Desde hace ya bastante tiempo, pido a todos mis nuevos subscriptores que rellenen una encuesta de bienvenida en la que les pregunto –entre otras cosas– por cuál es el principal obstáculo que les impide vivir al máximo.
Más de 2.000 personas han respondido a esta cuestión con explicaciones de todo tipo y, después de dedicar varios días a analizarlas todas, he llegado a la conclusión de que existen dos grandes motivos por los que la gente no cambia de vida a pesar de que en el fondo de su corazón quieren hacerlo.
El primero es no querer pagar el precio, algo de lo que hablé a fondo en mi artículo sobre la falsa ambición.
El segundo es, sin lugar a dudas, el miedo.
Existen todo tipo miedos, y, si algún día decides abandonar el camino convencional para crear una vida a tu medida, tendrás que vértelas cara a cara con muchos de ellos.
Te cuento esto porque yo he estado ahí. Cuando dejé Microsoft para montar un negocio online que me diese la libertad que buscaba, tuve que enfrentarme a mil temores y lidiar con unas cuantas situaciones comprometidas. Más de una vez pensé en tirar la toalla, pero al final acabé sacando valor de no sé dónde y seguí adelante.
Esto es algo que hasta ahora sólo había tratado por encima en algunos posts pero que podría ayudar a muchas personas, así que he decidido empezar una serie de posts exclusiva sobre el miedo.
Siguiendo el ejemplo de Deb y sus artículos sobre las excusas, en cada entrega voy a hablar de un miedo diferente, y lo voy a hacer compartiendo mi experiencia personal con él y dándote mis herramientas favoritas para superarlo.
Además, he creado una pequeña encuesta para que me cuentes en detalle cuál es tu mayor miedo. Así podré hablar incluirlo en los próximos posts e intentar darte alguna idea útil 🙂
Si tienes un minuto te agradecería que la rellenases aquí:
Y bueno, después de esta larga introducción, entremos en materia con la primera entrega de la serie, que va a tratar sobre…
Cómo superar el miedo a fracasar y perder todo lo que tienes ahora
Uno de los motivos por los que me resultó tan difícil dejar Microsoft es porque estaba muy bien allí.
A diferencia de la mayoría de la gente que deja su trabajo, yo no tenía problemas ni con mi jefe ni con mis condiciones laborales, sino todo lo contrario: me pagaban fenomenal, nunca estaba más de 8 horas al día en la oficina, me gustaba lo que hacía y me llevaba estupendamente con todos los miembros de mi equipo.
Sabía que iba a renunciar a un puesto privilegiado, de los que no se consiguen fácilmente, y por eso mi mayor temor era que el plan de crear un negocio online fracasase y uno o dos años más tarde estuviese sin dinero, sin trabajo y sin novia, arrepentido por ser tan chulo y tan estúpido de tirar a la basura una vida perfecta.
Este miedo a que las cosas salgan mal y quedarte sin nada es uno de los primeros miedos a los que tendrás que enfrentarte si decides hacer cualquier cambio importante.
Y es que, en la mayoría de los casos, conseguir lo que quieres (trabajar por tu cuenta, mudarte a otro país, disfrutar más de tu tiempo libre) implica necesariamente renunciar a lo que ya tienes, que no te llena «pero podría ser peor» (un empleo mal pagado, una vida gris en tu ciudad de la infancia, amistades que ni fú ni fá pero que al menos te dan compañía), y al tratar de hacer ese cambio siempre existe el riesgo de que el tema se tuerza y acabes perdiéndolo todo.
Obviamente, lo ideal sería tener certeza absoluta de que todo va a salir bien, ya que en ese caso no sentirías ningún miedo a la hora de actuar, pero por desgracia esto es imposible. El miedo a perderlo todo es natural cuando haces un cambio y es imposible que lo elimines.
Siempre, siempre, siempre, va a existir un riesgo.
El secreto está en saber cómo reducirlo y en darse cuenta de que, en realidad, lo peor que te puede ocurrir tampoco es tan terrible.
1. Cuando no cambiar no es una opción
Desde el momento en que decidí que iba a dejar Microsoft empezaron a surgirme las dudas:
¿Estoy haciendo lo correcto?
¿Y si me va mal con el tema de los negocios online o esto de viajar no me gusta tanto como imagino?
¿Me he vuelto loco por leer un maldito libro y estoy cometiendo un error garrafal del que me arrepentiré toda la vida?
Estas preguntas y otras muchas se acumulaban en mi cabeza, y cobraban más y más fuerza según se iba acercando la fecha que me había marcado para presentarle a mi jefe la renuncia.
Tanto mi cerebro como la gente de mi alrededor me sugerían que abandonase el plan, que vivía muy bien y no tenía sentido arriesgar todo eso por un sueño improbable, y en más de una ocasión estuve a punto de hacerles caso y tirar la toalla. Sin embargo, acabé siguiendo adelante por un único motivo:
No me quedaba otra opción.
Si había una cosa que tenía clara era que el camino que estaba recorriendo en ese momento no me iba a llevar a la vida que yo quería.
Imaginaba mi futuro como programador de Microsoft y me veía a los 40 con un BMW descapotable, una casa de 3 dormitorios con perro y barbacoa y una cuenta corriente con muchos ceros, pero habiendo malgastado los mejores años de mi vida encerrado de lunes a viernes en una oficina. También me imaginaba con una familia, pero sin tiempo para ella debido a las demandas del trabajo.
El destino que me aguardaba no me gustaba nada, y para evitarlo tenía que hacer algo al respecto.
Eso del «más vale malo conocido que bueno por conocer» no iba conmigo, así que me comí mis dudas con patatas y me puse a plantar un limonero que pudiese darme los limones que buscaba. Al menos iba a intentarlo.
REFLEXIÓN #1
Párate por un minuto y piensa en cómo será tu vida dentro de 5, 10 o 20 años si todo sigue igual. ¿Es eso lo que quieres?
Es cierto que hacer cualquier cambio importante siempre entraña un riesgo, pero no hacer nada puede ser aún más peligroso.
2. Lo peor que te puede pasar
Muchas veces nuestros miedos son sólo un producto de nuestra imaginación, que ve las cosas mucho peor de lo que realmente son.
Cuando pensamos en un posible fracaso siempre nos viene a la cabeza el peor de los casos, la catástrofe total. Por suerte, en el mundo real suele ser muy poco probable que ocurra algo así, e incluso en caso de ocurrir no suele ser para tanto.
Esto es algo que descubrí haciendo uno de los ejercicios que propone Tim Ferriss en La semana laboral de 4 horas.
Una noche de invierno, me senté después de cenar delante de mi cuaderno e hice una lista de lo más terrible que me podía pasar si dejaba Microsoft para irme a viajar por el mundo con una mochila, junto con un número del 1 al 10 que indicaba la probabilidad de que se diesen estas situaciones.
Recuerdo que escribí cosas como «tener un accidente en Tailandia y que me tengan que operar en hospital cochambroso» o «gastarme todos mis ahorros en el casino».
Luego repetí la jugada con las cosas buenas.
Esta vez anoté frases como «hacerme millonario con mis negocios online», «vivir experiencias inolvidables» o «conocer al amor de vida».
Así fue como me di cuenta de que, para empezar, lo peor peor peor que podía pasarme era tener que volverme a Cáceres con mis padres y buscar trabajo de informático en España. Sí, eso supondría un paso atrás respecto a mi situación anterior, pero tampoco sería el fin del mundo. Muchos amigos míos estaban justamente en ese punto y les salía trabajo, así que yo que tenía la ventaja de tener un buen expediente, saber inglés y contar con 4 años de experiencia en una empresa como Microsoft seguro que algo encontraba. ¿Por qué iba a tener miedo a trabajar en Cáceres y vivir en casa si ya había estado haciendo lo mismo en Seattle en una empresa mucho más grande como Microsoft?
Por otro lado, siendo realista, la probabilidad de que me ocurriese eso era mínima. Había ahorrado suficiente dinero como para vivir en Asia sin trabajar durante más de 10 años, y muy mal me tenían que salir las cosas para no ganar un duro en todo ese tiempo cuando la página de ebooks que había creado en mi tiempo libre y sin tener ni idea me estaba dando más de 1.000 euros al mes.
Por último, los posibles beneficios de mi decisión eran enormes, ¡y además bastante más probables que las posibles desgracias!
Después de acabar el ejercicio de las listas y analizar mis respuestas con la mente fría, comprendí que estaba tomando la decisión correcta y que no tenía absolutamente nada que temer.
REFLEXIÓN #2
La mejor manera de vencer el miedo es definiendo en detalle aquello qué temes.
Haz una lista de lo peor que te podría pasar si tomas la decisión que te estás planteando, y etiqueta cada situación con un número del 1 al 10 que indique la probabilidad de que ocurra algo así. Luego haz lo mismo pero con lo mejor que te podría pasar.
¿Realmente se acabaría el mundo si fracasases? Siendo sinceros, ¿cómo de probable sería que ocurriese algo así? ¿Y si las cosas saliesen bien? ¿Cuánto tendrías que ganar?
3. No hay mal que por bien no venga
Por algún motivo, cuando pensaba en dejar Microsoft siempre lo veía como una decisión irreversible. Algo que, una vez hecho, no tendría marcha atrás.
Esto contribuía a aumentar la presión que tenía sobre mis hombros y a que me sintiese más nervioso de lo que ya estaba.
Sin embargo, desde un punto de vista lógico, esa idea no tenía ningún sentido.
Microsoft no tenía ninguna pinta de quebrar en los próximos años, y con la poquísima oferta de ingenieros informáticos que había seguramente seguiría contratando gente. ¿Y qué mejor que contratar a un ex-empleado que ya ha demostrado lo que vale y que conoce el producto, el equipo y la forma de trabajar?
Analizando la situación, todo indicaba que aunque dejase el trabajo siempre podría volver a Microsoft y, efectivamente, esa posibilidad se me presentó desde el primer momento.
El día en que envié mi e-mail de despedida, apenas una semana antes de dejar la compañía, varios managers me escribieron para desearme suerte y para recordarme que, si en algún momento quería volver, les mandase un e-mail porque siempre había hueco para gente buena.
Pero, además de eso, a los dos años de marcharme mi jefe me escribió por LinkedIn para informarme de que tenía un hueco en el equipo y que antes de ponerse a buscar a alguien nuevo quería preguntarme si quería volver (aunque imaginaba que le diría que no, que es lo que le dije).
El motivo por el que te cuento esto es para que te des cuenta de que muchas decisiones son reversibles, y que si metes la pata sólo tienes que aceptar tu error y volver a la situación en que te encontrabas antes sin mayor drama. De ahí que sea absurdo que en esos casos tengas miedo a equivocarte.
También hay ocasiones en que no puedes volver exactamente a la situación en que te encontrabas antes, pero sí que puedes volver a una situación similar o incluso más favorable. Y si no me crees, piensa en tu primera ruptura amorosa. Seguramente en su momento pensaste que «nunca encontrarías a alguien tan bueno como él». Sin embargo, mírate ahora. ¡No sólo encontraste a alguien tan bueno, sino que encontraste a alguien mejor! Pues lo mismo puede pasarte con un trabajo, una casa, una ciudad y muchas más cosas.
A veces el perder algo puede ser el primer paso para conseguir algo todavía mejor.
REFLEXIÓN #3
Revisa la lista de «cosas malas» que te pueden ocurrir si tomas la decisión que llevas tiempo meditando tomar.
¿Cuáles de ellas son reversibles? En caso de fracasar, ¿cuánto te costaría volver a la situación en la que te encuentras ahora o incluso a una más ventajosa?
4. Prepárate antes de dar el paso
Cuando decides cambiar de vida siempre existe la posibilidad de que tus planes salgan mal, pero si actúas con cabeza puedes reducir en gran medida tanto las probabilidades de que las cosas se tuerzan como los daños causados por un posible fracaso, lo cual reducirá a su vez el miedo y la ansiedad que sientes.
El secreto está en la preparación.
Igual que si tienes que dar una charla no se te ocurre presentarte en el auditorio sin haber practicado previamente, tampoco deberías afrontar un gran cambio sin haber hecho los deberes.
En mi caso, estuve más de dos años preparándome antes de dar el paso y dejar mi trabajo.
Durante esos meses me dediqué a ahorrar, para tener un buen colchón económico que me diese seguridad, y a crear mi primer negocio online rentable en mi tiempo libre. El objetivo de esto último era doble. Por un lado, quería tener una fuente de ingresos alternativa antes de renunciar a mi sueldo. Por otro, quería comprobar si realmente me gustaba el marketing digital y era algo que me apetecía hacer a tiempo completo.
El día que tuve la conversación trascendental con mi jefe, tenía varias decenas de miles de dólares en el banco y una página web que me estaba dando más de 1.000€ todos los meses. De no ser así, posiblemente no me habría atrevido a hacer lo que hice.
Además de ir bien preparado y probar el agua antes de lanzarte a la piscina, conviene que seas prudente y arriesgues sólo en un área al mismo tiempo.
Imagínate que tu vida es una silla con cuatro patas: trabajo, relaciones, dinero y salud. Pues bien, hacer un gran cambio en cualquiera de esas áreas es como reparar una pata. Y para que la silla no se caiga mientras duran las reparaciones, es fundamental que las otras tres patas sean lo más sólidas posibles.
Vamos, que no cambies de carrera si no tienes un duro y estás atravesando problemas de salud, porque vas a estrellarte ante la menor dificultad.
En vez de eso, ahorra, ponte sano y sólo entonces arriesga en el plano laboral, ya que si algo sale mal las tres patas restantes te sujetarán.
REFLEXIÓN #4
Para reducir tus probabilidades de fracaso y hacer que tu miedo desaparezca, aplica siempre las siguientes medidas:
- Evita hacer cambios radicales de la noche a la mañana. Es mucho más inteligente que pruebes tu nueva vida en paralelo a tu vida actual, tanto para ir preparándote para ella como para comprobar si eso es realmente lo que quieres (a veces las ideas son mejores que la realidad).
- Evita también hacer cambios en un área de tu vida si tienes problemas en cualquier otra. Es conveniente tener unos cimientos sólidos antes de sacudir el edificio.
###
¡Espero que te haya gustado esta primera entrega sobre el miedo!
Por favor, si todavía no has rellenado la encuesta que he preparado, te pido que dediques 3 minutos a completarla aquí:
Tus respuestas me ayudarán a preparar los siguientes artículos de la serie.
¡Muchas gracias! 🙂
***
Y tú, ¿qué estrategias utilizas para superar el miedo a fracasar y perderlo todo? ¿Tienes alguna receta mágica para saber cómo superar los miedos? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!
Foto: pobreza
Marina dice
¡Hola, Ángel!
Yo creo que además de todas estas buenísimas ideas, algo clave en la gestión del miedo y del resto de las emociones desagradables es *mentalizarse de que vas a tenerlo*.
Si uno aborda los ejercicios que propones con la expectativa de que el miedo se le quite, lo más probable es que abandone igualmente, porque aunque esos ejercicios nos sirvan para modificar nuestros pensamientos durante un tiempo, la sensación de miedo va a volver.
Si reformulamos nuestra intención como «actuar *a pesar* del miedo» en lugar de «quitarnos el miedo antes de actuar», es más probable que consigamos nuestro objetivo.
Si miramos el miedo como una sensación que nos informa de que estamos haciendo algo nuevo, distinto, y pone nuestros sentidos en alerta para protegernos; y si nos damos cuenta de que el miedo es desagradable, pero no va a matarnos… entonces podremos ir dando pasitos y conviviendo con esa sensación desagradable.
Digamos que el miedo sigue yendo en el coche, pero va en el asiento de atrás y no en el del piloto 🙂
¡Un artículo fantástico! Un abrazo.
Angel dice
+1
Tengo pendiente escribir un artículo introductorio explicando qué es el miedo, cómo funciona, para qué sirve y eso que comentas: qué es imposible eliminarlo al 100%.
Bosco dice
Totalmente de acuerdo Ángel. Yo también leí a Ferriss antes de hacer mi viaje y me di cuenta de que lo peor que me podía pasar (quitando obviamente los casos más improbables) era quedarme sin dinero y volverme a España después de haber pasado la aventura de mi vida.
Worth it! 🙂
Un abrazo!
Bosco .-
PD: Acabo de cumplir los 30, y sabiendo que tú tienes uno más, te sugiero una entrada sobre el miedo al «ya soy demasiado mayor», «esas son cosas de veinteañeros» o «ya me pasó la etapa de experimentación» 😉
Sarai dice
Hola Ángel! Si por favor un post de el miedo a envejecer o el miedo a ya soy mayor…saludos!
Alberto dice
Buena idea la de esta serie, aunque hay miedos de todos los colores! Al final te podría dar para un libro…
Habiendo hecho algo parecido, yo añadiría que el miedo a liarla suele ser tan fuerte y te ataca con tanta agresividad que es fácil usarlo en tu favor, cual si fuera un atacante de fuerza descontrolada cuyo poder usamos en su contra (asumiendo que sabes hacer eso).
Yo uso este miedo para currar como si no hubiera un mañana y lo hice así porque sabía que si me dejaba abierta una salida, si tenía la situación «más menos» controlada al dejar mi trabajo «guay», no iba a levantarme a las 8 para darle. Ahora, aquí nos sentamos mi miedo y yo, creo que ya nos hemos hecho el uno al otro.
Esa es otra cosa del miedo, cuando lo tienes encima, pasado el primer susto, no es para tanto.
Sergio dice
Buenas Ángel,
creo que de todos los miedos que has comentado, el que más nos perjudica es el de «es que estoy muy bien allí». Ese miedo se mezcla también un poco con otro de los grandes males de este siglo: la pereza.
La única manera de hacer frente a esos miedos es, como bien has dicho, RENUNCIANDO a algo. Es imposible alcanzar un estado diferente en la vida si no renuncias a nada, es imposible cambiar tu vida si no haces una renuncia; y debe ser una gran renuncia.
La renuncia se produce, como has dicho, cuando el cambio no es una opción. Yo explico la metáfora de una persona que tiene el agua hasta el cuello y aquél que se está ahogando: si no te estás ahogando, nunca cambiarás porque hemos sido diseñados para quedarnos y pasarlo mal a pesar de que el agua ya nos esté llegando hasta el cuello. Esto también me recuerda a la historia de la rana y el agua:
Lo de imaginarse el peor escenario posible no es que sea efectivo, sino lo siguiente. Antes de instalarme a vivir en el extranjero pensé que era lo peor que me podía pasar: volver a la casa de mis padres en Barcelona. A partir de ahí, coges un impulso demoledor para seguir hacia adelante.
Y por último, totalmente de acuerdo: hay que prepararse para dar el paso. Yo lo llamo «pre-renuncias»: una serie de experiencias que si bien no pueden considerarse «grandes renuncias», ayudan a ir asimilando sin tanto sobresalto esa libertad que se encuentra en vivir situaciones liberadoras y alejadas de tu vida rutinaria.
¿Quieres cambiar tu vida y no sabes cómo? Empieza a vivir experiencias de tal modo que un día te sientas con toda la energía necesaria para renunciar a una vida que hace tiempo ha dejado de funcionar 😉
Caro chan dice
Primero de todo:
Bosco, que nos hundes en la miseria, j****! Jajaja Que la experimentación no sólo es para los veinteañeros, de hecho mis mayores descubrimientos fueron después de los 30!!
Aclarado el punto uno, que si no lo digo reviento, seguimos con el topic… Miedos, uummm, esos monstruos sigilosos que se cuelan debajo de tu cama cuando menos te los esperas, si hasta entran debajo de una cama nido! XD
Los tengo muchos y variados, altos y bajos, de todos los colores y texturas y creo que el truco está en no enfrentarte a esa horda a la vez sino id sacándolos de uno a uno a paseo y dejarlos abandonados en la gasolinera más lejana que me de el depósito, eso sí, hay que aprovechar el viaje para ir cogiendo confianza con ellos, hasta que te des cuenta que no son para tanto, casi hasta llegar al punto de arrepentirte del destino que les espera con tu maniobra… Y sí, siempre pasa lo mismo, cuando aparco el coche en la estación y voy a mirarlos por última vez a los ojos…ppuufff, se han esfumado!
Me has vuelto a enganchar a esto de tus post por fascículos, great!!! *.*
Chuuuuu!!
Alejandro Castrelo dice
Creo que uno de los miedos más fundamentales del ser humano es el miedo a la muerte. Una vez aceptes que algún día vas a morirte, el resto de miedos no tienen cabida en tu mente y se convierten en pequeñas barreras a sobrepasar.
Yo me he mentalizado que lo peor que me puede pasar es tener éxito y tener razón sobre la premisa. Cuando te propones algo tan fuertemente que es lo único que puede llegar a pasar, sucede la magia.
Vencer el miedo al éxito es un gran paso para conseguirlo. A menudo no sabemos qué hacer con ese éxito y si seremos capaces de manejar el nuevo estado de nuestra vida una vez que lleguemos allí.
Un abrazo!
Alejandro
Nir dice
Yo creo que nunca es tarde para ir a por lo que realmente se desea pero cada edad y situación personal ponen a cada uno en una posición distinta para tomar decisiones .
No es lo mismo empezar un negocio cuando eres joven y solo estas estudiando y viviendo con tus padres (no tienes gastos y puedes reinvertir todo el dinero que ganas ) que si ya tienes una familia o tienes hijos . Esto no quiere decir que si tienes una familia o una hipoteca no puedas hacerlo pero obviamente las decisiones y el riesgo que te puedes permitir son muy diferentes que si no tienes nada que perder
Hay un discurso de Steve Job en la universidad de Stanford que personalmente me encantó y que recomiendo
https://www.youtube.com/watch?v=uXKku2KYZf0
Rob dice
Me ha resultado curioso cuando has puesto el ejemplo de 40 años,bmw descapotable y buena casa…..porque precisamente es esa mi situación,es más, tengo un bmw descapotable.
En cuanto miedo al fracaso hay una premisa fundamental: SI NO TIENES NADA,NO TIENES NADA QUE PERDER…no hay tanto vértigo…si no tienes hijos,hipoteca,incluso pareja…estás en condiciones de arriesgar,es más ,es un imperativo
En mi caso personal soy licenciado, monté un negocio tradicional hace 13 años con 26 años sin dinero,eso si que da miedo,me fue bien,alimenté mi ego,supe que es ser rico hasta que me dí cuenta que cuando cierras la puerta de tu casa da igual tu posición social,tus lujos….trabajar 5 dias para vivir 2 es una locura,si no es que estás obligado a ello.El nuevo ser rico es SER LIBRE,y para ser libre no hace falta ser rico necesariamente
Hace una semana he traspasado mi negocio.Se acabaron los trimestres,proveedores,imprevistos,lucha……
Por cierto ,yo tengo 39.Cuando vas cumpliendo años llega un dia que no te importa cumplirlos: no tienes ninguna necesidad de recibir aprobación de nadie.Lo cual es liberador.Veo el tiempo que pìerde la gente en recibir aprobación de los demás,de demostrar que eres feliz,que eres activo,que no estas fofo……SI NECESITAS ESA APROBACIÓN ERES UN SIERVO DE LOS DEMÁS,DE LAS MODAS…NO ERES LIBRE.Tranquilos eso se cura….
Sonia dice
Hola a todos,
Me encanta tu enfoque realista sobre los miedos.
Sobretodo porque creo que hay miedos » útiles » que se pueden llamar prudencia.
Muy acertada la descripción de las 4 patas de la mesa. Me parece fundamental tirarse a la piscina pero sabiendo nadar…..
Semana para reflexionar sobre esto y superando ya el siguiente post.
Gracias
Jose A. Galián dice
Yo, como dice Bosco, también estoy cerca de los 30, y no sé si llamarlo miedo, pero sí que voy teniendo la sensación de que ya lo he vivido casi todo, y que esa ilusión que se tiene cuando eres más jóven cuesta mucho más conseguirla.
Como si ya casi no me quedasen cosas que experimentar por primera vez, y que todo lo nuevo que hago sea una «segunda parte» o «segunda versión» de algo que ya he hecho antes.
Rob, me ha gustado tu comentario, y pienso igual que tú, la libertad es la verdadera riqueza. Al menos a mí es lo que me hace realmente feliz.
Victor dice
Hola Angel!!
Te sigo desde hace un tiempo, pero hasta ahora no me había “aventurado” a comentar (típica entradilla que precede a tocho).
De un tiempo a esta parte empecé a sentir que la vida que llevaba (y llevo) y todo lo que hacía me dejaba una sensación de vacío, cada vez mayor. No entendía muy bien los motivos, al fin y al cabo según los cánones establecidos, era y es una vida de lo más normal: Trabajo fijo con buen horario y relativa flexibilidad, jefes que me dejan trabajar con libertad, un mes de vacaciones, casa propia, mujer, coche, moto… lo que toda madre desea para su hijo (bueno, la moto no, para qué engañarnos). Pero había algo ahí que no cuadraba. Los días pasaban y todo era un enorme y continuo encefalograma plano. Con buenos momentos, claro, pero no dejaban de ser pequeños espasmos de un cuerpo en coma.
A raíz de querer mejorar mi salud y ponerme en forma (por algo se empieza), conocí a Marcos Vazquez y su blog Fitness Revolucionario. De ahí Vida Revolucionaria, leí a Tim Ferriss, Kyoyosaki, los ingresos pasivos, los nuevos ricos, indagué en la red y me topé con todo un mundo totalmente desconocido que me fascinó, entre ellos viviralmaximo. Sinceramente, me explotó la cabeza y me quedé loco. Fue un wake up de cojones. Otro camino era posible y lo tenía delante de las narices.
En fin, el asunto es que aquí estoy a mi 35 recién cumplidos, recalibrándolo todo, leyendo y recopilando. Excitado como no recordaba ya y a la vez totalmente acojonado. Buscando respuesta a todas las preguntas que ahora retumban en mi mente y enfrentándome a mis demonios, que son muy cabrones, pero a los que tengo el convencimiento de vencer más pronto que tarde. No sé en qué terminará exactamente todo esto. Lo que si tengo claro es que ya no hay vuelta atrás y ya no volveré a ser el mismo, sino algo mucho mejor (joder, esto ha quedado muy de basura de auto-ayuda ¡Consigue tu mejor versión! Jajaja). En serio, creo firmemente que ha llegado el momento de pelear por tener una vida que merezca la pena y eso ya es mucho.
Lo dicho, sorry por el tocho, aunque he intentado resumirlo en lo posible –sin éxito-. Gracias por tus aportaciones, son de gran ayuda. Sigue así!!
Nos seguiremos viendo/leyendo por aquí
Un abrazo!!
Franciscoach dice
Hola Angel,
Muy buena esta serie que estás empezando. Yo comparto contigo muchos de esos miedos, que tuve antes de dejar la multinacional pero es cierto que con un poco de cabeza y planeando bien, se pueden amortiguar.
Además cuando uno lucha por conseguir sus sueños no hay problemas, hay desafíos.
Ser libre y vivir la vida al máximo merecen un poquito de riesgo.
Superar los miedos es lo que nos hace expandirnos, crecer.
un abrazo
Lola dice
Hola a todos pero sobre todo para ti Bosco, no me mates, tengo 53 he hecho muchas cosas y he dejado unos cuantos trabajos muy bien pagados por hacer lo que mi corazón me indicaba.
No me arrepiento de nada, hace siete meses he vuelto de cinco años de viaje por sudamerica.
Con lo cual te demuestro que aunque no tengas 20 años puedes seguir haciendo lo que quieres y vivir casi, casi un poco fuera del sistema. Si os puedo decir que cuando eres mas mayor tienes un poco mas de miedo. En contrapartida hay menos responsabilidades, mis hijos ya son adultos independientes y mi marido y yo lo llevamos ahora mejor que nunca, somos mas libres. Ante este panorama diréis ¿cual es el problema? pues os respondo que intentar seguir fuera del sistema con una edad, no cuadra, no esta en la idea de los que nos rodean, y es dificil, pero no imposible. El camino no es ahora mas dificil de cuando tenia 20años, ahora yo lo veo desde otro punto de vista y no cambiaría nada de lo que he vivido por una vida estructurada y dentro de la norma.
Al final, lo importante es vivir como realmente sientes que lo tienes que hacer, poder comer cuando tienes hambre, dormir cuando tienes sueño, tener un abrigo para cuando hace frío… y no renunciar a nada, solo establecer prioridades.
Un saludo para todos y si necesitáis algo de una persona como yo, pues aquí estoy para echar una mano
Ubay Serra dice
Sí, estoy totalmente de acuerdo con que el miedo es uno de los mayores impedimentos a los que debemos enfrentarnos a la hora de conseguir nuestros sueños y llevar a cabo nuestros proyectos.
Y veo que está saliendo mucho el miedo de ser demasiado mayor (Bosco, Caro Chan, Rob, José, Lola) que, para mí, es una de las mayores excusas a las que se aferra la gente para no hacer aquello que desearía. En realidad, nunca es tarde para hacer nada, siempre que estés dispuesto a pagar el precio en términos de inversión de tiempo y dinero, como bien dice Ángel en el artículo.
En fin, espero que esta serie de artículos nos arrojen algo más de luz sobre le tema que, como comentaba Alberto, daría para hacer un libro. Si puede ser de ayuda, os dejo un link de un artículo que escribí para Befullness.com hace unos meses: cómo eliminar el miedo de tu vida en 3 pasos. Espero que os aporte algo positivo: http://befullness.com/eliminar-el-miedo-en-tu-vida/
¡Feliz semana y fuera miedos!
Alberto dice
Angel excelente articulo, pase por esto mismo hace un tiempo, y los miedos siempre estan presentes, tambien lei el libro de la semana laboral, la cabeza de uno es muy dramatica y si piensas en lo peor que te puede pasar terminas viendo que no es tan grave como parece…
No arriesgarse a nada significa perderlo todooo asi que los cambios siempre son necesarios!!
Gracias!
Cristian Manuel dice
En este episodio veo reflejada la historia de mi vida hasta el momento, al igual que Angel, trabajo en el mundo de las tecnologías y veo como la vida se me pasa de largo por estar en el trabajo o aprendiendo cosas nuevas, en esta etapa de mi vida donde tengo 30 y un miedo enorme a dejar todo lo que has construido y cambiar de rumbo suena como una idea loca, pero ya desde hace un tiempo se me cruza esta idea por la cabeza constantemente.
La gran moraleja de este tema es que me tomaré un tiempo para planificar mi cambio y dejar de a pocos ese miedo que muchas veces me paraliza.
Muchas gracias Angel, constantemente publicas temas que pasan por la mente de un informático, y das en el clavo en mucho de nuestra forma de ver la vida.
Saludos.
Antonio dice
Leo este post en un momento fascinante pero crítico para mi. Tengo 30 años, hace poco dejé mi trabajo para dedicar más tiempo a mis proyectos. A diferencia tuya, no trabajaba en una gran empresa y mi sueldo no era nada bueno, lo único bueno de mi trabajo era que sólo tenía que trabajar 4 horas diarias de lunes a viernes, de ahorros mejor no comento porque al momento de abandonar sólo tenía el sueldo del último mes, así me lancé, tal vez no fue tan inteligente pero tomé la decisión.
Por otro lado, estoy a punto de dejar la escuela. He pasado por momentos difíciles en la universidad pero los he superado con mucho éxito debido a todo el esfuerzo que le he puesto, y ese esfuerzo ha sido gracias a algo: las ganas. Ahora las ganas se han esfumado, la escuela ya no me motiva de ninguna manera. Hace poco hice un ejercicio similar al que tu hiciste, pero con respecto a la escuela. Me pregunté ¿Qué beneficios me daría la escuela además de los que ya me ha dado (conocer personas muy interesantes e inculcarme el hábito de investigar en Internet por mi cuenta lo que necesito)?
Mi conclusión, después de analizarlo detenidamente, es que a la escuela le queda por ofrecerme sólo el título, el cual me serviría en alguna de estas situaciones:
1. Para estudiar una maestría, cosa que no tengo intenciones de hacer y que desde hace mucho decidí que no lo haría.
2. Para encontrar un trabajo «bueno», ya que la universidad en la que estoy es una de las más prestigiosas (de México) y la gran mayoría de los egresados es bien recibida en las empresas.
Así que debido a que ninguno de los dos puntos anteriores me interesa, y por el contrario, el estrés que me generaba la escuela últimamente era bastante, he decidido no ir más.
Hace poco apliqué para un concurso de emprendimiento. Registré una idea, a mi parecer bastante buena, diferente y en la que además haría cosas que me gustan mucho, pero hoy en la mañana recibí una notificación en la que me comentaban que la idea no fue seleccionada para participar. Justo después de leer la noticia vi que estaba tu post y lo leí.
Después de escribir esta respuesta me he sentido mejor al respecto de la noticia referida en el párrafo anterior. Al final de cuentas no ser seleccionado no es para tanto. El proyecto lo tengo bastante avanzado y estoy por comenzar una etapa de pruebas en la que puedo evaluar mi producto mínimo viable y hacer los ajustes necesarios. Después de todo no es la única idea en la historia a la que dicen que NO y los concursos de emprendimiento no son las únicas maneras de hacer algo, Internet está lleno de material importante del cual apoyarse.
Gracias por tus posts, me han sido de mucha ayuda y éste no es la excepción. Un saludo.
Ana dice
Me encanta lo que escribes, yo ahora me encuentro en una situación digamos «de reflexión»… Tengo un trabajo muy bueno, fijo (aunque no era mi idea al principio) que en teoría me gusta , bastante bien pagado y con mucho tiempo libre y muchas vacaciones (os podéis imaginar) y en mi ciudad… Supuestamente, lo tengo todo ya en esta vida, pero me cuestiono , me falta algo , un toque de color y de aventura a mi vida, un algo más, novedades… Me veo demasiado joven, con todo masticado, todo previsto y planificado, sin notas de riesgo y de color .
Esto me llevó incluso a un pequeño cuadro ansioso depresivo hace un par de años, que afortunadamente ya tengo superado…
Que quede claro que sigo con mi idea de hacer cambios en mi vida y me planteo en un futuro espero no demasiado lejano un cambio de ciudad y trabajo, para aprender y experimentar cosas nuevas.
Pero ¿hasta qué punto debo depositar mi bienestar y mi felicidad en hacer cambios en mi vida, en potenciales aventuras en culturas y países lejanos , cuando realmente la felicidad está en nosotros mismos, dentro de nuestro pensamiento, nuestras ideas? ¿Somos demasiado ambiciosos, le pedimos demasiado a la vida y no sabemos disfrutar de lo que ya tenemos? ¿No podría yo ser igual feliz en mi ciudad de siempre, con lectura, deporte, amigos, una nueva mirada, el sol, el campo, el mar y la dicha de estar vivo?¿Necesitamos consumir novedades y aventuras continuamente porque no tenemos el sosiego y la capacidad de saborear las pequeñas cosas cotidianas de la vida? ¿ Nos creemos demasiado importantes? ¿Por qué ha de ser más emocionante y hermoso Thailandia que Barcelona ? ¿Moda, consumismo? ¿Tanta ansia por viajar, experimentar, conocer gente continuamente, tener mil aventuras, no nos hace esclavos de lo exterior?
Nuria dice
Ángel
Hace unas tres semanas que no recibo en mi correo tus post, será que falla algo, lo digo porque para mí los lunes empiezan leyéndote.
Pues con mis 43 primaveras, te digo que la mejor manera de superar los miedos, para mí, es enfrentándote a ellos, no hay más receta que ésta.
Hacer lo que te dicta tu corazón, esta vida es única y hay que ser valiente para vivirla con entusiasmo y ganas de superación.
Para mí la treintena fue una época mucho mejor que la veintena, sin lugar a dudas, y ya la cuarentena ni te cuento…..yo me siento muy muy bien.
Ahora escucho mucho los audios de pensamiento positivo de Sergio Fernández, y el otro decía una tertuliana:
«Piensa que harías si supieras que te vas a morir en unos meses, y hazlo…»
La vida es hoy.
Gracias como siempre por tus post.
Carlos dice
Excelente como siempre!!
Cada vez que te leo encuentro algo de mi en tus palabras, me has dejado con la boca abierta. Que cuatro reflexiones te haz mandado, sobretodo la 2 y la 3 que me han permitido darme cuenta que muchas de las cosas que temo es muy poco probable que sucedan y en el caso de que pasen, no es tan loco pensar que puede salir mejor parado de lo que estaba en un principio.
Además, coincido plenamente con lo dicho por Ana, últimamente me pregunto por que las personas tienen tantas ansias de viajar y mostrarle al mundo a donde han estado y que han echo para pasarlo «bomba». Esas ansias por «conocer» la mayor cantidad de países y culturas, si es que en 7 días se puede llegar a «conocer» algo de una cultura que tiene varios siglos. Cuando nunca dedicaron esos mismo mismo 7 días en responderse preguntas como ¿Quien soy? ¿Que me gusta? o ¿Hasta donde puedo llegar?
Considero que el verdadero viaje es el viaje hacia nuestro interior, a conocernos realmente, saber quienes somos y que es lo que queremos en la vida.
Saludos
Carlos
Claudia de Larena dice
Que buen articulo. Despues de recorrer Europa volvi a mi país Argentina, ya no encajaba y despues de 3 años me decidi dejar mi trabajo de profesora de educación Fisica y me vine a España. Muchas veces escucho que soy muy valiente o que me ven como Dora la exploradora sin embargo llevo tiempo buscando un nuevo cambio y reconozco que el miedo es capaz de bloquearte y dejar pasar muy buenas posibilidades.
Es bueno leer testimonios de personas que como tu han arriesgado a pesar de las dudas.
Me encanta tu blog y creo que ayudara a mucha gente. Felicitaciones¡¡¡¡
Luis dice
Hola Ángel, y otros lectores.
Guao! como cae de acertado este post en este momento para mí.
Eres muy bueno escribiendo sobre este tipo de temas. G R A C I A S.
En lo personal tengo un miedo grande en las confrontaciones con mi círculo cercano (familia, pareja, amigos cercanos y hasta jefe!) de que no puedan entender mi manera de pensar o actuar. Aparte de ese gran miedo al fracaso. Estoy encaminandome en ese sentido, no me he dejado estancar, pero aún no doy el paso final. Espero que esta lectura me ayude a disipar esas últimas y a creer en mí!!
slds
Cristina dice
Hola a todos:
Ángel, me ha gustado mucho el artículo y,desde luego me gusta la idea de la serie sobre miedos siguiendo el ejemplo de Deb (¿serás OyeÁngel? 😉 ). Ya he hecho mi aportación rellenando la encuesta.
Por si te interesa para tu serie o por si puede ayudar a algún lector del blog, os comento que Napoleon Hill dedica un capítulo de su libro Piénse y hágase rico a los miedos. Según él, hay 6 temores básicos y nuestros miedos acaban reduciéndose a uno de ellos. Aquí os los dejo por si queréis reflexionar sobre ello y ver si estáis de acuerdo:
Temor a la pérdida del amor
Temor a la pobreza
Temor a la crítica
Temor a la enfermedad
Temor a la vejez
Temor a la muerte
Un saludo a todos.
Ángel, tengo ganas de que llegue el próximo lunes para leer la siguiente entrega.
Feliz semana,
Cristina
Ruth Gabriel dice
El otro día justo tenia esta charla con mi hija. No se atrevía a lanzarse a la piscina porque sentía una mezcla de miedo e incompetencia. No se veía capaz de competir. Se percibía como perdedora. Le expliqué lo que a mi me ayudó a seguir con mi blog y dedicarme al mundo del Life Coaching y la Educación. Todavía en algunos momentos en que pierdo fuerzas vuelvo a imaginarme la misma historia. Me imagino sentada en el sofá, hastiada de ver televisión y buscando distraerme con Internet. Todo a mi alrededor me agobia. Y siento pena por mi, por no haber tenido la fuerza de voluntad de perseguir mis sueños. Evidentemente lo que imagino no me gusta nada. Entonces vuelvo a recuperar las fuerzas y sigo trabajando en lo que quiero. Y si no se cumplen mis sueños por lo que fuera seguro que habré vivido una vida mucho más emocionante y eso ya me hace feliz. Espero que a alguno le sirva la estrategia que utilizo. Que tengáis un gran día!
Álvaro dice
Me ha encantado el artículo Angel, hay que saber distinguir yo creo entre aquel miedo que te paraliza y del cual no se puede sacar nada bueno de aquel con el que convives y que te aporta una cierta sensación de «vértigo» que, aunque pueda resultar desagradable, te muestra que vas por el buen camino. Como cualquier ejercicio físico el miedo creo que es como un saco de boxeo, lo puedes golpear una y otra vez pero al final siempre vuelve hacia ti por lo que no basta con golpearlo una sola vez sino que hay que estar siempre en posición de ataque. En mi caso siempre he sido algo miedoso, para qué engañarme, aunque las decisiones que he ido tomando son a priori valientes, sigo teniendo una serie de miedos a los que enfrentarme.
En cuanto a decisiones arriesgadas ya he probado lo que es pasar la independencia financiera, a la dependencia después de dejar el trabajo para empezar un Máster que pensé me llevaría a un camino más atractivo y ahora de nuevo soy independiente. Por presión familiar y por una cierta vocación me sigue tentando la cabeza en ciertos momentos la idea de opositar aunque la idea de volver a la dependencia económica por un periodo medio/largo me echa para atrás totalmente. Os dejo un artículo que me pareció interesante (en inglés) y que aporta otra perspectiva sobre el asunto:https://medium.com/life-learning/why-quitting-your-job-to-chase-your-dream-is-a-terrible-idea-a3269e281eda#.el7m8m3nk ¡Un abrazo!
Alex dice
Hola Ángel,
Como de costumbre, unas reflexiones magníficas.
A pesar de que comparto todo lo que comentas en este post, he sentido un poco de escepticismo durante la lectura. Hace poco llegó a mis manos un libro que alguien citó por aquí una vez: Pensar rápido, pensar despacio de Daniel Kahneman. El autor examina, precisamente, uno de los mayores sesgos cognitivos de los humanos: el falso o exagerado optimismo.
Sin duda, tu post trasmite mucho optimismo. Es normal debido a quien lo escribe: una persona que decidió arriesgarse a pesar de sus miedos y al que le han salido muy bien las cosas después de todo. Reconozco que a pesar de hablar influenciado por tu experiencia de éxito, también transmites cierta precaución al decir que los cambios deben hacerse gradualmente para que, en caso de estrellarse, el impacto sea menor.
Bajo mi experiencia, también comparto la idea de que hay momentos en los que no se pierde nada haciendo un cambio radical en tu vida. Sin embargo, cuando disfrutas de una vida cómoda que no te acaba de llenar, es mucho más difícil.
Hace años, después de acabar una relación de 5 años y perder mi trabajo, decidí irme a vivir a la costa oeste de Estados Unidos, a unos 9.000 kms de Madrid, con un nivel de inglés muy pobre y sin conocer a nadie allí. Fueron 3 años y medio alucinantes y me siento afortunado de tomar aquella decisión. Ahora, de vuelta en España, en una relación de pareja, disfruto de una vida cómoda pero con un trabajo que no me llena en absoluto y siento que tomar la decisión de un cambio resulta mucho más complicado.
De cualquier manera, este post y los comentarios que habéis dejado, me sirven de mucha inspiración. ¡Gracias!
Saludos,
Alex
Nacho García dice
Vencer el miedo es un tema fundamental cuando quieres tomar las riendas de tu vida, tener el control de lo que haces y de por qué lo haces. Ese miedo nos produce una parálisis, una inacción, que siega todas las posibilidades de hacer realidad nuestros sueños.
Tener miedo es natural y sano hasta cierto punto. Nos protege de imprudencias. Pero hay que saber gestionarlo. Constantemente nos enfrentamos a retos en nuestra vida diaria y los superamos sin casi darnos cuenta. ¿Por qué no vamos a poder superar los que nos preocupa?
Yo creo que uno de los miedos más comunes que tenemos todos es el de «no soy suficientemente bueno o no estoy lo suficientemente preparado para hacer eso que tanto me gustaría» y quizás es el que más me costaba manejar. Al final entras en un bucle de eterna preparación y siempre encuentras alguna excusa para ir atrasando las cosas.
Un gran post, y muy inspirador, como siempre. ¡Enhorabuena!
Marc dice
¡Hola, Angel!
Muy buen artículo, me ha parecido muy útil y muy real. Me he sentido muy identificado, pues en 2013 también dejé mi trabajo en una de las 4 grandes de auditoría para dedicarme a mi pasión, la inversión. Aunque había buen ambiente con los compañeros de trabajo, hacía muchas horas y no estaba agusto, pues no era realmente lo que quería. El miedo a no tener suficiente dinero en el futuro me retuvo muchos meses sin dar el paso, aunque finalmente, gracias al constante apoyo de mi pareja, me decidí a dar el paso. Ahora, aunque a veces sigo teniendo miedo al emprender nuevos proyectos, me resulta un poco más fácil dar el paso.
Gracias por un artículo que refleja una situación muy común y muy real. ¡Un saludo!
Marc
Santiago dice
Angel, gracias por el artículo.. hace poco que te sigo pero me hace muy bien lo que escribes. Dentro de poco se viene mi cambio radical, dejar trabajo y mi país en busca de una vida más dentro de lo que quiero… VIAJAR! voy a seguir leyendo varias cosas pero me encantaría poder hacer como vos y montar un negocio online para poder viajar y recorrer el mundo. ESE es mi sueño y lo voy a cumplir. Lo más dificil y que me demora ahora es poner al día mis cuentas para poderme ir libre y con un colchón para estar más tranquilo. Nunca dejes de escribir que hace mucho bien a los que estamos del otro lado. Un fuerte abrazo desde Argentina!
Gaby Carreira dice
Hola, hola!
Hacía tiempo que no pasaba por aquí y tenía este post pendiente hace días.
Fíjate que desde hace unos años vivo encadenando aventuras y aunque sí da miedo, mucho en algunas ocasiones, y sí requiere planificación y organización para no verse en situaciones demasiado incómodas, también creo que se puede emprender el cambio en porciones más modestas.
Si uno tiene unas expectativas muy exigentes y quiere reducir el riesgo al máximo, hace falta mucha preparación y por lo tanto, mucho tiempo.
Por otro lado, sabemos que la vida no es segura, que a veces es cuestión de cerrar los ojos y saltar. Que hay que arriesgar porque pueden pasar muchos años hasta que juntemos decenas de miles de dólares en la cuenta; porque nunca va a ser el momento de dejar ese trabajo/pareja/loquesea que nos da tanta estabilidad.
Creo, la verdad, que basta con garantizar un mínimo de seguridad, comprometerse con eso que vamos a emprender y, como dice Marina, aceptar que el miedo es inevitable. Después de todo, fracasar no puede ser Haberlo Intentado.
Besos desde Ibiza,
Sonia dice
Hola, mi nombre es Sonia y es la primera vez que escribo en este blog.
Me ha llegado bastante este artículo y seguramente lo harán también los que le sigan, porque tratan un tema, el/los miedo/s, que a mi particularmente me condicionan la vida por completo.
Los tengo de todos los tipos, pero con respecto a dejar la vida convencional y emprender otro camino mi miedo fundamental es:
EL MIEDO A LA INCERTIDUMBRE
Por lo que he podido leer de tu historia, Angel, trabajaste durante unos años en una multinacional donde te pagaban muy bien, eso te permitió ahorrar mucho como para darte la seguridad suficiente y quitarte en parte, este miedo y los que se arrastran cuando te ves con la ansiedad de hacer algo ya!. ¿qué ocurre cuando no tienes esa posibilidad de ahorro y tu intento por lograr ese objetivo se ve condicionado poco menos que a 1,5 años de paro acumulado? ¿cómo habéis logrado aquellas personas que os habéis visto en situaciones similares a la que os describo vencer ese miedo y los asociados a esa situación?
Además del miedo a la incertidumbre inicial, ¿cómo habéis conseguido no dejaros llevar por el miedo a la incertidumbre durante todo el camino? ese miedo a no tener ideas, proyectos que te puedan dar para vivir…
bss
Angel dice
Muy bueno, Sonia. De alguna manera todos los miedos se pueden reducir al miedo a la incertidumbre. Escribiré un post sobre esto seguro.
sonia dice
Lo espero con ganas 🙂
Ricardo dice
Todos los que hemos emprendido en nuestra vida, sean negocios o aventuras, sabemos que todo no dura eternamente. Pero lo importante no es lo que alcanzas, sino en quien te conviertes. Cuando cambias y mejoras, nunca partes desde el inicio. Abrazo!
Ali dice
Hola!!
Este artículo me viene de perlas para compartir con todos los lectores mi propia experiencia.
Profesionalmente hablando, me encuentro en una de esas etapas claves de la vida y digo «claves» no porque haya encontrado la maravillosa panacea de hacerme rica sin hacer ni el huevo, sino porque la vida me está dando la increíble oportunidad de abandonar voluntariamente la misma empresa por segunda vez.
Estoy totalmente de acuerdo con Ángel en que es importante prepararse previamente antes de tomar una decisión importante. Si nos lanzamos de cabeza a una piscina sin agua, lo peor que nos puede pasar no es que nos ahoguemos, sino que nos peguemos un castañazo de tres pares de aupa.
Muy relacionado con el vencer el miedo, os invitaría a invertir en algo muy importante antes de tomar una decisión de cierta envergadura: mejorar tu autoconfianza y explotar al máximo las capacidades y habilidades personales. Todos las tenemos, aunque acostumbramos a vivir tan embaucados por las prisas y la rutina que tendemos a cometer el tremendísimo error de identificarlas y desarrollarlas de la forma adecuada.
Si sentís que el miedo os paraliza, lamento no tener una receta maravillosa bajo la manga que os pueda ayudar. Lo que sí puedo hacer es animaros a trabajar en vuestra autoconfianza y en vuestra seguridad personal, basandoos en el autoconocimiento y en el trabajo interior. ¿Suena a utopía? Os garantizo por experiencia propia que es perfectamente posible y está al alcance de todos.
Un fuerte abrazo para todos desde Barcelona!
Ali
Matias dice
Muy bueno todo lo comentado en este post y en otros, pero siento que lamentablemente es solo aplicable a algunas personas; de cierto status. Es muy fácil hacer todo lo que decis Angel, teniendo como respaldo un curriculum de Ingeniero en Microsoft, teniendo buen nivel de ingles etc… que miedo podes tener si de ultima conseguís laburo en cualquier parte del mundo? Para otros no es tan fácil; para otros que han llegado lejos en una empresa solo por el simple hecho de ir a base de inteligencia emocional, confianza y sentido común y buena relación con los jefes, no es tan fácil largarse y hacer lo que te gusta simplemente por el hecho de que ahí si; según la edad y el país donde vivas, si no tenés ni los estudios secundarios terminados no conseguís nada…; y no es miedo, es la realidad.
Lorena dice
«Así que me comí mis dudas con patatas y me puse a plantar un limonero que pudiese darme los limones que buscaba.»
Me he reído con esto jaja y más con el «hospital cochambroso de Tailandia» xD. Pues yo sí ahorré un poco y estaba más o menos con las otras áreas, pero a los dos meses de renunciar recuerdo que estaba jalándome los cabellos porque no encontraba nada, o eso creía. Afortunadamente sí salió y no tuve que meterme de mesera (que siempre digo eso: «Si todo falla, siempre puedo ser mesera»), que creo que es un empleo altamente disponible en cualquier país y para casi cualquier nivel de estudios je.
Igual siempre me han dejado las puertas abiertas en todos los empleos, pero regresar está difícil, pensar en ello me hace motivarme más a no hacerlo y esforzarme xD; eso ya son ideas mías jaja, de «si ya me salí, ¿por qué voy a regresar?», pero me han servido de buena motivación.
Contestaré tu encuesta y me ha encantado tu post, ahora pienso que quizás me gusta leer tu blog para reafirmarme jaja.
¡Que estés bien!
andrea dice
Hola Angel!
El miedo, siempre ese miedo que nos paraliza, en cierto modo como dices tu partías de una situación privilegiada pero eso no es excusa, quiero decir, tu situación era más privilegiada pero era tu zona de confort, esa zona es distinta en cada persona pero las implicaciones y los miedos que lleva salir de ella son similares.
Con mis pacientes siempre hago esa misma pregunta que te planteaste tu ¿que es lo peor que puede pasar? y añado ¿eso es tan tan tan tan horrible como para no poder soportarlo? ¿como para no poder salir de ahí? En la mayoría de las ocasiones lo horrible es la parálisis que nos produce no tomar la decisión que nos hace ser conductores de nuestra propia vida.
Yo he decidido aplicarme el cuento, tengo 31 estoy casada y soy mamá, mi sueño no es vivir viajando con una mochila pero si vivir la vida que quiero vivir junto a mi familia y disfrutar de ella al máximo.
Un abrazo
Agustin dice
¡Hola Ángel!
Aparte de los consejos que fuiste dando con respecto a las patas de la silla hay algo que me quedo en el tintero.
Creo que algunas veces tenemos que cuidar que las 3 patas restantes estén sanas para aventurarnos a reparar la que esta mala y que la silla no se caiga. Pero también puede darse que una pata esté pudriendo a la que está a su lado, o incluso a las otras 3 y que necesitemos un cambio completo.
Desde mi experiencia personal, estuve viviendo en una situación en que mi «claridad mental» y mi «creatividad» para emprender un nuevo proyecto estaban un tanto acotadas por la situación laboral que estaba viviendo. Pasaba tantas horas en algo que no me gustaba que parecía que mi creatividad estuviese apagada y hasta me sentía enfermo por momentos.
Eso hizo que me de cuenta de que para llevar a cabo algo nuevo, varias esferas de mi vida tenían que cambiar y que las tenía que cambiar al mismo tiempo porque todo estaba afectado.
A veces creo que hay que confiar plenamente en el potencial que tenemos adentro y no bajar los brazos aunque el juego haya terminado, la gente se haya ido y nos hayan apagado las luces.
Quizá este es el punto al que no hay que llegar y hay que tomar las decisiones mucho antes. Pero creo que para los que trabajan a veces más de 8 horas y el sueldo no sobra a fin de mes, hay que tomar una decisión con algo más de riesgo.
¡Un post genial!
¡Que estés bien!
Jorge dice
Muy buenas!!!
Gracias de nuevo Ángel por compartir tus experiencias, y a todos los demás por sus puntos de vista en los comentarios.
Veo que uno de los temas candentes es el de la edad, y si bien estoy de acuerdo con que a cualquier edad se pueden hacer cambios y experimentar cosas nuevas, también es cierto que normalmente cuanto más mayor, más responsabilidades solemos tener (no siempre, pero en general). No es lo mismo tratar de iniciar un negocio online o viajar por el mundo cuando de tu salario en un trabajo 9am-5pm depende el alimento de tu familia que cuando no tienes esa responsabilidad.
Tras escuchar varios casos de éxito, he observado un punto en común que se repite en la mayoría de los casos: NO tenían alternativa. Cuando decides quemar el puente tras de ti y huir no es una opción, seguir adelante es la única decisión posible. Tardarás más o menos, pero muy probablemente lo lograrás. Solo falta ver si tienes lo que hay que tener para quemar el puente…
Pura vida!!
Juan Luis dice
Hola Ángel, mi caso es parecido al tuyo, tengo un buen colchón económico, un título en informática, y pues, estoy comenzando mi negocio Online, la diferencia es que ya yo he dejado mi trabajo antes de tener un sitio web generando ingresos, pero voy con todo a por ello. Es el camino más visible por delante.
Luisa dice
Me ha venido genial esta reflexión en el momento de mi vida en que me encuentro.
Muchas gracias Ángel!
Javier Hermosillo Valdez dice
Wauw, me da más ánimo y tranquilidad este contenido. Me prepare para dejar mi empleo y buscar mis sueños, estoy muy bien preparado sin embargo he sentido mucha ansiedad…creo que es inevitable …hice la encuesta y efectivamente no es de vida o muerte. Tengo varias opciones que hacer en caso de imprevisto pero no le doy el valor real. Muchas gracias por el mensaje. Un fuerte abrazo