Hace un mes, mi buen amigo Marco aterrizó en Bangkok y empezamos juntos nuestro viaje por el sudeste asiático. Hoy, ese viaje llega a su fin. Marco regresa a España y yo me quedo en Chiang Mai recargando pilas y decidiendo cuál es mi siguiente destino.
Han sido cuatro semanas inolvidables, llenas de grandes momentos y experiencias que recordaremos toda nuestra vida. Este post es un resumen de nuestro itinerario, de la impresión que me causaron las ciudades y países en los que estuvimos, y de algunas de las cosas que hicimos y vivimos en ellos.
Tailandia (Parte I)
Sólo unas horas después de que Marco llegase a Bangkok cogimos un tren hacia Chumpon, una ciudad al sur. Allí tomamos un barco rumbo a Koh Tao, nuestro primer destino.
Koh Tao
Una chica con las tetas al aire salta a través de un aro en llamas
- La isla del submarinismo. Más de 50 escuelas de buceo en 21 km2. Considerado por muchos el mejor lugar del mundo para conseguir la licencia de Open Water por sus bajos precios, aguas cálidas (no es necesario usar neopreno) y la gran cantidad de peces y animales marinos que se pueden ver.
- ¡Marco y yo aprobamos el curso de Open Water ya podemos bucear hasta 18 metros en cualquier parte del mundo! 240 euros por 3 días de clases (alojamiento incluido), con 4 inmersiones. Sufrí durante los primeros minutos de las 3 primeras inmersiones porque a mi cerebro le costaba asimilar que pudiese respirar bajo el agua, pero en general una grandísima experiencia.
- Contraste. Durante el día, tranquilidad. Los buceadores se levantan temprano para ir a alta mar, y la isla se queda vacía para el disfrute de parejas y amigos que sólo han venido a tomar el sol, leer y relajarse. Durante la noche, fuego. Posiblemente las mejores fiestas en las que he estado nunca. Los bares a pie de playa ponen música dance y un grupo de birmanos ignífugos organizan juegos en los que puede participar cualquiera: comba, limbo, saltar un aro… pero todos en llamas. Los que están más borrachos se vienen arriba y lo intentan, mientras que el resto de la gente mira cómo a más de una chica no se le quema el pelo de milagro. Muy divertido.
- Buen sitio para bucear, relajarse o trabajar –necesitan mucha gente, tanto profesores de buceo como camareros y relaciones públicas. Estilo de vida relajado y barato (plato de pad thai, 1.5 euros; bungalow para 2 personas en primera línea de playa, 15 euros la noche). No me importaría volver.
Koh Phangan
- Full-moon Party, una fiesta que tiene lugar todos los meses en la playa de Haad Rin coincidiendo con la luna llena. Básicamente, es unarave en la playa, que reúne a miles de personas y dura toda la noche. La gente se viste con ropas de colores fosforitos y se pintan el cuerpo con pinturas que brillan en la oscuridad.
- En la Full-Moon Party uno puede ver la peor cara del ser humano. La gente se pone hasta las trancas de alcohol –en Tailandia se beben «buckets», cubos de playa con media botella de cualquier bebida alcohólica, una lata de refresco y una de redbull– y todo tipo de drogas, y ya a las 11 de la noche uno empieza a encontrarse personas inconscientes en la arena. Las parejas recién formadas se meten en el agua buscando unos momentos de intimidad (que no es tal porque todo el mundo les puede ver) y tanto hombres como mujeres mean continuamente en el mar.
- A las 4 de la mañana el número de gente inconsciente en la arena es alarmantemente alto. Algunos voluntarios recorren la playa comprobando el pulso de estas personas y despertándolas.
- En cada edición de la Full-Moon Party mueren varias personas ahogadas, por sobredosis de alcohol o drogas o por otro tipo de accidentes. Los shows de fuego como los de Koh Tao están prohibidos durante esta fiesta para evitar que haya aún más fallecimientos.
- Fuimos a Koh Phangan únicamente para la Full-Moon Party. La fiesta en sí no me enamoró, Koh Tao me pareció mucho mejor en ese aspecto. La isla en sí tampoco me pareció tan encantadora como Koh Tao, si bien es cierto que nunca visité el resto de playas, y hay gente que habla muy bien de ellas.
Krabi/Tonsai
- Calor. Mucho calor. Eso es lo que más recuerdo de Krabi, porque el pueblo en sí no tiene nada. Su mayor atractivo es que está a 30 minutos de Railay Beach, una pequeña península a la que únicamente se puede acceder por barco.
- Railay Beach es increíble. La península es una jungla y tiene 4 playas diferentes conectadas por caminos, cada una con su atractivo. Nosotros estuvimos sólo en Tonasi, que es una especie de poblado hippie para escaladores con más de 700 vías diferentes.
- Una de las actividades que se pueden hacer en Tonsai es deep water soloing (psicobloc en español), un tipo de escalada muy particular que consiste en ir en kayak hasta una roca en medio del mar y subirla sin cuerda, de manera que si fallas caes directamente al mar. Marco y yo queríamos hacer esto pero, como de costumbre, llegamos demasiado tarde y el grupo de psicobloc ya había salido, así que tuvimos que conformarnos con hacer escalada tradicional. Los guías autóctonos, que parecían familiares de Bob Marley, abrían la ruta escalando sin pies de gatos y se fumaban porros mientras te sujetaban. Impresionante.
Camboya
Cruzar la frontera entre Tailandia y Camboya fue una experiencia tan intensa que mereció su propio post. Puedes leerlo aquí.
Siem Reap
- La gente visita Siem Reap para ir a Angkor Wat, que está sólo a 15 minutos en tuk-tuk. Este templo está considerado como la mayor estructura religiosa jamás construida y uno de los tesoros arqueológicos más importantes del mundo. Alrededor de Angkor Wat hay muchos más templos, entre ellos Ta Prohm, que es el que sale en la película Tomb Raider.
- Angkor Wat no me impresionó demasiado. Mucho turista, un calor infernal y mucha gente intentándote vender agua. El templo en sí me pareció interesante, pero nada especial. Me impactó mucho más la catedral de Chartres, por poner un ejemplo. También fuimos a Ta Prohm y un par de templos más, pero nada memorable. A pesar de mi opinión, hay a quien le apasiona tanto que va al templo 2, 3 o ¡incluso 7 días seguidos!
- Siem Reap y Cambodia me sorprendieron gratamente. Los camboyanos, súper amables; la ciudad, un caos que funciona no sé muy bien cómo, y la vida nocturna, muy divertida. Fuimos a una discoteca camboyana pija llamada Hip Hop en la que conocimos a varios autóctonos y nos lo pasamos muy bien. Para mí, ese tipo de experiencias me aportan mucho más que visitar los monumentos turísticos.
- Otra de las excursiones que hicimos fue a Tonle Sap, un lago que en la estación lluviosa pasa de 2.700 a 15.000 km2 de extensión. En medio de ese lago vive gente en casas flotantes. Me impactó bastante ver ese estilo de vida, en el que necesitas un barco para moverte de un sitio a otro. En esa ciudad todo flotaba: la escuela, la pista de baloncesto, la iglesia…
- En la excursión a Tonle Sap también pude comprobar lo pobre que es la gente en Camboya y lo mucho que cambia el entorno en cuanto te alejas 200 metros del centro de la ciudad: carreteras sin asfaltar, niños desnudos, trampas para grillos… Ya hablé de todo esto en un post anterior.
Tengo que volver a Camboya. Me gustaría conocer otras partes del país, especialmente la capital y las playas del sur.
Vietnam
Vietnam fue el país que menos me gustó de los 4 que visitamos. Me pareció más moderno que el resto, pero sin nada especial (excepto que tienen la cerveza más barata del mundo). El hecho de que haya muchas motos me resultó curioso, pero el que pitasen TODO EL TIEMPO me volvía loco.
Comen mucho una sopa de fideos y carne (normalmente ternera, aunque hay una versión con pollo) llamada pho. Está muy rica, pero me sorprende que la sigan comiendo cuando la temperatura es de 35 grados a la sombra.
También venden en los pequeños bares y en las multi-tiendas una cerveza de barril que fabrican a diario llamada bia hoi (cerveza fresca). Es muy ligera, refrescante, y de baja graduación –unos 3 grados.
Ho Chi Minh City
- La capital de la antigua Vietnam del Sur. Antes se llamaba Saigon y ahora lleva el nombre del líder comunista revolucionario que derrotó a los franceses en 1954. Es una ciudad gigante, con más de 9.000.000 habitantes. Mucho tráfico, muchas motos, mucho ruido y mucha contaminación.
- Apenas estuvimos un día en la ciudad, así que no tengo mucho que decir. Bastante propaganda comunista en las calles (Vietnam es un país comunista), pero sin embargo había KFCs y otras multinacionales, y la mentalidad de la gente me pareció bastante capitalista.
- La vida nocturna, bastante pobre. Fuimos a un bar en lo alto de hotel con vistas a toda la ciudad. Caro, pero mereció la pena. Luego entramos en un club con un aspecto mafioso en el que intentaron que comprásemos una botella de alcohol bastante cara. De ahí fuimos a la zona mochilera, pero allí lo único que hace la gente es sentarse en sillas de plástico y beber cervezas de medio litro por 50 céntimos. Aburrido.
- No tengo intención de volver a Ho Chi Minh City en un futuro próximo 🙂
Hoi An
- Hoi An es la ciudad con más sastres por habitante del mundo. Mucha gente va allí sólo a comprar trajes y camisas a medida, o incluso a que le copien una prenda de ropa que ya tiene. La parte antigua, situada alrededor del río, es patrimonio de la humanidad, y un buen ejemplo de lo que fueron los puertos comerciales en el sudeste asiático.
- Lo opuesto a Ho Chi Minh. Esta ciudad, especialmente la parte antigua, es muy tranquila, llena de restaurantes a la orilla del río y gente paseando. Por la noche encienden unos farolillos para alumbrar las calles, que le dan un toque muy asiático. Tanta tranquilidad tiene también su parte negativa: la mayoría de sitios cierran a las 10 de la noche y los turistas que van allí son sobre todo familias y gente adulta, pocos jóvenes.
- Mientras estuvimos en Hoi An, alquilamos unas bicis para movernos por la ciudad. Eso nos permitió ir a la playa, que está a unos 2km de la parte antigua. En la playa hay tumbonas que son siempre propiedad del restaurante más cercano. Si te sientas en una, luego tienes que comer en ese restaurante o al menos consumir algo. Ni se te ocurra sentarte en las tumbonas de un restaurante y luego ir a comer al de al lado, porque puedes liar una buena.
- A pesar de ser una ciudad tranquila, las motos y los coches siguen pitando para todo. En Vietnam parece que no conocen los intermitentes y siempre que una moto o un coche va a girar, adelantar o hacer cualquier tipo de maniobra, pita. Las bicis, como no tienen pito, tocan el timbre.
Hanoi
Tibo irrumpe borracho en nuestra habitación
- La capital de Vietnam. Al igual que Ho Chi Minh una macro ciudad llena de gente, tráfico, ruido y contaminación (mucha gente lleva máscaras), pero a diferencia de esta y del resto de Vietnam, en Hanoi no hace calor. Es más, incluso algunas noches tuvimos que usar chaqueta. La verdad es que este cambio de clima fue algo que agradecí tremendamente después haber sudado tanto la semana anterior.
- Nos alojamos en un macro albergue de 6 plantas concebido exlcusivamente para la fiesta. Fue una experiencia muy interesante, nunca había estado en un sitio parecido. El centro del albergue era el bar/restaurante de la planta de abajo, y la mayoría de mochileros que me encontré allí estaban bastante revolucionados, yo creo que contagiados por el ambiente de la ciudad. Por la noche, cuando cerraban los bares, la gente volvía muy borracha y tenían sexo en las duchas o se quedaban dormidos en los pasillos. La primera mañana me levanté a las 7 y, nada más abrir la puerta de mi cuarto, me encontré a una persona tirada en el suelo durmiendo la mona.
- La actividad más típica de los visitantes de Hanoi es un crucero por la bahía de Ha Long, una extensión de agua de 1500 km2 llena de piedras de caliza. Nosotros hicimos uno de dos días, durmiendo en una playa, y la verdad es que la bahía es preciosa, pero al cabo de un tiempo se vuelve repetitiva.
- En Hanoi está la tumba de Ho Chi Minh. Hay varios guardias protegiéndola y, salvo que sea horario de visita, no te puedes acercar a más de 20 de metros o te llaman la atención.
- Fun fact: en el albergue encontramos a un chico que nos contó que Hoi An había la ciudad favorita de su viaje porque se compró 16 camisas a medida por un precio de risa.
Laos
En Laos sólo estuvimos 3 días, pero fue un país que me encantó y al que quiero volver.
Laos tiene un gobierno comunista con algunas leyes y datos bastante curiosos:
- Todo cierra a las 11:30 porque hay toque de queda. Antes de medianoche tienes que estar en casa.
- En lao, el lenguaje que se habla en Laos, la palabra «mío» y «tuyo» es la misma.
- En los restaurantes sirven los platos de uno en uno según van estando listos y los ponen en el medio de la mesa para compartir. Pedirte un plato para ti solo es de mala educación.
- Tener sexo antes del matrimonio está prohibido.
- Puedes ser condenado a pena de muerte por consumir drogas.
Además de eso, Beer Lao, su cerveza nacional, que está hecha de arroz, es especialmente buena.
Luang Prabang
- Patrimonio de la humanidad. Ciudad tranquila, de eficios pequeños, a la orilla del Mekong. Perfecta para pasear y montar en bicicleta.
- Mucho turista francés y restaurante francés porque Laos fue colonia francesa. Eso hace que el pan sea algo muy común.
- Cuando estuvimos allí coincidió que era Songkran, la fiesta nacional, y pudimos ir a la feria de la ciudad. Era muy parecida a las de España, con sus puestecitos, tómbolas y atracciones, aunque no había casetas. Nuestras «atracciones» favoritas eran las mesas de apuestas, en las que podías cambiar tu dinero por fichas y apostar por uno de seis animales. Luego tiraban unos dados gigantes con esos seis animales en sus caras, y en función de lo que saliese te pagaban fichas o perdías todo.
- Otra cosa que me pareció curiosa de la feria es que tenían un escenario en el que celebraban el concurso de «Miss Luang Prabang». Sólo participaban niñas, cuyos padres estaban presentes, super-motivados, mostrando carteles con la foto de su hija.
- Todos los días a las 6 de la mañana los monjes recorren la ciudad con sus canastos de metal y la gente se pone de rodillas en la calle y les da sticky rice ya cocinado.
- Buena ciudad para vivir una temporada, aunque creo que al cabo de un tiempo se quedaría algo pequeña. Tengo curiosidad por ir a la capital Vientiane.
Tailandia (parte II)
La ruta por el sudeste asiático empezó en el sur de Tailandia y acabó en el norte. Chiang Mai fue el cierre perfecto a nuestra aventura.
Chiang Mai
- Vuelta a casa, vuelta a Aoi's ♥
- Llegamos justo para los 3 días de Songkran, el año nuevo tailandés. La fecha coincide con la época de más calor en el país así que, en vez de celebrarlo con uvas, los tailandeses lo celebran echándose agua unos a otros. En el pasado el echarse agua era un símbolo de «limpieza» y «renovación» de cara al nuevo año, pero en algún momento la cosa degeneró y se convirtió en una gran guerra de agua.
- Songkran es una GUERRA con mayúsculas. Si sales de casa, te van a mojar, da igual que lleves un traje, un portátil en la mano o vayas dentro de un taxi. No hay piedad para nadie y es tu responsabilidad elegir con qué sales de casa. En Songkran todo vale si puede echar agua, da igual que sean vasos, cubos, mangueras o pistolas. Hay gente que va andando, y gente que va echando agua desde camionetas.
- El meollo del festival está en el foso que rodea la parte antigua de la ciudad, que se llena de gente y coches a rebosar. Lo que hace la mayoría es establecerse en un sitio en el que haya acceso a una fuente de agua para «recargar», y desde ahí ir mojando a la gente que pasa. Muchos utilizan su casa o su negocio como base, llenan un cubo gigante de agua y le echan hielos para que esté fría. Créeme, la cara de la gente cuando les disparas con agua fría es MUCHO más divertida.
- Nosotros nos compramos las pistolas de agua más grandes que pudimos encontrar. La verdad es que hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien, disparando a la gente a traición y viendo sus reacciones. Fue como volver a ser niño de nuevo. Me encantaría que mis hermanos (especialmente el pequeño) viviesen esto algún día.
- El único problema de Songrkan es que la gente no piensa. El foso está lleno de agua verde estancada, pero a los tailandeses no les importa usarla como munición ni bañarse en ella. Estamos hablando de un agua asquerosa que debe tener todas las bacterias existentes, que te van a entrar en los ojos, oídos e incluso en el estómago si tragas un poco sin querer. Por eso, mucha gente cae enferma o coge infecciones después de este festival.
- Mi iPhone se lo pasó demasiado bien en Songkran y no sobrevivió. Lleva 3 días en una bolsa de arroz, pero tengo pocas esperanzas de que se recupere… ¿Será la señal que llevo tiempo esperando para por fin pasarme a Nokia y Windows Phone?
- Me encanta Chiang Mai, es una ciudad en la que me siento muy cómodo. Se ha convertido en mi base de operaciones en Asia, el lugar al que ir para descansar entre viaje y viaje.
Conclusiones
Ha sido un gran viaje, en el que por fin he podido pasar algún tiempo con Marco, un amigo al que había visto muy poco desde que me fui a Seattle. La parte del sur de Tailandia fue perfecta, pero el resto, hasta llegar a Chiang Mai, me ha resultado un poco precipitado. Demasiados países en demasiado poco tiempo. Hubiese preferido saltarme Vietnam y pasar más tiempo en Camboya y Laos.
Me ha gustado mucho viajar por el sudeste asiático con Marco porque tenemos una filosofía de viaje parecida. Intentamos evitar las excursiones turísticas organizadas porque disfrutamos más cuando nos perdemos por los mercados y las calles menos frecuentadas de la ciudad y nos empapamos de la cultura local. Eso nos ha permitido vivir experiencias únicas como la feria de Luang Prabang o la discoteca Hip Hop de Siem Reap.
Ahora tocan unos días de descanso en Chiang Mai para recuperar fuerzas y decidir what’s next, pero espero que dentro de poco alguno de vosotros venga a visitarme y podamos hacer otro viajecito juntos 🙂