Si tienes una empresa y quieres que tenga éxito, es fundamental que monitorices regularmente una serie de métricas que te permitan detectar posibles problemas y saber si estás avanzando en la dirección correcta.
A primera vista, podría parecer que la única métrica importante en un negocio son los beneficios. Si los beneficios aumentan, el negocio va bien; si disminuyen, el negocio va mal.
Sin embargo, en la práctica no es tan sencillo.
Por un lado, aumentar los beneficios a toda costa no suele ser una buena idea. Hacer una campaña muy agresiva o estafar a tus clientes puede darte dinero rápido, pero seguramente tenga consecuencias muy negativas a largo plazo.
Por otro lado, hay actividades que no tienen un impacto directo o inmediato en la cuenta de resultados. ¿Cómo saber entonces si el cambiar el diseño de tu web ha sido una buena decisión?
Por último, hay empresas en las que los beneficios son algo secundario. Piensa en Whatsapp, que apenas ganaba dinero, o en Facebook, que durante los primeros años tuvo pérdidas de millones de dólares.
Como ves, es necesario ir más allá, y tener en cuenta otras métricas además de los ingresos y los gastos.
El problema es saber cuáles.
En una empresa suele haber un montón de parámetros que se pueden medir, y si te basas en aquellos que no tienen un verdadero impacto en el negocio para tomar decisiones, acabarás tomando las decisiones equivocadas.
Es como si te hicieses un análisis de sangre y empezases a tomar estatinas sólo porque tus niveles de colesterol total están por encima de 200. Seguramente no sea una buena idea, porque está demostrado que esta cifra por sí sola no nos da mucha información sobre el riesgo de enfermedad cardiovascular, y que existen otros indicadores mucho más fiables.
Elegir correctamente qué «números» monitorizar y utilizar para la toma de decisiones, por tanto, es clave; y para seleccionar los tuyos tienes que pensar en cuáles son los objetivos del negocio y en qué métricas están directamente relacionadas con los mismos.
No es lo mismo tener una startup, donde el objetivo durante los primeros años suele ser crecer y ganar cuota de mercado (por encima de generar beneficios), que tener un negocio online unipersonal basado en un blog, en el que recibir miles de visitas que no se traduzcan en ingresos no sirve para nada.
En mi caso, para analizar el «estado de salud general» de Vivir al Máximo, me fijo principalmente en tres números:
- Tráfico mensual
- Porcentaje de visitantes que se convierten en subscriptores
- Porcentaje de subscriptores que compran cuando promociono un determinado producto
Por supuesto, para analizar distintos proyectos individuales o distintas áreas del negocio más a fondo utilizo distintas métricas, pero a nivel general me baso en estas tres.
Estos parámetros me dan una buena idea de a qué velocidad está creciendo VAM, de los ingresos que puedo esperar en un futuro y de en qué actividades debería centrarme para aumentar mis ingresos. Y si veo que alguna de estas cifras baja repentinamente o no está evolucionando como debería, inmediatamente me pongo a analizar el por qué.
«Pero Ángel. Yo no tengo un negocio… ¿Para qué narices me cuentas todo esto?»
¡Buena pregunta!
Te lo cuento porque, en tu propia vida, tú también has elegido –consciente o inconscientemente– una serie de métricas que guían tus decisiones y que evalúas continuamente para ver si está todo bien.
¿Te has parado a pensar alguna vez cuáles son las tuyas?
¿En qué aspectos de la vida te fijas para determinar si tú u otra persona «está viviendo bien»?
Para la mayoría de la gente, esos parámetros son el dinero, las posesiones materiales y el status social.
Sus decisiones están siempre orientadas a ganar más, tener más y ser más, y admiran a aquellos que son famosos o que tienen una casa y un coche caro.
Sin embargo, igual que el éxito de una empresa no sólo depende de sus beneficios, tu éxito personal no sólo depende de tu cuenta corriente, tus posesiones y tu status.
Si fuese tan sencillo, el bueno de Robin Williams, que tenía todo eso y más, no se habría suicidado.
¿Qué parámetros deberías utilizar entonces para medir el éxito?
Bueno, eso sólo lo puedes decidir tú, pero permíteme que te haga algunas sugerencias.
Por ejemplo, podrías medir el éxito en base al número de…
- Cenas con tus amigos
- Países visitados
- Besos y abrazos dados
- Besos y abrazos recibidos
- Días sin estrés ni grandes preocupaciones
- Días sin problemas de salud
- Vidas cambiadas a mejor
- Proyectos personales completados
- Libros leídos
- Buenas conversaciones mantenidas
- Sonrisas y carcajadas
- Habilidades aprendidas
¿Acaso todas esas cosas no forman también parte de una vida de éxito? ¿De una vida bien vivida?
Quiero que te imagines por un segundo que tuvieses una pantalla mágica en la que pudieses ver 10 métricas en tiempo real para determinar si estás viviendo como te gustaría vivir.
¿Cuáles elegirías tú?
¿Y si a partir de ahora te centrases en mejorar esas 10 métricas cada día de manera consciente?
Te dejo que lo pienses y que compartas, si quieres, tus conclusiones en la sección de comentarios 🙂
¡Un abrazo!
Ángel.-
Foto: Silueta de un equipo de trabajo feliz levantando las manos