“No hay cosa más triste en la vida que el talento malgastado”
— Lorenzo a su hijo Calogero en Una historia del Bronx
Este post es importante. Va dirigido a todas aquellas personas que tienen muchísimo potencial pero que han preferido conformarse. A aquellas personas que podrían hacer grandes cosas con sus vidas pero han preferido bajar los brazos y tirar la toalla.
Quizá tú seas una de ellas. Si ese es el caso, considera lo que vas a leer un toque de atención; una bofetadita en la cara; una sacudida de hombros para que reacciones y hagas algo de una maldita vez.
He escrito este post pensando en aquel chico brillante que ahora trabaja a tiempo parcial en un gimnasio del centro, machacando su cuerpo con 4 horas de ejercicio diario por 500 euros al mes. Aunque sabe que podría aspirar a mucho más, prefiere vivir con sus padres y gastar todo su dinero y tiempo libre en fiestas y excesos.
En aquella chica de sobresalientes que ha acabado en una factoría de software haciendo tareas facilonas que apenas le exigen un 10% de su capacidad intelectual. Acaba lo que le pide su jefe en 4 horas, y las 4 restantes las malgasta chateando y navegando por Internet mientras sueña con hacer algo grande.
En aquel joven que tenía un energía inagotable y que ahora llega a casa anulado, con las fuerzas justas para calentarse un plato de comida precocinada en el microondas, ver la tele y meterse en la cama. Todo lo que hace de lunes a viernes es meter a mano facturas en el ordenador. De vez en cuando se plantea por qué narices tuvo que matarse 5 años en la universidad para acabar haciendo una tarea que podría haber aprendido en 1 semana.
He escrito este post para esas 3 personas (ellos saben quiénes son) y para muchas otras se encuentran en una situación similar: están en un callejón sin salida.
¿Quieres seguir así el resto de tu vida?
Piensa en tu día a día.
¿Te gusta lo que ves? ¿Es esa la vida que quieres llevar dentro de 5 años? ¿Dentro de 10?
Sabes que tu situación no es sostenible. Que vender las mejores horas de cada día por 900 euros al mes no es compatible con ese futuro que anhelas. Que si sigues así y acabas teniendo una familia, no tendrás tiempo ni energía para salir a tomar una cerveza con tus amigos o para disfrutar de tu pareja.
Estás en un callejón sin salida, y sin embargo llevas años sin mover un dedo.
Hasta cuándo, me pregunto. ¡Hasta cuando vas a seguir así! ¿Hasta que te despidan? ¿Hasta que tengas un accidente grave que te haga replantearte tus prioridades?
Hazte un favor a ti mismo y empieza a valorar tu tiempo como es debido, porque no vas vivir eternamente.
¿Pueden mejorar las cosas?
Las cosas no van bien, pero si te esfuerzas al máximo e inviertes tiempo y dinero la situación mejorará… ¿o no?
¿Qué ocurriría si te hicieses el mejor del mundo en tu trabajo? ¿Si fueses capaz de meter facturas en el programa más rápido y con menos errores que nadie?
Te lo voy a decir yo: NADA. Quizá tu jefe te daría una palmadita en la espalda y un taquito extra de facturas, pero seguirías conservando tu sueldo de mileurista y llegando a casa reventado a las 8 de la tarde. Al fin y al cabo, ¿a quién le importa que seas capaz de pasar facturas un 15% más rápido que la media?
Pero no seamos negativos. Imagínate que en tu empresa sí que se dan cuenta de tu esfuerzo y te ascienden. ¿Qué te espera en ese caso?
Sí, tendrás más responsabilidad, un título importante con la palabra “senior” en la descripción de tu puesto y en algunos casos (no en todos) un mejor sueldo, pero… ¿qué más? ¿Más estrés? ¿Más horas en la oficina? ¿Peor relación con los compañeros?
Lo único que te vas a encontrar, de nuevo, son callejones sin salida que acabarán empeorando tu calidad de vida a costa de más horas de trabajo.
Piensa en ello, porque es importante. ¿Va a mejorar realmente tu situación, va a empeorar o se va a quedar más o menos igual? Y más importante todavía: ¿es eso lo que quieres?
Si hagas lo que hagas las cosas no pueden ir a mejor, estás en un callejón sin salida.
¿Estás avanzando?
La vida es movimiento. Lo que se queda quieto mucho tiempo se pudre, como el agua apestosa de un pantano.
Si lo único que te llevas después de un mes de trabajo es un mes de salario, entonces estás estancado.
¿Estás aprendiendo algo nuevo cada día? ¿Enfrentándote a nuevos retos fuera de tu zona de confort que te hagan crecer como persona? ¿Estableciendo relaciones con los demás? Resumiendo: ¿Estás avanzando?
Quizá intentas callar esa vocecita interior diciéndote que “estás ganando experiencia”, pero tú y yo sabemos que aprendiste todo lo necesario en tu primer mes de trabajo. Realmente esos 5 años de experiencia son más bien 1 mes de experiencia + 5 años de repetición mecánica. Qué desperdicio.
Ganar un sueldo es necesario para vivir, pero si además de recibir ese sueldo construyes, aunque sólo sea un ladrillo cada día, unos años más tarde tendrás una casa cómoda y calentita en la que vivir y refugiarte.
Al final de un callejón de salida sólo hay una pared gris y sucia. No existe la posibilidad de avanzar ni de construir.
¿Te importa lo que haces?
Tu trabajo es una forma de expresión, la herramienta que tienes para construir tu mundo ideal, y no debes desaprovecharla.
¿Cómo te sientes cuando te levantas por la mañana? ¿Lleno de energía y con ganas de empezar el día que tienes por delante, o asqueado solo de pensar en lo que te espera en las próximas horas?
¿Cómo te sientes cuando llegas a casa? ¿Satisfecho con lo que has hecho, o vacío y agotado?
Cuando no crees en lo que haces y te la suda completamente el proyecto en el que estás trabajando, tu empresa y tus compañeros, estás en un callejón sin salida y condenado a ser infeliz. Te conviertes en un mercenario que se vende al mejor postor.
Ojo, que no te estoy diciendo que el autoempleo es el camino, que te veo venir. Puedes ser igual de miserable trabajando por tu cuenta que trabajando en una empresa. Te estoy hablando de la diferencia entre trabajar en algo que odias y en un proyecto alineado con tus valores. De la diferencia entre trabajar PARA otros y trabajar CON otros.
¿Estás orgulloso de tu trabajo? ¿Sientes que estás contribuyendo a hacer del mundo un lugar mejor? Porque ese es el único secreto para llenar el vacío que sientes.
¡Escapa!
Si te encuentras en estos momentos en un callejón sin salida, deberías tener una única cosa en la cabeza: salir de allí lo antes posible.
Considéralo una obligación moral. Te lo debes a ti mismo y a todos aquellos que no han tenido la misma suerte y recursos que tú.
Sé que no es sencillo. Tienes facturas que pagar y necesitas ese sueldo para poder comer. Por eso no te voy a decir que te largues mañana mismo (se piensa muy mal con presión económica), sino que hagas las cosas poco a poco y con cabeza.
Si estás en esta situación y quieres saber cómo escapar cuando no encuentras salida a tu situación actual, te recomiendo seguir estos 5 pasos. Tómatelos con calma, no necesitas que esa presión económica acabe destruyéndote.
1. Identifica lo que quieres
¿Cuál sería tu trabajo ideal? ¿Trabajarías para ti o para una empresa? ¿Qué empresa sería? ¿En qué proyecto? ¿Qué horario tendrías? ¿Cuánto cobrarías? No te limites, pero tampoco te pongas una meta inalcanzable.
Sorprendentemente, la mayoría de la gente nunca se para a pensar qué es lo que quiere. Si consigues dar este paso, le llevarás ventaja al 95% de la población.
2. Haz una lista de lo que necesitas y de cómo conseguirlo
¿Que necesitas aprender? ¿Cómo puedes aprenderlo? Salvo que quieras ser médico o arquitecto, no pienses en títulos universitarios, sino en lo que debes demostrar para poder hacer lo que quieres hacer.
3. Utiliza todos tus recursos
Ahora que ya sabes lo que necesitas, dedica todo tu tiempo libre y tu dinero a conseguirlo. Sabes que es tu única opción. Tu situación actual no es sostenible y nadie va a venir a salvarte. No hacer nada es posponer el problema.
Haz lo que tengas que hacer. Come arroz y espaguetis para ahorrar dinero para libros; diles a tus amigos que estás enfermo para que no te llamen para salir; estudia en la oficina cuando hayas acabado tu tarea. Pero no pienses en otra cosa. Escapar es tu único objetivo y tu única prioridad.
Tu mayor desafío será sacar tiempo y energía para dedicarte a ello. No es nada fácil concentrarse después de 10 horas de trabajo, pero no tienes otra alternativa. Si de verdad quieres hacer esto, encontrarás la manera.
4. Abraza el pluriempleo
Cuando sepas y tengas todo lo necesario, empieza tu nuevo trabajo sin abandonar el callejón (de momento):
- Si es un negocio propio, ponlo en marcha. Te ayudará a saber si es lo que esperabas y si el autoempleo es para ti.
- Si es un trabajo para otra empresa, intenta que te hagan una oferta de trabajo. Ponte en la piel de la persona que va a decidir si te contratan: ¿qué problemas tiene? ¿qué busca? ¿cómo puedes dárselo tú?
5. Da el paso
Juega siempre sobre seguro. Cuando tengas una oferta en firme o tu negocio esté generando suficientes ingresos, despídete del oscuro callejón y dedícate a tu nuevo trabajo a tiempo completo.
¡Enhorabuena, has conseguido escapar! 🙂
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Obviamente, abandonar el callejón sin salida no es fácil ni rápido. Nunca te dije que lo fuese. El plan que te acabo de dar no es más que una guía, y mejor no busques recetas paso a paso porque no las hay. Esta vez te va a tocar pensar por ti mismo en vez de seguir órdenes a ciegas.
Lo que sí te digo es que se puede conseguir. Por muy mal que esté la economía, por muy oscura que parezca la situación, siempre hay una alternativa. SIEMPRE.
El problema es que saber qué hacer cuando no ves la salida es difícil y supone un cambio total en tu vida. Y eso es algo que la mayoría prefiere evitar, manteniéndose en su monótona vida durante años e incluso décadas. Pero cambiar no es imposible.
Conozco a varias personas que lo han logrado. A unos les ha costado más y a otros menos, pero todos viven con una sonrisa permanente en la cara y coinciden en una cosa: valió la pena.
Así que, ¿a qué estás esperando? Sal ahí fuera y haz que tu vida cuente.
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La foto es un fotograma de Una historia del Bronx, una obra maestra que si no has visto todavía deberías ver cuanto antes.