La semana pasada empecé mi tradicional revisión anual con un resumen del 2016, en el que te conté cómo había sido mi año mes a mes, y lo comparé con los 5 temas que me había marcado en enero, para ver si había sido coherente con mis prioridades.
Hoy quiero continuar con el proceso de revisión evaluando tanto el último trimestre del año como el año 2016 a nivel general, y haciendo una recopilación de las lecciones más importantes que he aprendido en los últimos 12 meses.
Revisión del cuarto trimestre del año
Cosas que han salido bien
1. He disfrutado mucho de mi estancia en Praga
A principios de octubre alquilé un Airbnb en Praga hasta finales de diciembre, y me mudé de manera permanente a la capital de República Checa.
Hasta entonces sólo había estado allí unos días de visita, así que no sabía cómo iba a ser el convivir a diario con el frío y con el idioma checo, pero después de 3 meses en la ciudad debo decir que ha sido una experiencia fantástica.
Praga es una ciudad preciosa, barata y muy manejable, con un sistema de transporte público top. Hay una gran comunidad internacional, con gente joven de todos los países, y la mayoría de los autóctonos hablan suficiente inglés como para entenderse con ellos. La comida está rica, sobre todo las sopas, y la cerveza todavía más, y todos los fines de semana hay festivales y eventos culturales. Además, está muy bien situada en el centro de Europa, lo que hace que sea muy fácil desplazarse a otros muchos países en tren o en avión.
Por último, comentarte que República Checa es el país europeo con menos desempleo, y que en Praga concretamente no hay paro. Así que, si sabes hablar inglés y estás buscando trabajo, deberías considerar la opción de mudarte a esta ciudad.
Muchas empresas internacionales han trasladado a Praga su sede europea, y no consiguen encontrar trabajadores cualificados porque hay más demanda que oferta. Y saber español es un plus, porque a veces esas empresas necesitan a alguien que pueda comunicarse con sus clientes en la península.
Para que te hagas una idea, dos amigos míos, uno con un FP de administración y otro con ADE, se vinieron aquí sin nada, y los dos encontraron trabajo en una empresa americana nada más llegar. Hoy, 2 años después, cobran más de 2.000€ al mes y están encantados.
2. He aprendido un poquito de checo
Como es muy posible que mi relación con la República Checa dure muchos años (luego verás por qué), cuando me mudé a Praga decidí aprender un poco de checo. Al menos unas cuantas palabras básicas para poder entender el menú en los restaurantes y pedir 100 gramos de beicon (slanina) en el supermercado.
Para aprender el idioma he seguido el método de Gabriel Wyner de Fluent Forever, que aboga por crear y utilizar flashcards para memorizar las distintas partes del lenguaje: primero los sonidos, luego las palabras y luego la gramática.
Yo me he quedado en las palabras, pero estoy muy contento con mis progresos.
Lo primero que hice fue aprender a leer en checo. Es un idioma que se pronuncia como se lee, así que sólo tienes que aprenderte los sonidos y una serie de reglas de pronunciación para poder leer cualquier frase correctamente. Los sonidos son prácticamente los mismos que los que tenemos en español, salvo en el caso de la ř y de las vocales suaves como la t', así que no es tan complicado como parece.
Después de los sonidos me puse con las palabras, que son otra historia. La mayoría son completamente distintas a las nuestras, así que no me quedó más remedio que tirar de memoria pura y dura. Tomé como base la lista de 625 palabras más usadas en inglés, para adquirir un vocabulario base, y fui añadiendo por mi cuenta algunas palabras útiles para mi día a día que me interesaba aprender. Más o menos voy por la mitad, pero ya me sé los días de la semana, los números, los colores, las partes del cuerpo, las prendas de vestir… y todo lo relacionado con comida, por supuesto 😀
Aunque todavía no puedo tener una conversación en checo, estoy muy satisfecho con todo lo que he aprendido. ¡Ir por la calle, entrar a un restaurante o ir al supermercado y poder descifrar muchas de las frases y palabras que antes parecían jeroglíficos es algo mágico! Además, la experiencia en sí de aprender un nuevo idioma desde cero ha sido muy divertida.
En 2017 seguiré mejorando mi checo 🙂
3. La Fiesta VAM 2016 fue todo un éxito
El sábado 19 de noviembre tuvo lugar la Fiesta VAM 2016 en Madrid.
Era la segunda vez que organizaba este evento y el listón estaba muy alto… pero creo que lo superamos con creces.
La primera Fiesta VAM fue en 2014, y nos juntamos 120 personas a cenar en un restaurante. Luego, cuando cerraron a las 2 AM, una parte del grupo continuó la noche en el Ocho y Medio.
En esta segunda Fiesta VAM nos hemos juntado 170 personas de toda España y parte del extranjero, y el evento ha tenido dos partes: un desayuno-networking por la mañana y una cena con catering y discoteca por la noche. Y a diferencia de la última vez, este año sí que tuvimos nuestros propios locales sólo para nosotros, y no hubo que caminar por Madrid de madrugada para desplazarse de un lado a otro.
Salvo algunos pequeños detalles, el evento fue todo un éxito. Adri y yo curramos como animales, pero la gente quedó encantada y se creó un grupo increíble.
Especialmente acertado fue el incluir el networking por la mañana en vez de sólo hacer la fiesta. Eso permitió que la gente se conociese antes de que llegase la noche, y que los lectores con compromisos familiares o que no son mucho de fiestas también pudiesen participar.
Lo único malo es que ahora el nivel está todavía más alto que antes, y va a ser complicado hacer una fiesta mejor el año que viene, pero seguro que se nos ocurre algo 😉
4. Vidas VAM también fue un éxito
Además de la Fiesta, en noviembre publiqué el episodio piloto de Vidas VAM, un nuevo proyecto con el que pretendo contar la historia de lectores de Vivir al Máximo con un perfil distinto al mío que también han logrado cambiar su vida.
La primera invitada fue Ana Sastre, una Ingeniera Industrial de Sevilla que no era feliz trabajando en Abengoa y que se reinventó como consultora de marketing para psicólogos y coaches, y debo decir que el experimento fue todo un éxito.
A la gente le encantó el video, se compartió muchísimo por las Redes Sociales y el feedback fue muy positivo.
Está claro que tengo que crear algo así, pero todavía no sé si mantener el formato vídeo o convertirlo en un podcast. El video conecta más con la gente, pero requiere mucho más tiempo, trabajo y dinero, y además Adri, que es la que se encarga de todo el tema audiovisual, se va marcha a vivir fuera en 2017 y no podrá grabar a nadie más en España.
5. Me he sentido menos estresado respecto al trabajo
Durante el tercer trimestre del año me dio la sensación de que estaba trabajando demasiadas horas, así que este trimestre he probado dos cosas.
La primera ha sido medir cuantas horas trabajo realmente utilizando Toggl.
Al hacerlo descubrí que, incluso los días que más trabajo, rara vez supero las 8 horas.
Me parecía que trabajaba mucho porque había veces que seguía delante del ordenador a las 7 u 8 de la tarde, pero en realidad había tenido un día muy relajado: había empezado a trabajar a las 9:30 AM; luego me había ido una hora a comer fuera y me había echado una siesta; también había ido al box de Crossfit a entrenar…
Vamos, que si lo que quiero es tener más tiempo libre por la tarde/noche, por ejemplo, lo que tengo que hacer era tomarme las cosas con menos calma y ser más productivo por las mañanas, no trabajar menos.
La segunda ha sido quitarme la obligación auto-impuesta de tener que publicar un post de calidad todos los lunes.
Esa rutina me había funcionado bien durante los inicios del blog, pero los últimos meses me estaba causando estrés, estaba contribuyendo a la sensación de trabajar demasiado y me estaba quitando tiempo para otro tipo de proyectos más importantes, así que no tenía sentido seguir manteniéndola.
Tomar esta decisión ha sido una liberación. Me ha quitado muchísima presión y me ha permitido centrarme a fondo en nuevo curso en el que estoy trabajando.
Es cierto que no he publicado tantos artículos como otros trimestres, pero he estado más tranquilo y he podido centrarme en otros aspectos del negocio que también son muy importantes.
6. He avanzado mucho en mi nuevo proyecto
Desde el mes de agosto he estado trabajando con Adri en un nuevo curso.
Es un curso que llevaba mucho tiempo queriendo lanzar, pero con el que no me había puesto todavía porque se ocupa de un problema muy complejo y no me veía capaz de crear algo que cumpliese con mis estándares de calidad… hasta ahora.
Con una nueva integrante en el equipo de Vivir al Máximo y con la experiencia acumulada de estos últimos años, por fin me sentía en condiciones de crear el mejor curso del mercado sobre esa temática, así que en verano me puse manos a la obra con ello sin saber muy bien cuál iba a ser el resultado final.
Hoy, varios meses después, la primera versión del curso está casi lista, y estoy muy orgulloso de cómo está quedando. De todo lo que he creado hasta ahora esta es sin duda mi obra maestra, y estoy seguro de que le va a cambiar la vida a mucha gente.
Todavía no puedo darte más detalles, pero estate muy atento al e-mail y al blog porque en dos o tres semanas te invitaré a un evento en directo en el que te explicaré exactamente en qué consiste este nuevo proyecto 🙂
Cosas que no han salido tan bien
Estoy muy contento con este 4º trimestre del año.
Obviamente no ha sido perfecto, y habría cosas que podría haber hecho mejor (aprender más checo, conocer a más gente nueva en Praga…), pero no hay ningún aspecto importante que me haya causado problemas o que quiera corregir de cara a los próximos 3 meses.
He avanzado mucho a nivel profesional y también estoy muy satisfecho con cómo ha salido todo a nivel personal, así que voy a dejar esta sección en blanco.
Cuando lo negativo no es importante, ¡mejor centrarse en lo positivo e intentar mantenerlo o incrementarlo todavía más! 🙂
Revisión general del año 2016
Cosas que han salido bien
1. He tenido buena salud
Salvo la gastroenteritis de Brasil, una semana en septiembre que tuve ardor de estómago y algún pequeño problema muscular, en 2016 he estado sano como un roble. ¡Ni siquiera me he resfriado a pesar del frío asesino de Praga!
Para mí no hay nada más importante que la salud, y por eso doy gracias por cada día que puedo disfrutar sintiéndome bien y sin enfermedades.
2. Me he echado novia
Si te preguntabas por qué este año he viajado tantas veces a la República Checa y me he mudado a Praga durante el último trimestre, ya sabes cuál es la respuesta: por amor.
Después de casi 4 años soltero, he conocido a una chica checa que me gusta de verdad y con la que me entiendo de maravilla.
Nos conocimos por CouchSurfing en Barcelona, y justo dio la casualidad de que un par de meses más tarde tenía programado un viaje a Praga con unos amigos, así que nos volvimos a ver allí. Luego ella tenía planeado pasar la Nochevieja en España, así que hicimos un viaje juntos. Luego fui yo a verla a Praga…
Y así, poco a poco, la cosa fue evolucionando hasta convertirse en una relación
Estoy muy feliz conmi chica, y espero seguir así por muchos años.
3. El negocio ha seguido creciendo
Por tercer año consecutivo, en 2016 he conseguido doblar el volumen de facturación de Vivir al Máximo a pesar de no haber creado ningún nuevo producto.
Lo he conseguido principalmente actualizando los textos de la web para incrementar el porcentaje de suscripción a la lista de correo, mejorando el embudo de ventas de Idea2Blog, y gracias a un par de campañas de afiliados que me han funcionado muy bien.
Pero lo más importante no es sólo que haya crecido la facturación, sino que también han crecido el equipo (Adri) y la lista de correo (42.000 subscriptores), y he renovado algunos de los activos y sistemas clave del negocio, sentando las bases para poder seguir creciendo.
4. He tenido tiempo para viajar y para las personas importantes
Vivir al Máximo ha crecido, pero sin sacrificar mi vida personal.
Este año he viajado un montón, he conocido varios países y ciudades nuevas que no conocía, he hecho un montón de cosas con mis amigos, le he dado caña al Crossfit, y he podido pasar tiempo con mi novia y familia.
5. He disfrutado de las pequeñas cosas
Normalmente en este tipo de evaluaciones sólo incluimos las «grandes cosas», las que más llaman la atención, pero creo que las pequeñas cosas también son importantes.
Estas son algunas que me vienen a la mente de este año:
- Ver la final de la Superbowl en Barcelona con mi amigo Joan Tubau (aunque el partido no fuese muy bueno)
- Ir a cenar a Tickets y comerme un auténtico chuletón vasco en Vizcaya
- Hacer ala delta en Río de Janeiro
- Conocer las mejores bodegas de La Rioja y probar sus vinos
- Ver a Los Suaves en uno de los conciertos de su última gira
- Asistir a un concierto de Ludovico Enaudi
- Descubrir el placer de salir a caminar
- Preparar mi propio kéfir
- Que un montón de amigos vinieran hasta Praga para celebrar conmigo mi cumpleaños
- Hacer mis primeras inversiones riesgo a través de Fintech Ventures y de Civeta Investments
Todos estos pequeños momentos y otros muchos que no he incluido en la lista han sido clave para hacer de 2016 un año inolvidable.
Cosas que podrían haber ido mejor
1. He cometido demasiados errores tontos
Este año he hecho muchas cosas bien, pero también he metido la pata en varias ocasiones.
Algunos ejemplos:
- Cuando estuve en Brasil compré dos billetes de avión para la fecha equivocada, y no me di cuenta hasta unas horas antes. En ambos casos tuve que comprar billetes nuevos, y dedicar varias horas a cancelar los alojamientos que teníamos y buscar otros diferentes que no estuviesen ocupados.
- Unos meses más tarde, en Indonesia, llegamos tarde al barco en Islas Gilli – Bali, y perdimos nuestro vuelo a la Isla de Flores. No había más vuelos a Flores hasta 3 días más tarde y teníamos un tour contratado al día siguiente, así que nos perdimos el inicio del tour, tuvimos que hacer nuevos planes en Bali y comprar un nuevo vuelo hasta Flores.
- El día antes de la Fiesta VAM, nos enteramos de que los precios del local y del catering que habíamos reservado no incluían el IVA, y nosotros habíamos hecho nuestras cuentas pensando que sí. Ya era demasiado tarde para cambiar nada, así que no me quedó más remedio que poner ese dinero del bolsillo.
Todos estos despistes, que podrían haberse evitado fácilmente, me han costado en total varios miles de euros y han supuesto cientos de horas perdidas.
No es el fin del mundo, pero sí que quiero ser más cuidadoso con este tipo de cosas de cara el futuro.
2. He gastado más de la cuenta
Este 2016 he gastado mucha pasta.
La mayoría de ese dinero lo he invertido en Vivir al Máximo (el rediseño, las nuevas herramientas, el sueldo de Adri…), y estoy muy contento con los resultados. Sin embargo, echando la vista atrás, creo que algunos de esos gastos hubiesen sido prescindibles. No porque no hayan valido para nada, sino porque no han aportado suficiente valor en relación a lo que han costado.
Igual que he dicho en el punto anterior, no es el fin del mundo, y a mi favor tengo que era la primera vez que contrataba ciertos servicios. Pero ya he aprendido la lección de cara al futuro.
En general, me da la impresión es que este año he sido poco cuidadoso con mi dinero. Como me iba bien económicamente, no he vigilado lo suficiente mis gastos, y al final he gastado más de la cuenta en cosas innecesarias para mí o mi negocio.
Esto es algo que quiero cambiar, porque no tiene sentido aumentar tus ingresos si también aumentas tus gastos en tonterías.
Tanto si te va bien como si te va mal, hay que cuidar cada euro e invertirlo sabiamente en aquello que realmente necesitas.
3. He sido poco serio con mis horarios de trabajo
No sé si a alguien más que tenga un negocio online le pasa esto, pero como trabajo desde casa y tengo unos horarios flexibles, a veces la gente da por supuesto que puedo adaptarme a lo que a ellos les venga mejor en todo momento. Como si sus horarios fuesen más importantes que los míos por el simple hecho de que no los han elegido y no pueden cambiarlos.
Me encanta la flexibilidad que me da mi estilo de vida, pero también necesito jornadas de trabajo ininterrumpido para poder sacar adelante proyectos importantes, y a veces hubiese necesitado respetar más los horarios que me había marcado para poder cumplir con los deadlines y estar más tranquilo.
Tendría que haber dicho más a menudo «lo siento, a esa hora o esos días no puedo porque estoy trabajando, pero a partir de tal otra hora o fecha me viene perfecto», dejando claro que flexibilidad no significa adaptarme siempre a los planes de los demás, sino poder hacer mis propios planes. Planes que tengan en cuenta mis relaciones con los demás, por supuesto, pero también mis preferencias y objetivos.
Una opción que quizá explore en 2017 es la de trabajar en un coworking cuando esté fijo en una ciudad. Creo que el hecho de estar en una oficina en vez de en casa puede hacer que la gente respete más las horas que haya elegido para trabajar, y que yo también las respete más, en el sentido de mamonear menos y aprovechar más el tiempo. Además, un coworking es un buen lugar para conocer a gente interesante y con un estilo de vida similar al mío.
Lecciones aprendidas
1. Segundas partes… son diferentes
Este año he repetido varios planes de años anteriores de los que guardaba muy buenos recuerdos: Brasil, Tomorrowland, los Carnavales de Colonia…
Y aunque lo he vuelto a pasar muy bien en todos esos sitios, no ha sido lo mismo.
Creo que hay algo mágico en la primera vez que vas a un lugar o haces algo, porque todo es nuevo y sorprendente y no tienes ningún tipo de expectativa. Sin embargo, cuando repites, es inevitable comparar inconscientemente la nueva experiencia con el pasado. Y eso puede ser un problema si esperas sentirte igual que la última vez.
Con esto no quiero decir que sea malo repetir planes. ¡Para nada! Simplemente quiero recalcar que la primera vez y el resto aportan cosas muy diferentes.
La primera vez es mágica, porque implica la creación de un recuerdo totalmente nuevo, y eso siempre es algo especial.
Por el contrario, repetir no es tan apasionante, pero te aporta otro tipo de experiencias y satisfacciones que sólo se consiguen cuando uno profundiza en un lugar o actividad.
2. Incluso si sabes hacerlo todo por ti mismo, es necesario delegar
Hasta hace poco, creía que sólo necesitaba contratar a otras personas para aquellas tareas que yo no supiese hacer o que no se me diesen especialmente bien.
Sin embargo, este año me he dado cuenta de que ese es un razonamiento erróneo.
Nuestro tiempo es un recurso limitado, y hacer algo implica inevitablemente renunciar a hacer otras cosas. Eso significa que siempre estamos eligiendo qué es lo que preferimos hacer.
Si decides hacer algo sólo porque sabes hacerlo, no estás utilizando tu tiempo de una manera óptima, porque automáticamente estás renunciando a otras tareas más productivas o satisfactorias.
Tiene mucho más sentido, en caso de que te lo puedas permitir, dedicar tu tiempo a las actividades que más te gustan, que más te acercan más a tus objetivos o que te permiten aportar más valor (y ganar más dinero), y pagar a otras personas para que hagan el resto por ti… aunque tú también sepas hacerlas.
No sólo es positivo en términos de productividad, sino que también es bueno para tu salud mental y tus niveles de felicidad.
3. El feedback negativo duele, pero te permite mejorar
A todos nos gusta que nos digan lo buenos que somos y lo bien que hacemos las cosas, pero son los comentarios constructivos sobre lo que no estamos haciendo bien los que nos permiten mejorar.
Cuando lancé la nueva web de Vivir al Máximo pedí feedback a los lectores, y muchos de ellos me indicaron honestamente los aspectos del rediseño que no les habían gustado.
Leer esas opiniones negativas no me hizo ninguna gracia. Después del curro que me había pegado, lo que quería era que todo el mundo me dijese que le encantaba el resultado. Sin embargo, después del cabreo inicial, me di cuenta de que llevaban razón e hice los cambios necesarios, y gracias a eso el diseño final mejoró mucho.
Si te soy sincero, odio que me digan que he hecho algo mal. Aun así, siempre pido feedback en todo lo que hago –aunque al principio escueza– porque es la única forma de darme cuenta de mis errores y corregirlos.
4. El descanso también es parte de la creatividad
Esta lección ya la había aprendido hace un par de años, pero no está de más recordarla porque es muy importante.
Cuando trabajas por tu cuenta haciendo algo creativo que te gusta, es fácil dejarte llevar, dedicarle demasiadas horas y acabar quemándote.
A mí me pasó hace un par de años en Argentina, y casi me ha vuelto a pasar este año después de la paliza que me pegué en junio para acabar los dos grandes proyectos que tenía abiertos. Terminé fundido y sin ideas, incapaz de escribir ni un sólo párrafo.
La solución pasa por conocerte a ti mismo (tu «yo personaje») para saber hasta donde puede dar de sí, e ir dosificándote y descansando según sea necesario para no llegar nunca al punto de burn out.
Hay mucho debate en el mundo del blogging sobre si es necesario o no cogerse vacaciones, pero yo he descubierto que, al menos para mí, el desconectar por completo durante al menos un mes es necesario.
5. Saber decir que no es el secreto del éxito
Este año han llegado a mi e-mail todo tipo de oportunidades interesantes (charlas, cursos, colaboraciones…), pero las he rechazado casi todas.
¿Por qué? Porque no estaban alineadas con mis objetivos.
Cuanto mejor te va, más puertas se te abren y de más opciones dispones, y si no tienes claras tus prioridades puedes acabar dedicando todo tu tiempo a actividades poco importantes en vez de a aquellas que te hicieron tener éxito en primer lugar.
De ahí que sea clave saber qué es lo que quieres. Porque si no lo sabes, serán otros los que controlen tu vida.
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¡Eso es todo por mi parte! Ahora te toca a ti 🙂
¿Qué ha ido bien y no tan bien este último trimestre del año? ¿Y durante el 2016 en general? ¡Cuéntamelo en los comentarios!
Foto: Pasándonoslo bien en la fiesta VAM 2016