Una de las cosas que envidio de los países «menos desarrollados» es lo fácil que es montar allí un negocio. En Tailandia, por ejemplo, una mujer puede ganarse la vida comprando una piña en el mercado y vendiéndola en rodajas en la calle por el doble de precio. No le hace falta sacarse un carnet de manipulación de alimentos, solicitar una licencia de apertura, ni nada por el estilo.
Aunque pienso que ciertas regulaciones son necesarias, me da rabia ver lo difícil que es a veces en España generar valor y ganarse la vida por cuenta propia. Por un lado, el gobierno vende que hay que emprender y autoemplearse, pero luego nos exprime a los que lo intentamos con una cuota de autónomos absurda, y nos pone todo tipo de obstáculos en forma de leyes, tasas y burocracia. Frente a la señora del puesto de frutas de Chiang Mai, el joven de Cuenca que quiere abrir un gimnasio de Crossfit y se ve obligado a hacer una obra de miles de euros para acondicionar los baños para minusválidos.
En Vivir al Máximo trato de animar e inspirar a mis lectores a que «salgan ahí fuera y hagan algo que merezca la pena». Quiero que se atrevan a empezar esos proyectos locos que significan algo para ellos y con los que llevan soñando durante años. En ocasiones, se trata de iniciativas sin ánimo de lucro, como recorrer Europa con tu perro en bicicleta para crear conciencia sobre la donación de médula ósea, pero muchas otras veces son ideas de negocio para sacarse un sobresueldo o, en un futuro, vivir de ello.
Cuando se trata de ganar dinero, es normal que te surjan dudas:
- ¿Tengo que registrarme como autónomo?
- ¿Y si ya trabajo para una empresa?
- ¿Debo registrar mi marca?
- ¿Qué pasa si alguien me copia?
Mucha gente se desanima al ver que tienen que enfrentarse a tantísimas complicaciones –generalmente legales– que ni conocen ni entienden, y tiran la toalla antes de empezar. Otros, por el contrario, se comportan como el señor que quiere iniciarse en el mundo del running y, antes de correr su primer kilómetro, invierte varias semanas y cientos de euros en comprarse unas zapatillas profesionales, un conjunto a juego, una visera, un cinturón para la botella de agua y un velcro para el iPhone (y que encima luego se da cuenta de que no le gusta correr): se obsesionan tanto con los aspectos externos del negocio que al final nunca llegan a trabajar en el negocio en sí.
Emprender ya es muy difícil tal y como es, y por eso sufro cuando veo a personas con buenas ideas y un potencial enorme que no acaban de arrancar, frenados por obstáculos que nada tienen que ver con lo que quieren hacer.
Hoy en día, gracias a la posibilidad que tienes con el emprendimiento online, todas estas trabas deberían ser menos que nada. Tienes la posibilidad de hacer lo que quieras, cuando quieras y desde donde quieras, ¿por qué vas a frenarte por detalles estúpidos como qué plugin usar o cómo escribir la política de privacidad de tu web desde el primer día?
A continuación, me gustaría compartir contigo mi filosofía para estos casos, a ver si consigo convencerte de que empieces de una vez lo que tengas en mente y de que no tires la toalla 😉
AVISO: Lo consejos que doy a continuación son mi opinión personal, y están basados sobre todo en mi experiencia en el mundo de los negocios online. Lógicamente, no son aplicables a cualquier negocio, pues cada uno es un mundo, pero quiero que quede claro que en ningún caso animo a nadie a que se salte la ley. Lo único que pretendo es alentar a aquellos que quieran empezar un negocio a que empiecen y no se distraigan con lo que no es esencial.
- Las leyes son las que son. Si no te gustan, tienes dos opciones: (1) participar activamente en la política nacional para intentar cambiarlas o (2) irte a vivir a un país con otras leyes. La alternativa es aceptarlas e intentar apañártelas lo mejor posible dentro de la legalidad.
- No te preocupes de tu situación fiscal hasta que estés ganando dinero. Cuando alguien me pregunta si necesita estar dado de alta como autónomo para empezar una página de afiliados, yo siempre le respondo lo mismo: tú empiézala, ten beneficios regularmente y luego ya te preocuparás de solucionar eso. Verte obligado a regular tu situación fiscal es uno de esos problemas que es bueno tener. Lamentablemente, muy pocos proyectos llegan a generar ni 100 euros a lo largo de su existencia, así que no adelantes acontecimientos y al principio céntrate únicamente en hacer que tu negocio sea rentable.
- Tampoco te preocupes de blindarte legalmente. Igual que hay quien se obsesiona con el tema fiscal, están los que se preocupan en exceso de que alguien les copie su idea, su trabajo o su logo, y quieren registrarlo todo antes de comenzar su negocio. O aquellos a los que les desvela la posibilidad de incumplir leyes como la LOPD (Ley de Protección de Datos) antes de tener un solo subscriptor. Mi opinión es que mientras seas un desconocido y no ganes un duro, no deberías preocuparte de esas cosas porque nadie va a querer robarte nada ni te va a denunciar (salvo que estés haciendo algo ilegal, claro). Una vez más: pon toda tu energía en crear un negocio que te de beneficios, porque eso es lo verdaderamente importante y también lo más difícil.
- Busca soluciones alternativas. A veces las leyes y regulaciones «te bloquean el paso» y no puedes posponer su cumplimiento hasta tener un negocio de verdad. Necesitas emitir una factura para poder cobrar o hacer una obra para poder abrir. En esos casos, te animo a que antes de rendirte o agachar la cabeza y hacer «lo normal» –registrarte como autónomo y pagar más de 250 euros al mes sin tener beneficios, contratar a unos albañiles que no puedes permitirte–, investigues un poco y busques alternativas más beneficiosas. Por ejemplo, existen cooperativas de trabajo como Freelance SCM que te permiten facturar sin necesidad de ser autónomo (este post explica bastante bien cómo funciona), y tengo un amigo que tuvo que hacer una obra grande en su local y estuvo trabajando como un peón de albañil más durante varios días para reducir los costes.
- Aprende y ajusta por el camino. Salvo que se trate de aspectos imprescindibles para el correcto funcionamiento de tu negocio, ¡no intentes tenerlo todo controlado antes de empezar! En serio, no es necesario. Empieza y, si las cosas te van bien, ya tendrás tiempo para ir aprendiendo los entresijos legales y tomando las acciones pertinentes.
- Pide ayuda. Es imposible saberlo todo. A veces te puede compensar el contratar a una empresa para que se encargue de los aspectos externos y que tú puedas centrarte exclusivamente en tu negocio.
- ¡Empieza! Lo más importante de todo. Como dice mi amigo Rober, “el mundo es de los que dicen: tomamos el tren y luego ya pensamos.”
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Aprovecho este post para responder a dos de las preguntas más comunes que me hacen mis lectores sobre temas fiscales relacionados con el marketing de afiliados:
Quiero empezar un negocio de afiliados. ¿Tengo que darme de alta como autónomo?
Con la ley en la mano, tu deber es darte de alta como autónomo en el mismo momento en el que montes cualquier tipo de negocio, generes ingresos o no. Sin embargo, como en el caso del marketing de afiliados no estás vendiendo nada, yo no me registraría hasta que tuviese unos ingresos habituales superiores a la cuota de autónomos. La mayoría de programas de afiliados tardan 60 días en pagarte las comisiones que has generado para descontar posibles devoluciones, así que sabrás de antemano lo que vas a ganar antes de cada mes y tendrás tiempo de sobra para reaccionar.
¿En qué país cotizas y cómo haces para pagar tus impuestos?
Actualmente soy autónomo en España. Estoy registrado como operador intracomunitario porque las compañías de afiliados con las que trabajo tienen su sede en otros países. La contabilidad me la lleva un grupo de asesores, que se encargan de hacer por mí las declaraciones de IVA trimestrales y la declaración de la renta a final de año.
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Cuando vas a empezar un proyecto, ¿qué importancia le das a los obstáculos externos? ¿Cómo te has enfrentado a ellos en el pasado? ¿Alguna vez te han bloqueado o impedido hacer lo que querías? ¿Eres de los que le gusta tenerlo todo bajo control antes de empezar, o de los que primero empiezan y va viendo todo lo demás por el camino? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!
La foto es del comienzo de la caminta de 4 días a la Ciudad Perdida, en la Sierra Nevada de Santa Marta. Dura, pero muy recomendable.