Hace casi un año, cuando estaba viajando por Sicilia, mi amigo Alejandro Castrelo me recomendó insistentemente que me comprase un libro llamado How I Found Freedom in an Unfree World, de Harry Browne.
Alejandro es algo así como mi «camello de los libros». El tío se pasa la vida leyendo y luego me pasa sólo lo mejor de lo mejor, y como le vi que estaba tan seguro de que este título me iba a gustar decidí hacerle caso. ¡Y menos mal que se lo hice!
El libro me fascinó desde la primera página, porque a pesar de estar escrito en 1973 explicaba de una forma clara y razonada muchas que las ideas que desde pequeño han guiado mi vida, pero que hasta ese momento no había sido capaz de expresar con palabras.
Leerlo fue como escuchar a un hombre sabio desvelándome el funcionamiento del mundo.
Si sabes inglés, te recomiendo que te hagas con una copia para Kindle cuanto antes (la versión en papel ya no se publica y las copias de segunda mano se venden por más de 100€). Es uno de esos libros que merecen la pena, y que te harán reflexionar largo y tendido incluso si no está de acuerdo con algunas de las cosas que dice.
De todo el conocimiento que encierra How I Found Freedom in an Unfree World, hay dos principios fundamentales que destacan por encima de todos. En este post voy contarte cuáles son, y a darte tres reglas de oro que se derivan de ellos y que encierran el secreto para ser libre y feliz.
Sé que parece ambicioso, pero estoy convencido de que lo que voy a contar a continuación puede cambiarte la vida. Así que por favor, sigue leyendo y deja que te muestre las reglas de la felicidad de Harry Browne.
Principio #1: «Eres un individuo único»
Efectivamente, no existe nadie que sea exactamente como tú.
Tu identidad es una combinación de tus genes, experiencias, conocimientos, valores y actitudes, y es diferente de la del resto de seres humanos.
Este hecho tiene dos consecuencias importantes.
La primera es que no vas a reaccionar igual que otras personas ante una misma situación. Es decir, que lo que a ti te hace feliz no tiene por qué hacerme feliz a mi (y viceversa). Si nos vamos juntos a esquiar puede que tú te diviertas y yo no, y eso es perfectamente normal porque somos individuos distintos.
La segunda es que nunca vas a ver el mundo de forma objetiva, sino que vas a interpretar todo lo que te ocurra en base a tu identidad (y el resto de la gente va a hacer lo mismo). Ese es el motivo por el cual existen opiniones tan diversas en temas como la política o la religión, y algo que a ti te parece de sentido común a mi puede parecerme absurdo. Porque donde tú ves blanco yo veo negro, y realmente estamos viendo esos colores, no nos lo estamos inventando.
Aunque todo esto que te acabo de contar es obvio y puedes comprobarlo fácilmente en tu día a día, es fácil caer en el error de pensar que todos somos iguales. No lo somos.
Recuerda: tú eres tú, no otra persona.
Principio #2: «Todos los individuos hacen aquello que creen que les traerá mayor felicidad»
Todo, absolutamente todo lo que hacemos, tiene como objetivo último nuestra propia felicidad a corto o largo plazo. Buscamos sentirnos bien y alejarnos de aquello que nos hace sentir mal.
Y si no me crees, pregúntate «por qué» haces algo el suficiente número de veces:
- ¿Por qué vas a la universidad? Porque crees que te permitirá encontrar un buen empleo.
- ¿Por qué quieres tener un buen empleo? Porque crees que así ganarás un buen sueldo.
- ¿Por qué quieres ganar un buen sueldo? Porque crees que con ese dinero podrás comprarte un BMW.
- ¿Por qué quieres comprarte un BMW? Porque crees que eso te hará más feliz.
Al final siempre llegarás a la misma conclusión: porque crees que eso te hará feliz.
Incluso actos que a primera vista pueden parecer altruistas en el fondo buscan la propia felicidad. Nadie donaría dinero a una ONG o se iría a construir escuelas a África si se sintiesen peor haciéndolo que no haciéndolo.
Por eso, la próxima vez que veas a otra persona actuando de una forma que a ti te parezca absurda, recuerda que simplemente está haciendo aquello que creé que le hará feliz.
Puede que se esté equivocando, y que aquello que piensa que le va a hacer sentirse bien luego acabe trayéndole problemas, pero también puede que tenga unos gustos diferentes a los tuyos porque es un individuo diferente.
¡Tenlo en cuenta!
Cómo aplicar los principios de Harry Browne a tu vida: las 3 reglas de oro
Los dos principios fundamentales que te acabo de presentar son muy potentes, y te ayudarán a entender por qué el mundo funciona como funciona. A partir de ahora ya no te sorprenderá ver a la gente discutir como locos en la sección de comentarios de cualquier periódico online.
Eso está muy bien, pero ya sabes que a mí me gustan las ideas prácticas y accionables. Esas que puedes implementar en tu vida inmediatamente y ver resultados positivos. Así que hoy quiero ir más allá y darte tres reglas basadas en los principios anteriores que puedes aplicar a tu día a día.
¿Preparado para conocer las 3 reglas de la vida?
1. No dejes que nadie te diga lo que debes hacer con tu vida
Tú eres la única persona que sabe qué es lo que te hace feliz, porque sólo tú sabes cómo te sientes en cada momento.
Eso quiere decir que nadie puede tomar decisiones por ti.
Cuando tus padres te dicen que estudies medicina lo hacen con las mejores intenciones del mundo, pero el que ellos sean médicos o les hubiese encantado serlo en su día no quiere decir que en tu caso sea el camino correcto.
Lo mismo es aplicable a los expertos y gurús. Que ellos hayan encontrado la felicidad montando una empresa o yéndose a meditar a la India sólo quiere decir que han descubierto lo que les funciona a ellos, no lo que necesariamente va a funcionarte a ti.
Sí, escucha a todo el mundo, especialmente a aquellos que saben más que tú y que tienen más experiencia, pero nunca asumas que están en posesión de la verdad absoluta y les sigas a ciegas.
En vez de eso, evalúa las distintas opiniones y haz lo que tú consideres más conveniente.
Esta regla también funciona a la inversa: no impongas a los demás lo que deben hacer o cómo deben vivir. Aconséjales si te lo piden, pero acepta que luego tomen sus propias decisiones.
Esta es precisamente la filosofía que yo sigo con Vivir al Máximo. Expreso mis opiniones, pero sin tratar de convencer a nadie. Si lo que escribo resuena contigo y te resulta útil, ¡fenomenal! Aprovéchalo todo lo que puedas. Pero si no estás de acuerdo en cualquier cosa lo entiendo perfectamente. Coge lo que te sirva y descarta el resto.
Para ser feliz hay que ser libre, tomar tus propias decisiones y no estar condicionado 24 horas al día por el qué dirán, lo que piensen tus padres o lo que piense tu novia. Haz lo que TÚ quieras en tu vida.
2. No intentes ser alguien que no eres
Eres un individuo único, diferente a todos los demás.
En función de tu identidad habrá cosas que te harán sentir bien y cosas que te harán sentir mal, y eso algo que no puedes controlar porque forma parte de quién eres, de tu naturaleza.
Por eso, cuando desoyes a tus emociones y actúas en contra de ellas porque consideras que deberías sentirte de una cierta manera o debería gustarte algo, no estás siendo tú mismo sino alguien que realmente no eres.
Ese es justamente el caso de la chica modelo que va a la universidad, saca buenas notas, consigue un empleo prestigioso… pero a pesar de tenerlo todo, por dentro se siente vacía. Su familia le había dicho desde pequeña que ese era el camino a seguir, así que en vez de escuchar a sus sentimientos y aceptar que esa vida no es para ella, sigue insistiendo y trabajando más duro que nunca para no decepcionar a sus padres a costa de su felicidad.
O el caso del chico al que le encantan los mangas, pero como «eso es de frikis» abandona su afición favorita y se apunta a clases de baile, que es una actividad que no le gusta pero que es mucho más cool. Al final acaba con un círculo de amigos aficionados al baile que ni le van ni le vienen, aburriéndose todas las tardes, mientras que ahí fuera hay un montón de amantes del manga con los que hubiese congeniado perfectamente y que se ha quedado sin conocer.
Sea cual sea la situación, el renunciar a tu naturaleza siempre va a ser contraproducente. Vivir bajo una máscara quizá te permita ganarte la aprobación de otras personas, pero nunca de la más importante de todas: tú mismo.
Jamás te avergüences de quien eres ni intentes ser otra persona. En vez de eso, exprésate libremente en todo momento.
Tu identidad es tu activo más valioso porque es lo único que nadie puede replicar. Mostrándote tal y como eres no sólo evitarás tener que fingir, sino que atraerás automáticamente a las personas correctas a tu vida. Aquellas que quieren estar a tu lado por ser tú mismo.
Como dice el poema de Shel Silverstein que ilustra este post:
Ella tenía la piel azul.
Y él también.
Él la mantenía escondida.
Y ella también.
Buscaron el azul
Durante toda su vida,
Hasta que un día se cruzaron—
Y nunca lo supieron.
Por favor, no permitas que te ocurra esto.
3. No esperes que los demás se comporten como a ti te gustaría
Las personas con las que interactúas en tu día a día son individuos únicos, como tú, y van a hacer aquello que creen que les va traer mayor felicidad, exactamente igual que tú.
Por eso, es absurdo que esperes que los demás se comporten como a ti te gustaría, porque no va a ocurrir. Van a actuar siempre en base a su identidad y a sus intereses. Y dado que no puedes controlar sus ideas ni su naturaleza, lo mejor que puedes hacer es aceptarlos tal y como son.
¿Cuántas valiosas horas de tu vida has malgastado esperando a que los que te rodean hagan aquello que tú quieres que hagan?
Intentando que tu novia sea más cariñosa.
Esperando a que tu jefe se dé cuenta de lo mucho que vales.
Insistiendo a tu amigo para que se anime a viajar más.
En mi caso, he tirado a la basura decenas de horas respondiendo a comentarios y a e-mails de lectores que no estaban de acuerdo conmigo, confiando en que mis argumentos lógicos les convenciesen de que llevaba la razón.
Obviamente mi estrategia fracasó, porque tanto ellos como yo veíamos el mundo a nuestra manera, y por muchos motivos que les diese de que algo era rojo, si ellos lo veían azul iban a seguir defendiendo que era azul.
No merece la pena intentar cambiar a los demás.
Si bien es cierto que la gente cambia, lo hacen siempre a su manera y a su ritmo, y tratar de forzar el proceso es muy trabajoso y no suele dar buenos resultados.
Una alternativa más lógica es encontrar a alguien que ya sea exactamente lo que buscas.
Una chica a la que le gusten los abrazos.
Un jefe que sí entienda lo mucho que aportas al equipo.
Un amigo al que le apasione viajar.
El planeta Tierra tiene más de 7.000 millones de habitantes, así que estoy seguro de que puedes encontrar a alguien con el perfil que buscas.
Resumiendo todo lo anterior: cuando tengas que resolver un problema y puedas elegir entre distintas soluciones, elige siempre aquella que implique no tener que cambiar a nadie.
Conclusión
Ser libre no sólo consiste en disponer de suficiente tiempo y dinero para poder hacer lo que te apetezca. También trata de no auto-limitarse.
Muchas veces somos nosotros mismos los que renunciamos de forma voluntaria a nuestra propia libertad cuando dejamos que otras personas nos digan cómo vivir, cuando pretendemos ser alguien que no somos o cuando dejamos que nuestra felicidad dependa de que otros se comporten como a nos gustaría.
Cada vez que olvidamos los dos principios fundamentales de Harry Browne o rompemos alguna de las tres reglas de oro estamos apretando nuestras cadenas sin darnos cuenta, y si queremos ser felices tenemos que dejar de hacerlo.
Por eso, te animo a que en las próximas semanas prestes mucha atención a tus actos, y que cada vez que te sorprendas dejando que otros determinen lo que te gusta, luchando contra tu propia identidad o esperando que alguien se comporte como a ti te interesa pares en seco.
Haz de esto un hábito y te prometo que serás mucho más libre y más feliz.
###
Y tu, ¿estás respetando las 3 reglas de oro? ¿Cuál ha sido el resultado cada vez que las has roto en el pasado? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!
Foto: Masks, de Shel Silverstein
Caro chan dice
Mira Angelito, que sigues sorprendiéndome!! Lleno unos mesecillos malita y obviamente eso socaba el ánimo del más pintao (y yo estaba pintada de la cabeza a los pies…y lo sabes!jajaja). Dejé de sentirme especial y a aislarme socialmente pensando que ya no merecía la pena esforzarse, que no iba a encontrar la compañía de gente que me entendiera y apreciara lo que soy… ¿Y qué carajo soy? Ains, dudas, dudas. Me has hecho que vea un atisbo de lo que fuí y me ponga las pilas. Ya me he apuntado a dos meetups de geeks de mi ciudad. Se acabó el sentirse la más rara del rebaño, ahora quiero flipar yo! jajaja
Muchísimas gracias, de corazón -corazón- XD
PD: Creo que has querido decir «periódico» en vez de «periodo» ^.^
Jesús dice
Hola, yo también llevo unos meses malo y está siendo un calvario, a lo mejor tenemos lo mismo. Si se trata de un super catarro con tos seca que no te deja ni dormir y que no se cura aunque tomes todos los jarabes, antigripales, etc. que anuncian por la tele, es muy probable, que se trate de una infección bacteriana tipo tos ferina, para confirmarlo, que te hagan un análisis de sangre y si es así, claritromicina 7-10 días y ultra levura para minimizar la diarrea.
Un saludo.
Teresa dice
Pues sí, Ángel, me leeré el libro porque no lo conocía y es un tema muy interesante.
Eso de intentar cambiar a las personas no suele resultar, como bien dices, y solemos perder un montón de energía intentando hacerlo. El problema es cuando esa persona en cuestión te importa de verdad, siempre te queda la esperanza de poder hacer algo (por ejemplo, por un hijo, por un hermano, por la pareja…).
Por un lado, eso de tener «esperanza», se puede entender más como un tipo de fé que como algo racional, está claro, pero también es verdad que a veces, aunque sean muy pocas veces, la cosa funciona, y es eso lo que nos mantiene «creyentes» en muchas ocasiones ¿Es bueno, es malo? Pues no lo sé. Supongo que depende de quién y de para quién.
Mira, yo antes daba clase en Secundaria y Bachillerato y a veces me ha tocado ir a centros muy conflictivos (y cuando digo «muy» es «MUY»). La mayoría de los alumnos ya eran considerados y tratados como delincuentes y despojos sociales, pero yo nunca renuncié a sacar lo mejor de ellos.
En la mayoría de casos no funcionaba, porque no era sólo lo que ocurría en el centro educativo, era también el ambiente en el que se veían envueltos después, al salir, pero en algún caso sí funcionaba y conseguías despertar en alguien las ganas de salir de agujero en el que se hallaba metido ¿Vale la pena? Pues creo que sí, porque el día que renunciemos a eso estaremos renunciando a lo más poderoso que tenemos que es el hecho de ser, ante todo, humanos.
¿Sería lo mismo con un cliente? Pues seguramente no, al menos a corto plazo, porque en ese caso lo que se suele buscar es sacar dinero en el menor tiempo posible (hay estudios de marketing que aseguran que insistir a un cliente que te está diciendo que no quiere algo es menos productivo que pasar de él y dirigirte a otro nuevo).
Como siempre, todo depende y creo que hay que huir de los extremos.
Un abrazo desde Valencia.
Angel dice
Yo creo que querer cambiar a otros se vuelve un problema cuando tu felicidad depende de ello, ya que nada te garantiza que vayas a tener éxito.
Edgar dice
Muchas veces intentar cambiar a alguien es llevarse quebraderos de cabeza ya que ves que tu energia invertida no sirve de nada, pero no siempre…. hubo una época en que iba mal en el instituto, repetí un curso y iba a peor, mis padres consiguieron enderezarme… anque también contó que mis amigos habían pasado todos de curso.
Parte de mi adolescencia he necesitado gente que me dijera lo que tenía que hacer en algunos sectores de mi vida, y me vino bien hacerles caso.
Angel, te espero unos días en Dublin para San Patrick…. como lo tienes?
Dani dice
Que razón tienes. Siempre pensamos que vamos a cambiar a esa persona….» Mi amor le cambiara» y solo el hecho de querer cambiar a alguien es simplemente que no es para nosotr@s, por lo que lo mejor es buscar a alguien o algo que nos guste realmente y dejar marchar.
Juan Andrés dice
Muchas Gracias Ángel por el artículo. Estoy de acuerdo en todo lo que dices, pero es cierto que no lo tenía tan «destacado» hasta que he leído este post. Saludos viajeros!
Monica dice
Leyendo tu entrada me doy cuenta de que toda mi vida he estado intentando cambiar a los demás.
Esto ha sido así hasta hace un para de meses en los que llegué a una conclusión: la gente es como es y si no me gusta o interesa la forma de ser de alguien en concreto lo que he de hacer es apartarme de su camino, no intentar cambiarlo.
Supone una tremenda pérdida de energía intentar que los demás vean las cosas como tú y además, en el fondo, muestra una tremenda prepotencia. Cada cual evoluciona a su ritmo y hemos de respetarlo. ¿Ayudar? Siempre. ¿Imponer? Never.
Gracias por la recomendación del libro, lo apunto en mi lista. Todos los que leído aconsejada por ti, me han encantado. Así que este seguro que también.
Un abrazo
Rener Frank dice
Completamente de acuerdo, Ángel. Muchas veces somos nosotros mismos los que renunciamos de forma voluntaria a nuestra propia libertad.
Si hay algo que nos apasiona y nos hace feliz, pero que no es acorde con la «opinión pública», tendemos a seguir el camino trazado por miedo al rechazo o a lo desconocido.
El problema es que hay pasiones que no quedan bien, nos son populares, no te hacen más cool.
Pasiones que se han llenado de prejuicios a base de mala prensa y premisas socioculturales.
Algunas pasiones o aficiones están socialmente reconocidas, aceptadas y valoradas. Si entiendes mucho de coches serás un apasionado del motor; si conoces todas las alineaciones de cada equipo, serás un forofo del fútbol.
Pero si lo que te apasionan son los las maquetas de aviones a escala, los comics manga japoneses o resolver el cubo de Rubik, entonces tus valores no entran dentro de este “estándar” y serás un Friki.
Y ser un Friki hoy por hoy se traduce en la estereotipada imagen del feo, marginado y virgen que se autorealiza en mundos virtuales o grupos cerrados porque el mundo real le aisla y rechaza.
De esta forma, se establecen pasiones de primera, segunda y tercera clase. Y si te lanzas a seguir una pasión impopular, la gente te señalará con el dedo y mirada condescendiente, como diciendo “Mírale, como su vida es una mierda, se refugia en sus frikadas para tratar de ser feliz”.
Por eso, por temor a caer en el hoyo del rechazo y la incomprensión, muchos acaban renegando de sus propias pasiones y se apuntan al carro de los demás, perdiendo así una parte fundamental de su personalidad. Ese tipo cool y súper seguro de sí mismo, que vive feliz dentro de su infelicidad.
Sin embargo, opino que todos tenemos pasiones y nadie es quien para hacer juicios de valor sobre aquello a lo que dedicas tu tiempo, dinero y energía. Si hay algo que realmente te apasiona y te permite crecer como persona, lucha por ello con todas tus fuerzas y no dejes que nada ni nadie lapide tu pasión. Porque ese es el camino hacia la felicidad.
Puede que la gente que lea esto esté o no de acuerdo contigo, pero sin duda les abres los ojos a nuevas perspectivas 🙂
Non Stop VAM
Un abrazo!
ReneR
Fernando dice
Yo también he leído el libro y me hizo reflexionar mucho.
Es una pena que no lo hayas desarrollado más por que, a parte de lo que planteas en el post, el libro plantea multitud reflexiones sobre muchos aspectos de nuestras vidas.
La verdad es que Browne no tiene pelos en la lengua y se nota que no busca quedar bien con nadie ni ser políticamente correcto.
Un libro imprescindible para replantearte muchas cosas.
Un post muy interesante que puede cambiar la vida de algunos si es que se animan a leer el libro.
Saludos,
Daniel dice
Afortunadamente entendí hace tiempo que no debo esperar a que las personas a mi alrededor cambien. Siempre debo comprender quienes son y que hay detrás de cada actitud de estas, pero algo en lo que no había caído muy bien es en que no debo esperar a que les guste lo mismo que a mi y viceversa. La verdad esto arregla muchas cosas.
La información que compartes Angel, como siempre, muy valiosa.
Gracias Amigo!!
Carme dice
Hola a todos,
Hace tiempo leí uno de esos principio que aunque simples y obvios te abren los ojos:
«El mapa no es el territorio» (Bateson). Gracias por la recomendación del libro, me lo leeré.
Saluditos
Rafa dice
Lo encontré enmarcado, colgando de la pared de un pequeño bar del «interior» de Fuerteventura, y viene al caso…: «Be yourself. Everyone else is already taken»
Cristina dice
Comparto todo lo que dice el libro Ángel.
«Todos somos diferentes y esa diferencia es parte del milagro»
Y a base de prestar atención y llevarme los tortazos de la vida he entendido que no puedo cambiar a nadie ni forzar a que alguien explore las cosas maravillosas de la vida. Recuerdo cuando llegaba a casa, dando saltos de alegría, corría hacia mi madre y le decía «mamá , mamá me ha pasado esto… es increíble de verdad tienes que probarlo, o cuando leía sobre alimentación sana y le hacía zumos naturales de verdura a mi abuela para ver que beneficios tenían en su salud y así que mejorara un poco más, o cuando le cuento a mis amigas que un libro puede tener un impacto super positivo en su vida… muchas anécdotas… hasta que un día decidí no hacerlo más, me llegaba a sentir mal y todo.
Así, después de un tiempo, me dije, Cristina, ellos te aceptan tal y como eres, entonces tienes que aceptarlos tal y como son, – en esto consiste el amor también no?- amar y aceptar incondicionalmente-.
Todo esto me ha servido para aplicar un valor muy muy importante en mi proyecto y es respetar a cada persona en su toma de decisiones, y sobre todo que su libertad de expresión es lo más primordial en la vida, si te apetece escuchar y aplicar consejos, perfecto, si no es tu momento de tomar nuevas ideas, o no te sientes preparado, perfecto también. No pasa nada, «Cada persona evoluciona en su momento justo en su momento adecuado».
Tengo que decir que a raíz de que puse fin en intentar hacerles ver mis pequeñas dosis de filosofía de vida, no solo fue todo mucho mejor si no que ahora mi madre se ha sentido preparada para probar nuevas cosas, por ejemplo, practicar más deporte, comer más sano y pensar más en ella como lo más importante de este mundo.
Y bueno Ángel, podría hablarte y escribirte sobre este tema hasta mañana jajaja. » Me has inspirado a escribir un post sobre esto, contando algunas anécdotas y los resultados de los seres más cercanos a mi entorno». ¡¡GRACIAS!!
Te animo a seguir escribiendo sobre libertad y felicidad, yo también lo haré a mi manera…
Queda mucho por descubrir, estoy segura!!.
Sin más, un fuerte abrazo. 🙂
¡¡¡Muchas gracias!!!
Ana Rosa Alegre dice
Me encanta cuando la gente dice «No tengo tiempo para nada» como una forma de darse valor e importancia. Pienso: «pobres». Sobre todo me gusta haber descubierto que yo era una de esas personas típicas que no tenían tiempo para nada. Resulta que desde hace aproximadamente un año, me di cuenta que si no intentaba agradar a la gente de mi alrededor y escuchar la forma en la que todos querían que yo fuera, de repente tenía algo muy valioso: ¡¡¡¡todo el tiempo del mundo!!!!!. Al principio no sabía que hacer con ello. Era como si me hubiera tocado la lotería y no supiera en que gastarme el dinero.
Cuando aprendí a respetarme, las horas del día siguieron siendo las mismas, pero diciendo NO a todos esos compromisos para agradar a los demás, empecé a tener mucho tiempo para MI. Entonces, pude reflexionar, pude atender a lo que realmente me gusta y me proporciona placer, a lo que realmente me puede «arreglar» (esto para aquellos que llevábamos mucho tiempo pensando que estábamos jodidos), encontrar un trabajo mejor o mudarme de casa. Lo único que realmente se necesita para un cambio, si es lo que deseas, es TODO TU TIEMPO PARA TÍ. Os lo recomiendo por si os vale.
Hice esto y hoy, no es que sea otra persona, soy la persona que era pero que estaba debajo de la que no era. Hoy luzco mi «PIEL AZUL» sin que me importe que me miren por la calle y me apunto esta frase, que te tomo prestada porque me vale de mucho:
«Renunciar a tu naturaleza es siempre contraproducente».
Gracias Ángel.
De nuevo, al leerte es aprovechar bien mi tiempo.
Saludos:
Ana.
Edgar dice
Grandisimo comentario Ana….. El tiempo es tuyo, y desde luego si que usaré algo de mi tiempo para pasarlo con personas o para ir a eventos que son importantes para personas que me importan (digase la presentación de un libro de un amigo, la representación de una obra de teatro de mi sobrino, etc), porque me hará ilusión pero es muy importante saber decir que NO cuando no quieres hacer algo.
Ana dice
¡Hola, Ángel!
La verdad que no paras de sorprenderme. Cuando creo que ya no puedes aportarme mucho más nuevo, apareces con un post con nuevas ideas que me hacen pensar. ¡¡Enhorabuena!!
No sé si tan sólo con seguir estas 3 reglas de oro se llega a la felicidad, lo que sí que es cierto es que como no las sigamos no llegaremos a ser felices nunca.
En mi caso, la regla número dos me ha llegado al corazón. Muchas veces no opino o digo lo que pienso en alto por no «molestar» a los demás o porque sé que en ese círculo no piensan de ese modo pero, ¿qué coño? ¿Si soy así, por qué no voy a manifestarlo?
Ya tengo trabajo para conmigo misma!
Un abrazo!
Ana
Juan dice
Me encantó el artículo, como muchos otros. Tenes claridad, simpleza y cercanía al escribir! Quiero pedirte permiso para compartir tanto este como otros posts con mis alumnos en la escuela.
Gracias!
Juan Pedro dice
Pues alucino con el señor Harry Browne. Yo lo conocía hasta ahora por su filosofía de inversión, la llamada «cartera permanente» que es muy interesante por su sencillez de llevar a cabo. Veo que también tendré que leer este libro.
Saludos
Luigi dice
Eres un crack, Ángel. Simplemente.
Alberto dice
Lo de no intentar cambiar a los demás es algo difícil de controlar del todo pero es otro de los caminos hacia la felicidad (o hacia la ausencia de mal rollo, al menos). Cuando consigues no sólo no querer cambiar a la otra persona sino ni siquiera esperar cierta reacción por su parte, eres libre para vivir sin que nada te afecte.
Hay mil problemas que surgen cuando la forma de actuar que esperamos en otra persona no se corresponde con la realidad. No esperar nada los evita todos. Si viene lo que querías, genial. Si no, pues nada.
Muy interesante el libro, recuerdo que me lo recomendaste hace tiempo porque lo tengo en el Kindle casi al principio! 🙂
maite dice
Ufff Angel, a mí me costó casi 20 años aplicar esos principios. Soy el típico caso de buenahija que estudió Derecho porque «tenía muchas salidas» y estudiar una carrera era garantía de éxito en la vida, era la época de la «universiditis». Así que me licencié, entré un despacho de abogados y allí me pasé más de 12 años intentando ser algo que no era. Hasta que, gracias a una serie de acontecimientos que me dieron el empujón, lo dejé y decidí buscar mi propio camino, recuperar mis sueños y perseguirlos, y en ello estoy. Tarea nada fácil cuando nunca has tenido una clara vocación por algo (o al menos vocación en el sentido conservador de la palabra: médico, ingeniero, maestro, informático, etc.) y no has tenido la ocasión de descubrir y desarrollar tus habilidades, tus sueños, y hasta tu personalidad. Pero nunca es tarde si la dicha es buena, y prueba de ello es que aquí estoy escribiendo y soy alumna orgullosa de Idea2blog.
Lo de intentar cambiar a las personas hace tiempo que descubrí que solo lleva a frustraciones y desengaños. Es algo que no se aprende de una vez, y reconozco que he no caído sólo una, ni dos ni tres veces, pero por fin creo que puedo decir que lo he superado. Y es una liberación!
Un abrazo desde la tierra de la salchicha!
Ernesto dice
Magistral. Como siempre.
Gracias por compartir estos consejos tan útiles y reveladores.
Yo llevo tiempo intentando ayudar a cambiar a una persona, pero no lo logro. Es más, cada vez que lo he intentado he salido rebotado. Al final me he dado cuenta que cada uno tiene que hacer lo que tiene que hacer, aunque suene a tópico. Y que si un buen amigo te pide ayuda o opinión, es entonces cuando debes darle consejos y apoyarle en todo lo que necesite. Pero si no es así, estás perdiendo el tiempo y desperdiciando tu energía.
Aplicaré estos principios, sin duda.
Un abrazo crack!
Ainhoa dice
Hola VAMERS:
Me has convencido Angel, leeré el libro me ha resultado muy interesante el planteamiento de los 3 pilares básicos. Yo descubrí que cogeaba bastante en el pilar nº 3 y empecé a trabajarlo hace un tiempo así que me va a ir bien para seguir en ello.
En cuanto a este tema, lo que me ha quedado claro con mi aprendizaje , es que la gente que nos encontramos en nuestro camino, son el reflejo de nosotros mismos. Por lo que si hay algo que nos molesta de otra persona, es que la vida nos está mostrando que es lo que tenemos que cambiar en nosotros mismos.
El cambio de los demás no está a nuestro alcance, por lo tanto hay que focalizarse en el de uno mismo.
Un abrazo para tod@s
Alejandro Soto Mondragón dice
¿Somos distintos? «Eres un individuo único». «Haces lo que haces porque crees que te hará feliz». ¿Es esto cierto? No. No lo es. No hacemos las cosas porque creemos que nos van hacer feliz. La realidad esconde un motivo menos «arcoiris»: hacemos lo que hacemos porque somos seres miedosos que buscamos seguridad. Nuestros pensamientos, nuestra mente busca seguridad permanente. El miedo es el principal agente determinante en nuestras vidas. ¿Qué es el miedo (no susto)? ¿Cómo sucede? ¿Qué lo produce? La felicidad no tiene causa ni meta ni planificación: no tiene miedo.
Sergio dice
Hola Ángel,
esto añade un nuevo matiz al concepto de «libertad» que hoy en día está sufriendo un profundo análisis con el objetivo de alcanzar una definición que esté acorde a la presente realidad.
Hemos venido a esta vida con la necesidad de «expresarnos» ante el mundo. El problema al que nos enfrentamos es que durante décadas se ha tendido a aparentar en lugar de expresar. La apariencia se construye a partir de moldes que no son nuestros, sino de una serie de directrices, creencias y valores de un colectivo que no solamente no son nuestros, sino que han dejado de tener validez para las coordenadas actuales.
Por eso hoy en día la inmensa mayoría no es «libre». Actúa bajo unas coordenadas que, en muchas ocasiones, más que obsoletas, no se corresponden con sí misma. Hechos como «decidir cómo tienes que vivir la vida» o «ser consciente de que los demás pueden llegar a vivir un estilo de vida diferente al tuyo y ser felices» es tomar consciencia de tu propia expresión, de por qué tú eres único en este mundo y los demás también lo son.
El camino de la expresión empieza cuando tomas consciencia de tu propia individualidad dentro del colectivo. A partir de entonces, no solo sabes quién eres y cómo tienes que expresarte, sino que aprendes que no existe una verdad absoluta ni única: tienes que vivir tu vida y actuar en ella bajo tu propia expresión y, a su vez, aceptar que los otros también lo hagan.
Ahora bien, esta expresión puede ser canalizada de diferentes maneras, y es aquí cuando muchos de nosotros no entendemos por qué esa persona hace aquello que para uno mismo no tiene significado.
Hace tiempo que decidí canalizar mi expresión hacia el bien de la comunidad siguiendo el lema «deja el mundo un poco mejor de lo que te lo econtraste». Esta canalización se produce a través del conocimiento que ofrezco al colectivo desde mi posición individual, especialmente mediante la vivencia de experiencias personales.
Y es ahí dónde radica la esencia de la libertad: no «imponer la verdad» a la comunidad, sino «expresar tu propia verdad» con el único objetivo de servir a un colectivo del cual, como individuo, perteneces 😉
Laura dice
Hola Ángel, tengo ganas de leerlo. ¿Sabes si tiene versión en Español? Gracias.
Angel dice
No, no está traducido al español, lo siento 🙁
Mónica dice
Hola!
Soy una lectora ocasional de tu blog y suelo encontrar los posts interesantes.
Hace pocos meses, acabé en la misma conclusión que tú, pero en cuanto a que no se puede cambiar a la gente, después de decidir si es la verdad de cada uno, o si de verdad están engañados por la sociedad. Es algo que está pasando. Hay mucha gente que sigue siendo adicta al azúcar y a la tele sin darse cuenta. Qué decir del tabaco o el autoengaño.
Hace poco, tuve una conversación con una persona desconocida que me hizo retomar las esperanzas. Se trata de un señor llamado Sócrates, que se pasó la vida preguntándole a la gente cosas que a él personalmente no le interesaban realmente pero que hacían que, al volver a sus casas, esas personas se quedasen confusas pensando el por qué de sus preguntas.
Y ahí está el punto. Aún hay mucha gente que sigue haciendo su vida en cuanto a la productividad y a lo útil que le es al sistema, simplemente buscando sentirse aceptado por la sociedad y vivir por y para el dinero, que sus hijos saquen buenas notas y no tengan ni una queja por parte de ningún profesor.
Estas personas, por lo general, no se preguntan a dónde va su vida, solo se sienten acordes a lo que se espera de ellos y por eso se sienten tranquilos…
Estaría bueno que algún día hicieses un post para ellos, los que están hartos de su jefe, esposa, etc. pero solo saben quejarse sin buscar solución.
Gracias por seguir trabajando en este blog, mucho ánimo 🙂
xavier dice
Me ha parecido muy interesante. Y aunque no hay nada nuevo, nada que ya no tuviera claro, es la reafirmación de ideas que a veces uno duda de que sean ciertas.
Hace un par de años adopté un principio simple, que me ha mejorado mucho la actitud, aunque también ha aumentado mi insociabilidad.
«Las cosas són como són, no como creo que habrían de ser»
En este escrito tuyo insistes en esta idea. Cada uno lo ve a su manera, que no és ni mejor ni peor, és distinta. La habilidad de uno ha de ser ponerse en el lugar del otro y comprender su punto de vista, si es que interesa, o apartarse, si no vale la pena.
Anna Fergan dice
Hola Ángel!!
Ya tengo el libro! : ) que bién así de paso practico mi inglés. En cuanto a lo que comentas, es muy cierto, para poder ser libre.. primeramente hay que ser uno mismo. Es cierto que muchas veces nos preocupa la opinión de la gente y en base a ello tomamos decisiones. En mi caso, yo soy de un pueblo donde todos se miran unos a otros, en el momento que sobresalgas un poco ya te están llamando «friki». A mi me encantaría llevar un estilo de ropa menos convencional, pero por miedo a las opiniones de la gente no lo hago. Quizá… debería empezar a pensar menos en los demás y mucho más en mi. Gracias por está gran lección!
Saludos
Anna
Anna dice
Muchísimas gracias por la recomendación del libro! Me han gustado mucho las reflexiones.
Para mí, la causa de no mostrarme como soy en algunos momentos es, como ya dijo Rener, por miedo a no recibir la aprobación de los demás.
Un libro que me fue genial para mejorar en este aspecto fue «Tus zonas erróneas» de Wayne W. Dyer. Os dejo las estratégias que más me sirvieron para ser más «yo» 🙂
-Si alguien no está de acuerdo contigo y se está enfadando etiquétalo con «TÚ». <> = La desaprobación la pertenece a él. Si empiezas con «yo», intentas defenderte.
-Si alguien te dice que te comportas de forma tímida, atrevida, etc. Responde con agradecimiento para poner fin a la búsqueda de aprobación.<>.
-Pregúntate, <>. La respuesta siempre es no.
Javi Alvarez dice
Yo también leí ese libro y tuvo un gran impacto en mí.
Lo que me decepcionó es que durante todo el libro defiende que las parejas no deben casarse, y luego en la reedición del libro (muchos años después de su primera edición) dice «bueno ahora estoy felizmente casado, he cambiado de idea, etc…» hizo que se me cayera un mito xD
Pero a pesar de que él haya dejado de predicar con el ejemplo, las ideas respecto a las relaciones amorosas que él defendía inicialmente me parecen muy válidas y coincido con él.
Salu2 🙂
Javi
claudia dice
Lo mas dificil es encontrar tu identidad en medio del fracaso. Uno siempre busca hacer lo que otros ya hicieron siguiendo el camino que otro siguió. Creo que se trata de buscar tu identidad en momentos de lucidez mental, y saber usar tu libertad en momentos de crisis.
Eva dice
Chapó, Ángel????????!
Sigue, por favor, escribiendo posts como este que tanto ayudan a los que andan tan perdidos, como yo.
Un millón de gracias.
Saludos,
Eva
Sara dice
Gracias, porque son verdades que tendemos a olvidar, ya sabes, dejamos que la vida se interponga…y olvidamos ser lo que deberíamos ser…
Erik Martín dice
¡Hola!
Buen artículo Angel. Me ha recordado a un profesor de universidad que días antes del examen nos decía: «Queréis dejar de intentar controlarlo todo. No os dais cuenta de que no podéis controlar si el día del examen va a llover, si os vais a encontrar mal o si discutiréis antes de salir de casa. Tampoco podéis controlar la dificultad del examen o el humor con el que te lo corrija.»
Por otro lado, a mí lo que me costó bastante asimilar es el tema de la subjetividad de la realidad. En su día me causó impacto -y a día de hoy me sigue causando- el saber que la realidad no es únicamente como yo la percibo. Sigo digiriendo toda esta cuestión, pero me parece fascinante que haya tantas realidades como observadores.
Por último, apunto el libro, creo que lo recomendaste para la lectura de verano 2015. Lo empezaré a leer ya. Me interesa muy mucho.
¡Saludos!
Nadia dice
Listo, ya me doy cuenta de que cada vez que prendo la computadora entro a Vivir al máximo. Leo uno o dos posts al día y cada vez más me acerco a la idea de que somos como hermanos separados al nacer o algo por el estilo (broma). Es que me siento MUY identificada con todo lo que decís en todos los posts que voy leyendo. Tengo una lista de libros para leer, y creo que voy a agregar éste.
Yo misma fui, hasta mis 21 años aproximadamente esa chica de la que hablás: la aplicada, obediente, la que no quiere decepcionar a sus padres ni al mundo, la que estaba de novia con el mismo chico hacía varios años, inteligente y con un futuro «prometedor»… pero no era feliz y todavía no estaba dispuesta a aceptarlo. ¿Por qué? Porque aceptar que no era feliz con todo eso era asumir que me encontraba en una crisis existencial… ¿cómo puede ser que teniendo todo lo que hay que tener no sea feliz? No tenía sentido y me llevó tiempo entender que tampoco debía por qué tenerlo. No era feliz y punto, qué más da.
Durante la adolescencia desarrollé fobia social (un trastorno de la ansiedad bastaaante incómodo) y me duró sus buenos años… no podía sentarme a hablar con alguien sin sufrir temblores, baja de presión, dolores y una serie de síntomas que tornaban la situación en un círculo vicioso de nervios y estrés. Hice el quiebre mental como a los 21… todo eso que me pasaba era producto de mi esfuerzo, enorme y constante, por hacer y por SER lo que otros querían. Por cumplir expectativas ajenas. Por no defraudar a los demás. Claro… quien vive de esa manera no va a estar en paz nunca jamás y mucho menos sano.
Decidí hacer un cambio y voy a resumir porque se me está haciendo largo… con mucho esfuerzo (mucho), mucha paciencia, atención y constancia he llegado a estas conclusiones que mencionás. Ahora, creo que es muy importante mencionar que es una práctica constante… es ser autocrítico y al mismo tiempo tenerse mucha paciencia a uno mismo. Es estar atento para poder detectar los momentos y cuestionarnos a nosotros mismo siempre. Ver a esas ciscunstancias como oportunidades para mejorar y estar cada vez más cerca de aquella meta que pretendemos alcanzar. Así que estoy de acuerdo al 100% con las tres reglas y hasta agregaría una; «tenerse paciencia a uno mismo». No entrar en panic attack y no dejarse llevar por la frustración. Quebrar la cabeza y hacer el cambio no es fácil y hay muchas piedras en el camino, pero lograrlo es hermoso y obvio que valen la pena los tropezones. Permitirnos equivocarnos y aceptar que es parte del proceso.
En cuanto al principio número 1, lo primerísimo que se me vino a la mente fue una frase de Herman Hesse en su libro Demian:
«cada uno de los hombres no es solamente él mismo; es también el punto único, particularísimo, importante siempre y singular en el que se cruzaron los fenómenos del mundo; solo una vez, de aquel modo y nunca más»
Bueno, perdón por mis comentarios tan largos. Tus posts me inspiran y una vez que arranco a escribir, me cuesta terminar jaja!
Un saludo desde Argentina y mucho éxito en tus viajes.
Alejandro Castrelo dice
Un post fantástico. Gracias por la mención honorífica 🙂
Hay una cita que quisiera añadir, que bien se lo podríamos asociar al great Harry, pero que corresponde a Bernard Baruch, y que dice:
«Be who you are and say what you feel, because those who mind don’t matter, and those who matter don’t mind»
Ser auténtico es el mayor de los activos hoy en día, así que se fiel a tus principios y a tí mismo. A la larga es lo que realmente paga dividendos.
Un abrazo desde tierras aztecas!
Alejandro
Mario Maldonado dice
Me ha resultado muy valioso tu post, realmente ya había escuchado algo que se le pareciera, pero me suena mas directo la manera en como lo expresas, creo que dentro de lo que explicas es muy importante el tema de identidad, ya que con ayuda de este se podrás definir nuestros criterios, a medida que mas se conozca cada quien dejaremos de intentar ser otros o seguir a otros, con la intención de ser coherentes e íntegros, excelente, gracias por la reflexión, creo que estaré aplicando algunos a corto plazo.
un saludo desde México!!
Sergio dice
Hola! La verdad es que este post es todo un acierto. Yo llevo más de un año en un proceso de autoconocimiento y cambio, y con él están cambiando las cosas a mi alrededor; y con ellas, las personas también. Al principio deseaba que mi entorno cambiara conmigo, pero eso me trajo desesperación y mucha, mucha frustración.
Pero poco a poco comencé a aceptar que cambiar a los demás jamás funciona. Lo más sano e inteligente es rodearte de personas con inquietudes parecidas a las tuya, y si saben más que tú, mejor.
Ahora acepto y eso me permite estar más en paz conmigo mismo y con mi entorno.
Gracias por este post.
Paty dice
Hola Ángel. Desde hace seis meses que sigo tus publicaciones (aunque no de manera religiosa) y siento mucha empatía con tu forma de escribir. Este post en particular, es el mejor que he leído de ti.
Saludos!
Daniel dice
Ángel, cuando leí la parte de «Esto te va a cambiar la vida» pensé que este seria uno de esos post típicos que aveces mas que una lectura agradable no suelen motivar ni llegar a mucho mas. Desde que te sigo (hace ya 1 año mas o menos) se que tus post son de una gran calidad y la verdad es que con este me he quedado gratamente sorprendido, lo suficiente como para escribir esto agradeciéndote cosa que no había hecho antes jaja. Yo en mi vida era de los que aplicaba el caso de intentar cambiar a mi novia y eso mas que ayudarme lo único que ha desembocado es en una respuesta del tipo «Yo soy así y si no te gusta la puerta esta abierta» si, una respuesta un poco fuerte pero es lo que me he llevado por intentarlo. A veces nos dejamos llevar por lo que nos dicen los demás y nos tomamos las cosas a pecho provocando heridas y hasta cambios en nuestra personalidad y muchas veces, no por nosotros, si no por agradarle a los demás, por ser social mente aceptado y esto solo nos aleja de lo que tu bien describes, la libertad. Solo quería expresarte eso y las gracias, la mayoría de los problemas que he tenido con mi pareja se ahora que han sido producto de eso y pienso poner en practica estas 3 reglas de oro inmediamente en pro de mejorar mi vida. Una vez mas, gracias y un saludo! 😉
lisa dice
eres un genio angel gracias por tus consejos me llegaron en un preciso momento ya contare mi historia
Lily dice
Este post es magnífico .
Ole esa Claridad mental .
Gracias Ángel
Bea dice
Pues nada, quien encuentre un buen link con el libro, o en castellano, o en pdf que lo diga. Me encantó artículo y todas las respuestas. Abrazos a montones
Josh dice
Que gran aporte, creo que la aceptación y la autenticidad nunca pasaran de moda.
Saludos desde Guatemala!
Ismara dice
Hola, Ángel, ¿Cómo estás?
Me gustó mucho esta entrada. Ha valido la pena leerla.
Saludos,
Ismara
Tito dice
Hola ! Te sigo hace buen tiempo y tu blog me inspiró a buscar una forma de trabajar a distancia para poder vivir viajando. Me dedico a hacer música publicitaria y el problema es que mis equipos no los puedo llevar todos en una mochila. Así que lo más conveniente sería asentarse en una ciudad durante una temporada. Yo soy de lima Perú .. Que ciudad me recomendarías ? De América ? Para este primer paso? Gracias
Carolina dice
Gracias Angel, tu publicacion la lei justo en el momento en que lo necesitaba, estoy de acuerdo con las reglas de oro, pero es bastante dificil aplicarlas bajo ciertas circunstancias.
Luis Zarza dice
Buenísimo Ángel. De todo, lo que más me ha gustado ha sido la regla 3 «No esperes que los demás se comporten como a ti te gustaría.»
Veo a mucha gente perder mucha felicidad, a base de frustración por no seguir esa regla.
Luis Zarza dice
Por cierto, ya te digo que Alejandro Castrelo recomienda bien. Yo llegué a tu blog por él! 😉
Alejandro Castrelo dice
Gracias por el comentario, Luís. Ya me dijo el Kisko, que estás a saco con el diseño web!
Un abrazo!
Gonzalo dice
Ángel, estoy de acuerdo en lo que dices en éste artículo y por lo tanto no con uno anterior en el que te contradices. Si cada uno tiene que ser libre y expresarse tal cual es sin hacer lo que otros digan, entonces tampoco hay porqué hacer caso a lo que diga o dicte el mercado. En un artículo anterior decías que contrariamente a lo que dicen otras personas no hay que seguir la pasión de uno ya que eso no le importa al mercado. Muy bien, pero a mi tampoco tiene porqué importarme lo que le parezca bien o no al mercado ¿no te parece?
Angel dice
¡Hola Gonzalo!
Creo que ambas afirmaciones no está en contra, sino todo lo contrario.
Hay que ofrecer lo que quiere el mercado precisamente porque no puedes cambiar lo que quiere la gente. Si la gente quiere A, tu tienes que venderles A, por mucho que te apasione B. Sería de necios intentar convencerles de que están equivocados y tienen que querer B en vez de A.
La excepción es si eres un visionario como Steve Job y creas algo que la gente quiere, pero que todavía no saben que quiere porque no existe. Pero en ese caso tampoco estás cambiando a nadie 🙂
Un abrazo!
Alfredo dice
Angel saludos pana.
Sabes al principio indicas que son «3 Principios» y enuncias con # sólo 2 intuyo que el tercero es «No esperes que los demás se comporten como a ti te gustaría» o estoy en un error?
Independientemente tomo la vida con mucho de los principios hace mucho tiempo, sino sería la verdadera locura tomar las cosas de la vida a título personal (tráfico vehícular, peatonal, tratos en tiendas y un sin fin de interaciones a las que nos exponemos a diario) y realmente certifico que funciona. Solo vivir en Venezuela es todo un reto y aplicar y auto aplicarme las cosas desde el punto de vista planteado hace la vida mucho mas llevadera dentro y fuera de las crisis…
Angel Excelente como de costumbre pana.
Mucha salud y felicidad para todos…
Angel dice
¿He escrito dos principios y tres reglas, no?
Rocío Olivares dice
Hola Ángel
Los 2 primeros puntos los llevo más o menos, y ya tenía un poco de consciencia, pero el tercero ha sido como una sacudida, cuanta razón la verdad, creo que dejar a la gente a su bola es lo mejor.
Gracias por compartirnos el libro.
Edgar dice
Hola Rocio,
Acabo de entrar en tu blog y me ha parecido muy interesante, eso si a la hora de ir a dejarte un comentario la verdad es que está algo difícil, me pide registrarme con Discus y luego no me deja continuar porque dice que mi email ya está en uso.
Solo decirte eso, que me parece un poco difícil lo de dejar comentarios…. y que tienes un blog muy chulo.
Un saludo
Paloma dice
Solo tengo una cosa que decir: Brillante.
Gracias por leerte el libro y extraer estas reflexiones, sin duda para imprimir y no olvidar.
GRACIAS
Jose A. Galián dice
Pero qué gusto da leer artículos como este.
En realidad lo que dice es muy evidente, aunque mucha gente no se da cuenta de ello.
Por ejemplo, mucha gente cree que pueden y que debe cambiar los malos hábitos de otra persona , como puede ser dejar de fumar. Pero en realidad, esta persona solo lo dejará cuando lo crea conveniente. Quizá sea cuando se de cuenta de que sus dientes son cada vez más amarillos; o que por las mañanas cada vez amanece con mas tos; o quizá cuando el médico le diga que o lo deja o se muere. Cada persona necesita un estímulo diferente para tomar una decisión y no conseguimos nada positivo obligando.
Conclusión: fumar es malo, no fuméis.
libfin46(44) dice
Me gustó mucho el artículo Ángel.
Supongo que se requiere de mucha determinación y fuerza de voluntad aplicar ésta actitud ante la vida, pero si lo consigues… ¡Ay amigo como tiene que cambiarte la vida!
Yo reconozco que he llegé a mis 40 aplicando firmemente, justo en sentido contrario, las reglas 2 y 3.
Supongo que la experiencia, los desengaños y sobre todo, la casi alcanzada IF están haciendo que a mis 44 esté ahora cada vez más cerca de ser un ortodoxo en la aplicación correcta de estas 2 reglas.
Lo único que llevo mal, como ya se ha apuntado en alguno de los comentarios, es la aplicación de la regla 1 y regla 3 cuando hablamos de mis hijos.
Tengo uno de 15 y otro de 12 y soy incapaz de mantenerme al margen cuando veo que actuan de manera que claramente va a ser perjudicial para su futuro.
He dejado hace tiempo de marcarles de una forma poco flexible sus opciones, porque ya soy consciente de que cada uno tiene que buscar la felicidad a su manera, pero cuando analizo y sufro su gestión tan vacua (sobre todo el mayor), se me comen los demonios y me deprimo.
Creo que lo único y lo mejor que puedo hacer es continuar trabajando en encontrar la manera de convencerlos, motivarlos (estuve a punto de ir con el mayor a la quedada en Barcelona para que conociese en persona a mucha gente interesante y con visión de la vida fuera de lo convencional), guiarlos y apoyarlos hasta que sean ellos los que encuentren un buen objetivo y quieran luchar por él.
Pero mientras eso llega no es fácil gestionar el día a día.
Un saludo desde Barcelona!
Yolanda dice
¡Qué importante no intentar ser alguien que no somos! Hasta que descubrí quien era realmente era, era agotador. Cuando vivimos en contra de lo que realmente somos, podemos llegar incluso a enfermar.
Un abrazo, Ángel
Diana Lopez Ferrando dice
Como siempre eres un grande 🙂
Aceptarse a uno mismo, potenciarse y no olvidar (o recordar de vez en cuando) quienes somos y que nos hace especiales creo que es la base para ser feliz. Yo he dejado de renunciar a quien soy, ya no vuelvo a renunciar!! Aunque esto me haya traido algunos `problemas` al salir de mi zona de confort reconozco que la satisfaccion general supera con creces los `problemillas`.
Un abrazo!
Andrés dice
Tres reglas sencillas que con frecuencia olvidamos poner en práctica (al menos yo lo olvido de vez en cuando).
Me llevo para aplicar la tercera: me paso mucho tiempo intentando convencer a mis amigos de lo mucho que mejorarían sus vidas si hicieran este o aquel cambio.
Creo que tengo de tarea expandir un poco mi círculo social.
Un excelente artículo.
Saludos!
Débora dice
Realmente eres como una luz en la oscuridad. Gracias a ti he aprendido gran cantidad de cosas. Eres como tu nombre lo indica: un Ángel. Gracias por compartir con nosotros tu conocimiento. Seguiré leyéndote 😉
Lu Lagos dice
¡Hola! Has dado en el clavo con todos tus comentarios. Me llegó mucho el tema de los gurús y que lo que a unos les ha funcionado no precisamente funcionará para ti. Creo que en este mundo de etiquetas y estereotipos nos hemos olvidado lo importante que es la autenticidad, esa que nadie te da, sólo es ser tú mism@.
En mi caso por ejemplo, por algunas razones del destino dejé mi trabajo corporativo en una gran empresa y ahora soy independiente y tengo un esquema laboral muy flexible. Hay personas que me miran con desdén cuando les digo que soy freelance y porque no tengo el auto del año o ropa de marca. ¿Sabes? No me importa porque me siento libre, puedo escribir ahora en mi blog, puedo viajar si me place, puedo sentarme a tomar un café a las 11 am sin sentir presión de tener que volver a la oficina, puedo ir al cine con la sala vacía en horarios que todos están trabajando y puedo emprender cualquier cosa, yo no busco aceptación, exacto busco lo que a mí me hace feliz y eso es la experiencia de ser libre.
Ahora he empezado a hacer stand up comedy y es genial, no estoy buscando ser como nadie, por primera vez estoy haciendo algo que me hace feliz y que rompe con mis esquemas personales.
Ojalá más personas se atrevieran a ser ellas mismas. Gente más feliz haría de este mundo algo más genial. ¡saludos y gracias por inspirar! 😀
Esther Barbero dice
Hola Ángel: ¿sabes? el verano pasado me enfrente a una situación completamente nueva para mí, después de haber tenido pareja «toda la vida», trabajo desde hace años, estabilidad absoluta…me encontraba en un momento de traga me tierra y necesitaba escapar. Necesitaba irme de viaje sola pero…no sabía ni coger un avión. Estuve semanas convenciéndome y animándome a mí misma pero tropezarme contigo (con tu blog) fue un antes y un después 🙂
En agosto me fui sola a Roma y creo que es lo más maravilloso que he hecho nunca.
Ahora me encuentro en otra situación, (más larga de contar) y he vuelto a tropezar contigo con este post, me has encogido el estómago, leerte ha sido como escuchar todo lo que necesito escuchar. Así es que, solo puedo decirte: GRACIAS 😉
Carmen dice
No tiene sentido querer cambiar a una persona, si pertenece a tu círculo es porque en algún momento te gustó como es.
Igual no viene mucho al caso pero justo ayer salí con un amigo a hacer fotos, primero el me hizo una a mi y posteriormente se la hice yo a el en la misma posición, pero cogimos planos diferentes, a el le hubiese gustado tener su foto en el plano que me hizo la mía y a mi viceversa. Cada persona tiene su forma de ser y su punto de vista, nada mejor que la fotografía para darse cuenta, al menos para mi eso es lo bonito de la vida.
JUAN CARRILLO dice
Que manera de escribir Ángel, e interpretar un libro con tus propias palabras.
Es la primera vez que veo tu blog y seguramente no será la última.
Saludos!
Mirta dice
Tanta claridad descomprime la angustia existencial por ser libre. Excelente. Gcías!
Alicia dice
“Escribir es la manera más profunda de leer la vida”. – Francisco Umbral.
jessica leonor dice
Queridos:
Desde hace unos meses he estado leyendo sobre meditación y su texto o blog es muy interesante. Desde años me he dado cuenta que somos diferentes, que quizás haya rasgos periféricos como color de ojos, pelo, altura… hasta ellos es diferente en cada persona. Aunque sean gemelos, pero cada uno es único, en su ser trascendental hay algo tan grande… Siento que jamás se puede llegar a conclusiones porque el conocimiento es ilimitado. Hoy pensamos así, pero en 200 o 1000 años?
No puedo llegar ni siquiera a decir que yo me conozco al completo si pueden sucedernos situaciones en que actuamos de diversas formas. Por tanto, creo sentir que las personas no deben cambiarlas porque si no, no sería diferente y estamos en un mundo de dualismo. Debe existir uno para que alimente al otro, un equilibrio de dos…
Gelin dice
Eso es verdad: querer cambiar a alguien sólo por creer que te hará feliz es triste y al tiempo sólo te crea fustraciones y dolores de cabeza. Terminé dañándome a mí misma, pero vivir una experiencia así me enseñó y me ayudó a mí misma a darme cuenta que no vale la pena tratar de cambiar a alguien, y leyendo todo este artículo me terminó de convencer que estoy por buen camino…
Javier Samudio dice
Hola Aldo. Te invito a leer mi post que escribí sobre la felicidad. Te envío un abrazo!
Noemí dice
Totalmente de acuerdo con todo lo planteado. Aunque siempre he intentado llevar a cabo el «vive y deja vivir», es verdad que con los años te vas dando cuenta de lo que realmente quieres en la vida (tanto en lo laboral como en lo personal). A veces aparece el miedo a que sea demasiado tarde para llevar a cabo ese planteamiento de «vivir siendo quién eres o quieres ser»: miedo a ser demasiado mayor, miedo a hacerle daño a tus seres queridos, miedo a salir de tu zona de confort… Pero lo realmente cierto es que los días va pasando y sería muy triste despertarnos una mañana y darnos cuenta de que no hemos sido dueños de nuestra propia existencia. «El mundo es de los valientes» o como diría mi abuela:» hija mía coge ya el toro por los cuernos». Gracias por el post Ángel. Sigamos viviendo al máximo!!!!
pablo dice
Excelente, me gustó lo descripto, a veces quizas nos confundimos y le buscamos la vuelta a muchas cosas, situaciones, acciones, etc, cuando en realidad lo simple basta para comprenderlos.