Han abierto en tu ciudad una nueva heladería. Es la mejor heladería del mundo, con más de 100.000 sabores diferentes y todos ellos con una pinta deliciosa. Podrías pasarte toda la vida –literalmente– probando sabores diferentes y aun así no los habrías probado todos.
Todos los sábados sales a dar una vuelta por el centro y te pasas por la heladería a comprar un helado. Aunque tu favorito es el de chocolate, siempre que llegas al mostrador y ves todas las cremosas opciones que tienes a tu disposición te surge la duda: ¿debería ir a lo seguro y pedirme el helado de chocolate, que ya sé que está muy bueno, o sería mejor arriesgarme y probar un sabor nuevo esta semana, que puede que sea mejor que el de chocolate pero que también puede que sea peor?
Suficientemente bueno
Todos nosotros, en las diferentes áreas de nuestras vidas, nos enfrentamos continuamente al dilema de los helados:
¿Me conformo con lo que conozco, que sé que no está mal, o intento buscar algo mejor a riesgo de perder lo que ya tengo? ¿Cuándo es algo suficientemente bueno?
Existen todo tipo de respuestas, y ninguna de ellas es mejor que las demás. Algunas opciones:
- Probar un sabor nuevo cada semana. Si hay helados de todo tipo y no los pruebas todos, nunca sabrás cuál es el que más te gusta.
- Elegir siempre el helado de chocolate. Me gusta el helado de chocolate de toda la vida y si ya sé que está bueno, ¿para qué arriesgar?
- Probar 10 helados diferentes y a partir de ahí pedir siempre el que más te haya gustado de esos 10.
… y un largo etcétera.
Hoy me gustaría conocer tu opinión sobre este tema y mantener un pequeño debate entre todos.
¿Cómo te enfrentas tú al dilema de los helados? ¿Eres de los que siempre piden el de chocolate o de los que siempre están experimentando con nuevos sabores? ¿Por qué?
No vale decir «Ángel, no me gusta el helado» y no contestar. En primer lugar porque no me creo que no te guste ningún helado y en segundo lugar porque esta situación va mucho más allá de ellos 🙂
¡Cuéntanoslo en los comentarios!
Al final del día desvelaré mi postura y compartiré una historia graciosa relacionada con el dilema de los helados.
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¡Ya estoy en Granada! Si quieres apuntarte a la quedada, escríbeme.
Foto: The Justified Sinner
MMM dice
Que flojo que estan los posts ultimamente, Angel…
Ya hace tiempo que esto viene decayendo.
Volve a las raices!
Angel dice
¡Hola MMM!
Lamento que los últimos posts no te estén gustando tanto como los anteriores.
Ya que estamos, me gustaría aprovechar para escuchar tu feedback y poder mejorar:
– ¿Por qué sientes que la calidad de los posts está decayendo?
– ¿A qué te refieres con «volver a tus raíces»?
-¿Qué tipo de posts echas en falta?
Puedes responderme por aquí o mandarme un mensaje privado.
Muchas gracias por tu ayuda y espero que lo próximo que escriba te motive más! 🙂
Alessia dice
Yo siempre siempre siempre pido stracciatella… Antes de vez en cuando me planteaba arriesgar y probar sabores nuevos, por eso de no anclarte en lo conocido (¿zona de comfort?), pero un día me di cuenta de que ninguno le llegaba a la stracciatella a la altura del betún y desde entonces siempre voy a por el mismo, que está demostrado que es el mejor 😀
tengounateoria dice
Yo me como dos… o tres… y le digo a la dependienta que me sorprenda…
Saúl dice
Lo que seguramente acabaría haciendo yo, y además no de forma premeditada, sería tener unos pocos (o uno solo) como «apuesta segura» pero probar nuevos sabores en otras ocasiones. Digamos que al cabo de 100 visitas a la heladería, 50 veces serían elecciones seguras y las otras 50 veces las usaría para probar nuevos sabores, pero sería de forma aleatoria, según me vaya apeteciendo cada vez.
Poniendo otro ejemplo que me pasa mucho y que veo que no es del todo habitual. Los desayunos o almuerzos, no me gusta desayunar siempre lo mismo (aunque esté bueno), me cansa, me aburre. Eso no quiere decir que cada día coma una cosa pero eso de pasarte un año entero bajando a la cafetería a tomar un café con leche y un croissant o una coca-cola y un bocadillo, me supera. Pero veo que es lo que hace la mayoría.
Realmente la motivación para probar nuevos sabores sería la curiosidad o la monotonía más que el pensamiento de que mi sabor favorito no es lo suficientemente bueno.
¿Es esta historia de los helados una forma de sacar un perfil psicológico de los pobres comentaristas? xD
PD: Relacionado y más visto que el tebeo:
Angel dice
Me gusta tu estrategia, Saúl. Yo también hago algo parecido cuando voy a la heladería: a veces voy a lo seguro y otras veces me siento aventurero y pruebo un sabor nuevo.
Con el tema de las comidas ya sabes que soy más conservador y si puedo prefiero seguir una rutina cuando cocino en casa y aprovechar cuando voy a un restaurante para experimentar.
Jajaja no, no, no hay intereses ocultos detrás de este post más que la curiosidad de conocer las respuestas de la gente 🙂
Saul dice
Tu caso es algo diferente, te preparas un almuerzo o comida único para no perder tiempo, pero te tomas la molestia de confeccionar uno que sea todo lo nutritivo posible. Incluso podrías hacer 2 tipos de almuerzos predefinidos de este tipo y alternar.
Es decir, lo haces a conciencia. La mayoría de gente lo hace por rutina y no se sale de lo típico, y eso es lo que me aburre.
marta! dice
No tengo una respuesta. Me encantan los helados! igual que muchas cosas en esta vida…pero siempre me pasa lo mismo! ¿Qué elijo? Mi problema es la indecisión…¿Qué hago? ¿Cojo uno nuevo o el que ya Conozco? entro en valoraciones pros y contras de cada sabor, le doy 8000 vueltas (si es que son suficientes) y no llego a ninguna conclusión, entonces le pregunto al de al lado, al que esta en la cola, al dependiente, al que entra para ir al baño…y empiezo hacer un análisis de todas las opciones que se me ofrecen…vuelvo a darle vueltas y intento crear 50 hipotesis nuevas de lo que puede pasar si elijo uno o el otro…hasta que llego al mismo sitio; siempre para esquivar esta decisión…no tener que elegir…
¿Y si me compro un helado de 2 sabores? Aunque sé que no me conviene ni a mi, ni a mi bolsillo, aunque terminé tan llena que este a punto de explotar… ya esta!!! me como los dos!! muchas veces me como los dos…el problema siempre surge cuando no tienes dinero para comprar los dos sabores…entonces ¿què? Pues a día de hoy, aun sigo sintiendome en un apuro cuando hay que renunciar a algo…porqué siempre hay que renunciar…porqué decidir es renunciar!
pero cuando los 2 sabores estan buenos…….y porqué sé que mañana o pasado o el otro podré probar los otros 100.000! pero no siempre es así…alomejor mañana cierran!
Aish!
Angel dice
A mi también me encantan los helados y me siento totalmente identificado con tu respuesta jaja
Llego a la heladería, los veo tan coloridos y cremosos que quiero comérmelos todos, pero sé que tengo que elegir sólo uno y renunciar al resto en esta ocasión porque ni puedo gastarme tanta pasta ni me caben en el estómago. Por eso, cuando puedo hago como tú y me pido dos sabores, mitad y mitad 😉
Aunque es complicado renunciar a algo que nos gusta, no hay que olvidar que cuando se cierra una puerta siempre hay otra que se abre, y que hay que deshacerse de lo viejo para poder dejar hueco a la nuevo.
Miguel dice
Creo que una buena estrategia «hibrida» para los que suelen ser conservadores y querrían arriesgar sería arriesgar poco a poco. Es decir, si me encanta el chocolate y siempre escojo únicamente ese sabor, la idea sería comenzar a probar nuevos sabores que sepa que son similares (stracciatela, menta con chocolate, etc).
Curro M. dice
Yo el chocolate no lo perdono. Sí o sí! Si hay chocolate por medio, no hay racionalidad que valga 🙂
Angel dice
VIVA EL CHOCOLATE!!! Y cuanto más puro mejor!! 😀 😀 😀
Santi P. dice
Creo que depende un poco por épocas el que prefieras el helado de chocolate o pruebes la gama de sabores, es decir, habrá épocas en las que pedir chocolate sea lo que mas apetezca puesto que es el sabor que crees que es insuperable, y en cambio habrá otras en las que en cuanto divises la heladería, estés ansioso por ver cuales son las novedades respecto a la anterior vez, y lanzarte a comerte 2 bolas de algunos de esos nuevos sabores.
Angel dice
Muy cierto, Santi! Hay épocas en las que apetece más probar sabores nuevos y otras épocas más conservadoras de ir a lo seguro y dejarse de líos.
Juan Carlos Navarro dice
Pues yo discrepo. No veo para nada que este sea un post flojo, muy al contrario. Creo que simboliza muy bien una situación que nos pasa en todos los ámbitos de la vida. Al final yo creo que tiene mucho que ver con tus expectativas y tu nivel de exigencia.
Si todos los días comiese helado, desde luego no elegiría siempre el de chocolate. Otra cosa es que los comiese de higos a brevas, en cuyo caso es bastante probable que fuese más conservador.
Pero el trasfondo es saber si somos personas que asumen riesgos y en qué medida. Estoy seguro de que existe muchísima gente que incluso comiendo helado cada día no saldría del de chocolate. De hecho conozco a una persona así, que detesta probar cosas nuevas. Y a mí me parece que ese planteamiento nos cierra muchas puertas y nos hace perder un montón de experiencias.
Por otro lado, es mucho más probable que alguien sea proclive a experimentar cuanto más joven es. Las etapas tempranas de la vida son descubrimiento, no pasa mucho tiempo sin que haya una primera vez para algo. Eso es algo que con los años desaparece, y por tanto, al no estar tan acostumbrados a la novedad, se tiende a caer en la inercia de lo conocido.
Angel dice
Muy buena reflexión, Juan Carlos. Yo también creo que es importante tener un periodo iniciar de descubrimiento antes de decantarse por un «sabor» fijo.
¿Cuánto crees tú que debe durar ese periodo de descubrimiento?
kate dice
No me gustan ni los helados, ni el chocolate pero como creo que no te refieres sólo a esa decisión sino en general a arriesgarse, voy a intentarlo en el sentido: ‘ bueno conocido o malo por conocer’.
Hasta día de hoy, he de reconocer que voy a lo conocido y no estoy orgullosa de ello, sé que hay sabores mucho mejores. Eso es miedo.
A pesar de que no sigo mi propio consejo, yo creo que sería mejor probar si no todos los helados, suficientes como para estar satisfecho con haber experimentado y nunca quedarse con la pena del: ‘Y si este …’
(Sé que suena un poquito hipócrita creer una cosa y no tener valor para seguirla pero, estamos en proceso, no somos perfectos ú.ù).
En general me extraña que tu siempre escojas el chocolate, no le pega a alguien perder el miedo a dejar su empleo e irse a recorrer el mundo (con sus sabores) y que luego sea un puritano con el helado xD
Saludotes!
Angel dice
¿¿¿CÓMO??? ¿No te gustan los helados? ¿Ni el chocolate? Fuera de este blog, baneada de por vida! 😛
Yo no he dicho nada de que siempre escoja el de chocolate! De hecho, me encanta el chocolate pero cuando voy a la heladería suelo elegir otros sabores, por ejemplo me vuelve loco el de nata con piñones, el de café o el de coco. Soy más de probar y experimentar, al menos al principio como tu comentas.
Raquel dice
Hola Ángel, ya estoy de vuelta!
Me ha gustado mucho el post, quizás porque llevo pensando sobre esto la última semana. La pregunta «¿Me conformo con lo que conozco, que sé que no está mal, o intento buscar algo mejor a riesgo de perder lo que ya tengo? ¿Cuándo es algo suficientemente bueno?» es justo lo que estoy intentando resolver.
En ese sentido, peco a veces de comer siempre el de chocolate mientras pienso en lo bueno que podría haber sido probar un nuevo sabor. Y me frustro al ver que otros disfrutan como locos de un nuevo sabor que yo he decidido no probar.
Con todo esto diría que si ya llevas un tiempo planteándote que quizás deberías probar algo nuevo, es que lo que tienes no es suficientemente bueno. Si se te pasa una vez por la cabeza y no se vuelve a repetir, puede ser, pero si lo piensas cada vez que vas a la tienda, creo que es momento de probar algo nuevo.
Además, siempre podrás volver al chocolate si no encuentras nada mejor, ¿no? (Creo que esto no aplica a muchos aspectos de la vida, pero sí al de los helados).
Esperamos ansiosos tu opinión sobre el tema!
Angel dice
Bienvenida, Rachel!! Segura que estás bien bronceada después de esos días de playas en las islas tailandesas, que envidia! 🙂
Muy de acuerdo contigo en que si todos los días estás planteándote un cambio es hora de que actúes y hagas ese cambio. Puede que luego te salga mal, o al menos no tan bien como esperabas, pero eso siempre será mejor que el vivir con el arrepentimiento de no haberlo intentado.
Samuel dice
Hola, yo lo que haría es ir con mi novia o un amigo a la heladería y pedir dos helados, el de chocolate si no me apetece otro y el sabor que quiera mi pareja. Entonces siempre podremos compartir el de chocolate e ir probando sabores nuevos.
A mi me chifla el chocolate en todas sus formas, pero hasta eso cansa y hay veces que me apetecerá de sabor brownie o straciatella, otros sabores que me encantan.
Yo creo que aquí el dilema no es cerrarse en banda en un sabor y no tener miedo por experientar.
Saludos
Samuel
Angel dice
jajaja muy astuto, Samuel!
Como cuento en mi historia yo siempre hacía eso con mi novia en los restaurantes: pedir dos platos diferentes y compartir, para así poder probar dos opciones diferentes. Ella elegía lo de siempre, su plato favorito, y yo algo nuevo, y al final lo suyo siempre estaba más bueno que lo mío 😛
Miguel dice
Me habéis leído la mente Samuel y tú! Es genial dejarte recomendar en general en la vida. Por eso es bueno tener a tu alrededor gente que no siempre piense como tú, que haga sacudir de vez en cuando tus convicciones, que a veces las refuerce y otras veces las haga cambiar y te invité a probar cosas nuevas…
Ricardo dice
Es muy simple y depende del gusto de cada uno, si quieres probar otros sabores y evitar que el helado termine en el cubo de basura le pides que te deje probar antes el sabor y decides….
Angel dice
En Estados Unidos la gente siempre prueba varios helados antes de decidir, es algo muy común. La cosa es que no puedes probar TODOS los helados. Al menos a mi, cuando he probado 3 o 4 me empieza a dar vergüenza y elijo de una vez (muchas veces incluso un sabor distinto a los que he probado!) 😛
Jesús Miguel dice
Ángel, a mi me ha parecido una reflexión muy interesante.
Bajo mi punto de vista, lo dificil es saber cuál es el helado que más te gusta sin haber probado todos antes. Un día descubres un sabor que te encanta y sigues fiel a él durante un tiempo. Pero, si consideras que has probado pocos helados, de repente te puede surgir la «necesidad» de probar más sabores.
Raquel, como bien dices, ojalá fuera tan fácil volver al chocolate cuando te das cuenta de que te gusta más que todos los otros sabores. A veces, movido por el impulso de la novedad, pruebas otros sabores porque piensas que puede haber otro que te vaya a gustar más. El peligro es que si te das cuenta luego de que en realidad el chocolate es tu sabor favorito, puede que cuando intentes volver a comerlo ya no haya porque otra persona se lo esté zampando!!!
That’s life.
Angel dice
Exactamente, así es la vida. Hay que elgir, y no siempre vamos a tener todas las opciones a nuestra disposición.
Yo también pienso que es importante probar antes de decantarte por un «sabor favorito». Quizá no siempre sea posible (ni inteligente) probar todos los helados, pero al menos sí tener una época previa de descubrimiento para evitar arrepentirte más adelante de no haber probado más sabores.
Teoma dice
Yo no he votado nunca, antes la gente me decía que era un mal ciudadano, ahora ya han desistido. Creo que las excusas que yo daba, de que votaré cuando tengamos una democracia real, que los votos valgan lo mismo y que las listas no sean cerradas, puede ser la razón de que ya no me den el coñazo, no lo creo, pero da igual, me sigue sin gustar la heladería ni los helados que venden.
P.D. Pienso que una heladería con cien mil sabores no es para poner en España, la mayor parte de la gente opina que más vale lo malo conocido, que lo bueno por conocer.
Esperemos que como ya no me llaman mal ciudadano, lo del refrán también haya cambiado, pero no lo creo, esperaré a ver, pero estoy casi seguro que será lo de siempre, La gente votará a los helados con mayor sabor a chorizo. Un saludo
Angel dice
Si no te gusta ningún helado siempre tienes la opción de crear tú el tuyo propio 🙂
PS: Odio ese dicho que tenemos en España de «más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer.» De hecho, tengo pensado escribir un post sobre ese tema.
Silvia dice
A mi me gusta «repartir riesgos» Asi que me lo suelo pedir de dos bolas o mitad y mitad…Con el de menta y chocolate o con el que sea que me apetezca y ya he probado, siempre acierto, asi que si el nuevo no me gusta simplemente no me lo como y pienso en la parte buena….menos he engordado… ;)) Y siempre puedo terminar con el que me gusta para acabar con buen sabor de boca.
Helaaaaaaaadoooooooooo
Mmmmmmmmmmmmmm
;))
Teoma dice
Silvia tienes una sabiduría natural que ya la quisiera yo.
Yo no entiendo mucho de helados pero creo que tienes razón al gustarte los helados de dos bolas, creo que son esos los más auténticos con el barquillo bien duro, que no se ablande a las primeras de cambio y dos buenas bolas.
P.D. Esperemos a ver que opina Caro. Jajaja.
Silvia dice
Jajajaja…. Teoma, al final en la vida repetimos y disfrutamos de aquello que nos causa placer y evitamos o rechazamos lo que nos desagrada e incomoda
….Aunque de vez en cuando haya que tomar algo que no te gusta mucho porque te faltan vitaminas… Jajaja
Un beso
Teoma dice
Creo que leí que era más o menos como si te comieras un filete de ternera. Jajaja.
Silvia dice
…y si la ternera no funciona siempre se puede probar con una buena racion de ternura .
Jajajaja
Angel dice
Yo también hago eso jaja Medio helado de un sabor que ya se que está buenísimo, y la otra media de algo nuevo 😀
Heladooooooooooo ahggg (carita con la baba cayendo)
Ruben dice
Hola, yo el chocolate no lo perdono pero el tema del color me puede. Los colores fuertes cuentan para sabores nuevos raro pero así es. Un helado bonito es menta y fruto rojo. Es hasta decorativo 😉
Angel dice
¿Qué te parecen el de chicle o el de pitufo? 😛
Roberto J. dice
Yo siempre me pido el helado de dos sabores, uno chocolate y el otro cada vez uno 😀
Olalla dice
Jaja, me he reído con este post porque me he visto retratada. Cada vez que pido un helado me enfrento a este dilema.
Mi solución más habitual: arriesgar sólo a medias pidiendo dos sabores. Uno, siempre chocolate, caiga quien caiga. Con el otro, voy experimentando.
Cuando el experimento sale bien, triunfo porque tengo EL HELADO PERFECTO. Cuando sale mal, al menos disfruto del chocolate 🙂
Saludos!!
Angel dice
Le técnica de los dos sabores nunca falla. Eliges uno que te encante y con el otro ya experimentas, así pase lo que pase al menos vas a disfrutar de la mitad del helado 😛
Esto es aplicable también a la vida: el tener algunas áreas seguras te permite poder arriesgar fuerte en otras.
Sergio dice
Pues los experimentos con helados han demostrado que a más sabores tenían las heladerías menor volumen de venta, mientras que que las que tenían 6 buenos helados se forraban….
El exceso de opciones causa parálisis. Para triunfar hay que tener «decisión» y como dice Tim Ferriss decisión está relacionado con la palabra «escisión», hay que eliminar opciones para poder vivir algunas de ellas. Esperar probar TODOS los sabores de la vida probablemente no sea factible pero si asumes eso y sigues cierto criterio probablemente te hagas un experto «catador»
Angel dice
Es muy cierto eso que comentas. Tener muchas opciones no te garantiza ser más libre ni más feliz, sino en muchas ocasiones todo lo contrario. El vídeo que menciona Saúl en su comentario lo explica a la perfección:
jose carlos dice
Chocolate, maracuyá y naranja. 80 por ciento pido siempre chocolate. Para nada esta decayendo el blog, difícil es crear y fácil intentar destruir, se le sigue con interés.
Angel dice
¡Gracias Jose Carlos! 🙂
No sé por qué, pero todavía no he encontrado un helado de naranja que me convenza… El de sorbete de limón suele estar mucho mejor!
Peter dice
Mi opción válida es:
– Eliges inicialmente una muestra de helados (más asequibles de conseguir), pruebas y eliges el sabor que más que te gusta. Mantienes la fidelidad a tu sabor favorito pero vas observando y probando otros a lo largo del tiempo, aunque no tan intesamente como la primera muestra, de forma que disfrutas de tu primera opción sin rechazar a otras.
Si no te gusta ningún helado no te mantengas con ese regusto amargo en la boca y sigue buscando.
La pregunta interesante es: ¿el sabor de chocolate es el mismo en todas las heladerias?. Quizá el cambio se produce por la «heladería», no por el «sabor». Este es mi dilema, estoy convencido de que son las «cocinas» quienes hacen los sabores diferentes, no el sabor en sí mismo.
No me gusta mi helado, ¿cambio de sabor o de heladería?
Angel dice
Muy interesante, Peter…
Yo opino prácticamente igual que tú: prueba, elige y sé fiel pero sin cerrarte en banda. Y sobre todo, si no te gusta un sabor, DEJA DE PEDÍRTELO CADA SEMANA!!
El dilema sabor o heladería lo dejo para un próximo post 😀
Alma dice
¿En qué momento puedes decidir que el helado de chocolate es el más rico del mundo, el que más te gusta, el ideal para ti de todos los helados?
Siempre he considerado que una de las claves de «vivir al máximo» es el hecho de que hay que arriesgarse y huir de lo fácil, de lo habitual, de lo conocido, de lo SEGURO… si es que eso no te llena.
Te puede gustar muchísimo pero si encuentras uno que consideres que puede ser mejor… ¿no deberías probarlo? ¿y si ése sí te llena?
Es verdad que es dificil, que el miedo es muy poderoso… No sé si es valentía o insensatez, pero para mí hay pocas cosas peores que el arrepentimiento.
Yo por mi parte no querría salir de la heladería diciendo un «y si hubiera probado…». Merece la pena si hay alguno que promete… aunque el de chocolate esté lo suficientemente bueno.
marta! dice
Pero al final siempre hay un «y si…» porqué puede pensar «y si hubiera probado otro…» o «y si me hubiera cojido el de siempre…» El miedo es muy poderoso, el «y si…» es un miedo o una duda, no es un arrepentimiento…no hay arrepentimiento que valga cuando tomas un decisión con convicción, y si no lo haces con convicción sabes que es pasado y ya no lo puedes cambiar…la duda y el miedo son futuro, el arrepentimiento es pasado…
pero decidir siempre ha sido dificil…porqué implica renunciar a algo que «y si es bueno? y si no?»
Para mi es peor el sentimiento de miedo y de duda, que el de arrepentimiento (que tampoco acostumbro a sentirlo pk ya pasó).
Alma dice
Precisamente me refiero al miedo cuando hablo de arrepentimiento… el uno puede generar el otro.
Cuando hablo del «y si… » no me refiero al hecho de dudar, sino de querer algo y no llegar a alcanzarlo por haber tenido miedo a abandonar lo cómodo.
Angel dice
Yo soy como Alma: si hay algo que me encantaría hacer, a lo que llevo tiempo dándole vueltas, voy a por ello aunque eso implique renunciar a lo seguro. Es cierto, puedo que salga mal y que al final «lo pierda todo», pero al menos tendré la conciencia tranquila por haberlo intentado y habré aprendido por el camino.
Caro chan dice
Teoma<3!!!Mi respuesta es…..no me gustan los helados!!jajajaja Yo soy como Kate!
Pero debo decir que si me tomo uno al año es de stracciattela con pistacho!Pero como los de Italia no hay ninguno y después de mi año alli paso de comerme ninguno por aqui….prrrr
Así que digamos que en el tema de los helados soy muy sosa y tradicional, eso refleja algo de mi vida, pues quizás el trabajo, que me quedo con mi sosi-pero-seguro-curro pero si hablamos de platos salados te diré que rara vez repito, me gusta probar lo mas novedoso de cada carta!Así que ya me psicoanalizo yo solita, por ahorrarte el trabajoXD, y te digo que el resto de mis facetas son muy aventureras!
No sé si estarán abiertos aún la heladeria Los italianos, mítica en graná, si es así te llevo uno de estos días!^.^
Teoma dice
Si sigues por estos derroteros, no voy a tener más remedio que leer tú blog, Jajaja..
Angel dice
El de pistacho es una arma de doble filo: o es terrible o está buenísimo!!
A ver si mañana me paso por Los Italianos esos tan famosos… 😛
Lidia dice
Allí la especialidad es el helado de cassata 😉
Manu Mateos dice
Por parte. No creo que esto sea un post flojo ni nada así; Ángel no necesita sentar cátedra ni darnos una lección magistral en cada artículo, sino que busca hacernos reflexionar.
Yo… tengo un par de sabores predefinidos, pero de vez en cuando me gusta probar uno nuevo, «a ver qué tal». Si me gusta más, mejoro y profundizo. Si no, pues al menos lo he probado.
En la vida lo mismo. Tengo trabajos y proyectos que me gustan, pero muchas veces me apetece probar algo nuevo, algo que no he hecho nunca y que «puede estar bien». Si sale bien, oye, qué alegría. Si sale mal, bueno, al menos ya sé que por ahí no quiero tirar. Y así con todo 🙂
Por lo que digamos que, de cada diez veces que voy a la heladería, las cinco veces tomo helado de menta (es mi preferido :D) y otras cinco pruebo el de mango, el de melón, el de frutas del bosque o el de Torta del Casar (riquísimo, por cierto, aunque te tienen que gustar los sabores extremos).
Por cierto, para heladería buena en Cáceres, Biocream, un poco más arriba del Gran Teatro por la acera opuesta. Helados biológicos de mil sabores (tienen uno de chocolate belga que telita), casi todos sin gluten (salvo los obvios, como el de cookie).
Joan Coll dice
Hola Angel, yo soy muy reciente en este blog y no puedo decir que las publicaciones estén decayendo, simplemente que tal vez estas últimas sean un poco «diferentes», pero lo veo como algo positivo. De vez en cuando viene bien ser un poco diferente, y visto con perspectiva seguro que acaba siendo mejor que ser siempre igual y quedarse encajonado.
En cuanto a tu dilema acerca de los helados, yo personalmente lo veo clarísimo. No buscaré complicadas o complejas fórmulas matemáticas acerca de porcentajes o eficiencias para saber cual es la mejor forma de probar sin arriesgar y a la vez mantener la satisfacción por lo que ya sabemos que nos gusta. Mi elección es PROBAR SIEMPRE COSAS NUEVAS Y EXPERIMENTAR CONTINUAMENTE SIN MIEDO A ARRIESGAR. Lo mires como lo mires siempre resultará muchísimo más enriquecedor que jugar a la apuesta cómoda y segura de ese helado de chocolate que sabemos que nos gusta y que con el tiempo se nos acabará haciendo monótono, aburrido e insipido. Si estamos hablando de vivir al máximo, está clarísimo que hay que probar continuamente cosas nuevas y no ser conformistas. Es más, si realmente estás convencido de querer vivir al máximo, ni siquiera te plantearás esta elección, tu afan de curiosidad innato te conducirá claramente a probar lo nuevo y a descubrir lo desconocido.
Ahí va mi opinión. No sé si encajará con la idea que tu nos vas a exponer a continuación, pero es lo que pienso y me apoyo en la experiencia de una muy larga vida profesional (espero no ser el «abuelo» de este blog, jeje) en la que ahora me doy cuenta de que precisamente me he pasado más de 20 años eligiendo ese helado de chocolate que me gustaba, que me aportaba seguridad, estabilidad y comodidad, y que no me suponía riesgos, y que a pesar de que esto me ha reportado beneficios, si hago balance veo claramente que fue una mala elección y que debí asumir el riesgo de probar otros helados porque ahora tengo muy claro que eso me hubiera reportado muchos más beneficios y que los buenos helados que de vez en cuando habría descubierto me habrían permitido VIVIR mucho más de lo que he vivido.
Afortunadamente, ahora estoy viviendo un cambio muy importante (los cambios por muy traumáticos que puedan parecer a corto plazo siempre deben verse como oportunidades) y estoy dispuesto a cambiar de heladería, cocina o de sabor todas las veces que haga falta y sé que eso será muy positivo.
Santi dice
Ufff Ángel con el helado de chocolate nos has tocado la fibra a varios ;-).
Yo voy a extrapolar esta situación a muchas otras que se te plantean en la vida. En mi caso me pasa con la comida y/o bebida en general y en algunas ocasiones con acciones a realizar. Cuando tengo mucha hambre/sed siento una sensación de…no puedo jugármela ahora! Estoy hambriento y como elija el plato desconocido y no me guste no me lo voy a perdonar jamás.
En cambio cuando no tengo esa sensación tan fuerte de hacer y/o comer algo me doy el lujo de probar cosas diferentes y no me culpo tanto en el caso de que no me guste. La verdad Ángel…es que ahora mismo estoy empezando a reflexionar el por qué de este comportamiento…así que en mi caso has acertado de lleno con el post!
No sé si será por el instinto de supervivencia animal o humano de no querer arriesgar cuando se está en una situación límite (entiéndase situación límite como tener unas ganas tremendas de hacer o comer algo). En cambio cuando no tienes la necesidad imperante de hacer o comer algo porque simplemente te encuentras bien como estás piensas….oye… y si pruebo esto que desconozco por simple curiosidad y me llevo un sorpresón…no tengo nada que perder… y es así como aparecen en tu vida los grandes cambios y descubrimientos.
Como conclusión y sintiendo la posibilidad de que algunos no hayáis entendido lo que quería expresar, creo que el ser humano tiende a probar cosas nuevas en situaciones en las que se encuentra con un grado de satisfacción alta respecto a la vida y le entra la curiosidad de ir más allá y de buscar nuevas experiencias o sensaciones. En mi caso lo siento así y me doy cuenta que cuanto mejor me van las cosas más abierto estoy a nuevos retos y aventuras.
Perdonad el tostón y dar las gracias a Ángel por, al menos en mi caso, haberme hecho reflexionar por unos instantes (que de vez en cuando no viene mal)
Un abrazo a todos,
Santi
maria jo dice
Éste post me llevó a años atrás, me hizo pensar en todos los cambios que mi persona ha tenido en los últimos años. Antes no salía del helado de chocolate ( que me sigue perdiendo y me encanta 🙂 ) y era muy reacia a probar comidas nuevas; a la vez en mi vida, necesitaba ir sobre lo seguro, lo conocido y lo nuevo me causaba terror, era fiel a mi rutina, a lo que supuestamente «tenía bajo control». Hasta que se produjo un cambio radical en mí.
Necesitaba conocer cosas distintas: gente nueva, otros lugares, otra gastronomía… viajé. Esto abrió mis horizontes, se fue el miedo a lo nuevo (al contrario, causó adicción en mí a lo desconocido), a nivel gastronomía me dejé de delicadezas, como de todo.
Así que iría probando cada día un sabor nuevo. Eso sí, los que son ya bastante peculiares, como el helado de gambas que me encontré en una ocasión, no lo compré, pero sí le dije a la persona que atendía que me diera una cucharadita pa probar 🙂
Carmen dice
Justo iba a decir como Caro, que los fans de los helados que vengan a Granada se pasen por Los Italianos que se supone, que tienen los mejores de la ciudad. Y para los más aventureros, tienen un helado con 10 o 12 bolitas de diferentes sabores para que los probéis casi todos!
Yo por mi parte con los helados soy mucho más lanzada que en el resto de facetas de mi vida, aunque es algo que me esfuerzo mucho por cambiar!
Gorka dice
Da gustillo probar sabores nuevos. A veces da pereza y vas a lo seguro. Normalmente cuando has tenido un mal día y no quieres que un acto aventurero te acabe de hundir. Sin embargo cuando estás harto de la rutina o simplemente vas de subidón te arriesgas a probar cosas nuevas aunque no te lo recomienden. Vendrá el Alfred de turno a decirte «Se lo dije», pero lo habrás experimentado por ti mismo y sabrás de primera mano si ese sabor era para ti o no. De otro modo siempre te quedarás con la duda. Y las dudas no te dejan dormir…
Ya os digo que el único sabor bueno de Monster es el verde (ahora corred a probar los otros y comprobadlo).
sarita dice
Probar el resto de helados!! El de chocolate siempre estará ahí para poder volver….y si presuponemos que puede desaparecer el de chocolate seguiría probando igualmente…con 100% de seguridad que entre el resto de sabores encontrás uno que aprecies tanto como ese… o mas.
Si SOLO comes chocolate…terminaras aborreciendolo o dejandolo de apreciar y mucho menos volverá a ser un momento especial.
PD: Y respecto a tus post decayendo?? Seguramente que MMM eligiría siempre el sabor del chocolate.
A lo mejor este post es sabor pistacho y los que preferimos la innovación te apoyamos en tu diversidad. Gracias por los distintos sabores. 🙂
Un saludo y espero verte por Cáceres
Paula dice
Yo soy de las que sempre me gusta probar sabores nuevos. Siempre que hay un sabor nuevo que no he probado, dentro del tipo de gustos que me apetecen en ese momento, lo pruebo. A veces acierto a veces no. Así es la vida 😉
El que vio la luz dice
Pues yo siempre siempre siempre me pido el helado que mas me gusta que es el de nata y luego pido otro sabor. La opcion de los dos sabores te lo dan todas las heladerias.
Trasladar esto a la vida diaria es mas complicado, pero siempre existe algo asi en mayor o menor medida.
Un saludo
Nuria dice
Hola Ángel
Pues te he descubierto hace un mes y me encanta tu página y tu valentía para hacer lo que haces.
Yo soy extremeña como tu, soy profesora de instituto, me gusta muchisimo mi trabajo, pero llevo ya un par de años dándoles vueltas y más vueltas a la idea de dejar un año de trabajar, yo le llamo «mi año sabático»………y desde que te leo cada día lo tengo más claro, el curso que viene no voy a trabajar en la enseñanza, voy a viajar, a ser dueña de mi tiempo……ya le he puesto fecha, como tu dijiste que hay que hacer: 30 de junio de 2014.
Ya lo estoy empezando a decir a mis alumnos, mi familia sabe que es algo que llevo queriendo hacer, no les extraña…pero no se lo acaban de creer:……ahora sólo me queda que para cuando tenga que pedir vacante para el curso que viene que eso es en mayo , no pida nada….
Pero creo que la decisión es la acertada, hay que probar todos los helados……..
Gracias por tu página es genial..
Teoma dice
Joder Ángel, la que has liado con la alegoría de los helados, lastima que algunos piensen que estás decayendo, cuando yo en cambio pienso que has llegado a ese momento que sabes que puedes escribir un articulo con cualquier cosa, que los ingredientes estás en la cabeza, la meneas un poco y van saliendo. Jajaja.
Que vives en ese mundo lucido, como el pintor genial, que crea una obra, no sabe bien de que va, pero le parece importante, y la expone, para que los demás le pongan nombre.
P.D. Esperemos que se calmen los helados y que la gente empiece a responder a la alegoría de la vida. Será muy interesante si se deciden. Un saludo.
virginia dice
pues yo si tengo que ir al sentido literal, es decir a la propia comida, al helado, soy de no cambiar nunca. Unas vacaciones, me pase comiendo la misma ensalada en el restaurante 15 días cosa que mi marido no podía entender con todo lo que había en la carta. Pero estaba tan RICA que no me hacía a la idea de poder comer otra cosa. O sea yo de chocolate si o si.
ya si nos vamos a otras interpretaciones más amplias, medias bolas de choco, combinando con otro sabor para conocer otras realidades y poder tener más referencias y poder comparar con mi propio criterio.
Y lo del nivel, sobran los comentarios….yo lo único que creo es que mucho merito tiene Angel de seguir manteniendo sus citas semanales con el ritmo que lleva actualmente con el tour.
Un abrazo, Vir
Marta dice
Pues yo creo que está muy bien la metáfora vital de los helados, y que es un tema delicado, la verdad. Yo pienso que siempre es necesario un primer período experimental (volviendo a los helados, probar una gran cantidad) que sirve para intentar identificar qué no quieres, qué cosas sí y así intentar llegar a una definición de qué significa «suficientemente bueno» para ti. Una vez pasado el período experimental y cuando tengas tus expectativas (de qué tipo de «sabor» quieres) más o menos claras, si no encuentras uno que las satisfaga, sigue probando distintos (si pasa mucho tiempo y no lo encuentras, replantea tu definición). Y si encuentras algo que consideres que satisface tus expectativas (el helado de chocolate, en este caso), por supuesto disfrútalo pero no te olvides de seguir probando, porque nunca sabes si ese es tu máximo o hay algo que en realidad te guste más.
R. dice
Mi favorito es el de avellana, pero suelo ir cambiando dentro de las cosas conocidas. Alguna vez chocolate, otra turrón, otra straciatella, incluso alguna vez probar el de tarta de queso o algo que en ese momento me atraiga… Lo que no se me ocurriría nunca es probar, qué sé yo… Helado de zanahoria, helado de chicle o cualquier invento raro.
En fin, que salirme un poquito de lo «seguro» me gusta, incluso atreverme con algo que en ese momento me apetece, pero nunca lanzarme a probar algo que me es totalmente ajeno o desconocido. Igual me estoy perdiendo algo increíble, pero me gusta ser prudente… Así que antes de probar cualquier combinación de ingredientes, antes me informaría de si «casan» o no.
Arriesgar sí, pero con prudencia.
Marién dice
Yo apuesto muchas veces por los nuevos sabores, pero sobre una base segura. Por ejemplo, pruebo los nuevos sabores que se asimilan a los que más me gustan: leche merengada, chocolate, limón, kit kat, after eight, leche condensada, stracciatella, dulce de leche, ron con pasas, …
En la vida también actúo así. No me mporta adoptar cambios, pero en la base deben estar los valores que yo considero seguros o imprescindibles.
Guillermo dice
Hola Ángel, muy buena reflexión para mirar cuales son las elecciones que realizamos en nuestra vida.
En cuento al tema de los helados tengo tres cuatro sabores estrella que voy combinando, pocas veces me arriesgo, cuando pedimos postre pedir cosas diferentes para intercambiar.
En cuanto a la vida, soy una moneda de dos caras, la cruz es tirar a lo seguro, no salirse de lo trazado, incluso dejando que otras personas me guíen, la cara es comprender sin cambio no hay evolución, no puedes saber que algo no te va a gustar sin antes probarlo.
Normalmente la moneda cae de cruz, pero otras veces me arriesgo y descubro que me gusta la natación, hablar con las personas, la meditación, ir a talleres de desarrollo personal, volver a sentir la sensación de coger olas, escribir y comentar en Internet :-),…etc.
Raúl dice
En alemán tienen la expresión «die Qual der Wahl», que significaría «la tortura de tener que elegir»…
Yo hay días en que no me apetece experimentar y otros en que me atrevo a probar el pato con una salsa distinta en el chino 😉
Marién dice
Hola Guillermo:
Realmente me dejáis estupefacta. Daría incluso para otro debate.
¿Tú también meditas?
Con lo fàcil que hubiera sido que,, como tu abuela, rezaras.
En esa faceta me pido el helado de chocolate.
Un abrazo.
Oink.
Guillermo dice
Hola Marién,
Este año he retomado el habito de meditar, me ha ayudado a encontrarme, lanzarme preguntas que tenia pendientes, no todo es un camino de rosas, pero utilizando el perdón y la gratitud, he conseguido niveles aceptables de conexión con mi yo interno.
Para mi meditar es tener un momento para mi, desconectar el flujo continuo de estímulos e información, no siempre consigues tener niveles tipo buda de paz, tranquilidad,..etc, pero dar ese paso, serenar los pensamientos, aunque sea un poco te cambia y si lo haces de forma regular ves la vida con otro color.
Un abrazo y te animo a meditar
Mark dice
Quizás, en lugar de «probar tantos helados», deberíamos «aprender a hacerlos». Puede que no te salgan bien a la primera, pero finalmente lo conseguirás y disfrutarás por el camino.
Ángel, muy interesantes tus psicoposts 😉
Un abrazo.
MARTAO dice
No me lo puedo creer!, ¡ Hay gente que se ha tomado el post de manera literal y está escogiendo el sabor de helado!
senosvalavida dice
La gracia no está en quedarse pensando si el siguiente reto que nos sale al paso resultará de nuestro agrado. Eso no se puede saber hasta que no te has metido, lo has desarrollado, lo has trabajado y lo has dado a conocer (tres años mínimo). Lo verdaderamente importante es que sea DIFERENTE. Empezar con algo que no conocemos de antemano y que nos intriga es, de por sí, una experiencia saludable y estimulante.
Isabel dice
Si me encanta el helado de chocolate, me pido helado de chocolate.
Creo que lo difícil es tener claro lo que te encanta.
Daniel dice
Aca en México solia ir a una heladeria estilo italiano.
Como tenian politica de degustacion, por lo regular probaba 1 o 2 y finalmente compraba el helado (que no necesariamente tenia que ser uno que ya habia probado)
Yo ya habia probado al menos 5 sabores distintos, pero me faltaba probar unos 17.
Un dia le comente a la chica del mostrador que le pagaria el precio de un helado a cambio de degustarlos todos.
Ella me dijo que no podia cobrarme por la degustacion.
Asi que compre un cafe y (que me costo 1/3 del precio de un helado) y deguste la mayoria de los sabores en un dia.
Teoma dice
Ángel, majete, deja de flojear que a este paso este articulo se convertirá en el más comentado del blog. Esto te lo aseguro yo, de lo contrario, pagas una ronda de cerveza a todos. Jajaja.
Después de leer los comentarios y salvo el de Silvia, que le gustan con dos buenas bolas y el barquillo bien duro, vamos marmoleo de gran calidad. ( No confundir el significado de la palabra, es pura coincidencia ) Que es tan sabia que a falta de ternera, tiene la suficiente imaginación para compartir ternura, y el de Caro, que es una pena que no le gusten los helados, pero que el día que encuentre el de sabor Mentol, cualquiera la saca de la heladería.
Todos vuestros comentarios han girado sobre la elección de helados o en la vida. Es algo que me sorprendió bastante, que todo el mundo hiciera hincapié en lo mismo. Pues bien, como todos sabemos, estas multinacionales de los helados y muchas otras cosas, antes de sacar sus productos al mercado, piden a un laboratorio especializado en biotegnología que le cree componentes nuevos.
Estos alquimistas del comercio, analizan las textura que más nos satisfacen desde que somos bebes, los olores y los sabores que nos recuerda a la lactancia, cuando estábamos acurrucados en los brazos de nuestras madres, etc.
El paso siguiente es implementar estas texturas, olores y sabores en sus productos, por eso toda está bazofia nos resulta tan rica, salvo a la del Mentol.
Ahora bien, mi pregunta es la siguiente, estamos eligiendo de verdad, o vivimos en un bucle, en el cual nos engañan y pensamos que estamos eligiendo constantemente y la realidad es que en dicho bucle tenemos caminos trazados, para que inexorablemente volvamos a pasar por el redil, una y otra vez.
P.D. Espero vuestras respuestas, me interesa mucho las opiniones sobre este detalle, o solo sea para que Ángel no tenga que estirarse, con tanta birra. Un saludo.
marta! dice
Nos engañan! eso por seguro! Pero dentro de la supuesta libertad de elección también hay que elegir…elijes entre las opciones que te ofrecen…pero en cierta medida elijes…tal vez sea mejor que te las delimiten…o alomejor no? depende de la capacidad de decisión.
Te has pasado! ahora si que si…xD
Ángel AYUDAAAAAAA! Porfavor deléitanos con tu anécdota acerca de los helados, antes de que se nos vaya esto de las manos!
Isel dice
Ángel, la que has liado con los helados . Ahora cada vez que vayamos a un heladería nos acordaremos de tu articulo, y cada vez que tengamos que tomar una decisión nos acordaremos de los helados, así quizá sea más fácil decidir.
Angel dice
Wow, gracias a todos por los comentarios!! No sabía que este post fuese a tener tanto éxito. En cuanto Granada me deje un rato responderé a los que pueda.
Bueno, mi turno 🙂
Todo esto de los helados surgió durante una conversación con mi amiga Peggy en Albuquerque sobre tener o no tener pareja. Yo le decía que claro, que a todos nos gusta la pizza de pepperoni, pero que por mucho que te guste también habrá días en los que te apetezca prepararte unos huevos fritos con patatas en tu casa. Total, que no sé muy bien cómo, de esas profundas reflexiones sobre pizzas nació el famoso dilema de los helados.
En mi caso yo siempre he sido de probar sabores nuevos, aunque reconozco que no siempre me ha salido bien jaja Por ejemplo, mi ex siempre se pedía lo mismo en cada tipo de restaurante: thai – pad see ew, chino – pollo mu-shu, etc. Como a mi me apetecía probar algo nuevo, le decía que pidiésemos eso y luego otro plato raro y luego compartiésemos. El caso es que siempre, siempre, SIEMPRE lo que ella pedida estaba más rico, y siempre, siempre, SIEMPRE acababa comiéndose ella el 80% de su plato porque le gustaba más y lo había elegido ella jajaja
Sobre el dilema de los helados, mi estrategia es diferente en función de qué área de la vida se trate, pero creo que en cualquier caso es importante saber que no existe «el helado perfecto» (y por tanto no tiene sentido buscarlo) y que en la mayoría de los casos no hay tanta diferencia entre un helado que está muy bueno y uno que está muy muy bueno. De estas cosas te das cuenta sólo después de haber probado varios sabores, así que en mi opinión es importante siempre hacer un pequeña cata.
Algunos ejemplos prácticos:
– Sé que hay parejas que se conocieron a los 16 y han vivido felices desde entonces, pero personalmente me parece una barbaridad tomar una decisión tan importante como elegir al padre/madre de tus hijos a esa edad y sin ninguna experiencia previa. Creo que en la mayoría de los casos esto no es sano y acaban rompiendo o poniendo los cuernos porque sienten que no han vivido su juventud o que no pueden saber si su chico es «el hombre de su vida» sin haber probado a estar con otros chicos. Prueba, aprende qué es importante para ti y qué no, y haz todo lo que tengas que hacer para luego poder asentarte sin remoridimientos.
– A la hora de elegir un restaurante, no tiene sentido mirar 20 menús diferentes porque puede que hasta se te haya pasado el hambre al llegar al último. No es una decisión tan crítica. En cuanto veas algo que te apetezca, entra ahí y listo.
– Aunque te guste mucho España, veo como una experiencia muy positiva el probar a vivir un tiempo en otro país. No hace falta ir a todos los países del mundo como Chris Guillebeau, pero viajar y conocer otras partes del mundo te dará una perspectiva muy valiosa para tu vida. Además, con tantos «sabores» como tiene el mundo me parecería un desperdicio limitarse solo al de nata.
Como véis, mi estrategia es relativamente diferente dependiendo de qué se trata, pero en general soy más de probar sabores diferentes (al menos al principio).
Marién dice
En cuanto a la pareja, no creo que se deba tanto a la cata como a la madurez de la decisión, por lo que yo pondría en la heladería un cartel de «para mayores de 21 años».
Angel dice
Yo creo que la edad no siempre es sinónimo de madurez. Hay gente con 21 muy verde y gente con 21 años que tiene las cosas muy claras…
Antonio dice
SAL DE MI CABEZA!
Natalia dice
Yo siempre pido uno de nata con…… Y elijo otro sabor que acompaña,asi voy probando a la vez que acierto. Mola verdad.
Isel dice
A los 16 años es posible que encuentres a una pareja tan buena que sea la persona ideal para vivir siempre con ella. Puedes arriesgar y cambiar para probar y no encontrar nunca a nadie mejor. Tú mismo has dicho que no existe el helado perfecto. Quizá el primer helado que hayas comido sea el de chocolate y, después de probar otros muchos descubras que el primero era el mejor. Tratándose de un helado, siempre podemos volver a la heladería y comprar uno nuevo, pero desgraciadamente no tenemos siempre una segunda oportunidad.
Silvia dice
He leido este post y realmente me parado a pensar que es lo que realmente hago yo, realmente no voy casi nunca a la heladeria donde últimamente voy cada dia es a la tienda de batidos de smoothies de frutas y de todo tipos, buenissimos! me parado a pensar cuál es el que elijo y siempre estava comprando el mismo por el miedo que el siguiente no me gustara..de miles i miles que hay siempre estava entre uno u otro..pero cuando leí este post pare a pensar que en la vida no soy asi para nada..pero algo si sino no escogeria siempre el mismo hago igual con la comida y hago igual con los helados cuando los compro siempre me baso en lo simple porque lo conozco y sé que me gusta..pero que hay de lo demás? aveces me he dicho a mi misma va compro el de siempre mañana ya probaré el nuevo..pero que pasa si al dia siguiente ese ya no existe? ya no lo hacen? y al leer tu post una vez al salir de casa me fui a la tienda de batidos y pedí el más nuevo de todos el que me llamaba más la atención y la verdad? estava buenissimo pero mi preferido seguia siendo el otro..pero ahora lo sabia..ayer mismo fui a comprarme un sundae de chocolate en el mcdonals..si no hay mucha opcion allí fresa..chocolate o caramelo..pero siempre me pedia el de chocolate ayer me pedi el de caramelo i la verdad..la proxima vez me pido el de caramelo antes que el otro.. a algunos les parecerá una tonteria..pero realmente es asi..y hacemos lo mismo con los trabajos..y con nuestras vidas..y esto me ha hecho reflexionar..y ahora mismo tengo un vuelo para la semana que viene para una semana de vacaciones a otro lugar a una gran ciudad..i disfrutar de ella..siempre he querido ir pero bueno tengo que trabajar más..ahora no puedo pedirme vacaciones en el trabajo…sabeis que? compre el billete sin decir nada y luego? luego les explique a mis dos trabajos que esa semana no podia ir a trabajar. Siempre te arriesgas en estas cosas..te puedes quedar sin trabajo o te pueden decir no te preocupes te esperamos cuando vuelvas..siempre esperamos la segunda..pero si es la primera que es lo que nos preocupa? dejaremos de hacer ese viaje por un trabajo que solo lo mantenemos por dinero? no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy..
Gracias Angel realmente me hizo reflexionar este post y la teoria del helado creo que a todos nos ha hecho pensar.. porque es algo que hacemos constantemente con todo..amigos, comida, trabajo, vacaciones..VIVIR!
Have a nice day to everybody 🙂
Silvia dice
Silvia, prueba ese sandy, pero con doble de cacahuete y caramelo… yo los he probado todos y me parece el mejor…. ;))
Y si vuelven a sacar el «woffi» (o algo así) que es con barquillo y nueces de pecan… ya si que es una autentico manjar de comida basura jajjajajajaja
Ya me contarás si lo pruebas
:))
Saludos
Silvia
Antonio dice
Hola Ángel!!
Me encanta este post, estás sembrando la duda, haciendo crecer la reflexión y estás invitando al diálogo.
Mira, desde hace muchísimo tiempo tengo el dilema de los helados rondando por mi cabeza, he ido a lo seguro, he probado lo primero que he visto, he intentado elegir en menos de 5 segundos mi sabor favorito, y por encima de todo suelo preguntarle a la persona del mostrador que cual es su helado favorito. Si esa persona da un poco de juego a la vida, te dirá el que realmente más le gusta, si no, te dirá que cualquiera y estarás en las mismas.
Por otro lado, hace años un amigo borracho me dijo que la primera regla del explorador es no volver nunca por el mismo camino que has ido, así es como si hubieras viajado dos veces, y la verdad es que trato de hacerlo casi todos los días, incluso tomando diferentes rutas para ir o volver del trabajo. Ser turista en tu ciudad, buscar en internet qué se esconde en Madrid, rincones de ensueño, entrar a ese bar al que siempre has tenido ganas de visitar, volver al que te enamoró y sentarte en otra silla, probar un color diferente de camisa, adentrarte en el mundo del Jazz, o del heavy, o de cualquier música que en un principio no te dice nada.
Por último, mi favorito: pocas frases hay más dichas que esa de haz todos los días algo que temas. Cuando realmente la empiezas a poner en práctica, tu vida cambia. Da ese beso que no te atreves, dile a tu cliente de tomar una cerveza, invita a cenar a la chica que ves al pasar todos los días frente a su tienda, tírate por esa pendiente cuando esquias. Son sólo unos segundos en los que decices si hacerlo o no, y de esos segundos, depende casi toda tu vida.
Memo dice
Hola Angel disculpa mi comentario tan corto pero también siento que en los últimos pos has bajado un poco la calidad
Angel dice
¡Hola Memo!
Gracias por tu opinión. Obviamente ahora que estoy en España el input que estoy recibiendo en mi día a día es muy distinto al que recibía cuando estaba en Asia, y eso da lugar a artículos diferentes que a unos le gustarán más y otros menos. Espero que los posts que escriba en el futuro te convezan más.
Dicho esto, me gustaría conocer tu opinión para así poder mejorar: ¿Qué echas en falta? ¿Qué me sugieres para mejorar?
Un abrazo!
cutivengu dice
Veo una vez más que la decisión es obtener un rendimiento seguro e inmediato o arriesgar por un rendimiento mayor futuro.
Ya que comer el helado de chocolate es un beneficio suficiente y seguro. Pero probar los mil sabores requerirá tiempo y conllevará decepciones, aunque a la larga implicará un conocimiento total y un dominio perfecto acerca del sabor que cumple tus necesidades en cada ocasión que visites la heladería.
Yo seguramente aseguraría cada cierto tiempo con un helado de chocolate y me arriesgaría con un nuevo sabor habitualmente.
Angel dice
Buena estrategia. El tener algo seguro te permite arriesgar con mayor frecuencia y tranquilidad.
Pero te lo quiero poner difícil: ¿qué harías si cada vez que cambiases de sabor no pudieses volver al anterior nunca más?
cutivengu dice
Angel, verdaderamente te digo que no soy una persona muy racional, supongo que como te cuento estaría probando nuevos sabores hasta que un dia quisiera volver al chocolate, y de esa manera buscaría mi equilibrio personal entre novedad/riesgo y seguridad/confort.
Tengo que matizar que para estas cosas yo considero que cada dia soy una persona diferente, esdecir ese equilibrio es un punto que se mueve cada día.
Si no puedo repetir sabor, seguramente lo que haría llegado el punto de encontrar un sabor nuevo que me gustase lo repetiría N veces hasta que el umbral de disfrute baje por debajo de lo que me aporta la novedad/ riesgo que tenga ese día, jaja
No sé si me explico.
En definitiva me gusta repito hasta que canse y cambio, no me gusta cambio.
un saludo
Garbanzo dice
Dos palabras: Banana Split.
Desde que lo descubrí ya no tuve que pensar en qué sabor elegir nunca más.
Y reconozco que si no, pedirle a la heladera que me de a probar con una cucharilla es también un truco muy útil. Pero la metáfora de los helados me ha parecido muy bonita también jaja.
Ojalá encuentre un Banana Split en mi vida !
Jorge dice
Muy buenas!!
Hay tal cantidad de comentarios, que pido disculpas de antemano si repito la idea de alguien (no me los he leído todos).
Comparto la opción que varios ya habéis indicado de pedir el helado de dos sabores, que es sin duda una gran alternativa para seguir probando cosas nuevas y a la vez disfrutar de lo que ya sabes que te gusta.
Otra alternativa, disponible en algunas heladerías, es pedirle a la dependienta (o el dependiente) que te permita probar un sabor antes de pedir que te sirvan el helado completo. Por ejemplo, en alguna ocasión me han permitido saborear una pequeña cucharadita de un sabor para terminar de decidirme.
Por último, se puede hacer más social el hecho de tomar un helado y que siempre te acompañe alguien, a ser posible con gustos diferentes a los tuyos. Así puedes pedirle probar de los sabores que la otra personas pida, o incluso hacer un juego de que cada uno debe pedir un sabor nuevo cada día y dar de probar al otro…
Hay muchas posibilidades… como en la vida!!
Excelente debate. Post como éstos, que no dan todo mascadito sino que se abren a la interacción lector-escritor y entre lectores, ayudan a que todos aprendamos 🙂
Gustavo Pura Vida dice
Personalmente soy de la postura de la preparacion previa antes de ir al cambio,como tu dijiste cambiar requiere de preparacion (aunque aveces hay ocaciones donde nesecitas mandarte al vacio y que te ataje el oceano)pero la mayoria de las veces prepararse previamente es lo mejor…
Por tal motivo lo que haria seria pedir una bola de mi sabor favorito y otra con el nuevo ,de tal forma que testeo lo nuevo y no me pierdo del todo lo que ya conozco ,asi verifico si en algun momento el sabor que tanto me ha gustado es superado por otro.
Laura dice
Es increíble pero últimamente he podido notar lo indecisa que soy.
Antes me iba a la fija, ahora que intento probar cosas nuevas me siento como una niña. Me abruma, jajajaja, y digo pero si ni siquiera soy así en la vida, ¿por qué es así con la alimentación?, o ¿los antojos? No sé.
Ruymán Joaquín Pérez Guijo dice
Perderte en un mar de opciones al final te acaba cansando. Tuve mi época en la que siempre pedía diferente, pero acabé harto de decepcionarme tras haber probado algunos realmente buenos, como el helado de gofio casero (pruébalo).
Mi estrategia es la siguiente: uso un sistema estadístico basada en ecuaciones cuánticas que… No, en serio. Suelo pedir helados de dos bolas, una de un sabor que sé que me gusta (choco, gofio, plátano… soy canario, claro) y otra de un sabor que no haya probado. Lo que siempre exijo es que sean helados caseros, nunca industriales.
Un abrazo, te conocí hace unos días por ivoox, gracias.
Pilar dice
Soy la que siempre escoge el de chocolate, me cuesta mucho arriesgarme a probar y esto es un muchos aspectos de mi vida…
Mara dice
Yo, Claudio. Probablemente el libro que me hizo verdaderamente un amante de la lectura, de
la historia y del mundo romano, mas adelante leí también El Duque Belisario, también de Robert
Graves, pero no fue lo mismo.
Mery Poppins dice
Hola!
Qué complejo. En mi caso, lo que suelo hacer es pedir una tarrina ( muy pocas veces cucurucho) y hay un sabor constante, el de menta con chocolate, y el otro va variando según el día. Un día que me sienta clásica será menta con chocolate y café. Cualquier otro día innovo en el segundo sabor. Así tengo mi seguro, y satisfago la curiosidad…