Este es el último post de la mini-serie sobre modelos de la realidad y creencias.
Si recuerdas, en el primer artículo vimos cómo tu modelo de la realidad (tu hardware) determina los sistemas que puedes utilizar en tu vida (tu software), y por lo tanto tus resultados.
En el segundo artículo te expliqué para qué sirve tu modelo de la realidad, cómo has ido creándolo desde pequeñito y por qué, sin darte cuenta, durante ese proceso de creación has ido adoptando algunas creencias erróneas o incompletas que ahora te limitan. Además, te di algunos consejos para que de aquí en adelante filtres mejor las hipótesis sobre la realidad que tomas como ciertas.
Por último, en este tercer artículo, te voy a hablar de la importancia de tener un buen modelo de la realidad y de cómo puedes cambiar unas creencias por otras para conseguirlo.
¡Espero que te sea útil!
El origen de todas tus acciones
Tu modelo de la realidad es tu esquema de cómo funciona el mundo, y cada día recurres a él para realizar tres tareas críticas:
1. Identificar causas. Cuando analizas cualquier evento o situación, revisas tu modelo de la realidad para identificar la causa del mismo, y en función de cuál crees que es esa causa actúas de una manera u otra.
Ejemplo: imagínate que estás en el paro y no encuentras trabajo. Si crees que la causa de tu situación son las políticas del gobierno te comportarás de una manera muy diferente a si crees que el problema está en que no estás ofreciendo suficiente valor al mercado.
2. Hacer predicciones. Antes de realizar cualquier acción, utilizas tu modelo de la realidad para predecir el resultado de la misma, y sólo actúas si crees que lo que estás considerando hacer va a generar los resultados que te interesa conseguir.
Ejemplo: si ves a una chica desconocida que te gusta pero estás convencido de que si hablas con ella te va a rechazar, no le dirás nada; por el contrario, si crees que la chica va a reaccionar bien si te acercas a charlar con ella, entonces intentarás conquistarla.
3. Interpretar hechos. La mayoría de hechos son objetivos y no significan nada. Eres tú quien les da un sentido de acuerdo a tu modelo de la realidad.
Ejemplo: el que te echen del trabajo es un hecho objetivo, te han echado de tu trabajo y punto. Sin embargo, el que tú lo veas como una desgracia o como una oportunidad para encontrar algo mejor, determinará tus sentimientos al respecto y las acciones que tomes a continuación.
Como puedes ver, según cual sea tu modelo de la realidad actuarás de una manera u otra, y según como actúes obtendrás unos resultados u otros.
Si tu modelo de la realidad es bueno, tomarás decisiones acertadas y conseguirás lo que quieres.
Si tu modelo de la realidad es malo, tomarás decisiones equivocadas, y acabarás frustrado porque todo te sale al revés.
Por ese motivo, es fundamental que estés continuamente trabajando para mejorar tu modelo de la realidad. Porque cuanto mejor sea ese modelo, mejores serán tus resultados.
La pregunta es: ¿qué es exactamente un buen modelo de la realidad?
La verdad está sobrevalorada
Mucha gente piensa que su modelo de la realidad será mejor cuanto más fiel sea a la realidad objetiva, a la verdad. Sin embargo, este enfoque tiene dos problemas:
- No siempre es fácil saber cuál es la verdad
- La verdad no siempre conduce a las mejores acciones y resultados
Por eso, yo opino que la verdad está sobrevalorada, y que un buen modelo de la realidad es el que te hace tomar aquellas acciones que te van a traer mejores resultados.
Déjame ponerte algunos ejemplos para que entiendas por qué.
Ejemplo 1 – ¿Eres guapo?
Esta es una pregunta difícil de responder, ya que la belleza es una cualidad subjetiva. Aun así, podrías tratar de determinar cómo de guapo eres en base a los cánones de belleza actuales, a las opiniones de los demás y a tus experiencias personales.
En cualquier caso, incluso si “objetivamente” no fueses guapo, creer que lo eres va a traerte muchos más beneficios que “ser realista”.
No sólo vas a sentirte mejor cuando te mires al espejo, sino que vas a comportarte con más confianza, algo que va a ser muy atractivo a los ojos de los demás y que va a producir unos resultados muy similares a los que tendrías si “de verdad” fueses guapo.
Ejemplo 2 – ¿Hay vida después de la muerte?
Podríamos debatir sobre esto durante horas, pero en el fondo da igual lo que pase cuando nos muramos. Lo importante es el efecto que tiene en tu vida el creer que hay algo después de la muerte o que no lo hay.
Hace poco mi amiga Deb contaba en su newsletter que ella es atea, y que siempre había creído que cuando nos morimos termina todo, pero que este verano su padre había estado enfermo y eso le había hecho reflexionar sobre el tema.
La idea de que después de la muerte no hubiese nada más la había deprimido tanto que acabó yendo a la biblioteca a buscar libros sobre la existencia de otra vida para intentar cambiar esa creencia y poder sentirse mejor.
La experiencia de Deborah demuestra que, en casos como este, la verdad o “tener razón” son irrelevantes. Lo importante es sentirse bien, sufrir lo menos posible y poder continuar con tu vida con normalidad.
Ejemplo 3 – ¿Eres el único responsable de tu situación actual?
Hace tiempo publiqué un artículo bastante duro titulado Nadie va a venir a salvarte en el que decía que no tienes derecho a echarle la culpa a los demás de tu situación, porque han sido tus acciones las que te han llevado ahí y por lo tanto estás justamente donde te mereces estar.
¿Es esa la realidad?
Por supuesto que no.
Nuestras acciones son importantes, pero el azar también juega un papel crítico en nuestras vidas.
Sin embargo, considero que la creencia de que nadie va a venir a salvarte y que tú eres el único responsable de tu vida va a hacer que consigas mejores resultados que el creer que eres una víctima de las circunstancias y que no puedes hacer nada para cambiar tu situación. Por eso escribí aquel post.
***
Espero que mis argumentos te hayan convencido de la importancia de ser pragmático y construir un modelo de la realidad que genere exactamente los resultados que quieres, no uno que sea lo más objetivo posible.
Más adelante voy a explicarte cómo puedes cambiar tu modelo de la realidad para que esté alineado con tus metas, pero antes de eso necesitas entender cómo está estructurado ese modelo.
Los cimientos de tu modelo de la realidad
Aunque todos vivimos en la misma realidad, existen hipótesis muy diferentes sobre su funcionamiento.
Por ejemplo, existen una gran multitud de opiniones sobre si comer carne es sano:
- Hay quien cree que no hay ningún problema en comer todo tipo de carne, porque es un alimento muy completo que hemos consumido durante millones de años
- Están los que dicen que sólo deberíamos comer carne blanca como pollo o pavo, porque la carne roja es perjudicial
- Tenemos a los partidarios de que necesitamos comer carne, pero siempre con moderación
- Otros afirman que no deberíamos consumir ningún tipo de carne porque existe una fuerte correlación entre el cáncer y la cantidad de proteína animal consumida
Y así, un largo etcétera.
De entre todas esas hipótesis sobre cómo funciona la realidad, siempre habrá algunas que consideres más acertadas que las demás.
Esas hipótesis ganadoras son lo que llamamos creencias, y son las piezas que forman tu modelo de la realidad.
Desgraciadamente, elegir tus creencias no es algo que puedas hacer a tu antojo. No puedes levantarte una mañana y decidir que vas a creer que los cerdos vuelan porque a ti te da la gana.
Es un proceso automático que realiza tu mente, y está diseñado para aceptar como verdaderas aquellas hipótesis para las que tengas un mayor número de pruebas de que son ciertas.
Esas pruebas reciben el nombre de referencias, y son los cimientos sobre los que se sostiene tu modelo de la realidad.
Volvamos al caso anterior de si comer carne es sano… ¿Qué es lo que hace que te decantes por una hipótesis o por otra?
Pues muy sencillo.
A lo largo de tu vida has ido acumulando información sobre si la carne es buena o mala a través de tus propias experiencias y de lo que te han ido comunicando los demás (socialización).
Por ejemplo, puede que en casa comieseis mucha carne, y que tu madre te dijese que para crecer alto y fuerte hay que zamparse muchos filetes. O que un día te hicieses un análisis de sangre, te saliese el colesterol alto y el médico te recomendase reducir tu consumo de carne roja. O quizá una vez leíste un artículo sobre la dieta paleo que afirmaba que los seres humanos estamos adaptados a comer carne porque hemos sido cazadores durante millones de años.
Toda esa información son tus referencias sobre si comer carne es sano, y funcionan como votos para apoyar una u otra hipótesis.
Tu mente evalúa las distintas referencias, cuenta los votos a favor y en contra de cada hipótesis y selecciona la que tiene mejor puntuación, que es la que pasa a formar parte de tu modelo de la realidad.
¡Ojo! No todas las referencias tienen la misma importancia, sino que algunas son más determinantes que otras.
En general, cuanto más fiable consideres la fuente de una referencia, más impacto tendrá en el recuento final, siendo las experiencias de primera mano las más influyentes. Y cuanto más emocional sea la referencia (más placentera o más dolorosa), más fuerza tendrá a la hora de respaldar una determinada hipótesis. Por eso las crisis suelen desencadenar cambios profundos en nuestro modelo de la realidad.
***
Como ves, las referencias encierran el secreto para cambiar tus creencias, y con ello tu modelo de la realidad. Sin embargo, ese cambio no suele ser sencillo. Veamos por qué.
Por qué es tan difícil cambiar de creencias
Tu modelo de la realidad es un esquema dinámico, que se va re-computando en tiempo real en base a tres factores:
- Las hipótesis que consideras posibles. Para que una hipótesis se convierta en creencia primero tienes que considerarla una posibilidad. Si no estás abierto a que el mundo pueda funcionar de una determinada manera, nunca podrás creer en ello.
- Las referencias que hayas acumulado. A lo largo de tu vida vas acumulando información sobre cómo funciona el mundo, y tu mente utiliza esa información para determinar qué hipótesis sobre la realidad son ciertas y cuáles no.
- La manera en que interpretas esas referencias. La información sobre el funcionamiento del mundo que has ido acumulando desde pequeñito puede tener distintas interpretaciones. Una misma referencia puede servirte para apoyar dos hipótesis diferentes según cómo la interpretes.
Eso quiere decir que es posible cambiar tu modelo de la realidad instantemente modificando cualquiera de los tres puntos anteriores. Por ejemplo, acumulando nuevas referencias que demuestran la veracidad de una hipótesis diferente a la que crees actualmente, o reinterpretando tus referencias existentes para que formen nuevas creencias.
Visto así, podría parecer que es sencillo cambiar la forma en la que ves la realidad. Sin embargo, en la práctica rara vez cambiamos lo que creemos.
Esto ocurre porque estamos programados para mantener nuestro modelo de la realidad a toda costa.
A tu mente no le interesa que lo que ahora consideras cierto cambie, ya que eso significaría tener que adaptarse a una nueva realidad todavía desconocida y aceptar que estabas equivocado, así que se encarga de que interpretes tus referencias y te comportes de una manera que confirme tus creencias actuales.
Este fenómeno se conoce como sesgo de confirmación, y es el culpable de que proceses el pasado de forma selectiva y de que sólo recuerdes aquellos hechos que respaldan las hipótesis que ya consideras verdaderas.
También es el causante de que, a la hora de buscar nuevas referencias, acudas siempre a fuentes que sabes de antemano que están alineadas con tu modelo de la realidad, y de que siempre te comportes de tal manera que tus acciones produzcan exactamente los resultados que esperas.
Por eso cuando defendemos un argumento sólo recordamos aquellos ejemplos que demuestran que llevamos razón. Por eso siempre leemos el periódico afín a nuestra ideología política. Y por eso cuando creemos que algo nos va a salir mal nos suele salir mal.
Esa necesidad de que nuestro modelo de la realidad permanezca estable nos empuja a entrar en un ciclo que hace que nuestras creencias se vayan reforzando a sí mismas a lo largo del tiempo:
Cuanto más creemos en algo, más acciones tomamos para generar nuevas referencias que refuercen esa creencia, y así hasta el infinito.
No es fácil salir de este círculo, y de ahí que nos resulte tan complicado modificar nuestro modelo de la realidad, pero por fortuna tampoco es imposible.
A continuación voy a contarte exactamente cómo hacerlo.
Cómo cambiar una creencia, paso a paso
Antes de compartir contigo los pasos para cambiar una creencia, es importante que entiendas un par de cosas.
La primera es que el proceso de cambio de creencias es, casi siempre, un proceso de sustitución.
Es decir, que no se elimina una creencia ni se añade otra nueva, sino que simplemente se sustituye una por otra.
Esto es así porque, a estas alturas de tu vida, tu modelo de la realidad ya está completo. Ya tienes creencias sobre cómo funcionan todos los aspectos del mundo.
Incluso si nunca has ido a Mongolia, tienes una idea en tu cabeza de cómo es el país y sus habitantes. Sí, es una creencia muy débil porque apenas tiene referencias, y por lo tanto será muy fácil de sustituir, pero está ahí.
Lo segundo que tienes que entender es que, a pesar de que en el artículo utilice los términos creencia y modelo de la realidad, en nuestro día a día no pensamos así. Nadie se levanta y dice «hmmm, que poco me gusta esta creencia limitante, voy a cambiarla por esta otra».
Normalmente lo que queremos es cambiar un comportamiento o una sensación desagradable, o simplemente entender algo que nos ha ocurrido y a lo que no le encontramos sentido, y eso acaba desencadenado el cambio de creencias sin darnos cuenta. En ningún caso funciona como un cambio de lavavajillas, donde primero eliges el nuevo modelo en un catálogo y luego haces la sustitución.
Ahora que tienes claro estos pequeños detalles, vamos al lío.
Sin más dilación: los 3 pasos para cambiar una creencia.
Paso 1: Estar dispuesto a cambiar
Sé que suena cliché, pero el primer paso para cambiar una creencia es estar abierto a ese cambio.
Piensa que no todo el mundo quiere cambiar.
Hay gente que está contenta con su modelo de la realidad actual porque ya les está produciendo los resultados que quieren, y no tienen ningún interés en modificarlo. Y no hay nada de malo en ello.
Normalmente, lo que nos empuja a buscar un cambio de creencias es el dolor.
Cuando los resultados que estamos obteniendo en algún área de nuestra vida no nos satisfacen, empezamos a considerar la posibilidad de que haya algo que estamos haciendo mal o que se nos está escapando.
Esa insatisfacción hace que entremos en un estado en el que estamos abiertos a nuevas posibilidades o en el que incluso empezamos a buscarlas activamente, y ahí es cuando es posible el cambio.
En mi caso, para cambiar mis hábitos de alimentación y ejercicio primero tuve que sentirme débil y sin energía durante meses y tener una mala experiencia jugando al racquetball.
Y para poder encontrar La semana laboral de 4 horas, primero tuve que llegar a un punto en el que tenía la vida resuelta y aun así no era feliz.
Esas situaciones fueron las que me hicieron entrar en un estado en el que estaba dispuesto a escuchar y probar otras alternativas, y si examinas tu vida seguramente descubras algo parecido.
Sin embargo, aunque la mayoría de cambios de creencias tienen su origen en momentos de insatisfacción, no tiene por qué ser siempre así.
No es necesario pasarlo mal ni que el universo te dé una bofetada para poder cambiar tu modelo de la realidad.
Puedes estar permanentemente preparado para cambiar… si cultivas la mentalidad adecuada.
El secreto está en ser humilde y recordar en todo momento que tus creencias no son verdades absolutas e inamovibles, sino hipótesis sobre como tú crees que funciona la realidad, y que el mundo es un lugar tan complejo que lo más probable es que no sean perfectas.
Debes estar siempre abierto a la posibilidad de que algo no sea como tú pensabas, y cuando eso ocurra, no avergonzarte de haber estado equivocado durante años, sino sentirte afortunado de poder corregir tu modelo de la realidad, porque eso va a tener un impacto muy positivo en tu vida.
Tener esa actitud hace que estés en un estado de cambio continuo, buscando en todo momento nuevas creencias para actualizar tu modelo de la realidad y de esta manera mejorar tus resultados.
A todas las personas que conozco que piensan así les suele ir muy bien, así que si sólo aplicas una idea de este artículo, que sea esta.
Paso 2: Encontrar una nueva hipótesis
Una vez que estás abierto a cambiar, el siguiente paso es definir en qué va a consistir ese cambio.
Para ello, tienes que encontrar una hipótesis que no sea parte de tu modelo de la realidad y que te haga plantearte lo siguiente:
«Oye, ¿y si el mundo funciona de esta manera en vez de como había creído que funcionaba hasta ahora? ¿Y si las cosas son de esta manera en vez de esta otra?»
Esta hipótesis alternativa puede surgir de muchos lugares…
- De una experiencia que vivas de primera mano
- De una historia que leas en un libro
- De un consejo que te dé otra persona
- De un patrón que hayas observado
- De una conclusión a la que hayas llegado por tu cuenta
Sin embargo, para que la consideres como una hipótesis factible, debe cumplir dos condiciones.
La primera es prometer mejores resultados que los que estabas consiguiendo hasta ese momento, porque si no creyeses que la nueva hipótesis es más acertada que la actual y que va a traerte más placer y menos dolor, no tendría sentido integrarla en tu modelo de la realidad.
La segunda es ser compatible con tu pasado. Es decir, que la nueva hipótesis te permita interpretar todo lo que te ha ocurrido años atrás de una manera que tenga sentido. Y a ser posible, que te ayude a entender por qué tus acciones anteriores no estaban funcionando.
Veamos un ejemplo para que lo entiendas mejor.
Durante mis años en Microsoft, como tenía algunos ahorros parados en mi cuenta corriente, decidí empezar a invertir en bolsa.
En aquel momento yo creía que invertir en bolsa significaba comprar acciones de una empresa que pensases que iba a subir, así que, siguiendo mi intuición y los consejos de mi compañero de piso, compré participaciones en varias compañías.
Mis primeros experimentos me salieron bien, y gané algo de dinero. El problema es que eso hizo que me viniese arriba y pensase que tenía olfato para invertir, cuando en realidad estaba jugando al casino.
Después del hundimiento de Nokia, y cegado por mis éxitos recientes, compré 10.000 dólares de acciones de la compañía sueca porque «habían bajado mucho y en el futuro tenían que subir sí o sí». Pero no sólo no subieron, sino que cayeron otro 50%.
De un día para otro perdí 5.000 dólares, y eso me dolió tanto que entré en un estado en el que estaba dispuesto a cambiar mis creencias sobre la bolsa y las inversiones.
Eso me llevó a leer un libro llamado I Will Teach You To Be Rich, que explicaba que comprar acciones de una empresa confiando en que suban no es invertir, sino especular, porque es imposible predecir el comportamiento del mercado. También afirmaba que incluso los grandes gestores de bolsa (salvo Warren Buffet y pocos más) eran incapaces de superar el rendimiento del mercado durante varios años consecutivos, y que lo ideal era comprar un fondo gestionado por un ordenador que simule un índice y no tocar tu dinero.
Esta nueva manera de entender el mundo de las inversiones prometía mejores rendimientos y sobre todo no perder pasta, y explicaba perfectamente lo que me había pasado con Nokia, así que era una hipótesis que merecía la pena considerar.
Digo considerar porque, en este punto, esa nueva posibilidad todavía seguía siendo sólo eso: una posibilidad.
Y es que para que una hipótesis se convierta en una creencia y pase a formar parte de tu modelo de la realidad todavía falta un último paso.
Paso 3: Validar la nueva hipótesis
En cualquier área de tu modelo de la realidad, la hipótesis que tomes como cierta será aquella que cuente con más pruebas de que es verdad.
Por eso, para completar un cambio de creencias no sólo necesitas encontrar una nueva hipótesis, sino también acumular suficientes referencias que la apoyen hasta llegar a un punto en el que supere en «votos» a la creencia anterior.
Hay tres maneras de conseguir esto:
1. Comportándote como si la nueva hipótesis fuese cierta
Este método consiste en darle una oportunidad a la hipótesis que estás evaluando y actuar durante un periodo de tiempo como si fuese cierta.
Eso te llevará a realizar acciones diferentes a las que estabas realizando hasta ese momento, que a su vez producirán resultados distintos que te permitirán evaluar si la nueva hipótesis es beneficiosa para ti.
Por ejemplo, cuando descubrí que existía un protocolo de alimentación llamado ayuno intermitente que afirmaba que hacer 2 comidas al día (almuerzo y cena) no sólo no era perjudicial para el organismo, sino que podía ser incluso beneficioso, lo primero que hice fue probarlo.
Aunque los primeros días pasé un poco de hambre, en cuanto me acostumbré al nuevo sistema me di cuenta de que me ahorraba muchísimo tiempo en la cocina, me simplificaba la vida y hacía que no estuviese pensando todo el día en comer. Además, durante esas primeras semanas me sentí más despierto y con más energía que nunca.
Todas esas sensaciones positivas se convirtieron en referencias en favor de la hipótesis de que saltarse comidas de vez en cuando es la forma óptima de alimentarse.
2. Buscando más pruebas sociales de que la hipótesis es correcta
Además de generar nuevas experiencias de primera mano, también puedes recopilar referencias de terceros que apoyen tu hipótesis.
Las dos formas más comunes de hacerlo son:
- Localizar más gente que crea en la hipótesis y que ya estén obteniendo los resultados positivos que tú deseas
- Buscar libros o artículos de expertos que defiendan la hipótesis
En el caso del ayuno intermitente, además de probar el método por mí mismo decidí investigar más sobre el tema.
Al hacerlo descubrí que había más personas que lo respaldaban y que lo practicaban, algunos de ellos culturistas y expertos en nutrición, y que había muchos estudios científicos que demostraban sus efectos beneficiosos en el organismo.
Esas referencias no fueron tan influyentes como mis propias sensaciones, pero también contribuyeron a hacer posible el cambio de creencias.
3. Reevaluando tus experiencias pasadas a la luz de la nueva hipótesis
Por último, la tercera manera de conseguir apoyos para hacer posible el cambio de creencias consiste en analizar todas las referencias que ya tuvieses y que apoyasen la creencia que quieres sustituir, e intentar reinterpretarlas a favor de la nueva hipótesis.
Esto es posible porque una referencia es sólo información, y somos nosotros quienes la interpretamos y le damos un sentido.
En el caso de mi alimentación, una de las referencias que sostenían mi creencia de que había que hacer 6 comidas al día era que cuando había empezado a comer de esa manera en el pasado había bajado de peso.
Sin embargo, después de conocer la existencia del ayuno intermitente, me di cuenta de que no había perdido peso porque hacer 6 comidas diarias acelerase mi metabolismo, sino porque había empezado a comprar alimentos más sanos y a cocinar en casa. Por lo tanto, mientras mantuviese esos hábitos saludables daba igual el número de veces que comiese al día.
Lo que conseguí con esta maniobra fue «robarle votos» a la creencia de la que quería deshacerme y dárselos a la nueva hipótesis.
Si quieres saber más sobre cómo identificar todos esos pensamientos y creencias que tienes arraigados en tu cabeza y cómo empezar a darles la vuelta para que sea más fácil conseguir tus objetivos, no te pierdas esta masterclass gratuita de Patricia Ibañez.
Conclusiones
Tu modelo de la realidad es el origen de todas tus acciones y sentimientos, y cambiarlo a mejor puede tener un gran impacto en tu vida.
En este artículo te he explicado a mi manera, sin coaching ni PNL, cómo realizar ese cambio.
Como has podido comprobar, no es algo sencillo, pero se puede conseguir. Y aunque lleve tiempo y esfuerzo, los resultados merecen la pena.
Para mí, mejorar mi modelo de la realidad es un sinónimo de crecer como persona, de evolucionar. Creo que todo gran avance personal va precedido de un cambio de creencias, y por eso estoy siempre a la busca y captura de nuevas hipótesis más útiles y beneficiosas para mí.
Esa curiosidad por aprender más sobre el mundo y su funcionamiento no sólo ha mejorado mis resultados, sino que ha sido una fuente de satisfacción y felicidad, y espero habértela trasmitido en esta serie de posts.
Para acabar, me gustaría despedirme con una frase de Henry Ford que resume muy bien el poder de las creencias:
«Tanto si piensas que puedes, como si piensas que no puedes, estás en lo cierto»
¡Un abrazo y buena suerte!
Foto: La vía hacia delante
Soldadito Marinero dice
Muy cierto e interesante.
Habría añadido una cuarta dificultad para cambiar de creencias, aunque se menciona de forma implícita en todo el texto: Están poderosamente arraigadas dentro de nosotros, las referencias que hemos visto desde niños se han convertido en verdades casi absolutas porque ni siquiera es fácil concebir la posibilidad de cambio. Por eso cuesta tanto sustituirlas, porque todo nuestro entorno se ha construido sobre los cimientos de tales creencias, cuando hablamos de temas de esencia (no como estar guapo, que es un tema de matiz, sino por ejemplo el estilo de vida de la sociedad actual)
Muy bueno, enhorabuena como siempre!
Un abrazo.
Jose Maria dice
Hola Angel, normalmente tengo poco tiempo para leer tus post, pero este me ha parecido el mas acertado de los que te he leido, especialmente util por su enorme esfuerzo de sintesis, detras de la que veo muchisimo trabajo y cariño en lo que haces, enhorabuena
Alex dice
Muy buen post,
Tienes razón en que los coaches y PNLeros, como los llamas tú, se enredan con técnicas cada vez más complejas y al final no hay quien les entienda. Pero la base del cambio de creencias es más o menos la misma. Tony Robbins lo explica más o menos igual en su libro «Despertando al gigante interior», si no lo conoces (que me extrañaría) te lo recomiendo 🙂
El mayor problema que le veo al cambio de creencias es que algunas de ellas están ocultas, y ni siquiera somos conscientes de que las tenemos. La mayoría no acepta que la realidad es subjetiva hasta cierto punto, y por tanto ni siquiera se plantea que se puede cambiar. En ese sentido, creo que esta serie de posts pueden ayudar mucho.
Un abrazo,
Alex
Mª Sola dice
Efectivamente gran parte de los convencimientos adquiridos en la infancia se enmascaran en nuestro inconsciente de tal manera que aunque tomemos conciencia del mal que nos hacen, para revelarlos tenemos que hacer esfuerzos ímprobos continuados. Una vez dijo José Luis Sampedro que en el momento que emergían, él los anotaba en una libretilla que llevaba siempre en el bolsillo. De esa manera forzaba a que aflorasen y en consecuencia, se pudieran modificar y manejar (desterrarlos completamente es bastante difícil) de un modo algo más eficiente.
Ernesto dice
Hola Ángel,
Te felicito por esta serie de artículos sobre las creencias y como cambiarlas. Los ejemplos que citas, que parten de tu propia experiencia, son muy clarificadores.
Creo que en este proceso, lo más difícil es identificar nuestras creencias limitantes, ya que para conseguirlo, debemos pasar por un proceso de autoconocimiento bastante profundo. A mi entender (¿será fruto de una creencia? 😉 la «mejor» situación para empezar dicho proceso es a partir de una crisis, ya que el dolor nos lleva a querer buscar soluciones, cueste lo que cueste. El sufrimiento nos empuja para querer ahondar a fondo en el autoconocimiento y poder encontrar respuestas a lo que nos ocurre o nos ha sucedido.
De nuevo, felicidades por esta serie de artículos más profundos, siempre respaldados por tu propia experiencia.
Un abrazo, espero verte pronto.
Ernesto
Patricia Ibáñez dice
Hola Ángel,
excelente artículo como siempre y muy acertada la secuencia en la que los has escrito.
Por cierto, el hecho de que desde la PNL se estudie y se trabaje con el cambio de creencias no quiere decir que se tenga que explicar de forma complicada o difícil (esta es otra creencia). De hecho, la PNL sirve al fin y al cabo para mejorar la comunicación con uno mismo y con los demás. Por eso, quien la explique de forma ‘complicada’, es porque esa persona seguramente no lo tenga claro ni él o ella (conozco a muchos así). Es como los profes de matemáticas: hay algunos que lo explican de forma complicada y otros lo hacen de forma más sencilla, depende de la destreza y las habilidades de comunicación del profesor (y su interés porque los demás lo entiendan).
A mí solo me gustaría aportar dos cosas: que la nueva creencia ha de estar en concordancia con los valores de esa persona, y que tiene que cumplir la intención positiva de la anterior (a veces tenemos creencias que ya no nos son útiles para conseguir algo pero cumplen una función en otro aspecto. La nueva creencia ha de proteger esa función porque de lo contrario puede pasar que con el tiempo el cambio de creencias no funcione lo bien que debería funcionar).
Como siempre, me alegro de que escribas sobre estos temas, Ángel.
Un abrazo!
Rafael Ramo Cervera dice
Fantástico post.
Al cerebro le gustan mucho los datos y su «cuantificación».
En este sentido, es muy enriquecedor el cambio de referencias que nos está aportando los nuevos avances en física y mecánica cuántica.
Gracias Angel, un abrazo:
Rafa
Charli dice
En primer lugar quería darte las gracias Ángel por esta serie de artículos, tanto por el valor que aportan como por el trabajo que llevan, no es fácil aterrizar todos estos conceptos en la realidad, hacerlo con un lenguaje llano y entendible y además darles una aplicación práctica, así que puedo imaginar el curro que te habrá llevado.
Y de nuevo, me he sentido alineado con todo lo expuesto en el post pero hay algo que no se si he entendido bien, dices:
«Espero que mis argumentos te hayan convencido de la importancia de ser pragmático y construir un modelo de la realidad que genere exactamente los resultados que quieres, no uno que sea lo más objetivo posible.»
Yo entiendo que lo ideal es que primero seas consciente de como es una situación desde un punto de vista objetivo y a partir de ahí trabajes tu modelo de la realidad para conseguir los resultados que más te interesen poniendo en marcha todos los mecanismos que nos has contado en esta serie de post. No se si te referías a eso o ¿Crees que ni siquiera es necesario ser consciente de la situación desde un punto de vista objetivo y que es mejor trabajar directamente tu modelo de la realidad para conseguir los resultados que a ti te interesen?
Y cambiando de tercio, has comentado que a menudo es la insatisfacción la que nos lleva a cambiar nuestros modelos de la realidad aunque (añadías también):
«No es necesario pasarlo mal ni que el universo te dé una bofetada para poder cambiar tu modelo de la realidad.»
Y tienes toda la razón, no es un requisito indispensable para conseguirlo, pero si es cierto que el dolor nos ayuda a recuperar la consciencia y no caer en el piloto automático, que es ese otro yo que tenemos y con el cual no podemos comunicarnos directamente, pero sin embargo el dolor si puede hacerlo y por tanto puede ayudarnos en la labor de cambiar nuestro modelo de la realidad. Un ejemplo muy básico: Te dicen que no debes tocar ese botón rojo que hay en la puerta, si lo tocas y no pasa nada será más probable que lo vuelvas a tocar que si recibes una descarga eléctrica cada vez que lo toques. (Ya he dicho que era un ejemplo muy básico 😉 )
Como te decía al comienzo, gracias por haber aterrizado todos estos conceptos de forma entendible y con ejemplos, entiendo que estos temas pueden dar para escribir ya no series de post sino libros y libros, todos tenemos una opinión y queremos dar la nuestra… pero al final, esto es un post y se trata de aportar valor sintetizando todo lo posible y desde luego tu lo has hecho, de nuevo muchas gracias por compartir todo esto Ángel.
¡Un fuerte abrazo!
Alex dice
Hola Charli,
No sé si me estoy columpiando, pero creo que se refiere a que es imposible que conozcamos la realidad al 100% ya que no hay ninguna verdad absoluta, y que por tanto más que centrarnos en tener un modelo totalmente correcto de cómo es el mundo, es más útil desarrollar las creencias que más nos ayuden.
Aún así, en mi opinión sí que es importante ser lo más fieles posibles a la realidad y estudiar nuestra situación para poder emprender acciones que tengan sentido. Pero creo que ambas cosas son compatibles.
A ver qué dice Ángel al respecto 🙂
Charli dice
Hola Alex,
gracias por responder, si, desde luego tiene sentido lo que dices. ¡Hombre! yo tampoco me refiero a que seamos 100% objetivos, más bien que seamos conscientes de que, a sabiendas de que no vamos a tener una visión completamente objetiva tratemos de obtenerla, y a partir de ahí trabajemos para conseguir los mejores resultados posibles.
Creo que con diferentes palabras pero pensamos igual 😉
¡Un saludo y gracias por haber respondido!
Ángel Alegre dice
Charli plantea lo siguiente:
«Yo entiendo que lo ideal es que primero seas consciente de como es una situación desde un punto de vista objetivo y a partir de ahí trabajes tu modelo de la realidad para conseguir los resultados que más te interesen poniendo en marcha todos los mecanismos que nos has contado en esta serie de post. No se si te referías a eso o ¿Crees que ni siquiera es necesario ser consciente de la situación desde un punto de vista objetivo y que es mejor trabajar directamente tu modelo de la realidad para conseguir los resultados que a ti te interesen?»
El problema de esto que planteas es que no puedes creer dos cosas diferentes a la vez. Es decir, no puedes creer en lo que tu consideres «la verdad objetiva» y al mismo tiempo en «otra cosa que te beneficie más», porque en ese caso tu mente va a actuar tomando la primera como cierta, no la segunda.
Para que la creencia más beneficiosa tenga efecto tienes que verla como si esa fuese la verdad objetiva.
Es decir, no puedes decir «sé que objetivamente soy feo pero voy a creer que soy guapo porque así me irá mejor», porque acabarías comportándote como si fueses feo. Tienes que creer realmente que eres guapo, y verte guapo cuando te mires al espejo. Ahí es cuando te comportarás como si fueses guapo.
Luego está el problema que comenta Alex: ¿existe realmente una realidad objetiva? Y en caso de que existiese, ¿podemos determinar exactamente cuál es?
Creo que muchas veces perdemos el tiempo discutiendo qué es verdad y qué no lo es, olvidando que el conocer la verdad es sólo un medio para conseguir los resultados que buscamos. Si tu versión «de la verdad» funciona, ¿qué más da que esté «equivocada»?
Un ejemplo absurdo: imagínate que alguien cree que comer muchas verduras le hará bajar de peso porque tienen un componente químico especial que favorece la pérdida de grasa. Obviamente, esto no es cierto. Sin embargo, esa persona comerá muchas verduras todos los días y bajará de peso, así que su verdad funciona igual de bien que la verdad objetiva.
Charli dice
Gracias por responder Ángel.
Entiendo lo que dices y lo comparto en el contexto que has planteado, pero como no quise alargar más mi comentario no entré en detalles y veo que no quedó bien definida la pregunta ( mea culpa 😉 ). Yo no me refería a mantener ambas creencias a la vez, sino sustituir una por otra de forma progresiva.
Me explico siguiendo el ejemplo que has puesto, si trato de verlo desde un punto de vista objetivo y tomo consciencia de que le resulto feo a otras personas, es más probable que me esfuerce por intentar explotar otros recursos que tenga y por tanto puede que obtenga mejores resultados, lo cual dé lugar a nuevas referencias que me ayuden a cambiar la creencia de «feo» por la de «tío del montón» o «guapo».
En cualquier caso, muchas gracias por haber respondido Ángel.
Airún dice
Siguiendo con el atributo «guapo o feo». Yo lo veo todo mucho más simple,seguramente sea más ignorante que todos vosotros, por ser más nueva en ésto. Bueno, ya me la pegaré.
Y es que nos olvidamos de que la realidad NUNCA es objetiva. Vivimos en una realidad PERCIBIDA. Entonces yo porqué me siento feo? Porque los demás me lo hacen sentir. Normalmente te hacen sentir feos los feos, no los guapos, porque claro, un guapo no tiene que potenciar sus otras cualidades en el corto plazo ( aunque en el largo, ya sabemos el mito de que …..todos los guapos son tontos..;).
El feo es tu competencia, no el guapo, luego si está seguro que tú tienes más potencial o más habilidades que él, te va a hundir haciéndote sentir feo, porque el ser humano es así.
Lo mismo se aplica a un inteligente de verdad y a un mediocre. El mediocre te va a hacer creer que eres súper mediocre, mientras que el inteligente de verdad va a descubrir en tí tu potencial y te va a ayudar a aflorarlo. Simplemente porque el mediocre no puede subir un estadio a inteligente y se dedica a hacer que los demás se sientan más mediocres.
Por eso, hemos de descubrir cuál es la realidad objetiva, y no estoy de acuerdo en lo que dice Ángel de que da igual si tu verdad es verdadera o no, porque lo que importa es que te funcione. PUES CLARO QUE NO DA IGUAL: Entre otras cosas, porque el feo sino lo es, va a acabar haciéndose la cirugía estética o no atreviéndose a conquistar a esa chica que tanto le gusta por temor a ser rechazado.
Yo he descubierto que el mundo está lleno de personas que contínuamente tergiversan la realidad, para conseguir ellos sus objetivos, ya que no son capaces de cambiar sus referencias. Ojito!!!
Pero sigo con el hilo para evitar que el roto se haga más grande.
Entonces antes de ponerte a buscar referencias y potenciar tus otras habilidades, hay que hacer dos cosas : Buscar la verdad, y si quieres saber si eres feo, pregúntaselo a los guapos, no a los feos, sino, te estás equivocando.
Luego, una vez sabes que eres feo o guapo, antes de irte por los ramales y perder el tiempo en cambiar referencias, pon a prueba primero tu punto débil. Descubre si esa chica piensa si eres feo. Pero además imagínate que lo piensa, ahora averigua si éso es importante es para ella. Porque si éso es importante para ella, búscate a otra. Si vas a enamorarla potenciando tus otras habilidades, después de haber buscado referencias para cambiar tu creencia, al cabo de un tiempo te dejará por otro más guapo, NO LO DUDES, te destrozará y vas a tardar en remontar.
Pero lo más importante. Y es que si esa chica , piense que eres feo o que no, si le importa un pimiento todo éso, resulta que va a pensar que eres más tonto de lo que ella creía por empezar a buscar referencias en tí mismo y no en ella, y al final se va a cansar de tus tonterías y te va a mandar a freír espárragos.
En resumen, ojo con la realidad objetiva y ojo con la interacción de los demás sobre nosotros, porque nos puede devolver un feed back equivocado sobre nuestro » cambio de creencias».
Ángel Alegre dice
La creencia de que eres feo va a hacerte actuar de una cierta manera. Esa manera puede ser decir «soy feo, nací así y estoy condenado a no comerme un rosco toda mi vida», o puede ser la que tu dices: «soy feo, pero voy a aprender a interaccionar muy bien con la gente para resultar más atractivo».
En el segundo caso, tus resultados mejorarán pero no cambiarán la creencia de que eres feo. Es decir, seguirás creyendo que eres feo pero que aun así ligas porque has desarrollado otras habilidades, y conseguirás resultados similares a los que conseguirías si creyeses que eres guapo pero con creencias diferentes.
Charli dice
Después de darle vueltas y vueltas, estoy de acuerdo contigo en que tener un modelo de la realidad lo más objetivo posible no significa que cambies de creencia, pero si pienso que también puede generar buenos resultados.
De nuevo, muchas gracias por haber respondido Ángel.
Un abrazo!
Jorge dice
Venía a comentar precisamente algo en relación con lo que estáis debatiendo. Opino que se trata de un post muy trabajado e interesante pero discrepo con esa parte de cambiar creencias por puro pragmatismo:
Eso de «hackearse» uno mismo para obtener ventajas puede ser contraproducente.
Un ejemplo, por desgracia demasiado recurrente en nuestro país: la corrupción. Supongamos un tipo que inicialmente entrase en política, no con ánimo de lucrarse, sino de aportar valor a la sociedad; y que tras unos años de desencanto acaba incurriendo en prácticas de dudosa moralidad que le empiezan a generar grandes beneficios a titulo personal. Puede que coja y empiece a plantearse ese viraje entre creencias excluyentes:
Creencia A- «No me metí en política para enriquecerme; esto de mover contactos para hacer adjudicaciones no está bien, he de dejarme de hostias y trabajar duro y de forma honrada aunque eso me suponga más sacrificio y tal vez no solo no me sea reconocido por mi entorno, sino que me cueste enemistades y me caigan palos por todas partes».
Creencia B- Bueno, a fin de cuentas, estos amaños que me proponen me suponen grandes beneficios a costa de pocos esfuerzos y si no lo hago yo lo va a hacer a hacer otro…
Muchos de estos tipejos sustituyen pragmáticamente la creencia A por la B, y esto esta, al menos en términos morales «objetivamente mal». Y seguirá estandolo independientemente de que acaben encarcelados o viviendo impunemente a cuerpo de rey, porque la verdad no viene determinada por aquello que ocurre sino por lo que debería ocurrir, aunque no llegase a ocurrir jamás.
Evidentemente el ejemplo que he usado es más drástico porque implica no solo traicionarse uno mismo sino también castigar injustamente a otras personas (en el caso de la corrupción, a toda la sociedad).
Me podéis decir que es que, si hablamos de moral estamos ya mezclando churras con merinas y el ejemplo no es válido, porque la moral esta ligada a los valores y uno a la hora de adoptar o validar creencias ha de hacerlo siempre de acuerdo a su sistema de valores ¿pero acaso nuestros valores no son la conclusión lógica de otras creencias superiores ya consolidadas? Y ahí es donde quiero llegar:
A que la adopción de creencias por cuestiones pragmáticas en vez de por un sincero proceso analítico de pensamiento crítico, nos puede llevar a adquirir creencias erradas por pura autocomplacencia, que entran en contradicción con nuestra lucidez, y que paradójicamente nos beneficien a título personal más que aquellas otras creencias cuyas conclusiones no nos gustaban tanto. Esas conclusiones que no nos gustan son embargo más representativas de nuestra percepción honesta del mundo en el que vivimos y de nuestro sistema de valores, y solo por eso habríamos siempre de obrar en coherencia.
Esto mismo trasladado al ejemplo que planteáis: pensar que uno es guapo cuando sabe que socialmente es percibido mayoritariamente como un tipo feo de acuerdo a los cánones estéticos actuales, puede efectivamente suponerle mejores resultados a la hora de ligar que resignarse ¿pero porque asumimos que tenga que resignarse aun asumiendo su fealdad estética? En lugar de engañarse a sí mismo -y por tanto traicionar su lucidez de alguna forma- aceptar esa fealdad estetica (no es un hecho objetivo que sea feo, pero sí que esteticamente es percibido como tal por la mayoría) no tiene porque implicar necesariamente resignarse a no trabajar el amor propio y el autoestima, sino que puede incluso ser un incentivo para adquirir por ejemplo habilidades sociales al tiempo que refuerza la creencia de que la belleza de un individuo no se limita exclusivamente a su presencia física. Conseguirá el mismo resultado (más autoestima y más exito al ligar) sin necesidad de engañarse.
Y bueno, siento la parrafada, por supuesto no creo estar en posesión de ninguna verdad absoluta 🙂
Para acabar os dejo parte de un texto del cineasta Adolfo Aristarain (y os recomiendo muy mucho su película «lugares comunes»):
«El Lúcido no puede engañarse a sí mismo, no puede anular la actividad constante de su percepción. Sabe que la vida no es un camino progresivo que empieza en un punto y se dirige hacia una meta. Sabe que la vida nace con la muerte adosada, que la vida y la muerte no son consecutivas sino simultáneas e inseparables. Sin muerte no hay vida, no hay urgencia, voluntad, placer, preservación de la especie, instinto sexual. Sin muerte no hay tiempo y sin tiempo no hay acción, hay inmovilismo.
¿Cómo se puede vivir sabiendo esto, siendo tan lúcido, tan consciente de la precariedad del hombre? ¿Cómo se puede convivir con el Absurdo a una edad en la que es difícil protegerse con el cinismo? La lucidez no viene sola, viene acompañada por una fuerza vital, por una especie de motor que transforma esa conciencia, esa angustia, en energía. Esa energía, ese impulso, genera a su vez alegría, una sensación de orgullo por saberse capaz de vivir sin mentirse aunque duela.»
Airún dice
Me ha encantado el post. Brillante, bien resuelto, coherente y práctico !
A mí personalmente me gusta conseguir un equilibrio en los diferentes ámbitos de mi vida, así que me dedico más a aplicar paralelismos de «cambios » que a «cambiar creencias en el mismo ámbito «.
Ejemplo: Siempre he creído que era una petarda en el deporte. Lo sigo siendo, sólo que ahora estoy más «buenorra» y me siento mejor, o eso creo.
Pero claro, tal y como tú dices, hacer deporte para mí es doloroso, no me aporta satisfacción y encima es incompatible con mi pasado : Siempre he sido de traca. En el instituto me castigaban cuando íbamos al parque a correr y me quedaba bajo la sombra de un árbol descansando.
Entonces ¿ Cómo cambiar ? Recordé que hace 8 años odiaba mi pelo. Indomable, sin brillo ni lucidez y con una mata que podía satisfacer a varios calvos de una vez ( me refiero al pelo eh? ). Entonces me busqué una peluquería en la que me enseñaran a querer mi pelo, porque lo importante , que sí lo son, no son sólo los cuidados que te apliquen en la peluquería, sino lo que tú vas a hacer por tu pelo. Y desde que me enseñaron a querérmelo, no sólo mejoró mi pelo, sino mi imagen, empecé a cambiar de estilo de ropa, me empecé a cuidar la cara y ahora soy un bellezón ( nos os pongo la foto para que no os hundáis . Es broma!)
Total, que pensé que con el deporte debía hacer lo mismo. Así que me enteré que había un entrenador personal que era la bomba y que conseguía hacer que corrieran hasta los amantes de los que » descansan por el día para dormir por la noche «. Empecé a experimentar dolor y más dolor. Sólo iba los domingos, pero los 4 siguientes días no podía ni conducir, el quinto me recuperaba, el sexto día podía hacer vida normal y el domingo vuelta a empezar. Y encima durante 6 meses no le hice demasiado caso,porque mi pasado me perseguía y me hacía pensar que nadie, ni siquiera el mejor entrenador, reconvierte a una pedorra como yo. Pero nunca dejé de pensar en lo bien que me había ido con mi pelo, y con mi nueva imagen, y que si era capaz de hacer algo bien que siempre había hecho mal, sería capaz de cualquier cosa. Así fue como conseguí no sólo estar en forma, sino atreverme a …. esquiar y surfear !
Caro chan dice
Ayy Angelito! Qué escalofrío recorrió mi espalda el día que descubrí a Tony Robbins…y de ahí a ser una yonki de cambiar de creencias hay dos pasos! Jajaja
Muchas veces creo que el mayor impedimento para cambiar creencias es el apego, sí nos apegamos hasta a los pensamientos, como si pensar otra cosa nos dejara desaropados.
Me ha gustado muchísimo el artículo, de aquí a que te publiquen en revistas especializadas dos suspiros chaval!*.*
Chuuu!!!
Ángel Alegre dice
¿Has visto el documental «I’m not your guru»?
Este año quiero ir al seminario de Tony de Unleash the Power Within, en el que te hace caminar sobre brasas. ¡Ya te contaré qué tal! 😀
Edgar dice
Muy buenas,
Un artículo genial de algo que creo que no es nada fácil de explicar…. tu lo has hecho de una forma muy buena, me gusta mucho como cuentas las cosas y una vez más has hecho un artículo que creo que mucha gente debería leer.
Tiene pinta que sobre esto de las creencias se podría escribir todo un libro pero tu has hecho un muy buen resumen.
La verdad está sobrevalorada y las creencias no son fáciles de cambiar, nuestra memoria es selectiva y recordará más aquello acorde con nuestras creencias y olvidará aquello que no este alineado con ellas.
Eres un genio de la escritura Angel.
Jose A. Galián dice
Qué gran artículo final sobre el tema de las creencias Ángel. Yo siempre he sido bastante aficionado a PNL y temáticas parecidas aunque mi relación con ellas siempre ha sido un poco de amor odio. Veo que les falta efectividad.
A modo personal diría que he echado en falta más ejemplos prácticos de cambio de creencias, ejemplos de variados de todo tipo (me encantan los ejemplos). Esto es una opinión personal ya que opino que el artículo es una pasada y tan práctico y útil como todos los que escribes.
Con respecto al cambio de creencias, que puedo decir, es algo que me fascina y qué a la vez me resulta un poco dificultoso y estresante porque me cuesta bastante poner en práctica cada uno de los puntos que describes que es algo que yo más o menos ya tenía identificado. El ponerme manos a la obra con cada uno y que todo salga bien me resulta bastante complicado.
Pero todo es ponerse.
Enhorabuena compañero
Totevk dice
Las creencias son algo propio de los seres humanos, difícil de cambiar cuando las tenemos asumidas. Si es bueno o no, cambiarlas, pues depende del punto de vista. Hay quien vive contento con su perspectiva y se niega a cambiarla y es feliz. Quien es propenso a cambiar sus creencias y libera su mente para poder estar abierto a esos cambios no significa que sea más feliz, si no que esa persona se cree más feliz creyéndose que lleva la razón al tener la mente más abierta.
Mari Jose dice
Mucho me ha gustado!
Coincido 100%. Y la búsqueda de nuevas referencias no puede parar nunca. Siempre hay algo nuevo que aprender que te aporta satisfacción (a ti o a los que te rodean) y algo de lo que deshacerte que es un lastre en tu vida. Aunque sea algo nimio, la evolución ha de ser constante hasta el fin de tus días. Para mí, leerte a ti y a otras personas, es evolucionar mentalmente. No quiero dogmas ni personas dogmáticas en mi vida. Nada he firmado ante notario que no pueda ser sustituido o mejorado. Todo puede cambiar.
Gracias por compartir.
Alicia González dice
Hola!
Me parece estupendo que te hayas animado a abordar este tema a tu manera. Cada vez más personas se pierden entre teorías y teorías que no se sienten capaces de aplicar y es muy necesario que encuentren artículos como este con los que poder conectar.
Sobre la verdad: la semana pasada escuché decir a Alejandra Llamas, una coach cuya labor y método están bastante reconocidos actualmente, que la verdad no existe. Que lo único que es real y corresponde a la verdad son los sucesos y hechos tangibles y fácilmente demostrables.
Su aporte me pareció muy interesante y la comparto al 100%. Que cada uno de nosotros haga una interpretación de la realidad no significa que esta corresponda a la verdad absoluta, sino que, a mi parecer, lo que significa es que necesitamos tener un modelo de la realidad, como tú dices, que nos permita disponer de un marco de referencia a la hora de definir nuestro comportamiento.
Según lo que he leído y lo que he podido ver en mi entorno más cercano, el desafío reside no en el hecho de sustituir unas creencias en otras, sino en identificar las causas que nos han llevado a asumir una determinada idea como certera y el trasfondo por lo que hacer X o Y nos resulta desagradable.
Este tema me parece apasionante y estoy investigando más sobre él, ¡gracias por aportar tu pedacito de luz!
Un abrazo.
Ali
Raquel dice
Hola,
Todo lo que cuentas tiene mucha lógica y mucha razón. A mí también me pasó algo que me hizo tener ganas de cambiar algunas creencias, y encontré el mejor sistema que he visto hasta ahora. Se llama Psychk, y es un método para cambiar tus creencias subconscientes. Lo menciona Bruce Lipton en el libro Biología de la Creencia. Ahí lo dejo para quien quiera investigarlo y probarlo él mismo.
Saludos a todos.
Raquel
Charli dice
Hola,
no lo había oído nunca,acabo de leer un poco y me parece muy interesante,voy a informarme más, muchas gracias por compartir el dato Raquel.
¡Un saludo! 🙂
Raquel dice
Hola de nuevo,
Voy a explicar un poco más porque yo lo probé y me pareció tan sorprendente que por eso quiero compartirlo.
Lo que hace Psych-k es grabar creencias positivas que sustituyen a las negativas en el subconsciente como si fuese un disco duro se hace de forma inmediata y el efecto se nota también inmediatamente.
Se elige una creencia positiva, mediante un test muscular de kinesiología se comprueba si esa creencia está en el subconsciente. Si queremos grabarnos esa creencia, mediante un «balance» de Psych-k la grabamos en 5 minutos como mucho, y ya queda grabada para siempre.
El efecto se nota de forma inmediata, ante la misma situación te sientes de otra forma, al menos eso me pasó a mí.
Mas detalle no cuento aqui porque es un método con movimientos del cuerpo que hay que ver y hacer. Hay mucha información en internet y algunos videos.
Tambien aviso que aprenderlo no es gratis, pero a mi al menos me ha valido la pena aunque hay cosas y creencias que aun quiero cambiar. Es solo cuestion de tiempo 🙂 .
También aviso que no es gratis, pero hay muchos facilitadores que ofrecen sesiones.
Saludos!
Raquel
Airún dice
Pues este último comentario , Jorge, me ha hecho que pensar…
Lo primero, estoy de acuerdo contigo que las creencias no deben cambiarse por puro pragmatismo. Todo lo contrario, más bien pienso que hemos de ser fieles a nuestras creencias, que no lo somos, está claro.
Respecto a tu primer ejemplo. El político que se vuelve corrupto, no se vuelve, sino que ya lo era » latentemente». Igual que el asesino en serie o el maltratador. Simplemente el destino le hace vivir una situación en la que se le despierta esa creencia que ya tenía. Lo demás son hostias, de verdad.
Respecto al segundo ejemplo, el del guapo…puedes ser guapo y no sacarte partido según los cánones estéticos que marca la sociedad, entonces no eres percibido así, pero lo eres o tienes algo. Con el cuerpo se ve mejor. Puedes tener un buen cuerpo e ir siempre vestido con ropas anchas. Nadie dirá nada de tus músculos . Pero en el momento que te pones ropa estrecha que marca o vas en bañador la cosa cambia, no ? Luego nadie se había molestado en ver más allá de la apariencia.
No he visto ninguna peli de este cineasta, pero nadie es lúcido toda la vida. Tenemos períodos lúcidos y otros en los que la lucidez brilla por su ausencia y quién diga lo contrario se miente a sí mismo.
La lucidez nos viene dada en parte por ser fieles a nosotros mismos y a nuestras creencias . Cuánta gente se ha «endiosado» y lo ha perdido casi todo por haber cambiado sus creencias, que otros, con alevosía y mala intención, le han hecho creer
Jorge dice
Gracias, Airún, por tu respuesta Es un tema complejo, pero lo que sugiero en definitiva es que debemos de intentar actuar en consecuencia con las creencias que ya hemos revisado, sin que ello quite que estás estén de algún modo en constante supervisión (¡sin volvernos locos, claro!)
Lo de si el corrupto «nace o se hace» son aguas pantanosas, yo abogo más por la segunda opción, una especia de metamorfosis vital . Y la lucidez, estoy de acuerdo, no es una constante, pero sí creo que se trabaja, es gradual con la experiencia y yo al menos espero tenerla por buena consejera 🙂
Salud!
Jordi dice
Buenas Ángel,
Me gusta la creencia de «estoy donde estoy por mis propias acciones», aunque en algunas áreas de la vida me puede doler este pensamiento me da las mayores probabilidades de actuar y producir resultados positivos.
Saludos.
Luisa dice
Hola, me encanta vuestra web. Me gusta mucho la economía y vuestros artículos son muy amenos. Además estoy interesada en nuevas tendendencias. ¿Qué opinaies acerca del la moneda Bitcoin? Yo la sigo desde hace unos meses y me parece algo que puede llegar a ser una revolución. Besos!!