En el último post te di algunas buenas razones para vivir en Tailandia durante una temporada, pero no hablé de lo que significa dejarlo todo para mudarse a un país lejano. Creo que es un tema en el que merece la pena profundizar, así que hoy me gustaría compartir contigo una experiencia personal sobre algo muy importante: dejar ir.
Cuando me marché de Seattle para viajar por el mundo no sólo dejé mi trabajo en mi Microsoft. También dejé mi coche, mis muebles de Ikea, mis amigos, mi novia, una ciudad que me encanta y todas mis posesiones materiales menos dos maletas.
Muy poca gente sabe esto, pero las dos semanas entre mi último día de trabajo y el día que regresé a España fueron dos de las semanas más difíciles de mi vida.
Limitarse a lo esencial
Deshacerse de todo lo que has acumulado a lo largo de 4 años -salvo por lo que cabe en dos maletas- no es nada fácil porque te obliga a ser muy selectivo. Tampoco es agradable. Según pasa el tiempo, vas asociando emociones y vivencias a tus objetos materiales, que dejan de ser simples objetos para convertirse en símbolos. Esto hace que su valor emocional se incremente y que sea mucho más complicado desprenderse de ellos.
Todavía recuerdo cómo lo hice. Coloqué tres cajas de cartón en un extremo del salón y en cada una de ellas pegué un post-it para identificarla; las categorías eran AMIGOS, VENTA y CARIDAD. En el otro extremo coloqué mis dos maletas abiertas. Luego, iba a un armario o a un cajón y elegía un objeto al azar, por ejemplo, unos pantalones. Los llevaba al salón y allí, entre cajas y maletas, elegía que hacía con ellos: traérmelos a España, dárselos a algún amigo, venderlos por Internet o dárselos a los más necesitados. Entonces, mientras sostenía los pantalones y meditaba mi decisión, me venían a la mente todas las historias relacionadas con esos pantalones: aquel viaje en que se me mancharon, la noche cuando los llevaba puestos y conocí a Fulanito o incluso el día que los compré. Y por si fuera poco, al mismo tiempo que hacía esto, iba llegando gente a llevarse mis muebles y yo iba viendo como la casa que hasta entonces había sido mi hogar iba convirtiéndose en un lugar vacío y sin alma.
Imagínate repetir este proceso con cada una de tus cosas: cada libro, cada par de zapatos, cada cuchillo. Te puedo asegurar que es agotador. Después de unas horas «reviviendo mi pasado» me sentía vacío emocionalmente y tenía que salir de mi casa porque no aguantaba más.
Tardé 12 días en clasificarlo todo a pesar de que soy una persona a la que no le gusta acumular. Me di cuenta de que tenía decenas de cosas innecesarias, desde un rodillo de cocina hasta ropa que me había puesto 2 veces en el último año. ¿Cómo había llegado todo eso mi casa? También me di cuenta de que tenía cosas que creía que necesitaba pero que no usaba realmente, como la tele o la Xbox. Para mí esta fue una revelación importante.
Y así, una tarde lluviosa de Noviembre, metí todas las cajas en el coche y las llevé a sus respectivos destinos: la casa de Adrienne, la casa de Ramiro, el Goodwill de South Lane Street. Y curiosamente, mientras volvía a casa, ya de noche y con la lluvia golpeando los cristales de mi Mazda 3, me sorprendió notar que no me sentía triste, sino liberado. Más ligero.
Desde entonces, no he echado en falta ninguna de las cosas que entregué aquel día.
Una ruptura necesaria
Sin lugar a dudas, la decisión de dejar a mi novia para irme a viajar por el mundo fue la más polémica de todas. Hay quien me recrimina que fui egoísta y no le falta razón: lo hice únicamente pensando en mí.
Creo que es importante tener en cuenta a la gente que te rodea a la hora de tomar decisiones, pero tampoco hay que olvidar que tu vida es tuya, no de tus padres ni de tu novia, y que debes hacer lo que a TI te haga feliz. Si lo único que hacemos es sacrificarnos por los demás y nos olvidamos de nosotros mismos, ¿qué sentido tiene vivir? Si sólo vivimos por los demás, al final nadie acaba viviendo.
Dejé a mi novia a pesar de llevar dos años juntos y de que ella quería venirse conmigo porque quería vivir la experiencia de viajar solo y porque en el fondo teníamos objetivos de vida muy diferentes. Ella había estado de voluntaria en África, en Grecia y había viajado por todo el mundo; acababa de terminar su segundo máster, le quedaban pocos ahorros y quería encontrar un trabajo de maestra y sentar la cabeza. Yo había empezado a trabajar nada más acabar la carrera, tenía dinero ahorrado y acababa de crear mi negocio online; todavía no había viajado tanto como me gustaría y no estaba listo para establecerme en un sitio fijo y echar raíces; sentía que todavía me quedaban cosas por hacer en esta etapa de mi vida antes de poder pasar a la siguiente sin arrepentimientos.
Si no me marchaba, ¿cuál eran las otras opciones? ¿Quedarme en Seattle a disgusto? ¿Viajar con ella y vivir el resto de mi vida pensando en «cómo habría sido lo de viajar sólo»? ¿Convencerme de que mi deseo era sólo una tontería pasajera? Sinceramente, creo al final hubiese sido peor para los dos, porque yo hubiese sido infeliz y ella se hubiese quedado con un novio infeliz.
Para mí el objetivo de una relación no es sacrificarse, sino disfrutar, sumar, ser más que estando solo. Sí, es cierto que cuando uno vive en pareja renuncia voluntariamente a ciertas cosas, pero el resultado tiene que ser siempre positivo. Para que una relación tenga sentido las dos partes tienen que GANAR, no perder.
Dicho esto, quiero puntualizar que el que una decisión sea correcta no quiere decir que sea fácil. Yo quería mucho (y sigo queriendo) a mi novia, y cuando nos despedimos en el aeropuerto lo pasé fatal. Como dejar a mi pareja me dejo hecho polvo, estuve llorando durante todo el vuelo de vuelta y no podía dejar de pensar que estaba loco y que había metido la pata hasta el fondo.
Pero la vida sigue y nunca se detiene. Eso es lo que la hace tan bonita y tan cruel al mismo tiempo.
Los buenos amigos siempre estarán ahí
Dejar a mis amigos fue la parte más sencilla de todas, porque para mí no fue un adiós sino un hasta luego. Comimos dim sum juntos por última vez en Jade Garden, nos dimos un abrazo, nos deseamos suerte y nos marchamos cada uno por su lado. Así de simple, sin lágrimas ni tristeza. Sé que los volveré a ver algún día y que, cuando eso ocurra, mi relación con ellos será exactamente igual que cuando nos vimos por última vez. Por eso mismo son buenos amigos: porque siguen siéndolo a pesar del tiempo y de la distancia.
Una regla personal que sigo es la de reducir al mínimo el contacto con la gente de fuera. Es decir, si estoy en Tailandia no mantengo el contacto con mis amigos de Seattle más allá de algún e-mail ocasional o un Skype cada 6 meses. De igual manera, cuando estaba en Seattle apenas hablaba con mis amigos cacereños. El motivo por el que hago esto es que no le veo el sentido a estar físicamente en Tailandia y al mismo tiempo estar hablando cada dos por tres con gente de España. Me gusta tener mi cabeza el mismo lugar que tengo mi cuerpo, y por eso cuando estoy en Tailandia estoy en Tailandia, y cuando estoy en España estoy entregado al 100% a la gente de allí.
Recuerda: no puedes estar en dos sitios a la vez. Para poder llegar a una nueva ciudad primero tienes que irte de la antigua.
Dejar paso a lo nuevo
Quizá te encuentres en un momento de tu vida en el que quieres tomar una decisión, pero estás bloqueado porque conlleva abandonar algo que es o fue importante para ti. Quizá has perdido algo valioso y todavía no lo has aceptado, y por ello te sientes incapaz de mirar hacia adelante. En ambos casos la solución es dejar ir.
Yo he tomado decisiones muy difíciles como dejar a mi novia o deshacerme de todo lo que había tenido hasta ese momento. Pero si quieres avanzar y evolucionar, no te queda otra.
Igual que la serpiente que no muda su piel muere, las personas tenemos que aprender a no aferrarnos a lo viejo para dejar espacio a lo nuevo.
Para poder conocer a mi novia americana, primero me tuvo que dejar Ana Vera.
Para poder irme a viajar por el mundo, primero tuve que marcharme de Seattle y abandonar todo lo que tenía allí.
Para crear mi página de afiliados, primero tuve que aceptar que la de las oposiciones a Policía no iba a funcionar
Y así, un largo etcétera.
«La lluvia nunca vuelve hacia arriba» canta Pedro Guerra, y tiene razón. El pasado, pasado está. No te aferres a él: requiere mucho esfuerzo y no funciona. La vida SIEMPRE se mueve hacia adelante; jamás se detiene y jamás vuelve hacia atrás. Relájate y fluye con ella.
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La foto es del salón de mi casa de Seattle al principio del proceso de clasificación.
Caro chan dice
Desde luego es muy valiente por tu parte, yo hago limpieza anual,no a ese nivel pero si que me siento mejor despues de «soltar lastre».
Hay un post en el blog de Marina sobre la renuncia que también es muy interesante como complento al tuyo.
Pensandolo friamente lo unico que realmente me partiria el corazon dejar atras seria a mi perro…porque ya lo hice una vez con otra mascota y murio antes de que volviera…pero mira es algo positivo significa que no estoy apegada a nada material!^.^
No me cansare de agradecerte la semilla que plantas en nosotr@s!!
senosvalavida dice
Be water my friend. Ya lo decía el grandioso Bruce Lee…
Bobby Diaz dice
Qué artículo más grande Ángel. Estoy convencido de que esto ayudará a mucha gente. No nos enseñan a «soltar» y tu describes a la perfección el proceso. ¡Enhorabuena fiera!
Miguel dice
Estoy totalmente de acuerdo con lo que dices que los buenos amigos siguen ahí aunque no haya mucho contacto y el día que te reencuentras con ellos todo sigue donde lo dejaste, te pones al día y te cuentas las cosas que te han pasado.
Lo que cuentas sobre las cosas que tuviste que tirar al irte de los USA me recuerdan a mis múltiples mudanzas. Afortunadamente cada 2-3 años por alguna u otra razón me cambio de casa, de ciudad o de país así que siempre aprovecho cada cambio para tirar cosas. Siempre hay una serie de pequeñas cositas que han ido conmigo en cada viaje y son recuerdos de mis estancias. Algún poster, unas cartas, pequeñas cosas. Cuando eres un poco caracol como yo, aprendes a vivir con lo justo.
Creo que ya lo he comentado alguna vez, pero el movimiento freecycle es ideal para estas cosas. Si necesitas algo para la comodidad de tu día a día puedes comprarlo o conseguirlo a través de alguien en freecycle y devolverlo a la comunidad cuando te vayas. Así te aseguras que les das una segunda vida. Y bueno, nada mejor que los amigos para donar cosas 🙂
Angel dice
No lo he mencionado en el post, pero una de las dos maletas que me traje a España iba llena de cuadros. Son los únicos símbolos que quise conservar de Seattle 🙂
Personalmente, me gusta mucho la mentalidad americana de venderlo todo cuando se mudan de casa (el típico «garage sale»). La verdad es que, en general, los tíos son bastantes desprendidos.
¡No conocía lo de la comunidad freecycle, muchas gracias por compartirlo! Acabo de mirar y en Chiang Mai hay un grupo con 86 personas 😀
Silvia dice
Dejar ir es sin duda todo un arte que nos cuesta mucho poner en práctica por sufrir ese tan famoso apego, pero realmente, cuando lo haces, de algún modo te limpias de muchas cosas, movilizas energías, y dejas hueco para la paz interior (que debe de ser bastante similar al sentimiento de despego al mundo) o para la entrada de cosas nuevas que te hacen evolucionar…
Lo tengo comprobado… vivir la mitad del mes en un hotel tal y como vivo por mi trabajo, me hace darme cuenta que llenando 5 perchas del armario, un par de zapatos, un neceser en el baño, tener un ordenador con acceso a Internet, el teléfono móvil, un libro, y un paquete de galletitas… son suficientes para vivir perfectamente sin echar prácticamente nada en falta..
…y desde aquí doy las gracias al servicio de habitación que me sube las cenas y las camareras que me limpian el cuarto, sin olvidar el detalle que tiene el hotel de tener siempre sus botellines de agua disponibles de forma gratuita… ;))
Habitualmente el acumular cosas nos hace perder mucho tiempo ordenando, limpiando… ¡¡buscando!! Y a mi personalmente me crea caos existencial porque por mucho que tire (o recicle) siempre tengo demasiado, y reconozco que sigo teniendo apegos a muchas cosas que no utilizo pero que creo, cuando estoy a punto de tirar, voy a utilizar en breve…
¡Qué interesante el movimiento freecycle! Tengo curiosidad por ver cómo funciona aquí en España… País de la picaresca…
Un beso
Silvia
Miguel dice
Silvia. Yo vivo en Madrid y funciona mucho y bien. De vez en cuando hay algún debate sobre si algo es adecuado de ofrecer o no es reciclaje pero en general funciona muy bien. Yo he donado cosas que no necesitaba y he cogido otras que sí. Lo tipico son TVs, muebles, que cuando renuevas no quieres tirar. También electrónica (ordenadores, móviles, portatiles). No entiendo lo que dices de la picaresca. Te refieres a luego revender esos productos? A mi particularmente me da igual que se vendan, eso quiere decir que se van a utilizar.
Yo es que particularmente me pienso mucho cada cosa que compro y le doy vueltas a ver si realmente la necesito. De hecho suelo dejar en barbecho unas semanas cada cosa que decido que voy a comprar y pasadas esas semanas decido si realmente la necesito (a no ser que sea una urgencia).
En los EEUU es muy habitual que la gente deje cosas para regalar en el porche. De hecho yo este movimiento lo descubrí allí. Si eres un estudiante o una pareja joven que empieza a amueblar su casa y no necesita que este todo a la última ahorra mucho dinero y energía al planeta.
Daniel dice
Este post fue escrito con el Corazon.
Sigues mejorando Angel. Saludos desde Mexico
Silvia dice
¡Hola Miguel!
Si. Me refiero a eso… Más que nada por un motivo… Cuando has decidido tirar algo al contenedor, es evidente que darle una segunda vida, independientemente de lo que haga una tercera persona con eso, es el mejor destino que se le puede dar. Si además eso sirve para que esa persona se gane la vida o se saque unos euros, pues genial. Visto así no hay nada que alegar.
Yo estaba más bien pensando en esas veces que tú decides dar algo, porque ya no lo quieres, vale, o que le tienes cariño pero ya no encaja en tu vida, y no lo tirarías a un contenedor, pero sí te desharías de ello con la intención de ayudar a alguien que lo necesite y se ahorre un dinero que quizás no tiene, tratándose de algo que tú podías haber vendido, pero que sopesas que es mejor poder ayudar a esa persona que sacar unos euros vendiéndolo tú mismo…
¡a eso me refería yo con el país de la picaresca!
Lo que tú haces es una de las formas más inteligentes de comprar, pues muchas de las compras que hacemos son por impulso…
También se podría extrapolar la forma de comprar a la forma de “tirar”, o sea, tanto cuando tu dejas en barbecho esa compra en potencia, como cuando metes en una caja algo que ya no utilizas y decides que si en un año no lo has echado de menos, hay que darlo sin abrir la caja tan siquiera…
En todo caso, me parece un gesto magnifico para contribuir a que nuestros atentados ecológicos sean un poco menores, como por el acto de desprendimiento y generosidad que puede tener alguien en un momento dado.
Gracias por difundir este movimiento que no conocía y que me parece interesantísimo.
Saludos
Silvia
Daniel dice
La parte mas dificil, creo que va a ser dejar a mi novia…aunque e pensado en llevarla tambien, tendre que hablarlo a fondo, ella no tiene la misma mentalidad que yo, pero la amo y me parte el alma tener que dejarla… un abrazo fuerte.-
Angel dice
Como tu dices, no tienes por qué dejar a tu novia para poder viajar. En estos 7 meses que llevo viajando he tenido el placer de conocer a muchas parejas aventureras y se les veía muy felices. Habla con ella antes de nada 🙂
Jesús dice
Hola Ángel,
Hace años de éste post y recién lo encuentro.
Cuando mencionas la parte de la despedida con tu novia y el aeropuerto me puse por completo en tus zapatos y he derramado un par de lágrimas solamente de imaginarlo. Es una decisión muy dura, sobre todo cuando quisieras estar con ella pero no tienen las mismas metas, o por lo menos no están sincronizadas.
Yo planeo de igual manera tomar mis maletas y marcharme, también con la ilusión de viajar solo y conocer el mundo, pero lo más difícil es mi novia, después de 6 años juntos y toda la universidad, me parte el corazón, espero encontrar la fuerza porque tampoco quiero que esté con alguien infeliz, eso no le hace bien a ninguno de los dos.
Martin dice
Recién encuentro este post. Lamentablemente soy yo a quien han dejado para irse de viaje. MUCHO DOLOR. Pero en tus palabras encuentro lo que le pasa a la otra persona… Me gustaría saber qué pasó después? formaste otra pareja? volviste a tener contacto con tu novia?
Marta dice
Me siento un poquito identificada contigo. Yo también lo dejé todo para irme a Alemania y luego lo que venga. Es difícil, pero no me arrepiento. Necesitaba irme. Después de todo nos arrepentimos mas de lo que NO hacemos que de lo que hacemos.
Los amigos de verdad siempre están ahí, la familia también y la pareja, pienso que si el destino quiere que esteis juntos, lo estaréis, si no, quizá te espera otra cosa.
Admiro lo que estás haciendo. Me das un poquito de envidia (sana) jejejeje
¡Adelante!
Angel dice
Gracias Marta!
Totalmente de acuerdo contigo con eso que dices de que nos arrepentimos más de lo que no hacemos que de lo que hacemos (aunque salga mal). Creo que no he conocido a nadie arrepentido de haber viajado o haberse ido al extranjero a probar suerte.
Un abrazo!
abril533 dice
Estuve sola unos 10 meses viviendo en Estados Unidos… y cuando tuve la opción de ampliar mi contrato, opté por regresar a España por motivos familiares. Nunca me he arrepentido de esa decisión porque mi sitio estaba (y está) aquí ayudando a los míos. Y no sentía homesick ni nada parecido, podría haber estado otro año más allí… Pero quise volver hasta que la situación aquí estuviese mejor. Es más, sé que en un futuro no muy lejano volveré a viajar. Bueno, que me enrollo… Lo que quería decirte Ángel es que al leer el apartado:
“Y así, una tarde lluviosa de Noviembre, metí todas las cajas en el coche y las llevé a sus respectivos destinos: la casa de Adrienne, la casa de Ramiro, el Goodwill de South Lane Street. Y curiosamente, mientras volvía a casa, ya de noche y con la lluvia golpeando los cristales de mi Mazda 3, me sorprendió notar que no me sentía triste, sino liberado. Más ligero.
Desde entonces, no he echado en falta ninguna de las cosas que entregué aquel día.”
Ha sido increíble. A diferencia que yo estaba en California y era un caluroso día de Julio… Leer tu post ha sido como si estuviera reviviendo de nuevo cuando preparé mi marcha de EEUU en apenas 10 días. Has hecho que reviva el momento en el que me quedé con mis dos maletas y dejé todo en ese Goodwill De Anza Blvd. en San José… Y es cierto que al volver a la casa me sentí más ligera y tranquila. Fue como quitarme un peso de encima. Y desde luego, tampoco he echado en falta ninguna de las cosas que dejé allí ese día.
Me he suscrito a tu blog porque me gustó un enlace que leí en Internet, pero leer este apartado ha sido como vivir un flashback impresionante. Y solo quería pasarme por aquí para darte las gracias por compartir tus vivencias. 🙂 Te deseo lo mejor.
Soraya dice
Ayer me metí en tu blog de casualidad por la única razón de que el domingo emprendo mi primer viaje sola, aunque corto a mi pesar por el trabajo, pero necesitaba razones para hacer oidos sordos al miedo que mete la gente cuando viajas sola.
No he podido dejar de leer tu blog desde entonces..y me encuentro esto, seguro que habrás oido más de una vez «ojalá tenga narices algún día de hacer lo que tu has hecho..» Bien, solo es mi primer paso para dejar ir todo aquello que no me quepa en un par de maletas. El segundo será aprender bien inglés….ay madre mia! Maldita burbuja española.
Viajar sola va a ser una de las mejores experiencias de mi vida y aún no me he montado en el tren… en fin, gracias por contar tu viajes, como empezaste todo…motivas de verdad! Seguiré tu blog todo lo que pueda!
Milagros dice
Excelente post! Totalmente de acuerdo en todo, lo comparto. Un abrazo
Rene Torres dice
Hola Angel. Me parecio muy valiente tu relato, bien se que las separaciones nunca son fáciles pero hay que dar el paso.Nadie puede vivir mejor tu vida que tu mismo y es verdad el no hacerlo podría crear resentimientos. Ademas el mundo da muchas vueltas, quien sabe si algún día regresas o a Seattle o a cualquier otro lugar. Es importante viajar liviano. Mis bendiciones.
alberto dice
Encontré este articulo de casualidad y solo puedo decir OlE!! Me siento muy identificado contigo, ya q estoy pasando un momento similar. Tengo mi trabajo fijo en España, mi casa, mi coche, amigos t familia. Mi novia es de Guatemala y hace 2 años que nos conocemos, ella ha venido aki 4 veces y yo alli 2 y la verdad q si yo no doy el paso de irne jamas podremos estar juntos…pues ella es empresaria y no puede dejar sy trabajo. A mi me encanta viajar y siempre me ha gustado la idea de vivir fuera de España por un tiempo, pero económicamente no me lo puedo permitir tanto. Es una situación tan complicada, te aferras a lo q tienes aki sin pensar en las posibilidades q se te abren , te entra miedo, inseguridad… Y al final emocionalmente te desangras… He aprendido mucho de este artículo y de tus experiencias. 1 fuerte abrazo!
Jorge dice
Muy buenas!!
Llevo días leyendo entradas de tu blog y no me había decidido a dejar un comentario hasta ahora.
Imagino que el estar viviendo un proceso similar al que relatas en esta entrada es lo que me ha terminado de animar.
Ayer dejamos a nuestra mascota en casa de una amiga de mi mujer… y creo que ha sido de las cosas más difíciles que he hecho últimamente (Caro creo que ya lo mencionaba en su comentario). Se me hace un nudo en la garganta cada vez que pienso en él, porque a tus amigos o tu familia les puedes explicar tus decisiones, pero el pobre animal no entiende por qué de la noche a la mañana le dejas en una casa extraña.
Dejar ir… qué difícil resulta a veces.
Gracias por compartir tus ideas y experiencias. Me ha ayudado a darme cuenta de que quizá no estoy tan loco 😉
Laura dice
Tu historia, con lo joven que eres, me ha puesto la piel de gallina.
Con esa misma edad que tienes ahora yo tuve mi primera gran encrucijada de vida: fue personal y profesional. Hace 1 año tuve la segunda y probablemente haya más. No pueden evitarse. La vida es un camino y se recorre solo andando.
Te felicito por tu valentía y espero poder beneficiarme de tus experiencias, al igual que, probablemente, te guste leer las de los demás.
Un besito
Danixa dice
Gracias por tan asertivo post!! un abrazo!!!
Laura dice
Muchas gracias por compartir. Eres muy valiente. Gracias.
Belen dice
Hola Angel,
Estoy en la misma situación parecida, estoy con ganas de viajar, pero no coincido en tiempos con novio y aveces se me cruza la idea de dejarlo pero a la vez me da una tristeza.
Es como que siento que si me quedo por el, estoy desperdiciando mi oportunidad de vivir plenamente y a la vez me siento una horrible persona por pensar así.
Es un tema muy complicado pero claramente nuestros objetivos hoy en día, no son los mismos
Gracias por tu nota
Mucha suerte
Ali dice
Hoy acabo de tropezar con este artículo, en tres años jamás lo había leído antes. Y mira que me sorprende.
Tengo el corazón compungido, en un puño de esos fuertes fuertes que te recuerdan que estás viva. Y que sientes. Y que te emocionas. Y que puedes entender lo que tuve que sentir la persona a la que estás leyendo mientras tomaba todas esas decisiones.
Y, creo que por primera vez en toda mi historia como «comentarista» de tu blog, no se me ocurre nada que decir. Ahora mismo sólo puedo sentir, reflexionar e intentar comprender.
Sin duda, uno de los mejores artículos de tu blog, Ángel (si no el mejor).
Un abrazo.
Jon dice
No se porque pero cada vez que te leo me siento mas identificado jeje.
Ahora comienza mi viaje y no esta siendo facil. Viajo a Australia con la mentalidad de vivir y viajar y conocer mundo.
Este post me ha llegado, porque estoy en ese momento de dejar una relacion de mas de 13 años con una persona que todavia amo. Pero, yo tambien tengo ese deseo de viajar solo y conocerme a mi mismo antes de tomar ciertas decisiones.
Como tu, dejo el trabajo y una vida estable, la novia, y miles de objetos que ni se que existen, por algo incierto que no tengo ni idea de lo que me acontecera.
Ese es mi chute, el no saber que me espera mañana.
como tu bien dices cada uno tiene que mirar su ombligo y si ya desde hace años vengo viajando, ahora quiero cumplir mi sueño de viajar solo y sobre todo de vivir viajando.
Tu blog me esta animando mucho incluso a crear el mio. Me dado cuenta lo que se puede ayudar con el simple echo de compartir.
Gracias Krak
Laura dice
Buenas Ángel,
he de ser sincera, acabo de descubrir tu Blog. Soy andaluza, y aunque he cambiado de ciudad para estudiar, no me he ido a más de 200 km de mi casa. Me han ofrecido un trabajo en Santiago de Chile, y estoy reuniendo información que me haga decidirme a irme o quedarme. Aquí tengo pareja y amigos, es cierto que tampoco me preocupa en exceso dejar a amigos aquí, pero mi pareja si me preocupa. Me da fuerzas leerte, porque tengo que reforzar la idea de pensar en mí y solo en mí.
En fin, a ver si alguien que lea esto y haya vivido experiencias parecidas me comenta y describe su vivencia.
Gracias!!
Luciano dice
Hola Angel. Acábo de descubrir tu página. Realmente muy inspirador y interesante cada cosa que leo tuya. Hoy en día te cuento tengo 23 años., un trabajo estable con 3 años en el ,trabajando 6 días de la semana 8 hs por día,vivo más trabajando que disfrutando todo lo que pude adquirir con el . Tengo mi propio auto y todos los gustos que quiero y cuando quiero . Menos la libertad de vivir
Siento un sentimiento parecido al que tuviste vos en ese momento que dejaste todo , no quiero ser la persona promedio que hace lo que la sociedad le impone,tener tu casa , tu propio vehículo , tu familia estáblee y un trabajo todos los días y haciendo algo que no te gusta para una persona que le importa poco lo que uno quiere.
Hoy con 23 años siento que la vida es otra cosa que eso que te imponen ,por eso gracias por cada texto que escribes y cada duda que me has sacado de todas las que tengo.
En unos meses pienso dejar todo atrás y empezar a viajar y ser feliz y libre cada día.
Te agradezco y te escribo desde Buenos Aires Argentina
Dani dice
Muy buen blog y realmente inspirador. He estado visitando muchas páginas últimamente sobre recuperar el rumbo en la vida, qué hacer con tu vida y cómo empezar de nuevo cuando parece que nada funciona y esas búsquedas me han traído a este blog no una sino varias veces. Tus post son de los pocos que me han inspirado y me han ayudado a hacerme una ideas sobre cómo es llevar a cabo todos esos planes. En muchas páginas la gente escribe sobre cómo pero muy pocos han tenido las agallas de llevarlos a cabo y explicar sus experiencias de manera tan personal. Eso es lo que diferencia tu blog de otros. A mis favoritos de cabeza.
JENNY TATIANA CHAVARRO JEREZ dice
Hola,
Soy Colombiana y tengo 26 años. Tengo la oportunidad de estudiar un semestre en otro país por parte de la universidad donde estudio administración de empresas. Deseo me aconsejen porque es algo que he querido hacer hace mucho tiempo pero no me decido por varios factores como los que menciona el autor del blog y uno de ellos que nunca he viajado y también por miedo.
Pienso en las ventajas y desventajas pero estoy muy indecisa y no sé qué hacer.
Gracias por su atención y comentarios que me puedan brindar.
Marly dice
Hola!
En un momento de incertidumbre, tristeza y desesperación, busque en Google y por fortuna encontré tu blog.
Sabes estoy pasando por una situación muy complicada, vivo en Tijuana, México y me voy a estudiar a París. Mi novio y yo tenemos una relación de 10 años, y en algún momento le dije que nos iríamos juntos. Sin embargo hace unos días tuve una pérdida de un ser maravilloso que amo y he pensado viajar sola, para trabajar en mi desapego a mi familia y las cosas, crecer y ser una mejor persona.
Le he dicho a mi novio esto y me ve ahora como la peor persona, como el ser más repugnante por dejarlo en Tijuana y decidir irme por 2 años sola. Sé que no es fácil, pero también sé que si no lo hago ahora, me arrepentiré por el resto de mi vida.
Quiero casarme y formar una familia con mi novio al regreso de mi viaje, porque de verdad lo amo, pero él ha terminado nuestra relación y no entiende las razones por las cuales quiero viajar sola para estudiar.
Ojalá pudieras darme tus comentarios.
Excelente blog, me hizo pensar muchas cosas.
Saludos.
Claudia dice
Dicen que las cosas pasan por algo, ni antes ni después, en el momento justo.
Llevo una vida de idas y venidas siguiendo a mi marido, 21 años de casados, viviendo en diferentes ciudades y sin llegar a consolidar una amistad, entregué mi vida a su compañía y ahora a los 42 años me encuentro totalmente vacía, como mujer, como esposa, como madre, como hija, hermana, etc…
Ahora aquí los estoy leyendo y al encontrarme tan sola pero acompañada de una gran terapeuta que me ayuda a levantarme día a día, sin encontrarle sentido a la vida. Una pobre infeliz que les aconseja que sigan a su corazón, él sabe, cada latido te lleva donde te haga feliz y quieras estar.
Alexa dice
Vaya Claudia, tu comentario me deja helada.
¿Será que mi pareja sentiría lo mismo que tú con el paso de los años?
En el caso de tu marido, ¿estará arrepentido de no haber tomado la misma decisión que el autor del blog y hacer su viaje en solitario?
¿Será que se recrimine por haberte llevado con él y ser la razón por la cual te sientas vacía?
Miles de preguntas me llenan la cabeza y me hacen dudar; ¿debería plantearle a mi pareja seguirme en mi aventura?, ahora mismo, no lo sé.
Me hace pensar mucho en que, en ocasiones, es mejor esperar a ver qué es lo que depara el destino y perseguir nuestros sueños en solitario.
Me pregunto si alguna vez se te ha pasado por la mente vivir la experiencia ahora, hacer lo que tú deseas y llenar ese vacío que dejó el seguir a tu marido.
Gracias por contarnos tu experiencia.