Hace unos días, Hana escribió en su blog un post sobre la mediocridad a raíz de la muerte de Álvaro Bultó que ha causado mucho revuelo en Internet. En él afirma que «muchas personas necesitan que un grande (…) sufra una desgracia para justificar su vida de mierda.»
Estoy totalmente de acuerdo con ella, y subscribo las palabras de su artículo una por una.
Por algún motivo, en España hay una gran cantidad de personas amargadas e insatisfechas que viven agazapadas en sus cuevas grises, esperando a que aquellos que arriesgan e intentan hacer algo diferente fracasen. Cuando eso ocurre, salen todos en masa y les critican desde el anonimato que ofrece la red porque el mediocre critica pero no se atreve a hacer algo al respecto.
Esto es lo que ha ocurrido con Álvaro, lo que ocurrió con Pau de EyeOS cuando no conseguía encontrar financiación y lo que ocurre cada vez que alguien que sobresale en nuestro país tiene problemas.
Pero aunque el comportamiento de estos individuos es despreciable, hay un grupo de personas que es incluso peor: aquellos a los que les molesta el éxito ajeno.
Una pequeña historia
El pasado mes de Mayo, publicaron un reportaje sobre mí en el periódico Extremadura. Cuatro personas dejaron comentarios en la versión online de la noticia –todos negativos–, entre ellos este:
«Ya se sabe. Estos informáticos no son muy exitosos con sus parejas. No sé por qué, pero es así. Lo dice el dicho: Ligas menos que un informático. Y venden mucho humo.»
Cuando lo leí desde Hong Kong, no pude evitar echarme unas risas con mis amigos 😀
Obviamente, no perdí ni un segundo en responder a semejante estupidez, pero el suceso me hizo reflexionar sobre las motivaciones que puede tener alguien para invertir su valioso tiempo en criticar a una persona a la que no conoce y que no le ha hecho nada malo.
Después de darle muchas vueltas, llegué a la conclusión de que lo que ocurre es que a esta gente le molesta ver lo que podrían haber conseguido de no haber decidido elegir una vida mediocre.
Por ejemplo, al chico del comentario seguramente le gustaría viajar más o tener más libertad, así que critica mi vida amorosa sin conocerme para así convencerse de que «Ángel podrá viajar pero no se come un rosco, así que tomé la decisión correcta cuando opté por una existencia gris.» Porque si yo fuese capaz de viajar Y ADEMÁS tener éxito con las chicas, eso le dejaría en evidencia.
Si criticas sin motivo, tienes un problema
Mi opinión respecto a este tipo de actitud es tajante:
Si te jode el éxito ajeno, si te da rabia que a otros les vaya bien, deberías hacértelo mirar.
Párate a pensar de dónde viene esa rabia hacia alguien que no te ha causado ningún mal, porque no es sana.
Te recomiendo que analices cuál es la cualidad de esa persona que «te hace saltar» y que veas qué papel tiene en tu vida. Hay muchas posibilidades de que esté relacionado con algo que no te gusta sobre ti y que todavía nos has sido capaz de aceptar.
¿Odias a los ricos que han ganado su fortuna de una manera honrada? Quizá el problema es que no estás contento con tu salario.
¿Te dan rabia los chicos con six-pack y piensas de entrada que son todos «unos chulitos que no tienen ni media neurona»? A lo mejor lo que pasa es que no estás contento con tu aspecto físico.
¿Llamas vagos a todos los funcionarios? Tú también pudiste estudiar una oposición y elegiste no hacerlo. Esas personas no tienen la culpa de tus problemas laborales.
En cualquier caso, sólo tienes dos opciones:
- Aceptar la realidad
- Hacer algo para cambiarla
Guarda tu bilis para hacer la digestión. Las frases para mediocres y envidiosos y tus críticas nada constructivas no ayudan a nadie.
Por un mundo mejor
Personalmente, creo que el ser capaz de admirar la grandeza de otros demuestra la grandeza de uno mismo.
A mí me gustaría que a todo el mundo le fuesen bien las cosas y que alegrarse del éxito de los demás fuera lo habitual. Que en los periódicos sólo hubiese buenas noticias, historias de personas que han creado negocios de éxito o han superado una enfermedad grave, y que esas noticias estuviesen llenas de comentarios de gente alegrándose por ello.
Por desgracia, unos chavales inventan una máquina para echar cañas y no tarda ni un minuto en aparecer el ejército de mediocres para criticarles y ponerles pegas. No se dan cuenta de que sus propios comentarios delatan su miseria. Desde aquí les invito a todos ellos a que nos enseñen los grandes inventos que han creado últimamente.
Aun así, yo no pierdo la esperanza. Confío en la gente que lucha, que se lo curra día a día y responde a estos personajillos con su trabajo y no con malas palabras. Estoy seguro de que, con su ejemplo, su honradez y sus ganas de hacer bien las cosas, acabarán callándole la boca incluso a sus mayores críticos.
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Y tú, ¿por qué crees que hay personas a los que les molesta que a los demás les vaya bien? Cuéntanoslo en los comentarios.
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La foto es con un bambi en la isla de Miyajima, Japón.
He decidido hacer algunos cambios en el horario de actualización del blog. A partir de ahora publicaré todos los lunes y jueves (en vez de domingos y miércoles) a las 9 AM hora española (en vez de a las 8 AM).