Muchos de nosotros en algún momento de nuestra vida hemos repetido esta frase: «no me gusta mi trabajo».
Evidentemente, a esta afirmación no llegamos de la noche a la mañana, sino que es fruto de una serie de acontecimientos, pensamientos y sentimientos.
El trabajo es una de las actividades principales de nuestra vida por lo que es importante que nos sintamos a gusto, de lo contrario, puede convertirse en una auténtica tortura.
Quizá en el pasado no quedaba más remedio que agachar la cabeza y renunciar a la idea de tener un trabajo que te haga feliz, porque había pocas opciones y no siempre se podía elegir.
Sin embargo, la situación actual es muy diferente:
- Las condiciones de vida son muchísimo mejores (salud, seguridad, educación…)
- Tenemos miles de oportunidades profesionales diferentes
- Somos libres de elegir entre todas esas opciones. Ya no estamos limitados por nuestro lugar de residencia, por el trabajo de nuestros padres ni por la carrera que elegimos
Por eso, hoy más que nunca es posible tener un empleo que no solo te aporte estabilidad económica, sino que sea una fuente de satisfacción personal.
Sea cual sea tu caso, sabes que llevas tiempo queriendo cambiar tu rumbo profesional, pero te surgen muchas dudas: ¿y si no encuentro otro trabajo? ¿Y si monto mi negocio y me va mal? ¿Y si tengo que volver a vivir con mis padres?
Hasta que ha llegado el punto en el que te has bloqueado y no sabes qué hacer. Por eso, en este post voy a darte varios consejos prácticos para que puedas salir de esta situación.
No me gusta mi trabajo
Hay 3 motivos por los que puedes decir que no te gusta tu trabajo.
1. No me gusta
La primera es que realmente no te guste lo que haces. Cada tarea te resulta desagradable y únicamente estás ahí porque necesitas el dinero.
Por ejemplo, si fuera carcelero creo que me moriría de miedo o dimitiría al segundo día. Ahora bien, si no tuviera otra alternativa para mantener a mi familia, probablemente lo haría.
2. No me adapto
La segunda situación posible es que no te adaptes al trabajo. Empezaste con ilusión creyendo que habías encontrado un gran empleo y que lo disfrutarías mucho.
Al principio todo era novedad, así que llevabas tal chute de dopamina que todo te parecía maravilloso. Sin embargo, fueron pasando las semanas y viste que no terminabas de integrarte.
Quizá era porque el trabajo no era lo que esperabas, porque el ambiente de trabajo no te gusta o porque la filosofía de la empresa no concuerda con tu forma de trabajar.
3. No lo soporto
La tercera situación es que no soportes tu trabajo. Lo odias a muerte. Es algo que te supera y que se ha convertido en una pesadilla.
Te levantas quejándote porque tienes que ir a trabajar: sabes que te toca calentar la silla y aguantar al jefe que te trae por el camino de la amargura.
Es posible que antes estuvieses a gusto, sin embargo, ahora no lo soportas porque te absorbe tanto tiempo que no te permite disfrutar de tu vida personal: ya sea ir al gimnasio o pasar más tiempo con tus hijos.
El caso es que quieres dejarlo urgentemente.
Razones por las que no estás a gusto en tu trabajo
Ahora que conoces las 3 situaciones en las que te puedes encontrar y has identificado en cuál estás tú, es momento de conocer el porqué de esa situación.
Existen muchas razones por las que crees no estar a gusto en tu trabajo:
- Tus expectativas no son correctas: llegaste a tu trabajo con unas expectativas demasiado elevadas. En tu mente todo era perfecto para la realidad del día a día terminó quedando lejos de esa imagen en tu cabeza. Quizá porque tenías el síndrome del trabajo ideal.
- Estás quemado: te has dejado la piel. Mucho trabajo, horas extra, y esfuerzo máximo. Estás agotado y sin ideas. Has llegado a tu límite.
- No te sientes valorado: empezaste sabiendo que tendrías que ganarte la confianza de tu jefe para poder hacer lo que te gusta. Las tareas básicas pronto se te quedaron cortas. Diste lo mejor de ti pero tu nivel de responsabilidad y tipo de tareas sigue siendo el mismo que cuando empezaste.
- No cobras lo que mereces: tienes formación, experiencia y rendimiento suficientes para tener un buen sueldo. Sin embargo, eres un mileurista que hace malabares para llegar a final de mes.
- No te gustan tus compañeros: hiciste un esfuerzo por encajar, llevarte bien con tus compañeros e incluso te fuiste de copas con ellos. Pero no hay manera. No os entendéis, no os gusta pasar tiempo juntos y eso repercute en el trabajo.
- Odias al jefe: tiene una actitud que te echa para atrás. No te gusta su forma de tratarte, ni de organizar al equipo y mucho menos de evaluar tus tareas.
- No estás en tu sector: decidiste probar una nueva experiencia en un nuevo sector. Sin embargo, no te sientes a gusto y prefieres volver a tu nicho de mercado.
Puede que compartas muchas de ellas y otras no.
Puedes incluso pensar que la unión de varias razones es el verdadero motivo por el que no estás a gusto en tu trabajo.
Sin embargo, estas “razones” son únicamente los síntomas, lo que tú y tu alrededor ven.
El problema es mucho más profundo, y siempre se reduce al mismo:
La existencia de una desalineación entre quién eres y lo que es importante para ti en este momento de tu vida, y lo que haces en tu día a día.
Esta distancia entre tus acciones, y quién eres y qué es lo importante para ti genera una sensación de insatisfacción personal, que incluso si las líneas siguen distanciándose, desencadena una crisis existencial en la que te sientes completamente perdido o sin saber qué hacer con tu vida.
Qué hacer si no te gusta tu trabajo
Aunque actualmente te encuentres en una situación de bloqueo y todo lo veas gris, es muy probable que no tengas que dar un giro de 180º y poner tu vida patas arriba.
Por eso, antes de contarte los 3 caminos que puedes tomar si no te gusta tu trabajo, es importante tener claro si la situación es insostenible o realmente se puede corregir.
Te recomiendo que te descargues este pequeño ejercicio sobre tu vida ideal, ya que te ayudará a ganar claridad con respecto a qué es lo que quieres y a saber cuáles son las diferencias con tu vida actual. Además, te recomiendo que te hagas las siguientes preguntas:
- ¿Qué aspectos de tu trabajo te están generando rechazo?
- ¿Son realmente un problema objetivo o estás proyectando tu malestar?
- ¿Qué pequeña acción podrías hacer durante esta semana para mejorar tu situación laboral?
Definitivamente, el primer paso es identificar qué cosas son las que rechazas. Te recomiendo que durante la próxima semana, anotes en un papel cada vez que te sientas mal en el trabajo.
A continuación, pregúntate si es un problema o hay algo en tu interior que te genera ese malestar. Sé honesto contigo mismo. Este punto es clave.
Quizá hubo algo que te dañó en el pasado, y simplemente estás reviviendo esa situación por un comportamiento similar en el trabajo. O quizá lo que ocurre en el trabajo es deplorable y no tiene nada que ver contigo.
Por último, piensa cómo podrías mejorar tu situación laboral.
Por ejemplo, hablando con el jefe o los compañeros. En otros casos, cambiando tu actitud. Y en otros, dejando ese trabajo.
Si una vez que has llegado hasta aquí, estás 100% convencido de que no te gusta tu trabajo y ya conoces las razones, tienes 3 opciones:
Cambiar de trabajo
La primera opción y la más sencilla.
Si estás a gusto en la empresa y no te gusta tu trabajo, puedes considerar ocupar otro puesto dentro de la misma organización.
Si la empresa no te termina de convencer, puedes buscar trabajo en otra compañía que te resulte más satisfactoria.
La vida es demasiado corta como para malgastarla en un trabajo que no te llena.
Cambiar de profesión
Si tu desmotivación es con el trabajo que haces más que con las condiciones o la compañía, plantéate un cambio de profesión.
Tengo un amigo que estudió Ingeniería Informática y es profesor en un colegio de Educación Primaria. Y otro que es Ingeniero Industrial y trabajó en la administración de una empresa.
La decisión que tomaste con 18 años sobre qué carrera estudiar no determina a qué te vas a dedicar el resto de tu vida.
Emprender tu propio camino
Si siempre has querido montártelo por tu cuenta y estabas esperando “el momento perfecto“, puede ser tu oportunidad.
Si llevabas tiempo con la idea de montar una empresa, vender servicios o crear tu propio producto, quizá sea un buen momento para intentarlo.
El camino es difícil, pero si te rodeas de las personas adecuadas, el aprendizaje es increíble.
Si tras leer este artículo, sigues teniendo un buen cacao en tu cabeza, te recomiendo que veas esta clase gratuita de Encuentra tu Camino, nuestro programa para ayudarte a decidir qué hacer con tu vida profesional.
En ella ganarás una mayor claridad y descubrirás cómo cambiar de profesión o empezar tu propio proyecto sin poner en riesgo tu economía ni todo lo que has conseguido hasta ahora.
Espero que toda esta información te ayude a dejar atrás el decir «no me gusta mi trabajo». Y sobre todo, que tomes acción y no sigas dejándote llevar por una situación que no te conduce a nada bueno.
###
Ahora me gustaría que compartas con nosotros tu situación:
¿Cómo te encuentras en tu trabajo? ¿Qué cambios crees que debes dar en el próximo mes para resolver tu situación?
Te leo en los comentarios.
Deja una respuesta