En VAM hablo a menudo de la importancia de no vivir en piloto automático.
De hacer las cosas por un motivo claro que tú has elegido, y no «porque sí» o «porque lo hace todo el mundo».
Y aunque pienso que después de estos años he llegado a un punto en el que tomo la mayoría de mis decisiones de manera consciente y razonada, a veces sigo cayendo en el error de dejarme llevar.
Por ejemplo, en 2017 tuve varias etapas en las que estuve persiguiendo objetivos que ni yo había elegido ni me iban a hacer feliz.
Me pasé meses enteros pensando en cómo reorganizar Vivir al Máximo para poder tener un equipo más grande e ir más rápido, diseñando un lanzamiento por todo lo alto para vender cientos de cursos, o tratando de encontrar una vía de escalada que me permitiese meter decenas de miles de nuevos subscriptores al mes.
Pero claro, como eran proyectos que creía que había elegido yo, no me paré a analizar si realmente estaba haciendo lo correcto hasta que llevaba varias semanas recorriendo el camino equivocado.
Últimamente he estado reflexionado mucho sobre esos «despistes».
Preguntándome por qué ocurrieron y buscando la raíz del problema.
Y después de darle muchas vueltas al tema, creo que la he encontrado.
Se trata de una creencia invisible que todos tenemos instalada en mayor o menor medida en nuestro cerebro, y que tiene un impacto inmenso en nuestras decisiones.
Una creencia que abunda en nuestra sociedad y que solemos dar por cierta… cuando en el fondo no lo es.
En este post quiero explicarte de qué creencia se trata, cuáles son sus riesgos, y cómo sustituirla por una alternativa mucho más sana y acertada.
Estoy convencido de que lo que te voy a contar va a ayudarte a tomar mejores decisiones y ser más feliz, así que te animo a que sigas leyendo 🙂
La trampa de más
Piensa por un momento en las siguientes afirmaciones sobre el mundo profesional:
- Tener un puesto más alto en la empresa es mejor
- Conseguir más clientes que contraten tus servicios es mejor
- Vender más cursos es mejor
- Contratar a más personas es síntoma de que tu negocio está creciendo y es mejor
Tanto si eres empleado, como freelance, como si tienes tu propio negocio, lo más seguro es que estés de acuerdo con todas ellas. ¿Me equivoco?
Ahora considera estas otras frases:
- Vivir en una casa más grande es mejor
- Viajar más es mejor
- Acostarse con más chicas es mejor
- Ser más famoso es mejor
- Ser más productivo es mejor
En este caso, puede que no estés de acuerdo al 100% con todos los puntos anteriores (sobre todo si eres lector habitual de VAM), pero es probable que sí que lo estés con algunos de ellos o con otros similares.
Si te fijas, todas estas creencias que te acabo de presentar tienen su origen en una «creencia madre» que en nuestra cultura damos por cierta:
La creencia de que más es mejor.
Esta creencia, que a primera vista puede parecer inocente, te influye más de lo que crees, llegando incluso a definir tu comportamiento o cómo te sientes.
Cuando asumes que más es sinónimo de mejor, todos los objetivos que te marcas –especialmente a nivel profesional– van enfocados en esa dirección: conseguir el ascenso, escalar el negocio, ahorrar para la casa de 3 plantas con jardín…
De igual manera, consideras más exitoso al que tiene más (un puesto más alto, una empresa con más empleados que factura más, un móvil más moderno) o al que hace más (liga más, viaja más, gana más).
E incluso a veces, mides tu propia valía en función de cuánto tienes o cuánto haces, y envidias a aquel que tiene o hace más que tú.
Personalmente, creo que no hay nada de malo en ser ambicioso y querer más.
Es legítimo el querer tener una empresa con miles de empleados, ganar 100 millones de euros al año y vivir en una mansión.
El problema está en asumir automáticamente que más es mejor en todos los casos, y que siempre te va a hacer más feliz.
Eso ni es cierto ni es bueno, y a continuación voy a explicarte por qué.
Por qué más no siempre es mejor
Vivimos en un mundo complejo e interconectado, donde un cambio nunca tiene una única consecuencia.
Siempre hay múltiples consecuencias, que a su vez generan otras consecuencias, que a su vez generan otras consecuencias… y así en varios niveles.
El problema de la creencia “más siempre es mejor” es que ignora esta complejidad inherente a la realidad y únicamente tiene en cuenta una parte de la película: la parte buena.
Asume que «más» sólo tiene consecuencias positivas, que son las más inmediatas y las más fáciles de ver, pero se olvida de todas las demás, que también son importantes.
Esto te puede llevar a tomar decisiones equivocadas, en las que acabas perjudicándote a ti mismo creyendo que estás haciendo lo correcto.
Déjame ponerte algunos ejemplos para que entiendas mejor lo que quiero decir, incluida una historia personal.
¿Es siempre mejor un puesto más alto?
Imagínate que estás trabajando como programador en España, escribiendo código, y que estás contento con tu situación: te gusta lo que haces, te pagan bien y te llevas fenomenal con tus compañeros.
Un buen día, tu jefe te dice vayas a su despacho porque tiene que decirte algo importante.
Te explica que ha decidido dejar la empresa, y que quiere que tú ocupes su lugar como manager del equipo.
El ascenso vendrá acompañado de un aumento de sueldo y de un bonus en acciones.
Acto seguido, se levanta de la silla para darte la enhorabuena y felicitarte con un apretón de manos y unos golpecitos en la espalda.
A primera vista, el ascenso parece una noticia fantástica.
Las consecuencias inmediatas son un salario más alto y más acciones, que a todas luces son cosas deseables y positivas.
De ahí que la tendencia natural sea pensar que «un ascenso siempre es bueno» y aceptarlo con los ojos cerrados.
El error está en no darse cuenta de que además de ganar más dinero, el que te asciendan tiene otras consecuencias importantes, entre ellas…
- Más responsabilidad
- Tareas diferentes
- Un nuevo jefe
- Una nueva relación con tus compañeros
- Etc.
Y, te guste o no, todas esas consecuencias van a tener un impacto directo en tu día a día y en tu felicidad.
Por ejemplo, el asumir más responsabilidad puede ser algo positivo, que te permita tener más impacto en la empresa y sentirte más realizado, pero también puede traducirse en más presión, más estrés y horas extras.
De igual manera, el pasar de programador a manager significa asumir tareas totalmente diferentes a las que hacías antes, que puede ser una bendición si te gusta y se te da bien dirigir, o una maldición si lo que te apasiona es programar y no gestionar equipos.
Ídem con la relación con tus antiguos compañeros. Cuando eres jefe, la gente se comporta contigo de manera diferente a cuando eres «uno más del equipo», y puede que esas amistades que te hacían tan feliz dejen de ser lo que eran de la noche a la mañana.
Lo que quiero que veas es que conseguir un puesto más alto y prestigioso puede ser mejor… pero también puede ser peor.
Porque no sólo implica un mejor salario, sino otros muchos cambios y consecuencias.
¿Es siempre mejor una casa más grande?
Imagínate ahora que estás buscando casa para mudarte con tu pareja, con la que te acabas de casar, y que has encontrado dos opciones que te gustan: un pisito de 1 dormitorio y 60 m2 y un ático de 4 dormitorios con dos plantas y una terraza espectacular.
Las dos viviendas se encuentran en una buena zona de la ciudad, están bien de precio (aunque la más grande es más cara, como es lógico), y en ambos casos el banco te daría un préstamo lo suficientemente grande para permitírtelas.
¿Cuál deberías comprar?
La reacción automática, consecuencia del «más es siempre mejor», sería elegir el piso grande.
Al fin y al cabo, cuanto más grande más espacio, más comodidad y más posibilidades.
Y si encima te lo puedes permitir… ¿por qué no?
El problema, de nuevo, es que «más» es un pack indivisible que trae consigo otras implicaciones además de las obvias.
En este caso, un piso más grande suele significar…
- Más dinero en muebles
- Más dinero en reformas
- Más mantenimiento
- Más hipoteca
- Más comunidad
Date cuenta de que ninguna de estas cosas es negativa de por sí.
Puede que tengas mucho dinero, que no te importe dedicar varias horas todas las semanas a limpiar (o contratar a alguien que lo haga por ti), y que gastarte 10.000€ en muebles y pagar una hipoteca alta todos los meses no suponga ningún riesgo para tu economía.
Sin embargo, también puede ser que el meterte en un piso como ese signifique quedarte sin ahorros, endeudarte de por vida, y vivir durante años al borde de la bancarrota, con el estrés que eso conlleva.
¡Incluso puede que vivir en un piso tan grande sólo con otra persona te haga sentirte solo e incómodo, quién sabe!
De nuevo, la conclusión es la misma: que más no es necesariamente mejor.
Habrá para quien sí lo sea… pero también habrá para quien no.
¿Es siempre mejor un lanzamiento con más ventas?
Por último, déjame compartir contigo una situación real que he vivido hace poco y cómo lo gestioné.
El próximo mes de abril, justo después de Semana Santa, voy a lanzar la segunda edición de Encuentra tu Camino, mi curso para ayudarte a descubrir qué hacer con tu vida.
Mi idea inicial era hacer un lanzamiento por todo lo alto, con varios freelancers trabajando conmigo, 3 vídeos y un webinar, posts y e-mails promocionales, anuncios en Facebook, afiliados…
Vamos, todo lo necesario para meter el máximo número posible de gente en el programa.
El plan ya estaba definido, y hace unos días, para organizarme mejor, decidí hacer una lista de las semanas que me quedaban hasta abril y anotar las tareas que tendría que hacer durante cada semana para cumplir los plazos que tenía en mente.
Así tendría una vista de alto nivel de todo el proceso.
Pues bien, nada más ver la lista completa me di cuenta de que tenía bastante trabajo por delante.
Iba a tener que trabajar muy duro durante casi 3 meses, reducir el tiempo que le dedico al checo o al Crossfit, y cancelar algún plan que tenía en mente como la visita de mi amigo Marco a Praga, pero sabía que sería capaz y que al final todos esos sacrificios merecerían la pena porque lo iba a petar y vender cientos de cursos.
A parte de eso, había otro pequeño problema…
Al ser Encuentra tu Camino un programa con seguimiento personalizado, en el que todos los alumnos cuentan con un tutor que revisa personalmente sus ejercicios, les da feedback y responde sus dudas, el tener más inscritos iba a significar buscar, contratar y formar a más tutores. Y luego coordinarlos durante las 10 semanas que dura el programa, claro.
Pero bueno, nada que no se pudiese resolver.
Me iba a llevar algo más de tiempo, y quizá algunos días de agobio buscando tutores de última hora si se apuntaban más alumnos de lo previsto, pero soy un currante y seguro que podía con ello.
Ya estaba a punto de escribir a los freelancers para darles el ok al presupuesto que me había mandado, cuando me di cuenta de que me estaba equivocando.
Desde el primer momento había partido inconscientemente de la idea de que tenía que hacer el lanzamiento lo más grande posible.
De la creencia de que cuantos más programas vendiese, mejor.
Pero… ¿realmente era eso cierto? ¿Era eso lo que yo quería? ¿Era eso lo que me iba a hacer más feliz?
Para averiguarlo, me imaginé a mí mismo después de haber hecho un súper-lanzamiento de 300.000€.
Todos mis amigos marketers felicitándome, mi ego por las nubes… pero por dentro sintiéndome agotado por la paliza que me acababa de pegar, y preocupado por encontrar a nuevos tutores y establecer los sistemas necesarios para que todas esas personas que me habían pagado tuviesen una buena experiencia formativa.
Además, traté de imaginarme las semanas previas, y me vi trabajando 10 horas al día, y desatendiendo otros aspectos importantes de mi vida como el ejercicio, el checo o las relaciones personales.
Entonces me hice una pregunta muy sencilla:
¿Qué es más importante para mí?
¿Tener 200.000€ extra en la cuenta de la empresa, que la gente piense que soy el p*** amo de los lanzamientos y atender a mis alumnos como buenamente pueda?
¿O estar tranquilo, seguir aprendiendo checo y yendo a Crossfit, que Marco venga a visitarme a Praga, y ofrecer una experiencia top a mis alumnos que les ayude a conseguir resultados?
¿Qué me va a hacer más feliz?
No tuve ninguna duda de cuál era la respuesta.
Esos 200.000€ extra me darían un buen chute de ego que duraría unos días, pero no iban a tener ningún impacto en mi vida. No iban a cambiar nada.
Sin embargo, el poder vivir sin estrés, dedicando tiempo a mis amigos, a mi novia y a otras actividades que son importantes para mí, y el dormir tranquilo sabiendo que mis alumnos están recibiendo por mi parte la mejor experiencia que puedo ofrecerles… eso sí que iba a marcar la diferencia.
Saqué el móvil del bolsillo, busqué el número de Javi Pastor, que es quien me va a ayudar con este tema, y le mandé un mensaje de voz:
«Oye Javi, he decidido que voy a limitar las inscripciones a la próxima edición de Encuentra tu Camino a 150 plazas, así que creo que podemos hacer un lanzamiento mucho más sencillo que nos lleve menos tiempo y trabajo. ¿Cómo lo ves?»
Me respondió poco después para decirme que estaba de acuerdo, y tuvimos una reunión en la que cambiamos por completo el plan y simplificamos el lanzamiento.
Al final, decidí elegir menos.
Decidí elegir suficiente.
No porque fuese la mejor opción, sino porque que era la mejor opción para mí. Y eso es lo importante.
Conclusión: mejor es mejor
Si has llegado hasta aquí, espero haberte convencido de que más no siempre es mejor.
Más es simplemente… diferente.
Habrá veces que será mejor y veces que será peor, y habrá personas para quienes será mejor y personas para quienes será peor.
Por ese motivo, no tiene sentido el querer «más» ciegamente, envidiar a los que tienen más que tú, ni medir tu valía por lo más o menos que tengas o seas.
En vez de eso, te propongo que adoptes una creencia diferente:
La de mejor es mejor.
En este caso, mejor puede significar alineado con tu propósito, coherente con tus valores, divertido… o lo que a ti te haga feliz.
Pero en última instancia, el significado de mejor lo decides tú.
Hay para quien será crecer, escalar o acelerar, porque realmente es lo que les llena y les motiva.
Y habrá para quien será encontrar su lugar y quedarse ahí.
Ambas alternativas son igual de buenas.
Lo importante es que te des permiso para elegir la tuya, y que seas consciente de que no estás obligado a escoger «más» (ni tampoco menos, ¡ojo! — el que se hace minimalista sólo porque está de moda está cometiendo el mismo error).
Al final, el objetivo es dejar de jugar al juego de otros y crear el tuyo propio.
Sólo así dejarás de compararte con los demás, te quitarás la presión de tener que ser quien no eres, y podrás llevar una vida auténtica, coherente y fiel a ti mismo.
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Elena dice
Buenísimo Ángel! Me ha hecho pensar y aunque son cosas que en el fondo sabemos, siempre viene bien que alguien te lo diga (o escriba). Es el típico post que hay que guardar y leer cada «x» meses, para no dejarnos arrastrar por la marea de esta sociedad con su «más es mejor» 😅. Gracias!!
Ángel Alegre dice
Sí, yo también creo que hay que parar de vez en cuando a recordar este tipo de cosas, porque es muy fácil dejarse llevar por la vorágine del día a día y despistarse del verdadero objetivo, que es ser feliz 🙂
sergi dice
Buenos días Angel,
Me alegro que te hayas encontrado y este post creo que puede ayudar a muchos a reflexionar. Estoy totalmente de acuerdo, el más más más está en la mente de todos porque es lo que el sistema capitalista instalado impone, pero por eso vamos hacia la destrucción del planeta para que siga habitable al hombre. En julio, ya se ha consumido los recursos naturales que el planeta puede reponer, y no es un problema de población sino de reparto equilibrado.
Total, que todos tenemos en la mente crecer crecer crecer, más más más, y mientras vivimos sin conciencia hacemos lo que la sociedad demanda. De allí, la importancia de conectarse con uno mismo para decidir en consecuencia y buscar un equilibrio entre crecer en bienes tanto como en experiencias emocionales.
Saludos
Gari dice
Hola Ángel,
Me encanta este post y coincido completamente con tu punto de vista. Te deseo que disfrutes del camino, que tengas un buen lanzamiento y unos clientes satisfechos. ¡Estoy seguro de que lo vas a conseguir!
¡Un abrazo!
Jesús Luque dice
Hola Ángel!!
Que sorpresa ver un martes un post tuyo 😉
Enhorabuena por tomar esta decisión. Pienso exactamente igual que tú y te honra no solo escribir un post así, si no cumplirlo.
Vivimos en un mundo de consumismo y de querer más continuamente, y nos olvidamos de qué es lo que queremos realmente nosotros.
Es muy fácil querer lo de los demás, querer tener mas ventas o ser mas rico.
Hay un estudio que leí en un libro que el 80 por ciento de las personas prefieren cobrar 60.000 euros al año viviendo en una aldea donde los ingresos medios son unos 45.000 euros, que cobrar 80.000 euros cuando todos sus amigos estaban cobrando 90.000.
Debemos mirarnos hacia dentro y ser nosotros mismos y creo que para ello es imprescindible preguntarnos el por qué de cada cosa que hacemos.
Un fuerte abrazo Ángel!
Mihail Rojas dice
¡Excelente reflexión! Creo que al fin y al cabo es el ego, esa imagen que queremos que otros tengan de nosotros, la que dirige muchos, sino la mayoría de actos de nuestra vida, como si mostrarnos tal cual somos nos hiciera más vulnerables.
Pilar dice
Hola Ángel,
Muy buena reflexión, muy acertado todo lo que dices. Es importante no dejarse llevar por lo que parece «mejor» en esta sociedad en la que vivimos porque siempre todo tiene un lado bueno y otro malo que debemos valorar. Tampoco podemos vivir buscando la aprobación y admiración de los demás en lo que hacemos, aunque sea un premio muy dulce. Personalmente creo que en muchas situaciones de la vida menos es MAS, aunque a veces haya que remar contra corriente. Un abrazo fuerte.
Ishtar dice
Más no equivale a mejor.
Y de ahí el dicho «mejor calidad que cantidad».
Y eso se puede aplicar a todo, más dinero, más obligaciones, más responsabilidad y etc. no te va a dar una mejor calidad de vida y un mayor disfrute de tu tiempo o de las cosas que te gustan, si ese más solo significa agobio, estrés, cansancio y nada de tiempo para disfrutar la vida…
Pero para eso como en todo, cada uno elige. ¡Qué sorpresa tantos posts nuevos en poco tiempo Ángel! Lo que hace establecerse un poquito, jeje.
Un saludo 😉
Ángel Alegre dice
Ojo, que habrá personas y casos en los que más sí será mejor.
Creer que más siempre es negativo es caer en el mismo error que creer que más siempre es positivo.
Ishtar dice
Ya, está claro. Así es.
Caro Chan dice
Y es que no te das ni cuenta, te metes en la vorágine y te dejas arrastrar hacia arriba, hacia más, hacia duplicar, hacia batir récords y te dejas la piel en el camino sin enterarte apenas, de lo ocupado que andas con los » to do» y no en observar las señales que te manda el cuerpo.
Este año me meto de lleno en mi nuevo negocio y es una de las cosas que me da miedo. Escalar o dar un trato al consumidor como el que me gusta, como el que quiero que me den a mi. Ese funambulismo de equilibrio frágil me tiene aterrada, pero me alegra ver que no estoy sola en ese pensamiento. Más no siempre es mejor, calidad frente a cantidad siempre. Siempre.
Me alegra ver que aunque a veces te desvíes del camino, no dejas de escuchar a tu voz interior acallándola mientras te das un baño de multitudes y billetazos! jajaja
Chuuuu!!!
PD: Dile a Marcos que eche los disfraces de pokemon a la maleta, queremos documentos gráficos!
Cristina Hortal dice
Una gran reflexión para un tema que me parece clave.
Desactivar el automático y el montón de condicionamientos que nos conduce a la carrera sin rumbo de más y más, es empezar a mirar hacia dentro y preguntarte a ti mismo en cada encrucijada.
Es establecer contigo la intimidad y la honestidad suficiente como para averiguar qué es lo que de verdad quieres tú. Qué es lo que tiene sentido para ti.
Al fin y al cabo, en cada decisión, de lo que se trata es de ser felices. Y la felicidad duradera tiene mucho que ver con el sentido y la coherencia.
Para cada uno, esos componentes llegarán a través de una fórmula concreta, personal e intransferible. Nos toca a cada uno averiguar esa fórmula.
No sirve con simplemente correr más y llegar más lejos. Es una cuestión de calidad, como tú reflejas en tu post, Ángel.
Gracias por esta reflexión tan clara.
Ana dice
Fantástico el post Ángel,
Como comenta Elena es algo que siempre viene bien recordar de vez en cuando, gracias por recordármelo.
En su momento también tuve que decidir entre ganar más o montar mi propio negocio para disfrutar de más tiempo con mi hija. Afortunadamente, elegí lo segundo y salió bien.
Ahora volvía a estar en una tesitura similar respecto a hacer crecer mi negocio, y creo que volveré a balancear mis opciones antes de decidirme. Gracias.
Esther dice
Muy interesante.
Desde pequeños nos inculcan que tenemos que ser los mejores, los que sacamos las notas más altas, los mejores deportistas, los más atractivos….
Difícil cambiar la tendencia en un mundo cada vez mas competitivo… Yo misma les exijo a mis hijos que suban sus notas, guapos ya son jaja.
Monika dice
Genial, totalmente de acuerdo!! Gracias por compartir tu experiencia con nosotros.
Mª Angeles González dice
Por añadir otro punto de vista, más sí puede ser mejor cuando todavía estás luchando por salir adelante, en fase de supervivencia. Si no tienes suficiente para vivir es una falsa elección.
Es a la hora de crecer cuando se plantean las elecciones entre calidad y cantidad.
Es también como bien señalas, que “ascender” puede llevarte a hacer algo que no te gusta y no se te de bien.
Lo que se llama también alcanzar tu nivel de incompetencia o el famoso Principio de Peter, que se puede aplicar igual al trabajo por cuenta ajena que por cuenta propia.
Un saludo!
Unay Casquero Domínguez dice
Buen artículo Ángel. Has conseguido que me haga reflexionar y estoy 100% de acuerdo. Hay que pensar bien las decisiones antes de seguir de manera totalmente inconsciente el «más es mejor». Un saludo y sigue así.
Jordi Garcia Codina dice
Cada vez estoy más convencido de que menos es más. Cuánto menos tienes, más libre eres.
¡Abrazo!
Gema dice
Hola Jordi,
Estoy totalmente de acuerdo contigo pero con una puntualización: cuánto menos (eliges tener), más libre eres.
Un abrazo.
Delia dice
Ese ha sido siempre mi leitmotiv, pero la ambición de otros hacía que pareciera una fracasada. Quizá lo sea, pero siempre estoy con una sonrisa en la boca, he criado yo misma a mi hijo y me siento feliz.
¿Qué si necesito mejorar? Pues sí, pero no dejarme la piel en el trabajo, la vida, al menos la mía, no es eso.
Ana B dice
Pues claro que sí ….. Es que es así … No hay duda. Luego que vengan al ataud a decirte «es que no trabajaste tanto cómo los otros, fuíste un loser viviendo de alquiler, nunca llegaste a nada». Soy un poco macabra, pero en fin, ya se entiende el mensaje.
Diego Roldan dice
Totalmente de acuerdo con las reflexiones que haces Ángel.
El cerebro humano siempre quiere más y lo ve como que es mejor, sin embargo tener más de una cosa implica tener menos de otra, por ejemplo tiempo….
La virtud del Universo es el equilibrio y como tal, esta ley nos indica que si la balanza se inclina hacia un lado, el contrario ha de compensarse… así de simple.
S2
Andrés dice
Muy bueno tu post Angel, estoy totalmente de acuerdo contigo.
Leyendo el post me ha venido a la cabeza el anuncio «…no es más feliz el que más tiene sino el que menos necesita».
Un abrazo
Sebas dice
Hola Ángel,
no me había dado cuenta de lo perjudicial que es el Crossfit. Si no me hubiera apuntado, seguramente tendría 200.000€ más en mi cuenta. Pero bueno, de los errores se aprende.
Un abrazo!
Oscar dice
Sin lugar a dudas, el mejor post que he leido en mucho tiempo (no solamente de los de VAM, sino de todos lo que leo). Excelente.
Cristina dice
Hola Ángel, muchas gracias por este gran recordatorio, ¡excelente post! Últimamente estoy leyendo mucho sobre vida minimalista y me resuena mucho todo lo que cuentas. Al final el objetivo no es más sino vivir alineado a tus valores, a lo que de verdad es importante para ti (más allá de las expectativas externas). La coherencia es salud y paz interior, ¡no tiene precio!
Me ha encantado leerlo de ti! Gracias otra vez 🙂
Cristina
Mauro Quieto dice
Te has dado cuenta que los conceptos de tus últimos dos posts van en dirección contraria al »Manifiesto» de VAM? Sin duda podrás argumentar lo contrario, como todos lo hacemos a diario con todo lo que no queremos asumir.
En base a tu narración, es claro el motivo que te ha llevado al cambio.
El amor puede ser ciego, pero es riesgoso cuando enceguece.
Saludos!
Maik dice
Hola! Muy buen artículo 🙂 trabajamos más y más sacrificando aún más de lo que ganamos. A veces necesitamos que alguien nos lo diga para darnos cuenta. Gracias.
Bosc dice
Muchas gracias, me has hecho pasar un buen rato con la lectura de tu post y sobre todo agradezco que me hayas abierto los ojos sobre un paradigma que, en efecto, merece ser cuestionado.
Ah!, y me sumo a tu propuesta de cambio de «más es mejor» por el de «mejor es mejor».
Gracias nuevamente!
B.
Isabel dice
¡Gracias! Me ha encantado y me viene de perlas en este momento, viajando con dos niños desde hace un año y con la cabeza como un bombo por realmente pretender hacer más y más y sentir que estoy a medias…
¿Ante quién rendir cuentas?
¿Y por qué buscar más? En todo caso más felicidad, disfrutando de lo simple.
Un abrazo.
Mariano dice
Coincido totalmente con vos Ángel!! Hay una frase célebre del gran Aarquitecto Mies Van der Rohe que dice «Menos es Más»y significa reducir algo a lo mínimo, a los elementos esenciales que componen la totalidad de una cosa. Todo lo demás disturba. Y es algo que no sólo funciona en arquitectura sino en muchas cuestiones de la vida. Hace poco decidí hacer una limpieza de cosas, di libros que no leía, ropa que no usaba hace años, elementos que ya no utilizaba. Di cajas y cajas de cosas que ya no me hacían felices y estaban ocupando lugar. Al verme liberado de esas cosas noté un cambio muy positivo en mi vida. Me encontré con mucha mas energía y comencé a realizar tareas que siempre postergaba. Al final creo que lo más importante es vivir la vida centrada en nuestros valores más profundos, y no caer en la tentación de tener más cosas, porque nos resta energía y tiempo de las que realmente son importantes para llevar una vida feliz. Abrazos desde Argentina!!
Adri Claret dice
Totalmente de acuerdo con el artículo, en una sociedad donde asociamos felicidad a consumo tener más nos arrastra a hacer cosas que realmente no queremos hacer. Saber apagar el piloto automático, reflexionar y decidir de verdad qué es lo que quieres te permite sortear esta trampa tan común!
Un artículo genial, felicidades y gracias por la aportación.
Martin Barragan dice
Gracias Ángel. Estuvo fenomenal la reflexión.
Estos últimos días por vacaciones estuve recorriendo el interior de Uruguay, y me pasa lo mismo en Argentina donde vivo. Paso por pequeños pueblos, donde las «oportunidades» son menores para muchos jóvenes, donde la vida es más simple… y trato de entender cómo es vivir en un lugar así.
Mi cabeza moldeada por toda la vida en Buenos Aires, simplemente no logra entenderlo del todo. Y la respuesta es que en los pequeños pueblos la mayoría de las personas ganan menos dinero, cambian el coche menos seguido, no se acostumbran los meteóricos ascensos en empresas multinacionales… y sin embargo, hay otras cosas, menos materiales, menos palpables.
Tomar un mate mirando la quietud de la naturaleza, el sonido del viento, vivir MUCHO menos pendientes de las redes sociales… Ninguna de esas cosas aparecen en las escalas del éxito. Y lo que creo es que cada uno debe definir su propio éxito como tan bien lo contás en este gran post.
Un abrazo!
Angel dice
Completamente de acuerdo y cito un refrán de la época de mi abuela: «En el frasco pequeño está la buena confitura».
Gran dice
«Lo mejor es enemigo de lo bueno». Hay que saber cuándo/cómo decir «basta» o «es suficiente»
Fátima dice
¡Gran post! Sin duda merece ser compartido para que más gente pueda disfrutar de la lectura y reflexionar.
Lo tendré siempre presente porque comparto contigo que mejor es mejor.
Un abrazo,
Fátima
Fernando Castaño Beltran dice
Estoy de acuerdo 100%.
Pedazo de artículo Ángel. Eres una máquina.
Muchas gracias y un saludo.
Nuria dice
Bravo Ángel….completamente del acuerdo.
Enhorabuena por tu nuevo camino
Un abrazo
Nuria
Edgar dice
Hola a todos!
Ángel, me parece un poco curioso este post, es como si en algún momento de tu camino hubieras olvidado el 25% de los post que has escrito sobre seguir tu camino, sobre cuanto es suficiente, sobre si crees que tu vida es una mierda lee esto que vi en Camboya, sobre que la felicidad la consigues haciendo lo que te gusta hacer como encontrarte inesperadamente a alguien en una cafetería de Tailandia. En definitiva con hacer lo que tu quieres hacer y no lo que los demás te dicen que tienes que hacer.
Por supuesto, estoy de acuerdo con todo lo que has dicho, pero es algo que pensaba que Ángel Alegre lo tenía totalmente interiorizado y, de repente, me encuentro con que Ángel Alegre casi cae en las trampas de la sociedad que el mismo me hizo ver para que yo no cayera.
Al final la presión social no viene solo de la sociedad, padres y tal, también en el mundo nómada-digital tb hay una presión que se hace notar y que se traduce en aplausos si vendes mucho.
De todas formas es cierto, lo mejor es lo que es mejor para ti y es algo que nunca hay que olvidar.Algo que aprendí hace tiempo, cuando empecé a leer este blog.
Nacho Téllez dice
Hola Edgar,
Felicidades por atreverte a dejar un comentario que se escapa a la línea editorial predominante de alabanzas y loas. 🙂 De todos modos, al leerte no he podido evitar pensar en algo.
Entiendo que a primera vista puede parecer un post curioso viniendo de Ángel, pero si uno reflexiona un par de minutos y es honesto consigo mismo, deja de parecer curioso para convertirse en lo más normal del mundo.
Para cualquier lector habitual de VAM, la semilla de este post no es una sorpresa. Muchos sabemos que las creencias guían nuestra conducta y que algunas pueden ser muy cabronas.
Eso sí, SABER que algo sucede no significa que puedas interiorizarlo y, menos aún, actuar en consecuencia.
Saber que suficiente es a menudo mejor que mucho, que la felicidad puede estar esperando en una cafetería en Camboya o que deberíamos hacer lo queremos y no lo que los demás nos dicen es una cosa, lograrlo en todos y cada uno los días de nuestra vida es otra. Una bastante distinta.
¿Por qué?
Cuando éramos pequeños nos educaron para aumentar el PIB de nuestro país, no para ser felices.
Algunos pensarán que son cosas parecidas, pero ni de lejos. Es como decir que el comunismo y la democracia son parecidos porque ambas son formas de gobierno.
Imagina pasarte 16 años “escuchando” que lo que debes hacer cuando crezcas es tener un buen trabajo en el que cobres mucho dinero. Que llevar traje es signo de importancia. Que hay que tener una tele enorme y un coche más caro que el del vecino. Que tener zapatillas de marca es un must y que las vacaciones se hacen en Agosto y se pasan en la playa.
Levantarte un día y darte cuenta de que eso no es así no hace que dejes de “creerlo”. 16 años de adoctrinamiento no se desvanecen por un golpe de claridad. Es un trabajo que lleva tiempo. Años. Y durante ese tiempo lo lógico es volver a caer en esas ideas que te metieron en la cabeza. Al menos de vez en cuando.
No conozco a Ángel, pero imagino que será un tío normal con las ideas más claras que la mayoría de personas de su edad y con una determinación bastante alta. Por desgracia, esas cualidades no le convierten en un superhéroe y, al igual que muchos de nosotros, se verá arrastrado por algunas de sus creencias menos saludables de vez en cuando.
Por eso te decía al principio que, si lo piensas dos minutos, es algo bastante normal. 😉
Maurino dice
Hola Ángel.
Uno MÁS que está totalmente de acuerdo 🙂
A veces tomamos decisiones pensando solo en la parte buena de la historia o centrándonos la parte que consideramos atractiva; como el objeto que brilla. Si tengo una novia super guapa voy a ser más feliz, si tuviera el salario de mi jefe, si tengo el cuerpo perfecto, si tengo el auto «X», la casa «Y», el Smartphone ultima generación, el trabajo de mi vecino…
No pensamos en lo que conlleva tomar ciertas decisiones.
No pensamos a conciencia en lo que trae consigo elegir un camino.
Gracias por compartir tus reflexiones
Y Mejor es Mejor 🙂
Viviana dice
EXCELENTE. Muy buena reflexión. Soy de San Juan, Argentina, y en esta provincia en donde vivo, la gente se compara todo el día, compitiendo por MÁS, cuando en el fondo las comparaciones a veces son buenas y a veces no.
Ya se lo mandé a mis amigas (al artículo) y les encantó.
María dice
Buenas Ángel,
Me he visto muy reflejada en lo que has comentado.
La pregunta de si más es mejor me la tengo que hacer muy a menudo para no caer en el automatismo.
Decidí tener un bebé y trabajar jornada reducida, por lo que he tenido que dejar parte de mi cartera de clientes. Cartera que, alimentaba mi ego pero que, siendo realista conmigo misma, no me produce satisfacción.
Pero es difícil no dejarse llevar por esa creencia. Sobre todo cuando mi jefe no para de preguntarme cuando voy a volver a ser la María «de antes».
Siskomon dice
Hola vamers,
Independientemente de si más es mejor o no, es una cuestión muy personal. Lo que a uno le gusta otro lo aborrece. Lo importante es vislumbrar aquello que realmente queremos en nuestras vidas y considero que tú lo has sabido identificar además de mirar mas allá de tus intereses para ponerte en el lugar del otro, en el caso del nuevo curso que estás preparando. Como en la cultura «ikigai», los japoneses tienden a esa forma de vida, hacen las cosas con pasión y calidad aunque eso suponga más tiempo.
Bárbara dice
Me encanta. ¡Sin palabras! Esto es como aquello de ‘la belleza está en los ojos de quien la mira’, …pues lo mejor está en el corazón de quien lo siente. (:
Gracias por tus reflexiones,
Bárbara
Javi Pastor dice
Heeey,
Estoy totalmente de acuerdo y te lo dice alguien que ya ha perdido, como suelo decir, 7-8 años de vida en lanzamientos 😀
Cada uno tiene que lanzar, hacer, decidir y moverse en función de su propia felicidad y objetivos personales.
La empresa, el negocio, el blog y todo solo son un medio para conseguir un fin. Idealmente, ese fin es ayudar a otras personas de la forma que mejor sepas y vivir una vida libre de las preocupaciones que tiene el 99% de la población en nuestros casos.
Vender más siempre implica, en este tipo de programas, trabajar más, delegar más, sistematizar más, contestar más y muchos más, más y más.
Cada cosa llega en su momento. Quizás nunca necesites hacer un hipermegalanzamiento porque el cuerpo nunca te lo pida. Y quizás llegue en el momento en el que digas «tengo que hacerlo ahora, quiero probarlo» y lo hagas incluso montando un evento por todo lo alto.
Da igual. Al final lo importante es, como has hecho, tomar una decisión en función de tus prioridades personales.
Si ahora es no, es no. Si en el futuro es sí… ya se verá.
Por mi parte, touché.
Un abrazo
Pablo dice
Good enough. Si alguna vez pase algo me tatuaje algo, esto sería.
Man sacrifices HEALTH to make money,
then spends some money to recuperate health.
Man is so anxious about the future,
that doesn’t enjoy the PRESENT,
thus not living in one nor in the other.
Man lives as he’s never GOING TO DIE,
then dies having never really lived.
Pablo dice
«Si alguna vez me tatuase algo»
:DDD
Silvia dice
gracias muy interesante. es cierto no necesitas tener mucho ni poco para ser feliz como eres!!!.
Tsarina dice
Hola Ángel,
Me gustó tu articulo. La verdad es que todos nos olvidamos de lo que realmente importa y nos empeñamos a correr cuanto más rápido, mejor. Es bueno que alguien nos haga recordar la importancia de parar a reflexionar de vez en cuando. 🙂 Gracias!
Saludos desde Londres,
Tsarina
Javier dice
Ángel, muy bueno ese concepto de que 200k de más iban a darme un gran chute de ego que duraría dos días pero que no tendrían mayor impacto en mi vida… Revelador!
Gracias por compartir tu estilo de vida!
Lorena Díaz dice
Gracias. Estoy a punto de lanzarme de lleno a un proyecto que llevo queriendo impulsar desde hace meses (si no es que años) y tu entrada me ha recordado que no tengo por qué buscar solo el más de golpe, sino que puedo encontrar mi propio ritmo. Igual he ido creciendo, así que es solo no detenerme.
Me encantan tus escritos y qué bueno que elegiste lo mejor para ti =).
Sara dice
Qué genial artículo, Ángel, estoy 100% de acuerdo. Esta creencia de que «es mejor el que más tiene» está profundamente ligada a la sociedad consumista y narcisista. Simplificando las cosas se vive más y mejor. Un abrazo muy grande, crack.
Adry dice
Sabes, continuamente me había estado planteando esto por un simple motivo, nunca me he comprado un auto, y siempre me lo preguntan cuando vuelvo a ver a mis amigos, y pienso porqué es tan importante para ellos que yo tenga un auto cuando para mi no lo es, siempre me cuestionaba si era menos que alguien por no tenerlo y los otros eran mas que yo…, estoy estudiando un máster y eso es más importante y gratificante para mí que tener un auto. Voy contra las cosas que deberían ser y lo que debería tener a mi edad, y con este post creo que voy por buen camino y me hace sentir tranquila, me siento gratificante con mi vida porque he logrado lo que ha sido importante para mi, aunque en este punto de mi vida mi cuenta bancaria no este rebosando en billetes jaja, sobra decir que me ha encantado tu escrito!
Estibaliz dice
Qué gran reflexión has hecho, Ángel!! Muchísimas gracias. Hay veces que es mejor parar y darte cuenta de estas cosas antes de cometer el error de verte ya envuelto en la rueda de «más es mejor» y no poder salir de ello.
Un abrazo.
Denisse dice
Hola Angel, te sigo hace años, pero creo que esta es la primera vez que te escribo. Has tocado lo más profundo de mi alma con este post… de hecho, en mi empresa postulé a una puesto de planta que era en otra sección, con otros colegas, con un jefe complicado y sigo sin saber quién m… me mandó a postular.
Pero al leerte me di cuenta de que en el fondo quería más: más estabilidad porque había estado siete años con contratos a plazo, más dinero porque veía cómo los demás compañeros de planta recibían mucho más que yo y hacían mucho menos, más reconocimiento al ser la «ganadora del concurso» y dejar atrás a las demás participantes… Me ganó el MÁS. Y ahora tengo que ponerle el pecho a las balas y soportar más trabajo, más exigencia, más esfuerzo por tener que conocer a cada uno de mis colegas nuevos, más problemas a la hora de conseguir permisos, etc. Lo bueno es que estoy emprendiendo un negocio por mi cuenta para escapar de ahí al menos en un año, así que invertiré lo que gane de MÁS… jejejje…
Abrazos y te felicito por compartir esta hermosa reflexión.
Cristina Chaus dice
Hola Ángel:
Gran artículo. Comparto tu opinión y, de hecho, he utilizado este enfoque hace unas semanas cuando reflexionaba sobre mi vida y me fijaba objetivos para 2018. Creer que más siempre es mejor es una trampa en la que sea cae pensar siempre de manera lineal. El «downshifting» sabiamente elegido, como el tuyo, es tremendamente liberador y hace que tu vida sea más consciente.
Un abrazo
SARA dice
Hola Ángel. Bueno, la verdad es que después de la crisis que he vivido y que lamentablemente sigo –a todos los niveles, emocional, personal, económica, política, social…–, estoy de acuerdo contigo en muchas cosas, es más, me doy cuenta de cosas que llegaba a percibir desde niña pero que con el tiempo he ido olvidando por esto mismo que dices sobre la sociedad en la que vivimos, el ambiente cultural que nos rodea. Aquel que simplemente se empeña en decirte entre otras cosas que «más es mejor». Este lema lo puedes aplicar al ámbito laboral o al estudiantil. Como estudiante me llegué a creer que cuanto más eduación tuviera mayores posibilidades de tener un buen trabajo, buen puesto, suelto, dinero, dinero… Pero con el tiempo te das cuenta que las cosas no funcionan así. Hablas con gente de otras partes, ya sea cara a cara o por foros, redes sociales, etc., te das de cara contra la realidad y después de pasar por ‘mucha mierda’ (con perdón de la expresión) digamos que la mente empieza a funcionar de otra manera y pensar de manera diferente. En mi caso, comencé por decir NO a muchas cosas, entre ellas, a la de estudiar «lo que sea» porque sí o porque «no hay otra cosa», porque lo haga todo el mundo aunque no me apetezca… Y después de haber leido «Los Cuatro Acuerdos» –un libro de sabiduría tolteca (antropología)– que me pasó mi psicóloga y que recomiendo a todo el mundo, es como… buf, pues me alegro de haber dicho NO. Porque hubiese sido como lanzarme a la locura nuevamente, otra vez… Y paso de pasar por ese mal trago otra vez, he tenido suficiente.
José Luis dice
Totalmente de acuerdo Ángel, más es más y no mejor. Mi vida con reducción de jornada y dedicando más tiempo a mis cosas y mi gente no la cambio por un ascenso ni loco.
Saludos!
María dice
Excelente artículo Ángel, he vuelto por aquí a releer lo que escribiste hace unos días y creo que desde ahora será lo primero que lea al comenzar cada semana para asegurarme de que me muevo en la dirección correcta.
Yo tambíen estaba últimamente perdiendo el rumbo de lo que realmente quiero, intentando conseguir unos objetivos que, pensándolo bien, no me van a llevar a la vida que me gustaría tener. Los buscaba solo porque es lo que hacen los demás, por eso del más es mejor.
Desde ahira me pasaré por aquí siempre que tenga que tomar una decisión respecto a mi negocio.
Lea Maqueda dice
Ángel, esto me ha caído del cielo. Justamente estoy en ese dilema en este punto de mi vida. Tu objetivo se ha cumplido, al terminar de leer tu artículo me ha hecho pensar.
Me es difícil mantenerme fiel a mí, a lo que realmente me apasiona y gusta, sin embargo, estoy en el camino de realmente descubrir lo que me mueva y haga sentir feliz, plena y libre.
Tiene poco que descubrí tu blog, y de todo corazón te agradezco que exista.
Un abrazo!
anaccovaleda dice
Hola Ángel, he encontrado hace poco tu blog y me encanta. Yo me agobiaba mucho cuando empecé como autónoma porque también pensaba que más es mejor. A veces lo sigo pensando. Pero cuando me vuelve el agobio, sigo un consejo que me dieron: «más vale hecho que perfecto». Cierro los ojos, respiro, y repaso el plan a ver si realmente no está ya suficientemente bien. Que a veces lo de la perfección se nos va de las manos y nos boicotea los planes…
¡Un abrazo!
Carol dice
La verdad que todo suena a sentido común. Pero hoy día es justamente lo que más cuesta de encontrar. Tienes razón, «más no es mejor»
Luis dice
Todo esto está muy bien… pero también hay que tener en cuenta que este tipo de decisiones vitales (menos es más, calidad a cantidad, etc.) tienen sentido cuando se puede ahorrar e invertir una cantidad considerable de dinero, y cuando ya tenemos un patrimonio ciertamente considerable como para mandar a paseo a quién nos dé la gana. También es cierto que el anticonsumismo, por sistema, lleva a lo anterior de manera automática… pero en ese caso estaríamos hablando de formas de ahorrar dinero, en vez de decisiones vitales.
Si somos capaces de ahorrar como mínimo la mitad de nuestros emolumentos, ya podremos hacer lo que queramos en unos pocos años. En caso contrario, siempre estaremos abocados a empleos precarios y mal pagados, y andaremos dando tumbos de un lado para otro hasta la jubilación.
Por eso un buen ingrediente de la independencia financiera (que casi nunca suele citarse) es conseguir una fuente (o varias) de ingresos como mínimo dos veces por encima de nuestros gastos. Tampoco hace falta un puestazo en una multi, o ser youtuber de éxito. Tan sólo buscar una ocupación que esté bien pagada y nos guste, y dar los pasos adecuados para conseguirla. OJO: que hay muchos oficios bien pagados que ni siquiera requieren ir a la Universidad.
Con esto y el efecto del interés compuesto, ya debería ser suficiente para poder dirigir nuestra carrera e incluso nuestra vida hacia lo que realmente queramos en no muchos años.
Salu2!!!!
Oscar Sánchez Oliva dice
Así es Ángel,
La sociedad promueve unos modelos de vida basados en lo material. La gente suele confundir el tener con el ser.
Viven insatisfechos, vacíos, debido a que se promueve justamente la acumulación y la ostentación, el medirse por números y objetos, en vez de por valores y calidad humana.
Esta en la mano de cada uno de nosotros decidir el tipo de vida que queremos.
Podemos convertirnos en esclavos de la imagen, de hipotecas, propiedades, perder nuestro tiempo, que es realmente la verdadera moneda de cambio de la que disponemos, o invertirlo en algo que nos haga crecer y que sea de utilidad para el mundo. Esa es justamente la mayor batalla que se esta librando en el mundo, un asunto de niveles de consciencia que tendrá su consecución con los consiguientes relevos generacionales.
Un abrazo
Oscar dice
La sociedad nos adoctrina para hacer, no para ser. Se confunde lo que tenemos, lo que ganamos, lo que somos capaces de acumular con el amor que somos capaces de entregar a los demás, se confunde la información, con el conocimiento.
El otro día Omar de la Fuente criticaba justamente esto que comentas aquí, pero es algo que afecta a todas las personas, independientemente del sector en el que se encuentre, sobre todo cuando te dejas llevar por la inercia, si eres una persona además, con un afán por el crecimiento y la autosuperación, es fácil que te establezcas una competencia contigo mismo por generar mayor productividad, por ganar más, y tu mismo te presionas para lograr esa meta, olvidándote de quien eres por el camino, no importa el nivel de conciencia o atención que tengas sobre tus procesos o sobre las manipulaciones del sistema, hay que estar muy alerta para no caer, y si no te das un tiempo para respirar y centrarte, pasa.
Son mecanismos que tenemos muy interiorizados desde la niñez, la escuela fomenta la competitividad, la búsqueda de resultados, el destacar para ser mejores, y olvidamos que por encima de todo, somos humanos, y efectivamente, lo mejor que tenemos en esta vida son nuestras pasiones y las relaciones que cultivamos con las personas que amamos. Lo demás, si no se tiene esto, poco importa.
Hay que hallar el equilibrio, creo que todas las personas que estamos por el mundo del emprendimiento buscamos la libertad, pero hay que ser conscientes de no terminar siendo poseidos por nuestra propia creación, como la historia del Golem en la mitología Judía.
En el poco tiempo que llevo por este universo de rebeldes de Matrix, ya he visto a personas muy obsesionadas y esclavizadas a sus proyectos, pasando horas y horas en la oficina con sus lanzamientos y teniendo a sus trabajadores más esclavizados aún, convirtiéndose en prostitutas de sus egos, vamos, que han terminado peor que si fueran asalariados de una empresa ajena.
Yo no he empezado un proyecto digital online para vivir como un esclavo, sino para vivir al máximo, jajaja, evidentemente que quiero ganar dinero, pero lo quiero emplear con una finalidad humana sin obsesionarme, es algo que tengo clarísimo, evidentemente, cuando viva tu experiencia Ángel, podré opinar.
Una vez, un catedrático de Bellas Artes me dijo: «Oscar, hagas lo que hagas en la vida, que sea humano» .
No podemos perder de vista la calidad frente a la cantidad, eso para mí es lo que diferencia a los grandes profesionales, de los mediocres que sólo buscan facturar millones.
Un abrazo. Hay que avanzar.
Maria Mercedes Perez dice
Uuuuuyyy, que bueno, recupere al Angel que se gano mi fidelidad! …ya me habia aburrido de tu blog. Ya habia pensado que en el fondo eras igual que todos. Se habian acabado los post reflexivos y profundos y ya no volvi a recomendarle tu blog a nadie.
Gracias Angel por este post, si, estoy totalmente de acuerdo con lo que dices pero ademas, compruebo que ese vivir conciente de cada paso que das, y aprovecharlo con transparencia y honestidad para que todos nos veamos un poco en ti, es lo que me cautiva de tu blog.
un abrazo desde Canada.
Mireia dice
…»Y al final, menos siempre es más». De vez en cuando me viene a la cabeza esta frase de la canción de Fangoria «lo poquito agrada y lo mucho enfada»
Cuesta mucho derribar esta creencia, de este mundo capitalista nuestro de más, más y más… estoy leyendo ahora «una trenza de hierba sagrada» en la que justamente los indígenas tomaban de la tierra lo que necesitaban, lo suficiente, y los alimentos dejan de ser mercancías para ser «dones». Se cambia la avaricia por la gratitud. Sé que quizá no se entiende sin contexto, pero es una manera de empezar a cambiar nuestra relación con el entorno.
Es como cuando en una feria de muestras hay cosas gratis: hay los que arramblan con todo, y hay los que cogen lo justo para que el resto también tenga, porque qué vas a hacer con tanto?
Luis dice
Gracias, Ángel. Tus palabras demuestran gran sabiduría.
Mamen Garrido dice
Totalmente de acuerdo con tu reflexión, Ángel. Además, creo que estamos en pleno proceso de derribar antiguos paradigmas y construir unos nuevos, basados en el «menos es más». En mi opinión, atrás quedaron esos discursos grandilocuentes que lanzaban sobre grandes escenarios los gurús del marketing. Cualquier campaña que se haga en redes sociales basada en los parámetros de «ser exitoso», «ganar cifras de seis ceros» y cosas así, están destinados al fracaso. Y no se trata de fomentar la escasez, ni las creencias limitantes, se trata de que ya estamos en otra película, en otra fase, en un nuevo salto evolutivo. Gracias de nuevo por compartir tus experiencias y permitirnos ser testigos de tu evolución.