Hace unas semanas fui muy sincero contigo y te confesé que no creo que este año vayas a conseguir tus objetivos porque en el fondo no estás dispuesto a pagar el precio.
Fue un mensaje que resonó con muchos lectores, que reconocieron que, efectivamente, su problema no era que «no tuviesen tiempo» o que «no supieran por dónde empezar» sino que no querían hacer los sacrificios necesarios.
Aunque darse cuenta de esto es un buen primer paso, hay una cuestión importante de la que no hablé:
¿Qué es lo que nos lleva a pagar el precio? ¿Por qué a veces somos imparables y estamos dispuestos a hacer todo lo que haga falta para lograr algo y otras veces no acabamos de arrancar?
Quizá pienses que la clave está en sentirse motivado. O en tener fuerza de voluntad.
Pero no, no es el caso.
El secreto es otro, y antes de explicarte de qué se trata quiero contarte una historia personal.
Por qué empecé a hacer ejercicio
Hace unos 7 años estaba gordo.
Acababa de mudarme a Estados Unidos, y cambiar la comida sana de mamá por pizzas y hamburguesas había tenido un efecto inmediato.
Todas las mañanas me miraba al espejo, veía mi cara redonda y mi papada y me sentía fatal conmigo mismo.
Sabía que tenía un problema y cada mañana decía «no quiero ser gordo». Sabía perfectamente que la manera de solucionarlo era cambiar mi dieta y hacer ejercicio. Pero pasaban las semanas, los meses y yo seguía sin hacer nada al respecto.
Entonces ocurrió «el incidente».
Una tarde de domingo, mi compañero de piso Amadeo me convenció de que fuésemos al gimnasio a jugar un partido de racquetball (la versión americana del squash). Uno de los puntos se alargó más de la cuenta y tuve que esprintar varias veces de un lado a otro de la pista, pero a la quinta carrera me vi obligado a parar porque no podía más. Me puse rojo como un tomate, empecé a toser sin parar y tuvimos que dar el encuentro por finalizado.
Mientras Amadeo estaba en la ducha, me senté a reflexionar sobre lo que había ocurrido.
Tenía 22 años, un cuerpo joven y fuerte, y sin embargo mi condición física era peor que la de un abuelo de 90 años. Estaba auto-destruyéndome y eso tenía que acabar. A partir del día siguiente tomaría las riendas de mi vida y empezaría a cuidarme.
Y efectivamente, así fue.
A la mañana siguiente llamé a mi amigo Fran, que tiene un box de Crossfit en Palma de Mallorca y era la persona más en forma que conocía, le conté lo que había pasado y seguí sus indicaciones a rajatabla. Comencé a ir al gimnasio, a cocinar en casa, y en unos meses perdí todos los kilos de más que había ido acumulando.
Desde entonces el ejercicio se ha convertido en uno de los pilares de mi vida. Llevo haciendo deporte todas las semanas durante más de 7 años, y seguiré haciéndolo hasta el día en que me muera.
Cuando fuiste imparable
Me apuesto contigo lo que quieras a que detrás de todos los grandes cambios que has hecho en tu vida; detrás de todos esos momentos en los que has luchado con uñas y dientes por un objetivo y no te ha importado pagar el precio fuese el que fuese, hay algún tipo de incidente o descubrimiento.
Puede que romper con tu pareja después de varios años juntos te animase a ir al gimnasio, apuntarte a clases de baile o a hacer ese viaje con el que llevabas tiempo soñando.
O que perder tu empleo fuese el desencadenante para retomar las clases de inglés y marcharte una temporada a vivir y trabajar al extranjero.
O quizá leíste un libro o un blog que cambió por completo tu visión de la realidad y te llevó a dejar tu trabajo seguro para empezar un negocio online.
Quiero que eches la vista atrás y recuerdes esos momentos en los que eras imparable. Esos momentos en los que salir a correr no te daba pereza, el miedo a viajar solo no era suficiente para detenerte y no necesitabas «estar motivado» para currar 10 horas al día en tu negocio. Esos momentos en los que lo imparable crecía dentro de ti con más fuerza que nunca.
¿Por qué te resultaba tan sencillo actuar? ¿De dónde salían esa fuerza y esa determinación? Y lo más importante de todo: ¿cómo podrías recuperarlas a tu antojo?
Justamente eso es lo que te voy a contar a continuación.
Tu panel de control
Piensa por un momento en la central nuclear de los Simpson.
Es un sistema complejo con muchos componentes interactuando entre sí, y cuenta con distintos sensores que monitorizan esos componentes para comprobar que están funcionando bien en todo momento.
Los sensores están conectados a un panel de control gigante lleno de botones, gráficas e indicadores, y si cualquier métrica se sale de sus valores habituales se enciende una luz roja que informa de que hay un problema.
Cuando ese ocurre, Homer se encarga de aporrear todos los botones como un loco avisar al departamento adecuado para que los técnicos revisen el problema y todo vuelva a la normalidad.
Pues bien, aunque no lo creas, los seres humanos funcionamos de una manera muy parecida.
Todos tenemos una serie de reglas –conscientes e inconscientes– que determinan lo que consideramos aceptable en las distintas áreas de nuestra vida, y estamos continuamente analizando nuestra situación y comprobando que se encuentra dentro de los niveles válidos. Mientras todo esté en su sitio no movemos un dedo, pero si descubrimos que algo va mal y se ha salido de lo permitido se nos «enciende la luz roja» y entramos en modo El Imparable hasta que hemos restablecido el orden y todo está de nuevo bajo control.
Esto explica por qué tanta gente se apunta al gimnasio o empieza una dieta cuando se quedan solteros. En su cabeza está permitido tener unos kilitos de más si tienes pareja, pero si estás en el mercado y tienes que ligar toca ponerse en forma, así que en cuanto su situación sentimental cambia se ponen las pilas. Luego, en la mayoría de los casos, una vez que encuentran otro novio o novia retoman su comportamiento habitual.
Los 3 factores que controlan tu comportamiento
Teniendo en cuenta todo lo anterior, podemos distinguir tres factores que controlan tu comportamiento:
- Niveles de referencia. Tus reglas o creencias sobre lo que es aceptable en tu vida. Por ejemplo, «estoy cómodo si mi sensación térmica está entre 20 y 30 grados» o «un empleo de 8 a 6 con un sueldo de más de 800€ al mes es un privilegio».
- Métricas. Las mediciones que tomas continuamente para determinar si has violado alguno de los niveles de referencia. Por ejemplo, tu sensación térmica o tus condiciones laborales en un momento determinado.
- Acciones. Lo que haces para restablecer una métrica que ha violado un nivel de referencia. Por ejemplo, ponerte un abrigo si estás a menos de 20 grados o empezar a buscar trabajo si tu jefe te baja el sueldo a 700€.
Eso quiere decir que, si quieres cambiar algo (actuar), lo que realmente necesitas hacer es modificar tus niveles de referencia (las situaciones que consideras aceptables en tu vida) o tus métricas (tus percepciones sobre el mundo o la situación en que te encuentras).
Veamos en detalle 3 maneras diferentes de hacerlo.
1. Toma mejores métricas
Muchas veces violamos nuestros niveles de referencia pero no nos damos cuenta porque los «sensores» que toman las métricas están dañados o directamente no existen. Como no sabemos que hay un problema, tampoco hacemos nada para solucionarlo.
Esta situación es más común de lo que parece, y se da en muchas áreas de tu vida:
- Finanzas personales. No consideras aceptable el gastarte 2.000€ al año en ropa, pero como no tienes claro a dónde va tu dinero crees que estás gastando menos y sigues haciéndolo.
- Nutrición. Nunca se te pasaría por la cabeza pedirte un batido de 2.000 calorías, el equivalente a tres comidas completas, pero como no sabes que las tiene continúas dándote el capricho todos los domingos.
- Ejercicio. No estarías un día entero sin apenas caminar, pero como trabajas delante del ordenador a veces te ocurre.
Afortunadamente, la solución a esta «ceguera» es sencilla: mejorar la fiabilidad de las métricas que ya tomas o empezar a tomar las métricas necesarias si todavía no lo haces.
En mi caso, he mejorado mucho mi falta de actividad física ocasional después de comprarme un Fitbit, una especie de reloj que me dice –entre otras cosas– cuántos pasos he caminado al día. Si después de cenar veo que apenas he andado 1.000 pasos, salgo a la calle y no vuelvo a casa hasta completar los 10.000 recomendados.
Cuando Peter Ducker afirmó que «lo que se mide se mejora» llevaba razón, y ahora sabes por qué.
2. Modifica tu entorno
Tu entorno tiene un gran impacto sobre tus métricas porque muchas dependen de él.
Por ejemplo, piensa en la sensación térmica. Si quieres obligarte a ponerte un abrigo, sólo tienes que ir al Polo Sur y automáticamente tu prioridad #1 pasará a ser conseguir un buen chaquetón.
Obviamente hacer algo así no tendría ningún sentido, así que veamos otro ejemplo más útil.
Imagínate que uno de tus objetivos este año es conocer gente nueva. Aunque tengas la mejor de las intenciones, posiblemente en tu ciudad no lo hagas. Como allí ya tienes buenos colegas no sientes la necesidad de hacer nuevas amistades, y siempre encontrarás una buena excusa para dejarlo para mañana.
Pero… ¿qué pasaría si te mudases a una ciudad en la que no conoces a nadie? Ahí la métrica número de amigos pasaría de «unos cuantos» a «cero patatero», lo cual violaría uno de tus niveles de referencia (salvo que consideres no tener amigos algo aceptable, claro). Eso haría que se encendiesen las alarmas y te pusieses a conocer gente sea como sea, a pesar de tu timidez y tus miedos.
Además de afectar a tus métricas, el entorno en el que te encuentres también influye en tus niveles de referencia. Y el ejemplo más claro es tu círculo social.
Como norma general, vas a tender a ajustar tus niveles de referencia a los de las personas que te rodean, para bien y para mal:
- Si consideras aceptable el no hacer ejercicio pero todos tus amigos son súper deportistas, pronto empezarás a sentir que pasarse el día sentado está mal y harás algo al respecto.
- Si consideras aceptable el tener un empleo pero sólo te juntas con emprendedores, no tardarás en sentir el gusanillo de montar algo por tu cuenta.
- Si consideras que beber es perjudicial pero tus colegas se ponen ciegos todas las semanas, hay muchas posibilidades de que acabes pensando que «una copita de vez en cuando tampoco es tan mala» y te unas a ellos.
Por último, tu entorno también determina la manera en la que actúas.
Cuando una de tus métricas viola un nivel de referencia, suelen existir distintas acciones que puedes tomar para que vuelva a la normalidad, y éstas dependen de tu entorno.
Imagina, por ejemplo, que te entra un hambre voraz pero en tu casa sólo hay manzanas y naranjas. ¿Qué vas a hacer? Pues comer fruta. Sin embargo, imagínate que sólo tienes Oreos. En ese caso lo que harás será zamparte unas cuantas galletas (incluso si estás a dieta).
En resumen: recuerda siempre que tu entorno tiene un impacto inmenso en tu comportamiento. Si quieres cambiar algún aspecto de tu vida, empieza siempre por crear el entorno correcto.
3. Cambia tus creencias sobre el mundo
Mucha gente se pasa toda la vida en una situación que les hace infelices porque piensan que no existen mejores alternativas a su alcance. Ajustan sus niveles de referencia a lo que creen que es cierto, correcto o posible, y como sus métricas están siempre bajo control no sienten la necesidad de actuar.
Esto es justamente lo que me pasó a mi cuando trabajaba en Microsoft. Quería tener más libertad y más tiempo para viajar, pero como me habían dicho que eso eran sueños inalcanzables y que lo normal era tener un empleo de 8 a 6 nunca pasé a la acción.
La cosa cambió cuando leí «La semana laboral de 4 horas». Tim Ferris me mostró que existía otro camino y que había muchas personas que ya lo estaban recorriendo, y mis niveles de referencia volaron por los aires.
De pronto ya no era aceptable el pasarme toda la vida encerrado en una oficina cuando sabía que podía viajar varios meses al año y ser libre, así que me puse a trabajar para conseguirlo con una claridad y una pasión que no había sentido nunca.
Como ves, un simple cambio de creencias puede desencadenar grandes acciones. Por eso considero tan importante leer, viajar y probar cosas nuevas; porque todas estas actividades tienen un gran potencial de reajustar tus niveles de referencia (a mejor).
Lamentablemente, saber que algo es posible o que funciona de una cierta manera no siempre es suficiente para cambiar nuestras creencias. Si lo fuese ningún médico fumaría.
A veces contamos con la información correcta, pero no nos afecta porque no acabamos de creérnosla o simplemente porque pensamos que «eso no va con nosotros». En ese caso, para que ocurra la transformación necesitamos vivir la experiencia en primera persona o conocer a otra persona que ya la esté viviendo.
Sobre esto último, Rich Schefren explicaba en una conferencia de marketing en la que estuve recientemente que existen 3 tipos de maneras de convencer a la gente de que compre tus cursos:
- Demostrar que puedes hacer lo que enseñas
- Demostrar que puedes enseñar lo que haces
- Demostrar que puedes enseñar lo que haces a alguien que el posible comprador considere más tonto que él mismo
Este último punto suele funcionar de maravilla para modificar tus niveles de referencia. Nada como ver a alguien que tu veas más feo, torpe o gordo que tú consiguiendo algo que tú quieres conseguir. Es el famoso «¡si ese ha podido yo también!».
Así que ya sabes: lee libros, conoce otras culturas, habla con gente interesante y prueba cosas nuevas, y cuando creas que algo es imposible o que tú no puedes hacerlo busca a otra persona (a ser posible más desfavorecida que tú) que ya lo haya logrado.
Una advertencia importante
Ahora que ya conoces los factores que controlan tu comportamiento y las distintas formas de cambiarlos, quiero advertirte de una situación muy común que hace que millones de personas sean infelices toda su vida y nunca hagan nada por solucionarlo.
Yo lo llamo el punto de inacción, y se produce cuando estás jodido pero no lo suficientemente jodido como para actuar.
Me refiero a cosas como…
- Ese empleo que odias, pero que te da para pagar las facturas e ir tirando
- Ese pareja que ni fú ni fá, pero que es mejor que estar solo
- Ese negocio que no acaba de funcionar, pero tampoco acaba de morir y no deja de darte dolores de cabeza
Es muy difícil de salir de este tipo de situaciones porque, aunque no estás bien, el dolor todavía es tolerable, y como tus métricas se encuentran dentro de los niveles de referencia nunca decides tomar cartas sobre el asunto.
En este sentido, suele ser mejor que todo explote –aunque no sea fácil al principio– que aguantar años y años de sufrimiento en silencio.
Si te encuentras en un punto de inacción, identifícalo y tira de coraje para tomar las acciones necesarias para salir de él, porque tu sistema interno no se va a encargar de ello.
¡Nunca aceptes el «más vale malo conocido que bueno por conocer»!
Conclusión: cómo volverse imparable
En este artículo he intentado demostrarte que tu comportamiento depende de dos factores: tus métricas y tus niveles de referencia.
Por eso, si quieres cambiar algo en tu vida, lo que realmente necesitas hacer no es ir a contracorriente y obsesionarte con reunir más motivación y fuerza de voluntad, sino cambiar esas métricas y esos niveles de referencia.
Ahora mismo estás justo donde quieres estar. Puede que desees otras cosas, pero como no consideras que haya nada fuera de control en tu vida prefieres ahorrar energía y no hacer nada al respecto.
Será cuando sientas que algo realmente no funciona, que algo no es tolerable, cuando empezarás a actuar.
Y entonces te volverás imparable.
###
¿Te ha ayudado este post a comprender alguna situación de tu vida? ¿Cómo piensas poner en práctica el modelo métricas-niveles de referencia para conseguir algún cambio concreto? ¡Cuéntamelo en los comentarios!
Foto: Sala de control moderna
Alejandro Castrelo dice
Magnífico post.
Una de las cosas que a menudo me suceden es el autosabotaje. Incluso si reconozco que estoy haciendo todas las cosas «by the book» y que mis acciones me van a llevar a buenos resultados, ese demonio interno me lleva a tomar malas decisiones a sabiendas de que tales actividades son nefastas para mi bienestar y productividad. Es como una especie de «nivelación» en la cuál tu ser se enfrenta a la posbilidad de que el éxito sea factor permanente en tu existencia. Algo místico, pero muy cierto.
Un abrazo y buena semana!
Alejandro
Lucia dice
Qué bien te expresas Ángel, gracias!
Lucia dice
A mí me pasa exactamente lo mismo Alejandro! cuando siento ese extasís de saber que estoy haciendo las cosas que QUIERO y que mi camino se abre…. Zas! Aparece lo que yo llamo el León (el ego, acostumbrado a lo de siempre y que no quiere perderlo) y se las arregla para que caiga. Es agotador. Ojalá encuentre la fórmula para superar este paso en el que siempre tropiezo. Un saludo! No suelo comentar pero me he sentido muy identificada!
Luz dice
SUBLIME!!! 😀
Rener Frank dice
Que todo vuele por los aires, como el apartamento del prota en El Club de la Lucha.
Esos momentos en que entras en estado de flujo y sacas energía de donde no sabías que tenías para luchar con todas tus fuerzas y sacrificio por seguir en tu camino con plena convicción.
En mi caso, sabía que marcharme a Alemania iba a ser bueno para mi carrera y mis ansias de conocer mundo.
Pero empezar a aprender alemán a los 25 y trabajar como ingeniero en ese idioma era algo que consideraba poco menos que imposible.
Además tenía mi trabajo estable y a mis amigos de toda la vida. Esa «insatisfacción tolerable» a la que te refieres ¿Por qué dejarlo?
Sin embargo un día una inesperada muchacha de ojos azules «hizo volar mi apartamento por los aires», y entonces ya no había barreras. Me lié la manta a la cabeza, dejé todo y me lancé a lo desconocido con una energía, una convicción y una sonrisa que jamás había sentido en mi anterior «vida estable».
Las dificultades seguían ahí, y aprender alemán me seguía pareciendo un reto casi imposible, pero cuando uno entra en ese «estado de flujo» con un motivo claro, no importan las estadísticas. Te pones el caso, coges la pala y a currar.
Y de repente un día te ves donde hace unos años pensabas que era poco menos que imposible llegar.
Y te das cuenta de que el empujón que necesitabas no era autoconvicción ni motivación, sino que es una chica, un libro, un despido o un hecho inesperado lo que prende la mecha y hace volar por los aires tu piso tan bien amueblado.
Cuando encuentras a tu Tyler Durden pocas cosas te resultan completamente imposibles.
Un abrazo,
ReneR ^^
Asier dice
Jajaja, muy buen material conductor lo de Tyler Durden. Realmente cuando ví esa peli (me doy cuenta ahora al leerle) no estaba ni remotamente en condiciones vitales de comprenderla. Ahora ha sido un «paf», chispazo. 🙂
Teresa dice
Buenos días Ángel, como siempre me ha gustado mucho tu artículo sobre el que reflexionaré.
Un único comentario en este momento: » …más mejor…» , no por favor.
Un saludo
María dice
Desde hace unos meses leo tu blog y me inspira y me anima a cambiar la vida «acomodada» que me «obligan» a vivir. Reconozco que me encuentro en el punto de inacción y aún no me veo con ánimos de tomar decisiones que van a cambiar mi forma de ver las cosas.
Gracias por tus palabras
Buen comienzo de semana!
María
Ernesto dice
Gracias por este post Ángel.
Con esta información es más fácil comprender por qué realizamos cambios importantes en nuestras vidas. Y has definido muy bien el «punto de inacción», una certeza inapelable. Cómo cuesta realizar cambios en tu vida cuando sabes que los necesitas pero en realidad te calmas tú mismo pensando «voy tirando» con esta situación…
¡Un abrazo crack!
Ernesto
TZATZA dice
Me ha parecido interesante y como sucede en el propio post , esta información me ha encontrado en el momento justo .
Voy a ponerla en práctica , cambiando las métricas y los niveles de referencia a cerca de dos metas , el peso y un negocio on line . Te seguiré contando .
Con tu permiso comparto en fb por si le ayuda a alguien más.
Alberto dice
Muy bueno! Lo de modificar tu entorno engancha perféctamente con el tema de la falibilidad de nuestra fuerza de voluntad. Demasiada confianza depositamos en ella y suele ser más floja de lo que pensamos. Nunca nos comemos dos patatas o tres anacardos, sino que empiezan a caer sin fin. Modificar el entorno para no tenerlo cerca es la mejor forma de evitar que nuestra fuerza de voluntad haga todo el trabajo.
Miriam dice
Hacía tiempo que no tenía tiempo para leer tus correos, pero este ha valido la pena, me ha encantado el tema de las métricas, me da mucho que pensar, porque siempre uno es consciente de que hay cosas en las que pierde el tiempo, por ejemplo, más de la cuenta por no hacer precisamente eso… una sencilla cuenta. Salud!
Josu dice
Muy buen artículo Angel
en definitiva todas las excusas que nos ponemos para no actuar y cambiar las cosas a mejor.
A veces por ceguera, otras porque en la zona de confort se esta muy «calentito» y si hago un cambio en mi vida y es a peor?
Pues nada sin cambio y sin probar nuevas «alternativas» seguirás en tu mierda de curro, con tu mierda de relación de pareja o con esos amigos tóxicos que no tienes nada en común con ellos pero por miedo a conocer nueva gente seguirás haciendo cosas con ellos que ni van contigo, ni te convienen (emborracharte todos los findes, consumir sustancias que a tu salud no le gustan demasiado etc..)
Y si eres de los afortunad@s que no necesitas cambiar nada en tu vida, ni laboral, ni sentimental ni de amistades enhorabuena !!
Al fin y al cabo 2000 años después y con todo lo que la ciencia ha descubierto todavía hay mucha gente que cree en el cielo y en un dios omnipresente y tampoco hay nada malo en creer que en tu vida todo esta bien y no necesitas ningún cambio 🙂
Un abrazo
pd: creo que querías decir un abrigo en :
Por ejemplo, piensa en la sensación térmica. Si quieres obligarte a ponerte un amigo, sólo tienes que ir al Polo Sur y automáticamente tu prioridad #1 pasará a ser conseguir un buen chaquetón.
Sergio dice
¡Buenas Ángel!
Me ha gustado mucho la metáfora de la central nuclear. Quiero comentar cuatro puntos que me parecen realmente interesantes:
1. Te sorprendería saber cuántas personas tienen los «sensores de métrica» dañados. Avanzan por la vida sin límite alguno, sin rumbo ninguno. En la mayoría de casos, estos sensores de métrica se acaban estableciendo cuando se vive algún tipo de crisis en la que llegas a un límite que antes desconocías que existiera. A día de hoy, incluso creo que el hecho de vivir una crisis personal es la única forma de establecer indicadores de certeza en tu vida.
2. Como bien has dicho, más que ampliar la zona de confort, hay que salir de ese círculo e instalarse en otro. Las personas están acostumbradas a dar pasos demasiados pequeños por dos simples motivos: son más cómodos y son más comerciales para vender. Es mucho más fácil estar de acuerdo con un libro que te dice que respires hondo 10 veces cada mañana para mejorar tu vida, que con uno que te dice que vas a tener que renunciar a una vida que no te aporta nada y empezar desde cero quizá en otro lugar del planeta. Luego la gente da pequeños pasitos y no entiende porque su situación no cambia.
3. La falta de alternativas. Esto es clave: vivimos en una versión de la vida reducida, en un espacio demasiado angosto en el que nacemos y crecemos creyendo que eso es en realidad la vida que existe. Yo descubrí alternativas cuando renuncié a todo eso y salí fuera. En ese momento se produjo lo que lo llamo la «reacción»: no sólo empiezas a percibir una nueva realidad que creías que no existía, sino que además no está cercada por muros que te limiten.
La renuncia te lleva obligatoriamente al movimiento, el movimiento a la búsqueda de alternativas, y la búsqueda de alternativas a la libertad.
4. Este es el mal número uno a la hora de ponerte en movimiento: «el punto de inacción», lo que yo he llamado en un post de hace una semana «el falso conformismo». Es la nueva droga del siglo XXI: vives en una realidad de mierda pero encuentras un placebo positivo (pastillita) que, a pesar de que solo forma parte del 5% de esa realidad de mierda, te hace quedarte en ella. Y sí, todos tenemos un amante secreto que nunca desvelamos: lo que conocemos.
Gran post Ángel
Franciscoach dice
Hola Ángel,
Magistral como siempre. Me ha encantado el símil del humano con la central nuclear, me ha recordado a la peli de Inside Out y como controlan todo desde ahí.
Uno de los mayores problemas es que vivimos en piloto automático, necesitamos traer más consciencia en lo que hacemos, en que que queremos conseguir y en como queremos vivir esta vida, pero hemos creado una sociedad de ovejas que pasean en un rebaño que no les permite pensar. Siempre ocupados con tonterías, corriendo de aquí para allá sin tiempo para analizar si es eso lo que realmente queremos vivir o que otras opciones hay.
A mi el coaching primero, y luego Yoga y la meditación me han ayudado ha cambiar la mentalidad.
Gracias por la reflexión.
Ester dice
Has dado en el clavo Ángel.
A mi se me juntó todo: pasar una fobia social, romper con mi pareja, perder mi empleo, empezar a leer blogs como Hacia el autoempleo o el tuyo, así como muchos otros en inglés, viajar a otro país y empezar de cero una vez tras otra.
Las personas a tu alrededor marcan una gran diferencia. Si es en persona mejor pero si no, las comunidades online también ayudan.
Ahora mismo estoy trabajando sobre mis hábitos diarios para tener la vida que quiero, por ejemplo leer y escribir cada día. Y, para ello, estoy analizando en qué paso más tiempo y optimizando. Ya lo había hecho con la alimentación y funciona. Como dices, si no lo mides, no ves el problema y no le pones remedio.
Pero estoy de acuerdo que hasta que no peta todo muchas veces no te mueves. Quizá sea una suerte el que siga teniendo tan poca estabilidad en mi vida. Una cosa que me funciona es cada vez que no veo la salida, escribir 10 ideas como recomienda Altucher (él lo hace a diario) sobre cómo salir de ahí.
¿Cómo llegaste a la conclusión de que esos son los 3 factores?
Uno de tus mejores posts, GRACIAS. ¡Hablamos pronto!
Juan Carlos dice
Todos los Lunes, después de leer tu post, me dan ganas de escribirte un comentario que diga algo así como «¡Qué bueno eres, cabronazo!». Pero me contengo. Hasta hoy.Hoy te has superado.
Supongo que es porque un comentario así no aporta nada, y puede ser interpretado como lameculismo barato, pero es que, a pesar de llevar leyéndote mucho tiempo, me sigo sorprendiendo con tu clarividencia en tantos temas.
Yo a tu edad era ignorante, y cuando pienso en cuanto conocimiento nos aportas, no puedo dejar de pensar que eres un sabio. Sí, ya sé que suena muy fuerte leer algo así de un extraño, pero es lo que pienso. Y me da igual que lo niegues, no vas a hacerme cambiar de opinión me lo has demostrado ya muchas veces, así que ahórrate la modestia.
Bueno, ya está. Como comentario no aporta un carajo, soy consciente, pero ya me he quedado a gusto. Si no lo digo reviento.
Rosalba Osorio dice
No me hace falta motivación ni fuerza de voluntad, me hace falta encontrar la prioridad y decantar por alli la actividad imparable. Saturación también obstaculiza el avance.
Juan Sánchez dice
Muy de acuerdo a que detrás de todo cambio hay un incidente o punto de inflexión. Hasta que uno no le ve las orejas al lobo no se para a pensar sobre sí mismo, y no decide actuar al respecto.
En algunos casos, el problema es que bajamos nuestros niveles de referencia constantemente, y nos mantenemos en un punto de inacción constante porque creemos que no hay alternativa.
La clave, creo, es encontrar alternativas al alcance de uno mismo.
Anna Fergan dice
Hola Ángel,
Este post como muchos otros que has escrito invitan a la reflexión y a darnos cuenta de qué tipo de vida tenemos y cual nos gustaría realmente tener. En mi caso, esta reflexión la hice unos meses atrás y el resultado ha sido formidable.
Después de trabajar 5 años en una empresa en la que veía como iban pasando los meses y mi motivación caía en picado… decidí dejar el trabajo para poder hacer realmente lo que quería, irme al extranjero y conocer gente nueva.
La semana que viene por fín se hace realidad aquello que tanto tiempo he deseado! y todo gracias a encontrar este magnífico blog que me ha hecho pensar y darme cuenta de que la vida que he llevado hasta ahora no me iba a encaminar a la felicidad y la autorealización.
Sin duda, hay que tomar decisiones antes de que sea demasiado tarde. Como por ejemplo como tu dices, hacer ejercicio antes de tener problemas vasculares, dejar el trabajo antes de que el trabajo acabe contigo o hacer algo que te apasione como viajar antes de que sea demasiado tarde y ya no puedas.
Una gran lección para esta semana : )
Jose A. Galián dice
¡Qué buen artículo!
Está bien tener esquematizados todos los aspectos a tener en cuenta para saber por qué no cambiamos aun cuando no nos va bien.
Lo que me ha dejado tocado ha sido:
«el punto de inacción, y se produce cuando estás jodido pero no lo suficientemente jodido como para actuar.»
Yo tengo más de un punto de inacción en este momento. Yo, que soy bastante consciente de lo que sucede a mi alrededor, los tengo «localizados», pero me incomoda pensar en ellos. Son verdades incómodas que duele tenerlas, pero duele aún más curarlas, y por ese motivo, ahí siguen.
Gracias por recordármelas Ángel, ahora me siento mucho peor.
Saludos.
Mer dice
Me ha gustado mucho. No sé aún que voy a hacer, pero al menos he identificado el problema.
José Palomino dice
Estupendo articulo. Muchas gracias Ángel.
No puedes estar siempre lamentando tu suerte, pero no pasar a la acción para cambiarla.
Tenemos que intentar luchar contra la «inacción», y lo primero es identificándola.
Saludos
Claudia dice
Hola Ángel!
Éste es por mucho, uno de mis favoritos!!!
Gracias por tus aportes 🙂
Saludos,
Claudia.
Jose María Casillas dice
Cuando no hablan las palabras, habla el corazón y eso se nota en este artículo.
Muchas gracias Angel.
Cristina dice
Me ha encantado este post Ángel, no nos damos cuenta que muchas veces nos conformamos con «lo que hay» y no nos molestamos en buscar «lo que puede haber»…Sin duda me has hecho pensar, sobre todo con lo del ejercicio… Yo sólo me quejo porque no me gusta lo que veo pero en realidad no soy consecuente con las medidas a tomar…
Gracias por este post!
Myriam dice
Muy interesante y útil el post. Pero me gustaría añadir dos puntos…
– Lo de esperar que algo vaya lo suficientemente mal para cambiar…a veces es el empujón que necesitamos para hacerlo, lo que nos da fuerza o motivos para un nuevo cambio
-Todo lo que describes cambia según la personalidad de cada uno…si tu eres empleado y tus amigos emprendedores…puede que te de el gusanillo, o puede que te sientas incómodo y tiendas a evitar esos amigos, lo de las mediciones, lo veo muy útil para gente más bien cuadriculada, planificadora….hay gente que no funciona así.
Por todo ello, cuando alguien se plantea estudiar unas oposiciones, irse a vivir al extranjero, etc…siempre le aconsejo, que esas cosas hay que hacerlo cuando te lo pida el cuerpo…a veces es porque te apetece, otras porque te ves obligado, etc…
Los niveles de referencia es una gran verdad, que hay que tener en cuenta, que además, van cambiando con el tiempo, la experiencia, y como dices…según el entorno en el que estemos.
Un saludo
Florián dice
Saludos desde Valencia.
¡Oiga, joven, usted sí que sabe remover conciencias!
He disfrutado de la lectura del texto. Y lo voy a releer varias veces, para asimilarlo mejor.
Soy lo que se llama un empresario de (moderado) éxito, capeamos la crisis, nos reinventarnos y estamos en ese 10 % de empresas que acertaron y han llegado a la madurez, que se expresa al superar los 10 años de actividad.
Vivo cómodamente, me organizo mi trabajo, obtenemos rentabilidades y…ardo en deseos de empezar con nuevos retos viviendo y trabajando fuera de España. Objetivamente, reconozco que a bastantes les podría parecer un capricho o directamente una insensatez. Dejar mi empresa, mi casa, mi familia, mis amigos. El clima del Mediterráneo.
No voy a darle vueltas a las razones -el por qué- sino a los objetivos. Estos sí los tengo claros.
Soy un campeón de la resilencia y por ello aún no me he rendido. Mis 47 años juegan en mi contra. Mi mentalidad, experiencia y ganas lo compensan sobradamente. Rendirse lo último.
Gracias por alegrarme el día, Ángel. Sobretodo si es un lunes.
F
Alexandra dice
Angel, gracias por el empujón. Coincido con muchos, de lejos el más enfático de tus artículos y para mi, el más certero. Justo en este momento de mi vida estoy en el borde: hice algunos cambios para obligarme a salir de mi lugar de conformismo, pero igual, sigo en el borde… si te digo casi para hacerme hacia atrás. Pues déjame decirte que lo que escribes me ha dado el empujón final. GRACIAS!
Diana Lopez dice
100% de acuerdo, increíble Ángel como consigues inyectar motivación con cada uno de tus posts. Muy importante analizarse y reflexionar sobre uno mismo para saber en que punto esta en cada momento y si algo no esta bien ¡cambialo! Un abrazo!
Cristina dice
Hola Ángel:
Te doy las gracias por el post de hoy porque me parece buenísimo. Una vez más, lo has clavado. La advertencia importante que haces es totalmente cierta: a veces es mejor que te pase algo malo a que te pase algo solo un poco malo. Así ese suceso te obliga a ampliar tu zona de confort sí o sí.
Hay un experimento científico sobre esto (aunque no me sé la referencia de dónde se hizo). Es el “experimento de la rana”. Consiste en demostrar que si pones una olla con agua hirviendo y echas una rana dentro, la rana notará el cambio brutal de temperatura y saltará fuera, salvando su vida. En cambio, si metes a la rana en una olla con agua a temperatura ambiente y la pones después en un fuego muy suave y lo vas subiendo muy poquito a poco, la rana no percibirá la diferencia. La temperatura seguirá subiendo hasta que la rana esté muerta en una olla llena de agua en punto de ebullición.
Es un experimento macabro, es cierto, pero también es una metáfora perfecta de cómo a veces los humanos vamos aguantando y aguantando y aguantando pequeñas cosas. En cambio, si nos sucediera de golpe, habríamos tenido más capacidad de reacción. Parece que necesitamos un detonante para pasar a la acción.
¿Conocías este experimento Ángel?
Hasta el siguiente lunes.
Un saludo a todos
walter dice
Excelente reportaje, muchas gracias Angel.
Angela Bar dice
Hola, Ángel,
Muchas gracias por el post; me has hecho recordar aquellos momentos en que sucedió algo necesariamente que me ayudó a motivarme y sentirme más viva para hacer cambios reales en mi vida.
Son aquellos sucesos que son remesones reales, de caídas , por lo general te hacen dar cuenta de que has estado estancado, y está asociado aveces emociones como la tristeza, el dolor, la amargura , aunque claro tb hay de las positivas que tb son un gran empuje para buscar ser una mejor versión de nosotros.
Un abrazo desde Perú,
Angela
Mónica dice
Grandes verdades, todos tenemos u na vida que creemos es eterna…y reflexiones como esta ayudan a parar, pensar….y en nuchas ocasiones; actuar.☺
Cristian dice
Excelente Post, Sin duda algo que te pone a pensar y a cambiar de perspectiva.
Cazadividendos dice
Hola, Ángel,
Primer comentario en tu espacio. Llego porque me lo ha recomendado un lector de mi blog y, de momento, lo que he leido me ha gustado mucho.
A mi me pasa lo que comentas. Mi trabajo no me satisface, podría cambiar, sería un salto «con red» y podría dedicarme a cosas que sé positivamente que me gustarían más. Por supuesto, perdería una parte importante de ingresos, pero no peligraría mi estabilidad porque soy (somos) de gastos austeros.
¿Por qué no cambio? Supongo que por esa mezcla de comodidad y espera de acontecimientos. Supongo que espero que alguien tome la decisión por mi (mi empresa, por ejemplo) o que se presente delante mío una oportunidad irrechazable. De momento la comodidad y la resistencia al cambio me frenan… a pesar de que esas oportunidades no llegan, hay que buscarlas.
Un abrazo,
Czd
Edgar dice
Buenisimo post!!!!!
increible como a medida que escribes tienes cada vez más ideas y las expresas mejor.
Eres un crack Angel
Joaquín dice
Hola,
Muy buen post, la mayoría de gente (yo me incluyo porqué me ha pasado) sólo toma las decisiones importantes y que pueden cambiar tu vida tras un periodo de sufrimiento.
Me ha gustado mucho la explicación de las métricas.
Saludos,
Rubén dice
Como dicen en mi tierra: Ángel ets es gall !!
Gracias por otro magnífico artículo, sigue compartiendo tu experiencia y sabiduría con nosotros.
un abrazo crack.
Fer dice
Muy buen post ! Gracias
Yolanda dice
Eso mismo, eres un crack. Que alegría leerte tan auténtico y tan lejos de los discursos trillados. Imposible quedarse indifetente.
Gracias.
María dice
MOTIVACIÓN !
es lo que me provoca este post
SUMA MUCHO ! al desafío de VAM de 90 días (que propusistes en post anterior) que asumí y me esta alentando
SEGUÍ ESCRIBIENDO MÁS ! GRACIAS
ABRAZO Y MIL BENDICIONES
María dice
AH tambien quería decirte que
Cada vez se siente MAYOR CLARIDAD Y PROFUNDIDAD en los post
Mariana dice
¡Justo me está ocurriendo eso! Tengo todo el tiempo del mundo pero me siento paralizada, estancada y sin dinero y todo se vuelve un círculo vicioso. Tengo membresía al gimnasio y a menudo siento que necesito una grúa que me lleve y me traiga a este. Mi trabajo no tiene beneficios y en lugar de crecer, estoy desmotivada pues a pesar de mi desempeño, siento que me han relegado y cuando me quiero ir, me insisten para que me quede. Mi hija vive con su padre porque él tiene todo el tiempo para atenderla y yo no y porque la ciudad en donde vivo es peligrosa. Tengo una pareja desde hace 7 años que siento que ya dió lo que tenía que dar. Todo lo que planeo se queda en el «voy a…» ¡pero termina el día y no hago nada! Por todo lo anterior este post me ha caído muy bien para reflexionar y no quedarme atorada aquí. Mi vida no siempre fue así, no sé qué me suceda pero sí sé que no deseo quedarme en este círculo horroroso. Gracias por compartir.
Silvia Valori dice
MUY bueno, gracias por todo lo que decis, es tal cuál!
tuve que pasar CRISIS muy fuertes para darme cuenta que así es,
un abrazo SV
Adrian David Rodriguez Lopez dice
Excelente post, Estos puntos de referencia nos mete en una zona de confort, sin darnos cuanta de cuando entramos y con total desconocimiento de su existencia, solo aceptamos nuestro destino, aunque estemos aburridos en el fondo de nuestro corazon, la verdad el estar en esta zona hace que cualquier intento por salir lo sintamos mal, por eso desistimos de todo esfuerzo, a miedo al fracaso, el miedo como el mecanismo mas nocivo en esa zona de confort…La verdad yo he sido afectado por este miedo y el confort, olvidando que uno debe sentirse inconforme, sabiendo que uno merece mucho mas que solo un empleo y una vida promedio, que puede realizar las mas grandes proezas si se lo propone, la cuestion es esforzarse al maximo y para eso cambiar la metrica, sentir que esta al limite, que ya no puede seguir mas en esta situacion, Gran post, saludos :).
pablo dice
Simplemente impresionante.
Muy claro. Mis más sinceras felicitaciones Ángel. Te pasaste!
Pablo dice
Hola Ángel! excelente post te mandaste, muchas gracias por compartir tu sabiduría y hacer que podamos mejorar y ampliar nuestros niveles de referencia.
En mi caso hubo una vez que en mi trabajo en relación de dependencia despidieron a varias personas las cuales quería mucho, así sin previo aviso. Recuerdo muy bien la emoción que sentí, una terrible sensación de que gran parte de mi destino no dependía de mi sino del humor y la conveniencia de otra personas, no juzgo a nadie, pero entendí que era momento de tomar riendas.
Hoy logro ver que los niveles de referencia de las cosas van cambiando a medida que vamos tomando conciencia de otras ideas y situaciones vividas fuera de nuestro rango de mediciones. Desde aquel día comencé una nueva profesión que por el momento mantengo paralelamente con el antiguo trabajo hasta soltarme del todo.
Me siento imparable, a veces más, a veces menos, pero cada vez mas dispuesto a pagar el precio que los sueños demandan y buscando el equilibrio tan difícil de encontrar para no descuidar ningún aspecto de los para mi importantes. Es de gran valor poder leer todas estas reflexiones tan bien contadas.
No estamos acostumbrados a pagar un costo alto por nuestros sueños, pero es que sino no serían sueños y lo podría alcanzar todo el mundo de manera cómoda. Esto último sabemos que no pasa.
Mucho tiempo pasé queriendo tener más fuerza de voluntad, hasta que un día entendí que sólo se trataba de COMPROMISO.
Un abrazo grande desde Argentina!
Gracias por tanto
Pablo
Ruben dice
Algo tan interesante como lo mencionaste: «un simple cambio de creencias puede desencadenar grandes acciones. Por eso considero tan importante leer, viajar y probar cosas nuevas»
La lectura ayuda mucho en reflexionar y aveces ejecutar cambios en la vida que podrian ser tan drasticos.
Gabriel Dias dice
Hola Ángel, este es mi primer comentario en tu blog. La verdad es que me gusta mucho y me parece que aportás mucho valor.
Estoy totalmente de acuerdo con el tema métricas. A mi me pasa lo siguiente cuando no monitoreo el avance: no me doy cuenta de los aciertos y de las fallas. Y eso hace que corregir el rumbo se vuelva un camino sin horizonte porque no sé cuánto corregir. Si decís «voy a mejorar esto», qué significa ese mejorar? Te podés poner un objetivo concreto pero los checkpoints son fundamentales. Si por ejemplo me pongo el objetivo «En 6 meses necesito generar X ingresos extra para poder renunciar a mi trabajo» pero en ninguno de los 6 meses hice un control del avance, lo más probable es que llegue a esos 6 meses y no haya logrado tener esos X ingresos.
Los objetivos concretos y las métricas son esenciales, y como también mencionas las creencias que tiene cada persona. Pero creo que hay otro factor extra que es la construcción de CONFIANZA para poder avanzar de a poco y ganar momentum. Si el objetivo nos lo ponemos con un estándar de exigencia muy elevado puede ser que no lo lleguemos a cumplir y eso genere una frustración que nos tire para atrás. Creo que empezar con objetivos pequeños nos otorga más posibilidades de que los alcancemos, aumentemos nuestra confianza y podamos poner objetivos más ambiciosos.
Muchas gracias por tus reflexiones 😉
Saludos desde Argentina!
Gabriel
Checko E. Martinez dice
Angel!
Nuevamente me has dejado boquiabierto. Sin lugar a dudas pasé por un proceso muy similar (yo también fui gordo). Durante años llevé malos hábitos alimenticios, fiestas desenfrenadas, un entorno no adecuado, consumo excedido de alcohol y tabaco. Lo que me llevó a joderme la vesícula. Que loco ¿No? Sin duda alguna, una de las cosas a las cuáles más me resistía era a cambiar la alimentación, era algo que me frenaba y cuando tomaba la decisión de hacerlo terminaba saboteandome. Hubo un momento en el que tuve una epifanía (al ver que la ropa más grande ya no me estaba quedando) y decidí tomar acción yendo con una nutrióloga y comenzando a correr (no aguantaba ni 100 metros).
No fue nada fácil al principio, pero creo que la constancia y la determinación me llevó a ograr estupendos resultados. Algunas veces me saboteaba y perdía el rumbo, pero volvía a retomarlo. Aunque, finalmente logré perder más de 30 kgs de peso y ahora estoy corriendo cerca de los 40 minutos sin parar. Este artículo tuyo me hizo volver a hacer consciencia de mis actos y mi disciplina ya que uno de los retos más grandes es mantenerse en el camino. Ahora que me mudé a Chicago, pues tuve ese reto. Gracias por compartir ese artículo y recordarme porqué inicié este camino volviendo a los níveles de referencia que había tomado al iniciar la alimentación saludable y el ejercicio ya que he vuelto a cocinar con la intención de seguir esta disciplina ¡A pesar de estar lejos de casa!
¡Muchas gracias!
¡Te mando un abrazo!
Checko
Erik Martín dice
¡Hola Angel!
Mi caso es totalmente opuesto al tuyo en cuanto a la alimentación. Por herencia de mi padre, que era un enfermo del fitness, empecé sobre los 18 años a comer como él -a comer limpio-. Comer limpio es un concepto de la vieja escuela del culturismo que, en resumidas cuentas, permite exclusivamente la ingesta de alimentos con bajos índices glucémicos y bajos porcentajes de grasa. También es conocida popularmente como la dieta del pollo y arroz.
El sábado tenía el día trampa -donde podía comer libremente- y llegaba con tanta ansiedad, que me ponía hasta arriba de todo aquello que no había podido comer entre semana. Estaba definido físicamente, pero el entrenamiento en el gimnasio se me hacía muy cuesta arriba por la falta de energía que estaba experimentando. Recuerdo que un día estaba haciendo sentadillas con bastante peso y tuve que llamar corriendo al monitor de sala porque caí desvanecido. Pensaba que ese día palmaba en medio del gimnasio. Lo pasé fatal.
Un día, por casualidad, descubrí el caso de una chica que explicaba su experiencia con la dieta flexible o IIFYM. No es una dieta como tal, sino una forma de alimentación en la que mides los macronutrientes según necesidades hipocalóricas o hipercalóricas, pero sin ningún tipo de restricción en cuanto a alimentos. Descubrir que había otra manera de hacer las cosas, fue uno de los mejores hallazgos que había realizado jamás. Además, bloggers tan famosos como Powerexplosive también estaban siguiendo esta forma de nutrición.
Cambié mi forma de alimentarme, empecé a permitirme mis pequeños caprichos a diario, siempre de forma controlada. A partir de ahí, mejoré mi rendimiento en el gimnasio de forma espectacular. Ahora me encuentro genial. Y a modo de anécdota, hace un año aproximadamente, mi padre me preguntó sobre la dieta que estaba siguiendo y le expliqué toda la historia de IIFYM. Ahora es él quien sigue esta dieta y está encantado.
¡Un saludo y genial artículo, como siempre!
Humberto dice
Que blog tan bueno !
Fran M dice
Muy buen post Ángel, creo que lo voy a seguir al píe de la letra para ponerme en forma de nuevo.
Este último año y medio trabajando en casa ha pasado factura, y teniendo en cuenta que tengo la edad que dices en tu post hay que hacer algo!
Muchas gracias por tus posts, un abrazo!
sonia dice
gracias muy buena información la tomare en cuenta para volver a ser imparable.
veronica dice
Hola! Es la primera vez que comento. Aprovecho para decir que leo todo tus artículos y son muy prácticos. Gracias por tus opiniones son muy buenos.
Javi dice
Ángel eres un crack!
Has dado en el clavo con este post, me siento muy identificado ya que exactamente me pasó lo mismo, la ruptura con mi novia después de 6 años es lo que me ayudó a explotar, a ser imparable, a salir de las profundidades, es cierto que necesitas una situación límite para despertar, para decir «aquí estoy yo» , y que después la motivación viene sola.
Gracias, te leo todas las semanas que puedo!
Un abrazo enorme!
Raquel dice
Hola Angel,
Soy nueva lectora de tu Blog. Me parece muy interesante porque yo también leí el libro de la jornada laboral de 4h y llevo mucho tiempo pensando en ganar dinero por internet. Ya hice un primer blog que abandoné al poco tiempo, con el que gané 1 céntimo de euro 😀 . Y una página web que también he abandonado.
Creo que lo que más me frena es el desconocimiento total sobre las leyes y los impuestos que hay que pagar cuando consigues ganar dinero por internet. Estoy muy perdida en eso y me da miedo poner un blog o algo en marcha y que me salga caro en vez de rentable.
Agradecería un post sobre que impuestos hay que pagar o qué hay que declarar, para no llevarse un palo de hacienda por hacer un pequeño blog por ejemplo.
Y que pasa si además tienes un trabajo por cuenta ajena por el que ya pagas impuestos.
Gracias por el blog, es muy motivador.
Paco Gil dice
Impresionante Angel, muy bueno lo del «punto de inaccion». Miro hacia atras y creo k sigo en ese punto desde, tic, tac, tic, tac, ni me acuerdo, ja ja ja, a veces pienso, no es para tanto Paco, «lo ke no me mata me hace mas fuerte», si claro, me hace mas resistente a ese dolor, soy mas conformista, pierdo la ilusion en mi, me adapto y me conformo con no perder. Nos comportamos como la rana cocinada viva a fuego lento.
Asier dice
Ser más un observador que un receptor a veces puede resultar de importancia capital. Un ejemplo que resume esto a la perfección; Usted va a trabajar cada día, su sueldo le sirve para poco puesto que sus pretensiones son exponencialmente inalcanzables para el sueldo que cobra, no deja de poner su empeño en tener más y cada vez tiene menos, y termina su gloriosa semana saliendo de casa a toda prisa para que al primer paso de cebra y sin que se haya limpiado todavía las legañas un coche casi le atropelle, o casi se caiga usted de la moto bajo las ruedas de un camión. AQUÍ hay dos tipos de personas; las que siguen sin más hacia adelante, y las que se paran un segundo y se dicen; «demonios, casi la palmo (da igual la forma), casi no llego a fin de mes (da igual por qué), hoy casi llego a ser feliz por un ratito (da igual cómo).» Las personas de este segundo grupo no necesitarán mucho más para saber que de seguir así tarde o temprano un coche, un tren, un disgusto o cualquier otro suceso repentino podría y de hecho acabará con ellos en un mal estado, porque NO SOMOS DE HIERRO, todos tenemos un límite e ignorar ciertas líneas rojas siguiendo adelante como si nada puede acabar muy mal. Observen, por favor, observen más.
Alberto dice
Me ha gustado mucho el articulo, la gente cree que la suerte es algo que no podemos controlar pero en realidad solo depende de nuestras acciones, cuanto más positivas sean mejor nos irán las cosas.
Ana Rosa Alegre dice
Felicitaciones Ángel!!! Me has dado donde más me duele jajajjaj, en el coma provocado por mi asumida apatía. Me voy a tomar muuyyyy en serio lo de los niveles de referencia y las métricas. Por ahí me vale para dar un paso hacia adelante en esta etapa de mutación que llevo a cabo. Buena idea. Sí señor!!.
No hay nada más triste que saber que las cosas no están bien y no hacer nada al respecto. O hacer un movimiento mínimo y conformarse. Mi temor más grande precisamente es este: NO SABER DÓNDE ESTÁ EL PROBLEMA PARA PONERLE SOLUCIÓN. Es verdad que cuándo uno esta mal, hay como una especie de inquietud por dentro muy molesta. Pero… ¿qué hacemos cuándo ya sabemos toda la teoría y no la llevamos a la práctica?¿Qué podemos hacer para adelantar esa explosión, para que nos salte en toda la cara y espabilemos?. ¿Existe algún otro secreto para adelantar este proceso?.
Madre mía….
adriana dice
Hola Ángel;
Este articulo me encanto, últimamente recibo muchas señales a cerca de este tema, quizás por que estoy pidiendo a mi misma un cambio, y estoy en ese momento de medir métricas, y en el cual quiero ser libre, no se por donde comenzar pero estoy trabajando en ello, es impresionante de como nosotros mismos podemos ver errores, y cambiarlos para mejorar cada día.
dirían en la guerra de las galaxias»la fuerza esta en ti», y este post me esta ayudando a desmenuzar mi telaraña de ideas.
Muchas gracias por el post, recibe un abrazo desde México.
ROOSEVELT MARTINEZ dice
Buenas Angel,
Hace 2 años cogi la maleta y decidí hacer un cambio a mi vida deje todo en madrid y me vine a vivir a estados unidos, a lo primero no todo salió con quería pero ya e logrado estabilizarme un poco, pero igual estoy como cayendo a la monotonía y me he dado cuenta que esta no es la vida que quiero el sábado me sentía un poco down porque es lo mismo siempre trabajo, llegar a casa, en día siguiente ir al gimnasio y esa es mi rutina diaria quiero cambios pero cambios diferente no lo mismo siempre, por eso he empezado esto del mundo del blog, de antemano gracias por tu post tengo que cambiar las matrices, y mi entorno.
un abrazo,
Roosevelt Martinez
romaocconer.com
Max dice
Es increíble como muchas veces por mas que sabemos lo que nos puede hacer daño o nos puede beneficiar no terminamos por acatar lo que debería ser obvio. El ejemplo de los doctores que fuman es fulminante, personas responsables de cuidar la salud descuidando la suya, mismos casos pasan con nutriologos obesos, psicologos obsesionados, plomeros con goteras, mi padre relojero y sin reloj jajaja… y muchos mas… No cabe duda que «en casa del herrero asador de palo» y que hace falta mas que el puro conocimiento para cambiar las cosas. Muy buen post Angel. Saludos.
Paloma Cruz dice
WOW! Speechless.
Me encantó tu blog!!!!!! Quiero pinchar todo los títulos. Muy ingeniosos y atractivos.
Acabo de empezar en esto de ser blogger. El mío refiere a Belleza y Literatura, nada que ver con esto. Pero me parece muy interesante y genuino tu punto de vista y lo que tienes que decir. Gracias! Me ayudó mucho.
Nora dice
Me ha alegrado mucho encontrarte en esta noche de insomnio..y más me alegra que apuestes por un enfoque de los «atascos personales» de una manera poco convencional, sin lugares comunes…. Gracias…..la esperanza resurge… Se abren puertaa@-}–
Danny dice
Un artículo sencillamente genial !. Mi punto de partida para comenzar una nueva etapa en mi vida fue a través del ejercicio físico. Al igual que tú estaba gordo y en pésimas condiciones físicas. Actualmente logré mi objetivo que era bajar de peso y lograr un abdomen plano y como por arte de magia muchas cosas buenas han sucedido desde entonces!. Llegúe a tu blog por medio de un enlace de habilidadsocial.com. Sigue adelante con nuevos materiales, Saludos desde Cuba.!
Oliver Trip dice
Este artículo me ha recordado a una reciente conversación que tuve sobre este tema nuestro amigo en común Edu, de Ruta Kaizen.
Poniendo de ejemplo a un buen amigo mío que lleva muchos años en ese punto de inacción, Edu me contó la historia con moraleja del perro y el clavo del culo.
«Un perro se quejaba, día tras día, de cuánto daño le hacía el clavo que tenía incrustado en el culo. Una buena mañana, otro perro le paró y le dijo:
– Oye tío, ¿por qué no dejas de quejarte y te sacas el clavo del culo de una vez por todas?
A lo que el perro le contesto:
– Es que… pensándolo bien creo que todavía no me duele lo suficiente.»
Parece ser que necesitamos reventar ese punto de inacción de forma radical para abrir los ojos y actuar.
Para ello, tal y como comentas en el artículo, cuánto más te muevas, más nuevas experiencias vivas, y más gente conozcas que ha conseguido lo que tú sueñas, mayor probabilidad habrá de que finalmente reacciones.
Llego tarde al artículo pero aquí estoy para darte la enhorabuena 😉
¡Un fuerte abrazo desde Graná!
german bernasconi dice
Ahora que cedio mi terminator puedo leerte mejor!! De a poco se me va destrabando la cabeza, como veras habia mucho por ordenar…