conocer a gente súper interesante con quien sigo haciendo planes casi un año después. El último al que me he apuntado fue una magnífica excursión a la montaña, en donde tuvimos algún disgustillo meteorológico. Nada que no dejara en una mera anécdota si lo comparamos con la estupenda compañía durante la travesía.
No tiene sentido nombrar ahora a todos los miembros de este magnífico grupo, pero no hay duda de que gracias a todos ellos mi vida ha mejorado.
Hasta aquí llega este post de «Jesús contando historias» (podría ser un programa de televisión, ¿verdad?), espero que os haya gustado y que las próximas historias de los lectores os ayuden a vivir al máximo 🙂
Muchas gracias a cada uno de vosotros por haber puesto vuestro granito de arena en mi personal “búsqueda de la felicidad”.
Jesús Miguel Gutiérrez-Barquín
Madrid, Agosto 2014
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