Mi hermano Alfonso, de 11 años, se había pasado todo el fin de semana haciendo una cabaña con sus amigos en el campo que hay frente al edificio de la asociación de vecinos. Habían descubierto una zona con un semicírculo de árboles y habían retirado todos los troncos, ramas y hojas que había en el suelo para poder entrar. Luego, para hacer su pequeña guarida más habitable, la habían amueblado con una silla abandonada que encontraron entre unos arbustos, y como no existe cabaña sin tesoro habían recogido aceitunas, moras y un coco podrido simplemente por el placer de tenerlos allí. Las defensas: una lata de Coca-Cola pinchada en un palo por si había que dar la voz de alarma, y una vieja cámara de bicicleta con la que fabricar tirachinas.
Esos días Alfonso estaba visiblemente ilusionado. Durante la comida y la cena –los únicos momentos en que pasaba por casa– no era capaz de hablar de otra cosa que no fuese la cabaña, y los ojos le brillaban de la emoción.
Pero el lunes por la tarde, cuando regresó por la noche de jugar con sus amigos, la expresión de su cara era muy diferente:
“Mamá, nos la han destrozado la cabaña. Alguien ha entrado, ha robado todo lo que teníamos y encima ha cagado en el suelo para que no podamos volver a entrar. Sólo ha sobrevivido el coco porque lo teníamos escondido en un lugar secreto.”
A mí me dio mucha pena escucharle, no por la cabaña en sí, sino por el mensaje que estaban recibiendo esos niños. Era un mensaje terrible que decía: “No os molestéis en construir nada porque tarde o temprano alguien os lo destruirá. Mejor quedaros sentados viendo la tele.”
Esa misma tarde cogimos las bicis y fuimos juntos al lugar del crimen para evaluar los daños. Tal y como había dicho Alfonso, ya no quedaba nada excepto el coco –oculto entre unas hierbas– y la lata de Coca-Cola abollada en la entrada. En el centro de lo que en su momento fue una cabaña, donde antes estaba la silla, ahora sólo había una gran mierda.
La imagen me pareció un fiel reflejo de la vida de quienes habían hecho aquello, pero preferí morderme la lengua y simplemente decirle a mi hermano que lo que había pasado no era más que una oportunidad para construir una nueva cabaña, más fuerte y resistente que la anterior.
Al fin y al cabo, estas situación me recordó totalmente a cuando alguien te hace una crítica destructiva. Solo busca hacerte daño, provocar que pares de hacer lo que estás haciendo y cabrearte.
Y es que, querido lector, a lo largo de tu vida te encontrarás con personas que disfrutan destruyendo lo que otros han construido. Sus motivaciones son muy diversas: envidia, rabia, insatisfacción… o el peor de todos, destruir por el placer de destruir.
Hoy quiero pedirte que no te dejes intimidar por ellos, por los destructores. Que no abandones. Que jamás digas: “No voy a hacer otra cabaña. Total, alguien me la va a romper”. Porque si lo haces, ellos habrán ganado.
El ser humano ha nacido para crear. Diseñar un instrumento musical a partir de un trozo de madera; convertir ideas y papel en un libro; construir un hogar con piedras, metal y arena… Todo eso son verdaderos milagros.
Ignora a los miserables que no soportan ver como otros crean y que son incapaces de aportarte una crítica constructiva, el tiempo les pondrá en su lugar. Pero sobre todo no te rindas. Sigue construyendo, pase lo que pase.
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Ayer, lo primero que me dijo Alfonso cuando volvió del colegio es que sus amigos y él habían encontrado un nuevo sitio mejor que el anterior donde construir otra cabaña. Estoy muy orgulloso de él 🙂
La foto la eché con mi primer Mac en el 2007 el verano antes de irme a Albuquerque. ¡Ha pasado mucho tiempo desde entonces!
No hay mejor manera para transmitir un mensaje que contar una historia. Y sí encima es bonita y verídica mejor se nos graba.
Muchas gracias
G
Un placer de post. Y una foto muy tierna:)
Gracias!
Hermosa historia salida de un acto maligno, me trajo recuerdos de mi infancia feliz cuando nos destruían las casetas los malutos del pueblo, la diferencia es que no tuve ningún sabio hermano mayor que me explicara el mundo y sus miserias. Fuerza y libertad.
Un beso para Alfonso. Esta muy guapo en la foto.
Una pena que haya gente así. Pero Alfonso y sus amigos demuestran que no es fácil hacerlos desistir. Enhorabuena y adelante.
Has despertado recuerdos muy tiernos en mi, de nuestra cabaña oculta en un árbol y como alguien también una vez nos la lleno de betún para que nos mancharamos al subir…como tu hermano también buscamos una ubicación mejor y más resguardada…pero, sin embrago, se me acaba de coger un pellizco en estómago al recordar el sabor salado de las lágrimas de rabia resbalando y calentandose por mis mejillas encendidas…
Precioso, y una lección indispensable en la vida!
Chu!!
Me ha encantado este post 🙂
¡ Excelente post ! . ¡¡¡ Grandes protagonistas.!!!!
Construir cabañas con palets y chatarra, jugar al escondite, al bote botella, a polis y cacos, al pilla pilla, al balón matao, al puño veina, a la mula, canicas, trompos, echarse pachangas, buscar nidos o alacranes y arañas bajo las piedras….y ya ni me acuerdo….menuda infancia me ha venido a la mente.
Qué bonito! 🙂
Enohorabuena por el post, muy emotivo!.
El post me ha encantado, que conste.
Curioso que la semana pasada estuviera con un formador y nos diera tres claves que se han cumplido una detrás de otra en este texto: plantearlo como una historia, apelar a la emoción del lector y que forme parte de ella una persona (un niño, mejor aún) 😉
Que linda historia. Asi esta el mundo, lleno de personas perversas hambrientas de devorar nuestros sueños, y queriendo cagarnos la vida…no dejemos que se salgan con la suya , construyamos nuestra fortaleza de tal manera que se hundan en su propia bosta
Preciosa la enseñanza!!! Está instalada en el día a día por desgracia esa actitud destructiva. Se hace a todos los niveles. Y así los peques absorven también esas formas. Bravo por enseñarles que hay otro camino!!!!!! Creo que su felicidad futura será la recompensa.
Al leerlo me ha recordado a un poema anonimo que me gusta mucho que se llama “de todas maneras” y lo tengo desde hace años colgado de la pared en mi estudio…
Lo he buscado en Google para ponerlo aquí pero no se cómo hacer copia/pega con la tablet.
Habla de la importancia de seguir siendo fiel a sí mismo, a tus valores y a tus propósitos, independientemente de lo que la gente piense de ti o las desventuras que ocurran en tu vida…
Siempre haciendo el bien y siendo constructivo…
….Lo que has construido durante toda tu vida puede ser destruido en una sola noche, de todas maneras ¡construye!
Muy tierna la foto, Alfonso parece un Angelito, y tu…. Su Ángel protector… Nunca mejor dicho. ;))
Un beso
No sabia que quedaran sitios en las ciudades para poder construir una cabaña.El problema que tiene la generación que va detrás de la tuya es que con todas las tecnologías a su alcance y el comercio global,donde se puede comprar una flauta por menos de 1€ ,lo que para ti son “tesoros” para ellos será basura.De todas formas tu escrito deja una gran enseñanza: el ser humano nunca ha dejado de construir,de inventar,de crear a pesar de las adversidades.Sigamos así.Un beso.
¡Excelente post! Muy motivador 🙂
Soy fiel seguidora de tu blog y en esta ocasión me he visto con la obligación de comentar, ya que me he sentido identificada. Todos los días trabajo muchísimo en mis proyectos al llegar a casa, después de haber estado fuera 12 horas (en un trabajo por cuenta ajena). Con un par de webs me ha ocurrido que a pesar de haberle echado muchas horas, después de haber pasado unos seis meses, estas no levantan cabeza… en esos momentos me pilla la desesperación de pensar ¡no voy a conseguir la libertad financiera! pero inmediatamente pienso: no, no puede ser! tengo que intentarlo, una y otra y otra vez más, no puedo rendirme ¡tengo que conseguirlo! y pienso en la gente que conozco que ha conseguido vivir libremente sin necesidad de trabajar para otro, por lo que en definitiva: Muchas gracias por escribir estos excelentes artículos, realmente me ayudan mucho a seguir tirando pa’lante 🙂
Saludos!
Rox.
Genial el post, me recordo a una tarde en la playa construyendo un castillo de arena con mi hijo, después unos niños lo destruyeron sin ningun motivo, te quedas pensando que educación tienen o mejor dicho no han tenido.
Me llama enormemente la atención el impacto emocional que puede llegar a tener una historia aparentemente tan sencilla, y es que ahí es dónde permanece la grandeza de la vida, en la cosas más chiquititas, como dice la canción.
Eso sí, ya podía yo tener 11 años, que si hubiera pillado a quien intentó dejarme postrada en un sofá viendo la tele, se hubiera merendado el coco, ese que no encontró, a mi manera… en fin, una nota de humor nunca viene mal!
Un beso muy grande para todos!
Ahí esta….
POEMA DE TODAS MANERAS
La gente es irrazonable, ilógica y egocéntrica.
De todas maneras, me gusta.
Si haces el bien, la gente te acusará
de motivos ocultos interesados.
De todas maneras, haz el bien.
Si eres afortunado,
ganarás falsos amigos y verdaderos enemigos.
De todas maneras, prospera.
El bien que hagas hoy, será olvidado mañana.
De todas maneras, haz el bien.
Honestidad y franqueza te hacen vulnerable.
De todas maneras, se honesto y franco.
Lo que hayas construido durante años,
puede que sea destruido en una noche.
De todas maneras, construye.
La gente necesita ayuda de verdad,
pero te pueden atacar si tu los ayudas.
De todas maneras, ayúdalos.
Ofrece al mundo lo mejor que tienes
y no te lo reconocerán.
Ofrece al mundo lo mejor que tienes.
DE TODAS MANERAS.
Por suerte para tu hermano, tiene alguien que le guie en esta vida y le puede enseñar lecciones que a veces se tardan años en asimilar ¿habría llegado a esa conclusión si no tuviera alguien al lado que se la transmitiera?. Y ahi estas tu para transmitirle esos valores o esa lección positiva que sólo con madurez se consigue.. Te va a salir un hermano muy curtido con un maestro así. Un saludo!
Me ha encantado el post, pero no creo que la solución sea no volver a construir una cabaña, si es tu sueño debes luchar por él sin importar cuántas veces puedas caer. Este fin de semana estaba navegando por la web y me encontré un video de personas que luchan por la vida y por cumplir sus sueños, me gustaría que le echasen un vistazo, a mí me dieron más ganas de vivir
Vale, me gusta mucho el mensaje que envías; es muy cierto.
Pero tu hermano me encanta, es (o era) completamente adorable 🙂
Me encantó esta entrada… y bueno, cuál no? jajaja
Tengo una hermanita de 10 años y esto es algo que trato de inculcarle cada vez que puedo, que siga siempre creyendo en sus sueños y construyéndolos a pesar de todo. Me gusta incentivarla y que tenga valor para hacer lo que desea. Ahora está enganchadísima haciendo pulseras artesanales y las muestra a cada persona que viene a casa, orgullosa de sus logros… y me pone feliz!
Un beso, Ángel!
Me alegro mucho por Alfonso, que finalmente no se rindió y ahora esta construyendo otra cabaña aún mejor.
Felicidades por Alfonso, de verdad. Muchos adultos deberíamos de hacer lo mismo 🙂
Buenas!
Siempre habrá gente con ganas de hacer más mal que bien y destruir los deseos de otros.
El mensaje que le diste a tu hermano es el mejor que le podías haber dado.
Además, es la forma más adecuada de hacer ver al otro que por ese camino no conseguirá nada.
Gracias Angel. Palabras que transmiten verdad en esta vida.
Gran nota. Gran mensaje. Abrazo