La guerra del arte
Rompe las barreras y gana tus batallas creativas internas
POR STEVEN PRESSFIELD · BLACK IRISH ENTERTAINMENT © 2012 · 198 PÁGINAS
«¿Cuántas páginas he escrito? Me da igual. ¿Son buenas? Ni si quiera pienso en ello. Lo único que importa es que, durante este día, durante esta sesión de trabajo, he sido capaz de vencer a la Resistencia»
Si haces cualquier clase de trabajo creativo (escritura, programación, diseño, manualidades…) necesitas conocer a Steven Pressfield. Steven es como ese amigo que te pone las pilas cuando estás desmotivado y te agarra de los hombros y te da una buena sacudida si estás mamoneando en vez de estar haciendo lo que tienes que hacer.
La mayoría de la gente conoce a Steven Pressfield por su famosa novela sobre golf “La leyenda de Bagger Vance», de la cual en el año 2000 se hizo una película interpretada por Will Smith y Matt Damon, pero hoy quiero hablarte de su primera obra de no-ficción: el libro La guerra del arte («The War of Art» en inglés).
The War of Art es uno de esos libros imprescindibles que debes leer si te gusta crear, ya que explica perfectamente los problemas a los que se enfrenta un artista en su día a día y cómo superarlos. De hecho, pienso que sus lecciones van más allá y son aplicables a otras muchas áreas de nuestra vida además de a la del trabajo creativo.
El libro está dividido en tres partes. La primera define al enemigo, la Resistencia; la segunda explica cómo convertirse en profesional y combatir esa Resistencia; la tercera, más espiritual, habla de las fuerzas divinas que intervienen en el proceso creativo. En este resumen voy a incluir sólo las dos primeras, porque son mis favoritas y las que tienen más «chicha».
Si lo que vas a leer a continuación resuena contigo, no lo dudes ni un momento y hazte con el libro completo. Yo lo tengo permanentemente en mi Kindle y me leo algunos pasajes cada vez que atravieso un periodo de «crisis creativa». Eso sí, cómpratelo en inglés porque la traducción (La guerra del arte de Steven Pressfield) deja mucho que desear 🙂
Además de The War of Art, Steven ha escrito otros dos libros sobre la misma temática, Do the Work y Turning Pro, pero personalmente no los recomiendo porque no añaden casi nada nuevo al primero. Lo que sí que recomiendo es su fantástico blog: http://www.stevenpressfield.com/.
1. La Resistencia
«Hay un secreto que los verdaderos escritores conocen y los aspirantes no, y es el siguiente: lo difícil no es escribir; lo difícil es sentarse a escribir.
Lo que hace que sentarse a escribir sea tan complicado es la Resistencia.»
Ahhh, ¡la Resistencia! Esa fuerza destructiva que aparece cuando decides hacer algo difícil y a largo plazo que seguramente sería beneficioso para ti o para los demás. Suele manifestarse en forma de dudas, procrastinación o auto-sabotaje. ¿Te suena?
Dice Steven Pressfield que «la mayoría de nosotros tenemos dos vidas, la vida que vivimos y la vida no vivida que llevamos dentro, y que lo que separa a la una de la otra es la Resistencia», y estoy totalmente de acuerdo con él.
Pero… ¿qué es exactamente la resistencia?
La Resistencia es lo que evita que empieces ese negocio al que llevas meses dándole vueltas porque «no tienes tiempo».
La Resistencia es esa sensación de cansancio que te viene de repente cuando piensas en ir al gimnasio.
La Resistencia es esa voz que te dice que no crees un blog porque «no tienes nada que aportar.»
En definitiva: la Resistencia es lo que te impide hacer lo que quieres hacer y ser la persona que quieres ser. Es tu gran enemigo.
2. La Resistencia nos afecta a todos por igual
«Te equivocas si piensas que eres el único a quien la Resistencia pone en apuros. Todo aquel que tiene un cuerpo experimenta Resistencia.»
Hay quien lee mi blog, ve que llevo un año escribiendo dos veces por semana a la vez que viajo y hago otras muchas cosas, y se piensa que a mí no me afecta la Resistencia como a él.
Pues nada más lejos de la realidad. Sentarme a escribir me cuesta horrores, y tengo que reunir toda mi fuerza de voluntad para cerrar el Facebook y enfrentarme a la hoja en blanco del procesador de texto. La Resistencia me lo pone igual de difícil que a cualquiera, y hay veces que pierdo todo el día procrastinando y no me pongo a escribir hasta después de cenar. Pero yo no me dejo vencer. Termino el post por mis santos c****** y no me voy a dormir hasta que lo haya dejado programado. Y así semana tras semana.
No eres el único que tiene que lidiar con la Resistencia. También lo hace tu vecino, lo hago yo, y lo hacen todos los grandes artistas a los que admiras.
3. La Resistencia y el miedo
«¿Te encuentras paralizado por el miedo? Eso es una buena señal. El miedo es un indicador, igual que el dudar de nosotros mismos. El miedo nos indica qué es lo que debemos hacer»
Cuanto más importante y más beneficioso sea un proyecto para ti, más fuerte será la Resistencia que experimentes. Muchas veces esa Resistencia se presenta en forma de miedo, que te paraliza por completo y te impide avanzar.
En vez de ver ese miedo como algo negativo, puedes utilizarlo como si fuese una brújula que te indica lo que debes hacer. La decisión correcta suele ser siempre la que más miedo te da.
Los días antes de decirle a mi jefe que dejaba Microsoft estaba ACOJONADO. Era incapaz de hablar por teléfono con mi novia porque no podía concentrarme en la conversación, y por las noches apenas conseguía dormir. Me asaltaban todo tipo de dudas de última hora y me cuestionaba una y otra vez si lo que estaba a punto de hacer era lo correcto. Lo era, y precisamente por eso sentía tanto miedo.
4. La Resistencia y sus aliados
«La mayor traición que puede cometer un cangrejo es intentar escaparse del cubo»
Si no te dejas vencer por la resistencia y empiezas a trabajar en tu proyecto día tras día habrá personas a las que no les haga gracia tu cambio de actitud. Cuando de pronto dejes de salir 3 días a la semana para poder dedicarte a escribir en tu blog, desarrollar tu aplicación para Android o montar una web de afiliados, tus amigos empezarán a decirte cosas como «eres un loser quedándote en casa un sábado por la noche» o «estás cambiando.»
No les hagas caso. Reaccionan así porque les estás recordando que ellos también tenían sueños e ideas, pero la Resistencia les vendió el sueño de una vida cómoda y pudo con ellos.
Como siempre en estos casos, lo mejor que puedes hacer es seguir a lo tuyo y liderar con el ejemplo. Cuando empiecen a ver los frutos de tu esfuerzo, seguramente cambien su discurso y vengan a buscarte para pedirte consejo.
5. La Resistencia y la infelicidad
«¿Y qué tipo de sentimientos produce la resistencia? El primero, infelicidad. Nos sentimos como una mierda. Una ligera pena lo invade todo. Estamos aburridos, estamos inquietos. Somos incapaces de sentirnos satisfechos. Sentimos culpa pero no sabes por qué. Queremos meternos en la cama; queremos irnos de fiesta. Nos sentimos poco queridos e incapaces de que alguien nos quiera. Estamos asqueados. Odiamos nuestra vida. Nos odiamos a nosotros mismos.»
Estoy seguro que más de una vez te has sentido así. A mí al menos me ha pasado cientos de veces, especialmente esos domingos por la tarde en los que no hacía nada más que perder el tiempo en Internet porque no tenía nada que hacer.
Ese es el efecto que tiene la Resistencia cuando permites que te gane, y se podría resumir como un gran vacío interior. Así es como te sientes cuando te auto-convences de que es «hoy no puedes escribir, mejor mañana» porque estás muy ocupado, o cuando vuelves a casa después de vender otro día de tu vida en un callejón sin salida. Es como te sientes cuando eliges la opción cómoda en vez de la que te da miedo, a pesar de que eres consciente de que la segunda es la correcta.
La única cura es dejar de traicionarte a ti mismo, levantarte del sofá y ponerte a hacer lo que sabes que tienes que hacer.
6. La Resistencia y las críticas
«Si te sorprendes a ti mismo criticando a los demás, posiblemente sea por culpa de la Resistencia. Cuando vemos que otros están llevando una vida auténtica y nosotros no, nos ponemos furiosos.»
Hace tiempo me hicieron un reportaje en un periódico local online y varias personas me criticaron a pesar de que yo no les había hecho nada malo. Me dejaron comentarios del tipo «trabajará poco, pero me temo que sus ganancias irán en consonancia» o «ya se sabe, estos informáticos no son muy exitosos con sus parejas.» Es fácil deducir que estas personas no están satisfechas con su horario laboral ni con su pareja, ya que si no no habrían reaccionado así.
Cuando sientas rabia al ver que otra persona está haciendo algo que a ti no te afecta en absoluto presta mucha atención, porque suele ser una buena señal de que a ti también te gustaría estar haciendo lo mismo pero la Resistencia te lo impide.
7. ¡Acaba el maldito proyecto!
«El peligro es mayor cuando la línea de meta está a la vista. En ese momento la Resistencia sabe que estamos a punto de derrotarla. Aprieta el botón de emergencia e intenta un último ataque con toda la fuerza que le queda.»
Cuando estamos a punto de terminar un proyecto en que llevamos tiempo trabajando tendemos a relajarnos y bajar la guardia. La Resistencia aprovecha ese periodo de debilidad para convencernos de que ya está todo bajo control y nos merecemos un descanso, o de que ya podemos empezar otros proyectos. El problema es que muchas veces ese descanso o esas distracciones se alargan tanto que al final nos olvidamos de terminar el proyecto original, a pesar de que apenas le queda un 5%.
El ejemplo más típico de este fenómeno se da en la universidad. Un estudiante invierte varios años de su vida en estudiar una carrera, y cuando sólo le queda el proyecto empieza a trabajar «para ir sacándose un dinerito y adquirir experiencia». Como está ganando un sueldo, esa última asignatura no le corre ninguna prisa y la va posponiendo mes tras mes. Unos años más tarde le echan del trabajo, y ahí es cuando recuerda que a pesar de haber estado 8 años en la universidad todavía no tiene un título universitario. Decide terminarlo, pero entonces se da cuenta de que ha perdido el hábito de estudio y que además no se acuerda de lo que estudió. La Resistencia le ha vencido.
Por eso, cuando estés a punto de acabar un proyecto, APRIETA LOS DIENTES Y ACÁBALO. No te quedes en el 99% después de tanto esfuerzo. Esprinta y complétalo al 100%.
8. Profesionales y amateurs
«Todos los aspirantes a artistas que son derrotados por la Resistencia comparten una cualidad: piensan como aficionados. Todavía no se han convertido en profesionales.»
La diferencia entre los artistas que tienen éxito y los que fracasan es que los primeros han decido tomárselo en serio, lo que Steven llama «convertirse en profesional» (turn pro en inglés).
Estoy completamente de acuerdo con esta afirmación. A lo largo de mi vida, en todos los proyectos -sin excepción- que me han salido bien hubo un momento decisivo en el que tuve que decidir entre comprometerme al 100% o tomármelo como un hobby, entre ser un profesional o ser una aficionado. Siempre que elegí la primera opción triunfé; siempre que elegí la segunda fracasé.
Ser profesional conlleva muchas cosas, pero creo que esta cita de Steven lo resume perfectamente:
«Una vez le preguntaron a Somarset Maugham si tenía un horario fijo para escribir o si sólo lo hacía cuando se sentía inspirado. ‘Sólo escribo cuando estoy inspirado,' respondió él. ‘Afortundamente, lo estoy todas las mañanas a las 9 en punto.'»
Eso es un profesional.
9. El profesional pide ayuda cuando la necesita
«Tiger Woods es un auténtico profesional. Sin embargo, nunca se lo ocurriría pensar -como haría un aficionado- que ya lo sabe todo o que podría aprenderlo por su cuenta. Todo lo contrario: Tiger Woods busca al entrenador que más sabe de golf y le escucha atentamente.»
Ser profesional no significa creerse el p*** amo y querer hacerlo todo tú mismo. Eso es un gran error. Un verdadero profesional es humilde, y no sólo está dispuesto a aprender de los que saben más que él sino que los busca activamente. Un profesional sabe identificar a otros profesionales y colabora con ellos.
Uno de los momentos claves de mi Vivir al Máximo fue cuando decidí contratar a una «business coach» para que me ayudase con mi negocio. Me sentía perdido en muchos aspectos y necesita a alguien con experiencia que pudiese ver la situación desde fuera y aconsejarme. Pagué más de 400 euros por 3 sesiones de 1 hora y 3 e-mails, y puedo decir que han sido los mejores 400 euros que he invertido nunca.
Por eso, no dudes en invertir en formación de calidad o pedir ayuda a otros. Recuerda que hasta los grandes deportistas tienen entrenadores.
10. El profesional no pone excusas
«El profesional trabaja en el mundo real. Adversidad, injusticias, contratiempos y malas decisiones… incluso la buena fortuna y los golpes de suerte forman parte del terreno en el que se debe librar la batalla. El profesional entiende que es absurdo esperar que las reglas del juego sean iguales para todos.»
Voy a poner otro símil deportivo para desarrollar este punto.
Si eres seguidor de Rafa Nadal, sabrás que nunca pone excusas cuando pierde. Hay veces que está lesionado o que ha tenido un día menos de descanso que el rival, pero sabe que es parte del juego, así que acepta la derrota con deportividad y al día siguiente vuelve a la pista de entrenamiento con más ganas que nunca. Rafa no le echa la culpa a la mala suerte ni se queja de que el árbitro ha sido imparcial porque es un verdadero profesional y sabe que eso forma parte de la vida.
El mundo es profundamente injusto, y cuanto lo antes aceptes mejor. Hagas lo que hagas y vayas donde vayas siempre te encontrarás con gente corrupta, enchufada, que ha nacido con más dinero o que simplemente tiene más suerte que tú. Las reglas nunca serán iguales para todos.
Convertirse en profesional significa entender todo esto y aun así hacer todos los días tu trabajo.
11. El profesional actúa a pesar del miedo
«El aficionado cree que primero debe vencer sus miedos y que cuando lo consiga ENTONCES podrá hacer su trabajo. El profesional sabe que el miedo no se puede vencer. Sabe que no existen guerreros sin miedo ni artistas que no estén atemorizados.»
Uno de los comentarios más comunes que me hace la gente cuando les cuento mi historia es: «yo es que no soy tan valiente como tú.» Creen que primero vencí a mis miedos, como si fuesen un gran dragón de dos cabezas, y DESPUÉS tomé las decisiones que tomé, con perfecta calma y tranquilidad. Quieren hacer lo mismo y me piden consejos para ello.
La realidad es que el miedo es invencible. Hagas lo que hagas, siempre va a estar ahí. A mi me siguen dando miedo muchas cosas, como llegar solo a un país desconocido o publicar dos posts por semana. En serio. Cada lunes y cada jueves me pongo nervioso antes de darle a «Publicar», pensando en si lo que he escrito le gustará a mis lectores y si seré capaz de estar a la altura. El secreto está en que no dejo que ese miedo me detenga y pulso el botón.
Aunque no lo creas, todas las personas a los que admiras tienen miedo, exactamente igual que tú. La diferencia entre cualquiera de ellos -los profesionales- y un aficionado es que el aficionado se paraliza ante el miedo y el profesional actúa a pesar de él.
12. Convertirse en profesional es una decisión
«Convertirse en profesional no tiene ningún misterio. Es una decisión tomada conscientemente. Nos preparamos mentalmente para vernos como profesionales y lo hacemos. Es tan simple como eso.»
Si has llegado hasta aquí, seguramente te estés preguntado qué narices es lo que tienes que hacer para convertirte en profesional. ¿Hay que pagar? ¿Hay que hacer un curso? ¿Se necesita un carnet?
Pues no, es mucho más sencillo. Simplemente hay que tomar la decisión. Decidir que, esta vez, en este nuevo proyecto, vas a ser un verdadero profesional y no vas a dejar que te venza la Resistencia.
¡A por ello! ¡¡¡¡WINDOWS 8!!!!
Otras citas
«¿Alguna vez de madrugada has tenido una visión de la persona que podrías llegar a ser o de las cosas que podrías llegar a crear? ¿Eres un escritor que no escribe, un pintor que no pinta o un emprendedor que nunca empieza un negocio? En ese caso, sabes perfectamente lo que es la Resistencia.»
«La procrastinación es la forma más común en la que se manifiesta la Resistencia porque es la más fácil de racionalizar. No nos decimos a nosotros mismos ‘Nunca voy a escribir mi sinfonía.» En vez de eso, decimos ‘Voy a escribir mi sinfonía, pero voy a empezarla mañana.'»
«Hacerse la víctima es lo opuesto a hacer un buen trabajo. No lo hagas. Si ya lo estás haciendo, para.»
«El artista vive rodeado de libertad. No le tiene miedo. Es un afortunado. Nació en el lugar adecuado. Confía en sí mismo, tiene grandes esperanzas en el futuro. Cree en el progreso y en la evolución. Tiene fe en que la raza humana está avanzando hacia un mundo mejor, aunque sea de manera imperfecta y poco a poco.»
«El profesional elige proyectos que le exigirán lo mejor de sí mismo. Elige la tarea que le llevará a aguas desconocidas, que le obligará a explorar partes de sí mismo que no conocía. ¿Está asustado? Claro que sí. Está muerto de miedo.»
«El aficionado juega por diversión. El profesional juega para ganar.
Para el aficionado, el juego es su pasatiempo. Para el profesional es su vocación.
El aficionado juega a tiempo parcial, el profesional a tiempo completo.
El aficionado es un guerrero sólo los fines de semana. El profesional da la cara siete días a la semana.»
«Nada es tan inspirador como recibir la opinión del mundo real, incluso si es para decirte que has fracasado.»
«La Resistencia derrota al aficionado con el truco más viejo: utiliza su entusiasmo inicial contra él. (…) El profesional, sin embargo, no tiene problema en aplazar su satisfacción. Es la hormiga, no el saltamontes; la tortuga, no la liebre.»
Sobre el autor de «La guerra del arte»