Las Navidades pasadas publiqué por primera vez mi resumen anual, en el que hice un pequeño repaso de los momentos más importantes de cada uno de los 12 meses de 2016.
Me pareció un ejercicio muy interesante, porque me ayudó a recordar todo lo que había vivido y me hizo reflexionar sobre mis aciertos y errores, así que este año he decidido repetir.
A continuación encontrarás el resumen de mi año 2017.
Además, he decidido acompañarlo de una lista con las cosas que han ido bien este año y otra con las que cosas que pienso que podrían haber ido mejor, y de una recopilación de las lecciones más importantes que me llevo conmigo.
Con esto pretendo conseguir 3 objetivos:
- Animarte a que tú también escribas tu resumen anual, porque si no lo haces es fácil que caigas en el sesgo de disponibilidad y evalúes el año tan sólo en base a lo que te ha ocurrido recientemente, que tiene prioridad en tu cerebro.
- Mostrarte que a pesar de todo lo que he conseguido, soy una persona normal, con sus buenos y malos momentos, sus éxitos y sus fracasos, y sus problemas a resolver. Exactamente igual que tú.
- Compartir contigo lo que he aprendido y las conclusiones a las que he llegado en estos últimos 12 meses, por si te sirven de ayuda. Si mi vida te importa un pimiento, puedes saltarte todo lo demás e ir directamente a esta sección 🙂
¡Espero que te guste!
Índice
- Así ha sido mi 2017
- 1. Enero: Nuevo curso y crisis en Budapest
- 2. Febrero: Tribucamp 2017 y Rusell Brunson
- 3. Marzo: Go to USA
- 4. Abril: Tailandia… 4 años después
- 5. Mayo: El nuevo Idea2Blog y Málaga
- 6. Junio: Vuelta a casa
- 7. Julio: Descanso, fuego y amor
- 8. Agosto: África
- 9. Septiembre: La “tragedia” de la mochila perdida
- 10. Octubre: Aprendiendo un nuevo idioma
- 11. Noviembre: Cambios en el equipo
- 12. Diciembre: amigos y eventos sociales
- Lo que ha ido bien
- Lo que no ha ido tan bien
- Lecciones aprendidas
Así ha sido mi 2017
1. Enero: Nuevo curso y crisis en Budapest
Mi año 2017 empezó en Cáceres, celebrando el Año Nuevo con mi familia y con mis amigos.
Estuve por allí unos días, hasta después de Reyes, y cuando se acabaron las vacaciones y todo el mundo volvió a su rutina habitual, yo me marché a Budapest con mi novia.
Era la primera vez que visitaba Hungría y su capital, y si tuviese que elegir una palabra para describir la ciudad (al menos la zona de Pest, que es donde yo viví) sin duda sería “decadente».
Edificios antiguos y destartalados, calles desgastadas, lluvia y frío…
Pero todo muy auténtico, muy húngaro.
De Budapest me sorprendió especialmente que la ciudad tuviese dos partes muy diferentes, que los baños turcos fuesen tan populares, que hubiese bares en ruina, que el vino fuese la bebida oficial (en vez de la cerveza), que tuviesen un licor parecido al Jaggermeister llamado Unicum, que se hubiesen inventado allí los Escape Rooms, y algunos lugares históricos como la Plaza de los Héroes.
La verdad es que fue una gran experiencia el vivir allí. Estuve muy cómodo desde el primer día.
Mi estancia en Budapest estuvo marcada por el lanzamiento de Encuentra tu Camino, el curso que lancé en 2017 para gente que no sabe qué hacer con su vida.
Había planeado el lanzamiento para finales de enero, porque luego tenía varios viajes y me iba a resultar imposible sacar hueco hasta verano, y como iba con retraso tuve que trabajar como un animal para llegar a la fecha prevista.
Finalmente lo conseguí, y el lanzamiento salió muy bien, pero el precio a pagar fue elevado.
En primer lugar, el tener que trabajar 12 horas al día –incluidos fines de semana– no le hizo mucha gracia a mi novia. Ella había venido a Budapest para conocer la ciudad conmigo y para hacer cosas juntos, no para estar encerrada en casa mirándome el cogote, y mi rutina de trabajo dio lugar a tensiones y a más de una discusión.
En segundo lugar, como iba tan pillado de tiempo tuve que lanzar el curso sin haber grabado ni una sola lección (tenía escrito el guion, pero no había hecho ninguno de los vídeos). Eso me causó mucho estrés, porque me obligó a terminar cada módulo listo en unas fechas muy concretas al mismo tiempo que atendía a los alumnos y resolvía los problemas derivados de cualquier lanzamiento, lo cual sumado al estrés de las semanas anteriores hizo que petase.
A pesar de la inestimable ayuda de Adri, llegué a un punto en el que era incapaz de trabajar ni de grabar nada, porque el cerebro no me funcionaba, y para «curarme» tuve que cerrar el ordenador y tomarme varios días de descanso absoluto.
Fue una experiencia muy dura, que me hizo reflexionar sobre hasta qué punto merece la pena ‘acelerar' y si no habría sido mejor ir un poco más despacio para no tener que pasar por lo que pasé.
También me hizo darme cuenta de que ahora que tenía novia era importante tenerla en cuenta a ella a la hora de organizarme.
2. Febrero: Tribucamp 2017 y Rusell Brunson
Después de un mes agridulce en Budapest, en febrero volví a Cáceres con mi familia.
Estuve unos días descansado y grabando los últimos módulos de Encuentra tu Camino, esta vez mucho más relajado, y a mediados de mes volví a hacer las maletas para marcharme a mi siguiente destino: Estados Unidos.
Pero antes de eso, tuve que hacer una parada técnica en Madrid para hablar en Tribucamp, que mi colega Franck Scipion me había convencido para ir como ponente y además había decidido que fuese yo quien cerrase la conferencia.
Si te soy sincero, no soy muy de charlas. Me pongo muy nervioso los días antes, me lleva mucho tiempo prepararlas y practicarlas, y no disfruto realmente cuando estoy en el escenario.
Sin embargo, me encanta hablar con los asistentes después de haber terminado la ponencia.
Siempre me sorprende la cantidad de personas desconocidas que se me acercan para saludarme y darme las gracias por el impacto que mi trabajo ha tenido en sus vidas, e incluso para echarse fotos conmigo como si fuese alguien importante.
Es algo que me hace mucha ilusión y que me hace sentir muy afortunado, así que si fuiste de los que te acercaste a saludarme en Tribucamp… ¡muchísimas gracias! 🙂
A la mañana siguiente al Tribucamp, pedí un taxi al aeropuerto de Barajas donde me reuní con otros cracks como Álvaro López, Juanmi, Roberto Gamboa o Javier Elices para poner rumbo a Dallas, Texas.
Allí nos juntamos con más cracks como Vilma Nuñez, Franck, Soma o Javier Gobea para ir juntos al Funnel Hacking LIVE, el evento presencial de Russell Brunson.
La verdad es que aprender aprender no aprendí mucho, pero fue todo un privilegio poder ver en directo a dos genios como Russell y Tony Robbins, y compartir unos días con algunos de los grandes referentes del marketing online hispano.
3. Marzo: Go to USA
Tras el evento de Russell, la mayoría de los compañeros se marcharon a sus respectivos hogares, pero Rober Gamboa, Javier Elices y yo continuamos con nuestro viaje por tierras americanas.
De Dallas volamos a Nuevas Orleans, una de mis ciudades favoritas en Estados Unidos, donde tuvimos la oportunidad de asistir al Mardi Gras.
Por si no lo sabías, el Mardi Gras es uno de los carnavales más importantes del mundo, con desfiles y locura a partes iguales, y ahora que lo he vivido en primera persona te lo puedo confirmar.
Burbon Street, la calle de fiesta de la ciudad, es como una especie de Magaluff en el que puedes encontrarte cualquier cosa. Y cuando digo cualquier cosa es cualquier cosa.
Para mí fue toda una experiencia. Lo pasamos muy bien, aunque el alquiler del Airbnb nos salió por un ojo de la cara…
De Nueva Orleans nos fuimos a San Francisco, una ciudad que conozco bien y en la que tengo muchos amigos, pero que cada vez me gusta menos porque está híper saturada y tiene unos precios desorbitados.
Estuvimos una semana por allí, e hicimos un montón de cosas: ir en bici desde el centro hasta Tirubón, alquilar un coche y recorrernos todo Sillicon Valley, salir de fiesta por los bares de Mission, ir a un partido de la NBA de los Golden State Warriors… Muy guay todo.
Además, aproveché para ver a varios colegas, incluido mi buen amigo «el moruno» al que no veía desde mi época de Albuquerque.
Por último, y ya para cerrar el viaje, nos fuimos a San Diego a otra conferencia de marketing online: el Traffic and Conversion Summit de Digital Marketer.
En este evento aprendí algo más que en el de Russell, pero al final lo mejor fue el grupito tan majo que nos juntamos allí y las cenas y momentos que vivimos juntos.
A mediados de marzo volví a España. Hice una parada de una semana en Cáceres para ver a mis padres, y de allí me marché a Praga con la sensación de estar un poco saturado de marketing online.
Desde entonces, apenas he leído nada sobre esta temática y he rechazado todas las invitaciones a eventos de este tipo tanto en 2017 y 2018.
Sí, quiero hacer más viajes con mis amigos, pero sin conferencias de por medio.
4. Abril: Tailandia… 4 años después
Una semana después de llegar a Praga me fui mi con mi novia a Tailandia y a Bali.
Lo cierto es que no me apetecía nada hacer este viaje.
Mi cuerpo me pedía rutina y tranquilidad, no más aviones y ajetreo.
Pero era algo que habíamos planeado desde hace tiempo y ya no me podía echar atrás (ahora me alegro de haberlo hecho porque nos lo pasamos muy bien).
Primero fuimos a Bangkok, donde aproveché para conocer el distrito comercial y hacer cosas que tenía pendientes como ir a un combate de Muay Thai, al mercado flotante de Khlong Lat Mayom o a uno de los macro-centros comerciales en el que cada planta estaba ambientada como un país diferente.
De Bangkok fuimos en tren nocturno a mi ciudad favorita, Chiang Mai, para celebrar el Songkran con Antonio G y su novia.
Allí me reencontré con algunos amigos tailandeses como Aoi o Yao, llevé a mi chica a todos mis lugares favoritos (es decir, a Bird's Nest muchas veces) e hice algunas actividades que no había hecho aún como el ir a cuidar elefantes.
Para mí fue muy especial el volver a Tailandia después de casi 4 años. Me recordó lo genial que es este país, y lo barato y fácil que es vivir aquí como europeo.
Por último, de Chiang Mai volamos a Bali.
Ya había estado allí el verano de 2016, pero esta vez estuve en partes diferentes de la isla.
Me gustó especialmente subir al monte Agung (el volcán que entró en erupción hace poco), que es un trekking en medio de la noche para llegar a la cima de madrugada y poder ver el amanecer, y Canggu, una zona de Bali con muy buenas playas para hacer surf y totalmente adaptada a occidentales, pero fuera del turisteo de Kuta y Seminyak.
Me pareció un lugar muy agradable y perfecto para establecerse como nómada digital. De hecho, en Canggu coincidí con Javi Barros y su novia, que llevaban unos cuantos meses viviendo y trabajando desde allí y estaban encantados.
A finales de abril volví a Praga. Feliz, pero cansado y con ganas de pasar una temporada en el mismo lugar.
5. Mayo: El nuevo Idea2Blog y Málaga
Mayo fue –sin contar Budapest– el primer mes del 2017 en el que estuve más de 1 semana en una misma ciudad.
Por fin tuve un respiro y pude retomar el Crossfit y mi rutina de trabajo.
Durante esas semanas de tranquilidad aproveché para mejorar Idea2Blog, mi curso para ayudarte a lanzar tu blog incluso si todavía no tienes una idea, y abrir las inscripciones por última vez a 147€ antes de subir el precio a 197€.
Es curioso, porque esta era la 5ª vez que hacía cambios importantes a Idea2Blog. Y es que, a diferencia de otros info-productores, que crean cursos y se olvidan de ellos, a mí me gusta escuchar el feedback de mis alumnos, ver dónde se atascan y qué es lo que necesitan, y en base a eso mejorar mis productos para que realmente sean top.
Lo he hecho con Idea2Blog, lo he hecho con la guía sobre el ayuno, y lo estoy haciendo ahora con Encuentra tu Camino.
A finales de mayo, justo después de acabar las mejoras en el curso, me fui a Málaga a la boda de Amadeo, mi antiguo compañero de piso cuando vivía en Seattle.
No conocía Málaga ciudad, y la verdad es que me encantó.
Es bonita, económica, tiene buen clima, se come de lujo… Una ciudad con una gran calidad de vida en la que no me importaría pasar una temporada.
Ya que había ido para la boda aproveché para quedarme una semana más y conocerla mejor, y también visitar el famoso Caminto del Rey del que tanto había oído hablar pero que todavía no conocía.
6. Junio: Vuelta a casa
Después de Málaga me vine a Cáceres con mi novia.
Era la primera vez que la llevaba a Extremadura, y me hacía mucha ilusión poder hacerle de guía.
Le enseñé la ciudad, hicimos excursiones por La Vera y por Mérida, quedamos con varios de mis amigos… En resumen: lo pasamos muy bien.
También la lleve a cenar a Atrio, un restaurante de 2 estrellas Michelín que hay en la parte antigua y que tenía muchas ganas de probar, pero que no me impresionó especialmente (la próxima vez elegiré el menú tradicional en vez del moderno).
Tras este pequeño tour, mi novia se fue a Mallorca a trabajar todo el verano, y yo volví a Málaga para ir a la despedida de soltero de uno de mis mejores amigos.
Queríamos que el fin de semana fuese divertido, no humillante ni incómodo para él, así que en vez de hacerle putadas como hace la mayoría de la gente en este tipo de ocasiones, le compramos un disfraz de gamba.
La idea fue todo un éxito.
Con la tontería y las bromas de bailar «gambachata», al día siguiente el disfraz estaba en todas las historias de Instagram de gente desconocida.
Nos reímos mucho y lo pasamos en grande.
De Málaga volví de nuevo a Cáceres, y como a partir de ahí ya no tenía más compromisos sociales, por fin pude retomar la rutina.
7. Julio: Descanso, fuego y amor
La primera mitad del mes de julio fue de descanso.
Mis padres y mi hermano se fueron a la playa, y yo me quedé yo solo en Cáceres con toda la casa para mí.
Necesitaba esos días de silencio y soledad, y los aproveché para dormir, ir a entrenar todos los días, trabajar sin interrupciones y leer mucho.
Luego, el día 18 volé a Mallorca para visitar a mi chica.
Estuve con ella durante una semana, visitando nuestras calas favoritas y conociendo algunas partes de la isla en las que todavía no había estado, y luego me fui a Barcelona para visitar a mis amigos que viven allí y para ir al Tomorrowland Barcelona.
El festival estuvo muy bien.
No al nivel del original ni del Tomorrowland Brasil, pero con muy buen ambiente y con Steve Aoki a las 2 de la madrugada como invitado estrella.
Desgraciadamente, nunca llegamos a verle pinchar, porque el escenario empezó a arder y nos desalojaron a todos los asistentes.
La cosa empezó con una llamita inocente en una esquina, que no se sabía muy bien si eran efectos especiales o qué, pero eso se fue extendiendo rápidamente y cuando nos quisimos dar cuenta faltaba un buen trozo de escenario.
Ahí cortaron la música, empezaron a llegar los bomberos, y nos tuvimos que ir casa.
Una pena, porque como digo el festival tenía muy buena pinta, pero al menos no ocurrió ninguna desgracia y nos devolvieron el dinero.
8. Agosto: África
De Barcelona cogí un vuelo a Sevilla para pasar unas semanas con mis padres en Islantilla, Huelva.
De nuevo, este fue en su mayor parte un periodo de relax, en el que me dediqué a dormir, trabajar y jugar al pádel, así que no hay mucho que contar salvo que empecé a hacer estiramientos todas las mañanas.
Uno de mis propósitos para el 2017 era el mejorar mi flexibilidad/movilidad, y en Mallorca mi amigo Fran me recomendó ROMWOD, un servicio de subscripción de $13.95 al mes que te da acceso a una clase diaria de 20 minutos de movilidad.
Llevo haciendo la clase casi todas las mañanas sin interrupción desde entonces, y la verdad es que estoy muy contento con los resultados.
Me quedo muy relajado después de la sesión de ROMWOD, y aunque todavía soy incapaz de tocarle la punta de los pies con los dedos sin doblar las rodillas, sí que he visto mejoras tanto en los propios estiramientos (hay posturas que cuando empecé no podía hacer y ahora sí puedo) como en los entrenamientos (he conseguido hacer un muscle up a pesar de estar bastante fuera de forma).
A mediados de agosto dejé el apartamento de la playa para hacer con mis amigos de Madrid el tradicional viaje que hacemos juntos todos los veranos desde hace 5 años.
En 2017 decidimos ir a África, más concretamente a Kenia y Tanzania, y fue una experiencia increíble que superó todas mis expectativas.
Si tienes curiosidad por saber cómo nos fue, en este post te cuento todos los detalles.
9. Septiembre: La “tragedia” de la mochila perdida
La primera semana de septiembre la pasé en Zanzíbar, el último tramo del viaje africano.
Después de eso, volví a Cáceres unos días como siempre, y de ahí me fui a Barcelona al evento trimestral de la Escuela de Nuevos Negocios de Miquel Baixas, mi actual mentor.
El evento fue genial, pero cuando me subí en el rodalías de vuelta a Barcelona, me olvidé en el andén la mochila con absolutamente TODO: portátil, Kindle, pasaporte, llaves de casa, útiles de aseo…
Fue un gran palo para mí, porque ocurrió un sábado noche y el lunes siguiente me iba a Viena, así que ni si quiera tenía tiempo de comprarme un ordenador nuevo antes de marcharme.
Aun así, intenté tomármelo con filosofía y no dejar que ese incidente me amargase la vida.
Al fin y al cabo, no dejaba de ser un problema menor que se podía solucionar fácilmente con dinero y algo de tiempo, que es una chorrada si lo comparas con otras cosas mucho más graves.
En Viena me encontré con mi novia, y estuvimos unos días viajando por Hungría con su coche.
Estuvimos en el lago Héviz, que es un lago de aguas termales, y también en Budapest recordando viejos tiempos y visitando nuestros lugares favoritos, y de ahí volvimos a Praga para establecernos de cara al último trimestre del año.
10. Octubre: Aprendiendo un nuevo idioma
Lo primero que hice nada más llegar a Praga fue apuntarme a clases intensivas de checo.
En el pasado había aprendido algunas palabras sueltas por mi cuenta, para poder apañármelas en los restaurantes y en el supermercado, pero la realidad es que ni si quiera podía mantener una conversación sencilla en una tienda.
Eso me preocupaba enormemente, porque no me apetecía que mi futuro hijo Řehoř pudiese contarle secretos a su madre sin que yo me enterase, así que decidí ponerme las pilas.
El apuntarme a las clases fue una decisión acertada, porque en menos de 3 meses alcancé el nivel A1.
Ahora ya puedo hacer tareas básicas como ir a una ferretería y pedir una bombilla, o explicarles a mis suegros tanto lo que he hecho en el pasado como lo que voy a hacer en el futuro.
Sin embargo, para conseguirlo he tenido que sacrificar algunas cosas.
Durante muchas semanas le he dedicado al checo 3 o incluso 4 horas diarias, y eso me ha obligado a recortar tiempo de otras actividades importantes en mi vida como Vivir al Máximo o el Crossfit.
Aun así, considero que ha merecido la pena, y mi idea es continuar aprendiendo y en un futuro escribir un artículo top sobre aprender idiomas, con todas las estrategias y herramientas que me han ayudado en el camino.
A parte de empezar a aprender checo en serio, en octubre no hice nada remarcable.
La mayor parte del tiempo la pasé volviendo a la rutina, poniéndome al día con el negocio y comprando algunos de los objetos que llevaba en la mochila y que perdí cuando me la robaron.
11. Noviembre: Cambios en el equipo
Noviembre fue un mes clave en este en 2017, porque fue cuando me di cuenta de que tenía que hacer cambios en el equipo de Vivir al Máximo.
Adri, que llevaba un año y medio trabajando conmigo como freelance, había empezado a trabajar con otro cliente en verano, y por ese motivo sólo podía dedicarme un número limitado de horas al mes.
Inicialmente eso no había supuesto un problema, porque en esa época el volumen de trabajo que teníamos no era muy alto, pero cuando en noviembre tuvo que irse unos días a grabar testimonios no me quedó más remedio que volver a ocuparme de la gestión de la empresa y de la atención al cliente.
Y si ya iba pillado de tiempo con el tema del checo, imagínate teniendo que encargarme además de otras tareas…
Me era casi imposible escribir nuevos posts o seguir avanzando con Encuentra tu Camino 2.0, lo que me llevó a publicar a finales de mes una oferta de trabajo para contratar a un nuevo asistente.
Esta vez, a diferencia de mi primera contratación, buscaba a una persona a tiempo completo con dedicación exclusiva a Vivir al Máximo. Alguien que gestionase el negocio por mí para que yo pueda centrarme en crear contenido, que es lo que se me da bien.
Aparte de eso, el mes de Noviembre lo dediqué principalmente a estudiar checo y a la promoción del curso de creación de páginas nicho de mi amigo Javier Elices, que salió fenomenal porque es un curso perfecto para mi audiencia.
Como parte de la promo con Javi, hicimos un webinar conjunto en directo y disfruté mucho interaccionando con los asistentes. Eso me hizo plantearme el hacerlo más a menudo a través de Facebook LIVE o similar.
Diciembre fue un mes muy divertido, pero también el menos productivo del año debido a la gran cantidad de viajes y eventos sociales.
La programación arrancó con un viaje a Barcelona, para asistir a uno de los talleres presenciales de Miquel.
De ahí volví a Praga, y nada más regresar me fui con mi novia y su familia a hacer snowboard en las montañas del norte de Italia.
Esta vez contraté a un profesor particular y, aunque sigo siendo un paquete, el último día ya me las apañaba bastante bien. Era capaz de girar más o menos bien en ambas direcciones, y cada vez me sentía más cómodo yendo rápido.
De las montañas regresé a Praga, pero sólo durante 3 días. Lo suficiente para hacer la maleta y marcharme de nuevo, esta vez a Málaga.
Todos los años organizo una fiesta de cumpleaños a lo grande con mis mejores amigos, y este año me apetecía hacerla en Málaga porque la ciudad me había gustado mucho cuando estuve allí en primavera, así que eso hice.
Nos juntamos casi 30 personas y fue increíble. Siempre disfruto mucho de este tipo de eventos con colegas y esta vez no fue una excepción.
Después del cumple malagueño me fui unos días a Barcelona, donde tuve la oportunidad de conocer IronHack por dentro, un curso de programación que sigue un modelo educativo con el que sí estoy de acuerdo.
También descubrí que el caganer es algo típico de Cataluña, y que allí y en Aragón los regalos no los trae Papa Noel sino que los caga un tronco con cara que se llama Tió.
En Barcelona me despedí de mi novia hasta el 2018, y me fui unos días a Madrid para cenar en DiverXO con mi amigo Joan Tubau, que habíamos reservado una mesa 9 meses atrás.
Pedimos el menú largo y estuvimos cenando durante más de 5 horas. Una experiencia que hay que vivir al menos una vez en la vida.
Finalmente, de Madrid me volví a Cáceres a pasar las Navidades con mi familia y a asistir a unas cuantas comidas con amigos, incluida una con mis antiguos compañeros de clase que me hizo mucha ilusión.
Como ves, diciembre fue un no parar… Aun así, saqué tiempo para revisar las solicitudes de los 183 candidatos que se presentaron al puesto de Asistente Virtual (¡gracias!) y para empezar el periodo de prueba con uno de ellos.
Lo que ha ido bien
Ahora que he hecho un repaso de estos últimos 12 meses y puedo ver el 2017 en perspectiva, estoy en condiciones de hacer una lista de las todas las cosas que han salido bien durante el año, que han sido muchas.
Estas son algunas de las más importantes:
- He disfrutado de buena salud. Salvo alguna pequeña molestia muscular ocasional y un catarro en Navidades, en 2017 he estado sano como un roble. No he tenido que ir ni una sola vez al médico y estoy muy agradecido por ello.
- He pasado tiempo de calidad con mis amigos. La amistad es muy importante para mí, y este año estoy muy contento con ese aspecto de mi vida porque he podido ver a mis mejores amigos, he viajado con varios de ellos a Estados Unidos, África y Málaga, y los he juntado a casi todos por mi cumpleaños.
- He aprendido checo. En sólo 3 meses he pasado de saber algunas palabras sueltas en checo a tener un nivel A1 y poder mantener conversaciones muy básicas con otras personas, incluidos mis suegros. Al ser un lenguaje tan complicado ha sido un verdadero reto para mí, y estoy muy orgulloso de lo que he conseguido.
- He incorporado los estiramientos a mi rutina diaria. Estoy convencido de que nuestro rango de movimiento tiene un impacto directo en nuestra calidad de vida cuando somos mayores. Según vamos envejeciendo, vamos perdiendo movilidad poco a poco, y cuando queremos darnos cuenta caminamos encorvados, somos incapaces de hacer movimientos básicos como recoger un objeto del suelo y nos lesionamos cada dos por tres. Me gustaría poder utilizar mi cuerpo y ser autosuficiente hasta el día en que me muera, y por eso he empezado a hacer 20 minutos de ejercicios todas las mañanas para trabajar mi flexibilidad y mi movilidad. Todavía tengo cosas que mejorar en esta área, como el pasar menos tiempo sentado en una silla, pero siento que es un buen comienzo.
- He creado y lanzado un nuevo curso. A finales de enero lanzamos Encuentra tu Camino, un programa para ayudar a gente que no sabe qué hacer con su vida. Ha sido un curso muy difícil de diseñar, que ha requerido cientos y cientos de horas de investigación y de trabajo, pero estoy muy contento con el resultado. En esta primera edición tuvimos más de 80 alumnos, y a varios de ellos les ha cambiado la vida. Literalmente. Aun así, sabemos que hay muchos aspectos que se pueden mejorar, y por eso hemos empezado a trabajar ya en Encuentra tu Camino 2.0, que verá la luz después de Semana Santa.
- He publicado posts de los que me siento orgulloso. Aunque en 2017 no he escrito tanto como otros años, creo que los posts que hemos publicado (tanto míos como de autores invitados) son realmente top. Siempre que escribo un artículo sobre un tema intento crear el mejor material en español sobre ese tema, y estoy convencido de que lo hemos conseguido con los posts sobre fondos índice, contratar a un asistente virtual, tomarse un año sabático, empezar un negocio por Internet y entender lo básico sobre legalidad, fiscalidad e impuestos, entre otros.
- He duplicado los beneficios de Vivir al Máximo. Cuando mis padres se llevaron las manos a la cabeza porque había dejado mi trabajo como programador para dedicarme al mundo online sólo les pedí una cosa: paciencia. Si para conseguir un trabajo en Microsoft había necesitado 5 años de estudios, era justo que me diesen al menos 5 años de margen para ver si me iba bien con esto de montar un negocio por Internet. Hoy, casi 5 años después, los beneficios anuales de mi empresa han superado mi sueldo en aquella época… y eso viajando por el mundo, conociendo a gente increíble, pasando mucho más tiempo con mi familia y, en definitiva, siendo más feliz.
Lo que no ha ido tan bien
A pesar de los éxitos anteriores, no todo en 2017 ha sido perfecto.
También he tenido que enfrentarme a desafíos y ha habido cosas que no han salido tan bien como esperaba y que quiero mejorar:
- He vivido semanas de mucho estrés con Encuentra tu Camino. Para cumplir la fecha límite que me había marcado, las semanas anteriores al lanzamiento tuve que trabajar 12 horas al día, incluidos sábados y domingos. Estaba tan centrado en el curso que dormía mal y apenas le dedicaba tiempo a mi novia, y cuando se lo dedicaba mi cabeza estaba en otra parte. Luego, después del lanzamiento, tenía que grabar todos los vídeos del curso y al mismo tiempo atender a los alumnos… Al final mi cuerpo dijo basta y acabé petando de tanto estrés. Logré recuperarme y acabar el curso, pero lo pasé realmente mal (aquí te cuento más detalles).
- He viajado demasiado. A pesar de que viajar es una de mis pasiones, en 2017 me he movido tanto que he llegado a estar 6 o 7 meses del año sin parar más de 2 semanas seguidas en un mismo sitio. Esto no sólo ha sido cansado, sino que ha hecho que me haya resultado muy difícil el mantener una rutina de trabajo, algo imprescindible para afrontar cualquier proyecto complejo o para publicar regularmente.
- En ocasiones he confundido lo que quiero yo con lo que quieren los demás. Cuando te rodeas de gente que tiene un mismo objetivo (ganar mucho dinero, acelerar, hacer crecer su negocio), es fácil dejarte llevar y ponerte a perseguir ese objetivo sin pararte a pensar si realmente eso es lo que tú quieres y lo que te hace feliz. Me ha pasado varias veces este año, y aunque caer en esa trampa me ha llevado a «remar» durante muchas semanas en la dirección equivocada, al final siempre me he dado cuenta del error, he reconectado conmigo mismo y he acabo cambiando de rumbo.
- He «malgastado» una gran cantidad de tiempo en tareas de poco valor. En vez de centrarme al 100% en las acciones fundamentales (el tipo de trabajo que le cambia la vida a la gente, te hace sentir realizado y hace crecer un negocio), he dedicado cientos de horas a probar técnicas de marketing, trastear con herramientas y a hacer optimizaciones complejas e innecesarias que a la larga me han hecho perder todavía más tiempo. Justo el error que describo en este post.
Lecciones aprendidas
Por último, me gustaría cerrar este artículo compartiendo contigo algunas lecciones o conclusiones a las que he llegado a lo largo de este año, y que de alguna manera condensan lo que he aprendido en este 2017:
- Cuando tienes pareja no puedes hacer planes y organizarte pensando sólo en ti, como cuando estabas soltero, sino que también tienes que pensar en cómo esos planes le van a afectar a él o ella y a vuestra relación.
- Petarlo con un lanzamiento y facturar cientos de miles de euros en un mes está muy bien, pero hay que tener en cuenta el precio que estás pagando por ello. Si conseguir esas cifras significa dormir poco y mal durante varias semanas, dejar de hacer ejercicio, descuidar tu relación de pareja y perder varios años de vida por el estrés… ¿hasta qué punto merece la pena? Sobre todo si ya te va bien económicamente y ese dinero no va a marcar una gran diferencia en tu vida… ¿de verdad te compensa forzar la máquina? ¿O quizá te iría mejor yendo un poco más lento y relajado, aunque eso signifique sacrificar un porcentaje de los ingresos?
- La mayoría de la gente son «cazadores de oportunidades». Ven un piso que es un chollo y lo compran sólo porque está muy barato, no porque en sus planes esté el comprar un piso como ese. O les ofrecen escribir un libro y aceptan sólo porque «muy pocos tienen la oportunidad de que les publiquen un libro», no porque les apetezca de verdad o porque sea lo mejor para su vida y su negocio. Es importante entender que una oportunidad es sólo una oportunidad cuando te acerca a tus objetivos. Si no te acerca a ellos, es una distracción y hasta un lastre. Dedica tiempo a reflexionar sobre qué es lo que quieres y lo que te hace feliz, porque sólo cuando lo sepas podrás distinguir entre las verdaderas y las falsas oportunidades.
- Aunque en algún momento hayas tenido muy claro qué es lo que quieres (o incluso si lo tienes muy claro ahora mismo), detente a menudo y vuélvetelo a preguntar. «¿Qué es lo que quiero?» «¿Por qué estoy haciendo lo que estoy haciendo?» «¿Realmente me va a hacer más feliz?» Es muy fácil despistarse y empezar a correr en la dirección equivocada sin darse cuenta, o seguir persiguiendo un objetivo que en su momento tuvo sentido pero que ahora ya no lo tiene.
- Una pregunta que me ha dado mucha claridad y que me ha servido como guía en estos últimos meses del año: «¿Qué haría si no tuviese que preocuparme por ganar dinero?»
- En el mundo de los negocios se suele dar por hecho que hay que crecer, escalar, acelerar… pero la realidad es que ese no es el camino correcto para todo el mundo. Más grande (más empleados, más facturación, más complejidad) no es necesariamente mejor, así que en vez de acelerar «porque sí», decide cuál es el tamaño correcto para tu negocio y quédate ahí. Juega tu juego, no el de los demás.
- Más complejidad siempre significa más trabajo, más problemas y más tiempo dedicado a resolver esos problemas. Por eso, antes de elegir la solución compleja, asegúrate de que las ventajas van a compensar los inconvenientes. En general, simple es mejor. Menos pasos es mejor. Menos reglas es mejor. Menos casos especiales es mejor. ¡No añadas complejidad innecesaria a tu vida ni a tu negocio!
- Un paseo por el parque en solitario. Unas tapas con los amigos. Una sesión de entrenamiento intensa. Un proyecto en el que crees. Un viaje improvisado. Un amor de verano o una relación estable. Un buen libro, una buena canción o una buena película. Sé que suena a tópico, pero las mejores cosas de la vida son gratis o muy baratas. Por tanto, el foco debería estar en tener tiempo y libertad para disfrutar de ellas sin preocupaciones, en vez de perderte en otras distracciones.
- Soy un afortunado por poder vivir como vivo. Aunque he tenido que esforzarme mucho para llegar hasta aquí, soy muy consciente de la suerte que he tenido, y estoy constantemente agradecido por ello.
¡¡¡Feliz 2018!!!
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Foto: Señal 2017/2018