A los 18 años tuviste que elegir una carrera para poder acceder a un trabajo “fijo”. Te contaron que era una de las decisiones más importantes de tu vida porque de ella dependía tu futuro profesional.
Quizá lo que te gustaba entonces ya no te gusta tanto, existen a tu alrededor otras opciones mejores, y te das cuenta de que si volvieras atrás quizá hubieras estudiado otra cosa.
Estás mal, no te motiva el trabajo y sientes que estás tirando tu talento por la borda, por eso quieres probar algo nuevo y cambiar de profesión.
Pero vas posponiendo tu decisión porque “la cosa está complicada”, por la inercia o por el miedo a quedarte sin nada.
Y es que mientras pasen más días en la misma situación, más difícil será hacer un cambio.
En este post quiero ayudarte a dar el paso que tanto deseas para empezar a recorrer tu nueva carrera profesional.
¿Por qué cambiar de profesión?
Esta es la pregunta que tienes que hacerte. Y es que no es suficiente con estar mal en tu trabajo. Cambiar de profesión es un paso importante que no debes tomar a la ligera.
Realmente tienes que sentirte mal durante un tiempo, no tener motivación por tu profesión y no ver otra salida que cambiarla.
Esto puede ocurrir por diferentes causas como un mal jefe, una mala remuneración o un empleo poco desafiante.
Sin embargo, para saber realmente el porqué de tu decisión deberías preguntarte cómo te sientes con tu profesión:
- ¿Te gusta tu profesión?
- ¿Te gusta tu trabajo actual?
- ¿Disfrutas lo que haces?
- ¿Estás motivado con tu trabajo?
- ¿Te gustaría continuar tu profesión en otra empresa?
Reflexiona, contesta a las preguntas con detalle y evalúa si realmente quieres cambiar de profesión o solo de empleo. Entonces te darás cuenta de cómo de grande tiene que ser el cambio.
¿Cómo elijo mi nueva profesión?
Espera un momento, cierra los ojos y piensa en qué harías si pudieras elegir una profesión:
¿Qué es lo más importante para ti? ¿Qué te motiva? ¿Qué te hace sentir valorado?
Analiza de qué privilegios estarías dispuesto a prescindir: horarios fijos, estabilidad, vivir en determinada ciudad, etc.
Y qué características son innegociables, es decir, busca cuáles son los “musts” que debería tener tu nueva profesión.
Pregúntate cómo te gustaría que fueran las condiciones laborales:
- ¿Prefieres teletrabajar o asistir a una oficina?
- ¿Te gusta gestionar equipos, que te guíen o prefieres ir a tu bola?
- ¿Eres de horario fijo o flexible? ¿Cómo llevas la conciliación familiar?
- ¿Prefieres hacer tareas similares entre sí o necesitas retos nuevos?
- ¿Eres de salario fijo, variable o por resultados?
Las respuestas a estas preguntas te ayudarán mucho a conocer tus preferencias laborales y saber en qué tipo de trabajo podrías encajar o si es necesario que crees tu propio proyecto.
Te pongo un ejemplo. Hace 10 años era difícil que un empleado pudiera trabajar desde su casa. Hoy en día es posible y muchas empresas lo ofrecen.
Qué hacer antes de cambiar de carrera profesional
Antes de cambiar de profesión, necesitas planificar bien tus pasos a seguir. Si lo que buscas es una profesión con alta demanda, ten en cuenta los perfiles tecnológicos, como expertos en big data, en ciberseguridad o en posicionamiento web (SEO).
Si esta rama no te llama, mejor opta por otra que sí lo haga. Estamos buscando una profesión que te llene, y así no volver a equivocarnos al elegir.
Por lo tanto, el camino antes de cambiar de profesión debería ser:
- Anota tus puntos fuertes: siempre hay una, dos o tres áreas en las que uno destaca de forma natural. Identifícalas y tenlas presentes.
- Busca una profesión que te ilusione: teniendo en cuenta tus puntos fuertes, analiza el mercado en busca de una profesión que te motive.
- Ten en cuenta su viabilidad económica: algunas profesiones pueden ser apasionantes pero es difícil encontrar trabajo, más allá de dar clase o escribir libros. Por ejemplo, como historiador o filósofo.
- Prepárate para aprender: aunque esté alineada con tus puntos fuertes, cambiar de profesión exige formarse. Tendrás que adquirir nuevos conocimientos.
- Ponte en marcha: haz contactos, conoce gente del sector, asiste a eventos. En definitiva, sumérgete en el mundillo y busca trabajo.
Cómo cambiar de profesión en 7 pasos
Para cambiar de profesión debes seguir estos pasos:
1. Confirma que quieres cambiar de profesión
Como hemos visto en el apartado ¿Por qué cambiar de profesión?, es posible que tu malestar no tenga que ver con ella sino con las condiciones de tu trabajo actual.
Un mal ambiente laboral, la imposibilidad de un ascenso o la ejecución de tareas muy repetitivas puede ser la causa de tu aflicción.
Piensa en si te gustaría trabajar en otra empresa o si realmente quieres cambiar de profesión a otra que no tenga nada que ver.
2. Elige las condiciones laborales óptimas
También hemos hablado de las condiciones laborales. Muchas veces son las que hacen que te decidas por uno u otro empleo.
Actualmente, las personas valoran más estar a gusto en su trabajo que ganar más dinero.
Por lo que, aunque el dinero sea importante para nuestro día a día, en el punto en el que tienes tus necesidades básicas cubiertas prefieren ser feliz.
Temas como el teletrabajo, el horario o la conciliación familiar están a la orden del día.
Toma nota de lo que estás buscando para tu nuevo puesto.
3. Descubre la profesión que te ilusiona
Después de buscar entre los cientos de profesiones que hay, seguro que hay una que te hace especial ilusión. Esa que te ilumina la cara al nombrarla.
En una situación ideal, debería estar alineada con tus fortalezas, aquello en lo que destacas. De esta manera, te será mucho más fácil aprenderla y poder dedicarte a ella.
Aunque en muchos casos, una vez empiezas a trabajar en esta nueva profesión, te das cuenta de cualidades y habilidades que no sabías que tenías.
Conozco a un carpintero que estudió Administración de Empresas, ejerció llevando la contabilidad de una maderera y luego cambió a su oficio actual.
Por tanto, no te obsesiones con que esa nueva profesión esté alineada con tu empleo actual porque es muy probable que no lo esté en absoluto.
4. Analiza tu situación económica
¿Cómo está tu cuenta bancaria? ¿Tienes alguna inversión, plazo fijo o activo que te genere dinero? ¿Dispones de capital suficiente para sobrevivir 6 meses o 1 año?
Y es que cambiar de profesión no es tan rápido como nos gustaría. Generalmente, requiere de una profunda reflexión, conocer el sector y aprender el oficio. Aunque siempre hay excepciones como la de mi amigo carpintero, no es lo habitual.
Durante ese proceso en el que decides cambiar de profesión, tienes que asegurarte tu supervivencia económica.
Una posibilidad es no abandonar tu empleo actual, aunque, en muchos casos, no dependerá de ti. Si estás desmotivado, probablemente tu jefe lo note y te termine despidiendo. Será doloroso pero te ahorrará tiempo y sufrimiento.
Por tanto, cuando quieras cambiar de profesión vas a necesitar un colchón económico (ahorros) que te permita estar un tiempo sin generar ingresos. Si, además, tienes algún sistema (inversiones, activos, ingresos pasivos) que engrose tu cuenta bancaria dormirás mucho más tranquilo.
5. Fórmate en lo que necesites
Investiga la profesión a la que quieres cambiar. Cada una es un mundo, tiene sus particularidades y requiere unas habilidades y conocimientos diferentes.
Busca en Internet información sobre la profesión, la experiencia de los empleados y los requisitos que piden las empresas a la hora de contratar. En la Red, hay información muy valiosa que puede ayudarte. Complementa esta tarea contactando a alguna persona que se dedique a lo que tú quieres dedicarte y pídele que te comparta su experiencia.
Una vez que tengas claro en qué consiste el trabajo, fórmate en aquellos puntos más relevantes que tú no dominas. De esta forma, aumentarás tu empleabilidad notoriamente.
NOTA: Es un error muy grande hacer un curso y ya creer que puedes crear tu propio negocio. La mejor manera de conocer una profesión es siendo empleado. Luego ya verás si te lo montas por tu cuenta.
6. Busca empleo activamente
Nadie va a venir a tocar tu puerta para ofrecerte empleo. Si quieres encontrar trabajo de tu nueva profesión (o cualquier otra), vas a tener que mover el culo.
Hay 3 métodos para buscar trabajo:
- Plataformas de búsqueda de empleo
- Buscar empresas y enviar tu candidatura
- Tirar de contactos
Las plataformas de búsqueda de empleo funcionan. Y no te hablo solo de Infojobs, Monster y Adecco, sino también de LinkedIn y otras redes profesionales.
El problema es que compites contra decenas, cientos o miles de personas que van a postular al mismo puesto que tú. Así que es clave diferenciarte. Para ello, completa tu perfil y tu candidatura con mimo y adapta tu CV al puesto en cuestión.
El segundo método es buscar empresas en las que te gustaría trabajar. Antaño ibas a la sede de la empresa, les halagabas un poco y les dejabas tu currículum. Hoy en día puedes hacerlo todo por Internet. En toda web hay una página de contacto o un email. Incluso algunas tienen una sección con ofertas de empleo.
El método más clásico es tirar de contactos, es decir, comunicarte con gente que conoces y que puede encontrarte un empleo o saber dónde están buscando un determinado perfil que encaja con tus aspiraciones.
7. Sorprende a tu jefe
Desde el momento en el que hagas la entrevista de trabajo, tienes que sorprender a tu jefe. Lo más importante siempre es la actitud. Puede que no tengas la mayor experiencia, puede que no tengas los mejores conocimientos, pero si tienes una actitud positiva, fuerte y comprometida, les será muy difícil decirte que no.
Una de las cosas que más valora un jefe es un empleado motivado, comprometido y con determinación. Sabe que esas son las cualidades que necesitará cuando enfrente un contratiempo en el trabajo.
Así que tu objetivo es dejar claro tus valores y cuánto te apasiona esa profesión. Cuenta tu historia, tu transformación y todo lo que has hecho para llegar a esa entrevista.
Una vez que te contraten, sigue demostrando tu pasión por el trabajo, aprendiendo y disfrutando. Es lo que te hará llegar a ser un experto.
***
Querer cambiar de profesión es algo bastante habitual hoy en día. El confinamiento y las restricciones sociales nos han enseñado la importancia de hacer algo con lo que realmente nos sintamos identificados.
Ir a la oficina a cumplir un horario fijo ha dejado de ser una prioridad para muchos. La familia, el contacto con la naturaleza y la práctica de hobbies son 3 elementos muy valorados para lograr un mejor equilibrio entre lo profesional y lo personal.
Si estás ejerciendo una profesión que no te llena, que te aburre y que supone un auténtico suplicio para ti, es hora de tomar acción, salir de tu comodidad y tomar las riendas de tu carrera profesional.
¿Te estás planteando cambiar de profesión? ¿Has hecho un cambio grande en tu trayectoria profesional? ¿Conoces a alguien que lo haya hecho?
Te leo en los comentarios.
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