¿Te resulta familiar alguna de las siguientes situaciones?
- Llevo 2 años estudiando Ingeniería Informática y no me gusta nada la carrera. Pero ya que he empezado, la voy a terminar.
- Compré ese vestido hace 5 años y sólo me lo he puesto una vez, pero me costó 200 euros y no pienso venderlo por 20 aunque ya no lo use.
- Nuestro proyecto no funciona, pero como invertimos 5.000 euros no podemos abandonar. Hay que poner todavía más pasta para intentar resucitarlo.
- Me he enterado de que mi novia me estaba poniendo los cuernos, pero la he perdonado porque llevamos 6 años juntos y no podemos acabar así.
Se trata de ejemplos de la llamada ‘falacia del costo hundido' (sunk cost fallacy), ‘falacia de las pérdidas imborrables' o ‘falacia del costo irrecuperable', un sesgo cognitivo que tenemos todos los seres humanos y que a veces nos hace tomar decisiones que no nos convienen.
En el post de hoy quiero explicarte en qué consiste exactamente este fenómeno, ya que aunque a primera vista parezca inofensivo, en la práctica puede hacer que pases demasiado tiempo en un empleo que odias, una relación que no te llena o en un proyecto que no funciona.
¿Qué es un costo hundido?
Hace unos meses empecé un proyecto online con mi hermano Guillermo. Nos pareció una buena oportunidad y decidimos apostar fuerte por él para intentar sacarlo adelante.
Aunque la cosa empezó relativamente bien, con ganancias cercanas a los 1.000 euros mensuales, los gastos también eran muy altos y el negocio no acababa de ser rentable.
Llegamos a un punto en que habíamos invertido más de 5.000 euros y habíamos ingresado menos de 2.000, y la situación no tenía pinta de mejorar. Para colmo, una penalización de Facebook –que es todavía menos transparente que Google– hizo que nuestras pequeñas ganancias se desplomaran.
Era el momento de aceptar que nuestra idea no había funcionado, asumir pérdidas y pasar a otra cosa.
***
Un costo hundido es un gasto que tuvo lugar en el pasado y que ya no se puede recuperar. En el caso anterior, los más de 5.000 euros que invertimos mi hermano y yo en anuncios de Facebook y en contratar personal son ejemplos de costo hundido porque ese dinero está ya en las cuentas de la compañía de Mark Zuckerberg y nunca más lo volveremos a ver.
Lo que hace interesante a los costos hundidos no es el gasto en sí, que no tiene nada de especial, sino cómo te afecta a la hora de tomar decisiones.
Cuando una decisión del pasado determina tu visión del futuro
A las pocas semanas de haber perdido la fe en nuestro proyecto, recibimos un e-mail de un chico holandés que quería comprarnos la web. Después de varios correos discutiendo el precio, nos hizo una oferta final de 1.500 euros.
Yo le dije a mi hermano que la aceptase. No íbamos a recuperar la inversión que habíamos hecho, pero al menos reduciríamos ligeramente las pérdidas.
Sin embargo, él se negó. «Ángel», me dijo. «Nos hemos gastado más de 5.000 euros en este proyecto, así que si vendemos la página tiene que ser por ese precio».
***
Cuanto más recursos inviertes en un proyecto (un negocio, una relación, una carrera universitaria…), más te atas a él emocionalmente y más te cuesta abandonarlo.
A la hora de decidir si vender o no vender la web, mi hermano tuvo en cuenta el dinero que había invertido en ella a pesar de ser un dato irrelevante, ya que no iba a poder recuperarlo.
Una persona racional sólo habría considerado los gastos y beneficios futuros para determinar si le convenía aceptar la oferta del comprador. Sin embargo, Guillermo prefirió no vender a pesar de que sabía que era muy poco probable que la página se recuperase, principalmente porque ni él ni yo teníamos tiempo –ni ganas– para ponernos en serio con ello.
Mi hermano había sido víctima de la falacia del costo hundido.
Predeciblemente irracionales
A los seres humanos nos afecta la falacia del costo hundido porque no nos gusta perder. Lo odiamos. Y abandonar un proyecto en el que has invertido una gran cantidad de tiempo, energía y/o dinero significa asumir que nunca más recuperarás esos recursos. ¡Ouch!
Como no queremos aceptar la realidad, preferimos ponernos una venda en los ojos y comportarnos de forma irracional. Más concretamente, nos volvemos demasiado:
- Cabezones. No queremos aceptar que hemos fracasado y nos negamos a abandonar. Es el clásico: «Llevo dos años trabajando en este proyecto día y noche y todavía no ha generado beneficios ni tiene pinta de hacerlo. ¡Pero por mis santos cojones que lo voy a sacar adelante aunque tenga que dejarme la piel!»
- Optimistas. Sobrestimamos los beneficios que nos va a reportar el proyecto en cuestión. «Llevamos un año durmiendo en camas separadas, pero es un bache normal en cualquier relación. Seguro que se nos pasa y que dentro de poco volvemos a estar igual de enamorados que siete años atrás.»
Actuar así es parte de nuestra naturaleza. No podemos evitarlo. Por eso es tan difícil no dejarse influir por los costos hundidos.
El problema es que esto no nos beneficia. Nos hace tomar decisiones erróneas, o peor aun: bloquearnos durante años sin hacer nada a pesar de estar en un callejón sin salida. Es la causa del «más vale malo conocido que bueno por conocer».
¿Qué podemos hacer al respecto?
Cómo defenderse de la falacia del costo hundido
Estas son algunas recomendaciones para evitar caer en la falacia del costo hundido:
- Sé consciente de cómo te afectan los costos hundidos a la hora de tomar una decisión. No vas a poder cambiar cómo te sientes, pero sí que puedes detectar cuándo estás siendo irracional y actuar de una manera más beneficiosa, aunque tu instinto te diga lo contrario (sí, nuestro instinto a veces se equivoca)
- Busca siempre el lado positivo. Aunque hayas invertido muchos recursos y ya no puedas recuperarlos, seguro que has aprendido algo valioso por el camino. Cuando cambias de carrera a los dos años, no has tirado dos años a la basura. Has hecho buenos amigos, te has divertido y has adquirido conocimientos que podrás utilizar en el futuro. Viendo así las cosas, quizá te sea menos doloroso abandonar
- Pídele su opinión a alguien de confianza que no esté emocionalmente involucrado en la decisión, y que por lo tanto pueda pensar de una manera más racional
Si mi hermano Guillermo hubiese sabido todo esto cuando recibió la oferta por la web, podría haber detectado que el fuerte instinto que le animaba a no vender era fruto de la falacia del costo hundido.
En vez de dejarse llevar por ese impulso, habría analizado la situación fríamente y habría llegado a la conclusión de que, dadas las circunstancias, el proyecto no iba a dar beneficios y lo mejor era recuperar 1.500 euros. Es cierto que habría perdido bastante dinero, pero también había aprendido valiosas lecciones de cara al futuro.
Una vez liquidada la página, sus preocupaciones y responsabilidades serían menores, y podría dedicar todo su tiempo y recursos a otros proyectos más provechosos.
Abandonar es de valientes
Dice Seth Godin en su fantástico libro The Dip que si una situación no va a mejorar a pesar de que inviertas más tiempo, dinero o energía, entonces lo mejor es abandonar (sin importar cuántos recursos lleves invertidos hasta el momento).
Yo estoy de acuerdo con él. Si estás cavando un agujero y te das cuenta de que has elegido el lugar equivocado, ¡no hagas el agujero más grande! Lo mejor es que dejes de picar y salgas de allí cuanto antes, porque cuanto más lo pospongas más te costará regresar a la superficie.
No olvides que toda acción tiene un coste de oportunidad. Si te encabezonas con una carrera que no te gusta, una relación que no funciona o un proyecto que no va a ninguna parte, estás renunciando a la oportunidad de estudiar algo que te apasione, encontrar el amor de tu vida o empezar un proyecto que te haga millonario.
La vida es demasiado corta para malgastar tu tiempo en un callejón sin salida. Acepta el error, asume pérdidas y pasa página. El futuro está lleno de experiencias y momentos maravillosos por descubrir.
###
¿Recuerdas alguna ocasión en la que te dejaste llevar por la falacia del costo hundido? Compártela con nosotros en los comentarios 🙂
La foto es en Plaza España, uno de mis rincones favoritos de Sevilla.
senosvalavida dice
Sí, recuerdo una ocasión en la que me dejé llevar por la falacia del costo hundido. La recuerdo casi todos los días de mi vida. La resumo en 7 pasos:
1-Me gustó una casa y firmé un contrato de señal y arras entregando 12.000 euros a cuenta al vendedor y comprometíendome a firmar en el notario antes de una fecha concreta.
2-Por circunstancias no pude firmar en la fecha y llamé al propietario para retrasar el día. Él aceptó.
3-A día siguiente de la fecha inicialmente convenida me llamó y me dijo que ya no me vendía la casa y que se quedaba con mis 12.000 euros en atención a la cláusula de penalización del contrato de señal y arras.
4-Había dos opciones: quedarme sin los 12.000 euros y no hacer nada, o ir a juicio. Elegí la segunda desoyendo los consejos de varias personas.
5-Gané en primera instancia pero finalmente el Tribunal Supremo le dio la razón al vendedor-estafador al cabo de diez años y me condenaron al pago de las costas del pleito.
6-Coste hundido final/inversión total (arras, abogado, procurador, costas): 70.000 euros.
7-Ganancias a cambio: nada.
Pues esta es mi historia Ángel. Una de tantas. Mi marido las denomina «garciadas», en alusión clara y mortificante a mi primer apellido.
Aurelio dice
Pues, la verdad, por una lección que jamás olvidarás, de ese calibre (y teniendo en cuenta que de haberla olvidado bien podrías haber caído en otras «garciadas» peores), puede que hasta te haya salido «bien». A ver, es un dinero, pero cuando has podido generarlo, puedes darte «con un canto en los dientes».
Ánimo, como decía el otro: «se vive y se aprende, o no se vive mucho».
senosvalavida dice
Gracias por los ánimos Aurelio. Tienes toda la razón en que, al fin y al cabo, aún ha sido poca pérdida para todo lo que me estoy ahorrando en esta vida no volviendo a caer en los mismos errores de bulto. Un abrazo!
Marta Supertramp dice
En este caso, nos centramos sólo en pérdidas económicas. Pienso que a veces hay cosas más importantes en la vida. Ocurrió un suceso determinado (el que nos acabas de explicar) a una persona determinada (tú) con un carácter y temperamento determinados.
Dices que te acuerdas todos los días de este suceso pero es que crees que lo habrías olvidado si no hubieras intentado luchar por ello. Si no hubieses apostado por esa milésima posibilidad de que el Tribunal te diera la razón y se hiciera justicia.
En mi caso, por ejemplo, me gusta pedir consejo a las personas, escuchar todos los puntos de vista posible. Pero por experiencia en determinadas situaciones necesitas equivocarte para aprender y sobretodo necesitas equivocarte para seguir adelante. Dejar átras el plantearte: qué hubiera pasado si… Si optáramos siempre por la opción más racional, por la más segura, por la opción con la que tenemos más posibilidades de éxito, jamás conseguiríamos cosas extraordinarias.
No es por contradecir el articulo, lo he leído y me ha encantado. De hecho, creo que me será de bastante utilidad en un futuro. Mi comentario es para encontrarle la parte positiva a tu acción, ya que las cosas no siempre son blancas o negras. Tomaste una decisión, sufriste las consecuencias y ahora sólo queda adaptarse a la realidad y pensar en lo positivo que te aporto esa decisión.
Victor dice
Tengo pendiente leerme el libro de Seth Godin desde que leí que lo recomendabas por aquí. Lo cierto es que a mi me costó hace poco renunciar a un proyecto en el que había puesto bastantes ilusiones, pensamientos e ideas (aunque algo menos de trabajo). Pero la verdad es que una vez tomada la decisión de dejarlo ir, puesto que estaba atascado desde hace mucho tiempo, me libere de la carga mental que me suponía y pude empezar con otros que están yendo muy bien. Es duro a veces, no solo por el coste hundido que comentas, sino por la incertidumbre o la duda de «y si me hubiese puesto enserio…» o «y si hubiese intentado esto otro». Pero no hay que darle muchas vueltas. La vida no esta para atascarnos en oportunidades pasadas.
maar dice
Soy fan de «falacia a coste hundido» vivo inmersa en ello! Pero tu post ha llegado «just in time» aparte de para ponerle nombre a mi «hobbie» -insistir en algo que sé de sobras que no va a llegar a ninguna parte- ,me sirve de gran ayuda para plantarme por fin y liberarme de una carga que más que necesaria y placentera me resulta muy molesta.
He descubierto el blog hace apenas dos horas y no puedo parar de leer y releer.
A partir de ahora; me declaro fan de tu blog 🙂
Almudena Díaz Requena dice
Hola Angel! excelente post. Yo me vi inmersa en una falacia a costo hundido durante una relación con un chico mexicano. Yo había vuelto a España y a pesar de que nuestra relación en México a partir del primer mes había sido bastante tormentosa no era capaz de cortar nada ni siquiera aunque viviesemos en países distintos. Mantuve la relación a larga distancia y hasta volví a México a visitarle, en donde nos peleábamos más que nunca. Pero lo fuerte es que cuando volví a España seguí inviertiendo en la relación, a pesar de que era más que evidente que no eramos compatibles ni viviendo en la misma ciudad ni separados por océanos. Tuvo que ser él el que cortase, cosa que me llevó a una crisis personal bien gorda ¡habia invertido tanto! hasta mi salud física, mental y financiera. Creo que es especialmente peligroso la falacia a coste hundido para personas que tenemos como rasgo identitario la fuerza de voluntad, la constancia y una lealtad casi perruna. Mientras unos tienen que aprender a ser constantes para madurar otros tenemos que aprender a «soltar». Desde entonces mi frase favorita es “Serenidad para aceptar lo que uno no puede cambiar; valor para cambiar lo que hay que cambiar; y sabiduría para diferenciar ambas cosas”. (Marco Aurelio, emperador romano y filósofo estoico.)
Paola Pérez dice
Hola Almudena, me encanta la frase que compartes de Marco Aurelio, bastante oportuna para el tema. Saludos!
Mikel dice
Joe, que identificado me hesentido con tu respuesta, Almudena. Es muy difícil romper una relación cuando te entregas al 100% y aunque la otra persona te trate mal o pase de ti, esa dependencia es mortal a la hora de recuperarte y poder avanzar en otra dirección.
Carina dice
Me pasó parecido, y leyendo aquí ahora entiendo por qué el apego. Estuve en una relación llena de mentiras, engaños y manipulaciones y aún así luego de terminarla me cuesta aceptarlo. Al principio fue el mundo contra esa relación… quizás esa haya sido mi «inversión».
Beatriz Manhualaya Luna dice
Buenas noches Almudena, que oportuno tu cita sobre la frase de Marco Aurelio, tanto para el post de Angel como para tu experiencia personal. Saludos.
Vero dice
Una vez más llegas tu post llega en el momento justo!
Trabajo bien reconocido en el extranjero y me costo casi 3 años llegar a donde estoy ahora, pero adivina que? no me hace feliz.
Estoy trabajando en un proyectillo personal que en menos de 6 meses saldrá adelante, esa es la excusa/razón que me doy a mi misma para dar el paso y dejar mi trabajo en ese momento. En el fondo sé que debería darlo ya pero cuando le pasa a uno mismo te das cuenta de que es muy, muy difícil y la opinión del entorno nos afecta mucho más de lo que debería.
Si algún día te conozco no te invitaré a tomar un café/caña, será comida con bebida, postre y café!! jajaj, thanks again 🙂
Caro chan dice
Ainss, de eso justo hablaba yo en mi último post…no lo llamo de una manera tan «técnica» pero para mi son giros de 180º que das a tu vida, a otra cosa mariposa y a empezar de cero de nuevo.
Y si, durante mucho tiempo consideré esos años como una gran perdida de tiempo y desgaste de energía…pero va a ser que no!! Buenas noticias, yujuuuu, se aprende más de cualquier proyecto «tocado y hundido» que de lo que te sale como la seda a la primera. XD
Te dejo el enlace por si te apetece echarle un ojo, miarma (para no desentonar con tu foto…;)
Chuuuuu!!!
Jorge dice
Gran Post!
Me ha encantado tu post Angel, aunque te sigo desde hace tiempo creo que aun no habia escrito antes. Me identifico contigo. Todos tenemos algun coste hundido y si, lo mejor es darse cuenta de que a veces es mejor soltar que seguir tirando y quemarnos mas las manos.
Ha sido un placer leerte, con complicidad de lo sufrido y lo aprendido.
Aprovecho para felicitarte por los cambios en el blog. Sigue asi.
Muchas gracias!
Pedro dice
Has dado en «mi» clavo de lleno Ángel, gracias. Justo ahora mismo estoy en una situación típica y me está costando mucho decidir por la falacia del costo hundido.
Creo que puede ser de utilidad algo que aprendí del surf: Si quieres pasar al siguiente nivel no hagas caso a tu instinto, haz lo contrario y déjate llevar.
De nuevo, gracias por todo, un abrazo!
Leticia dice
A mi me ha pasado varias veces esto pero afortunadamente siempre me he dado cuenta a tiempo, la última, cuando por fin tomé la decisión de «tirar por la borda» una carrera de 10 años como directora de marketing en una multinacional en lo peor de la crisis para dedicarme a encontrar lo que de verdad, quería hacer con mi vida. Pero yo no lo considero un coste hundido tu y tu hermano habéis descubierto una forma de NO hacer funcionar un negocio por el módico precio de 5000€. Seguro que no volvéis a cometer los mismos errores nunca más.Así que yo no lo consideraría dinero tirado a la basura 😉
Amparo Millán dice
Menudo artículo, inmejorable! (plas plas plas)
Por comentar algo (que poco más hay que añadir), me ha gustado el ejemplo que das del estudiante que quiere cambiar de carrera y piensa que ha tirado dos años a la basura. Y no es así, se ha llevado amigos, experiencias, conocimientos que quién sabe si le servirán en el futuro.
En mi opinión, y esto es algo que he pensado mucho… NUNCA se pierde o se desperdicia el tiempo si al final hay un aprendizaje, no es posible. Quien ha pasado 20 años en una relación insatisfactoria y un día se da cuenta, tiene una experiencia invaluable en lo que NO se debe de hacer, e incluso puede aconsejar a otros. Quien ha estado estancado y depresivo 9 años, si un día «sale a la luz», probablemente haya acumulado más sabiduría que el que no haya pasado por esta experiencia.
En definitiva, si lo miramos desde otro punto de vista, no hemos perdido nada, incluso hemos ganado. Tu hermano y tú habéis ganado experiencia, conocimiento, seguro que os habéis conocido mucho más en el proceso de crear esta empresa, tenéis momentos inolvidables y encima… te ha dado para un post estupendo. ¿No superan las ganancias a las pérdidas? 😉
Un abrazo!
Javier dice
No conocía el término «costo hundido» pero es algo que aplico en mi vida en situaciones importantes y triviales.
P.e. han sido varias las veces que me he largado del cine en mitad de una película que no me estaba gustando.
Ya había perdido el dinero de la entrada y no quería perder además el tiempo.
Una vez aguanté hasta el final de una película de Gus Van Sant (Gerry) aunque me estaba pareciendo una mierda como el sombrero de un picador, simplemente por ver como terminaba.
Grave error.
Del teatro sólo me voy si estoy al final de la sala y los actores no me ven que me estoy yendo.
Hace unos años me fui de un concierto de Paolo Comte. Hoy en día pagaría mucho dinero para poder volver a ver ese concierto.
Javier dice
Hola Ángel!
El costo hundido, suena a mexicano 😛 En Holanda me hablaron algo sobre el tema, ya que es uno de los principales motivos por la que se producen cagadas enormes en el mundo de los negocios: los directivos que toman decisiones se vinculan emocionalmente al proyecto y no quieren dar marcha atrás pese a saber que no va a funcionar.
Ahora mismo solo me vienen dos ejemplos a la cabeza, el de Steve Jobs con el predecesor del Mac, Lisa, y los directivos de Motorola con el proyecto Iridium, que pretendía conectar a la gente a través de servicios satelitales y un ladrillaco de teléfono que la gente odiaba.
Supongo que el problema muchas veces es que no sabemos identificar nuestras emociones respecto a algo o a alguien, y por tanto no podemos distinguir la racionalidad del asunto con los motivos reales de por qué no estamos abandonando algo.
Un abrazo!
Mario dice
Hola a todos¡¡ Angel, creo que tenía una web como la tuya, pero mi inversión fue bastante menor. A los 2 meses me di cuenta que aquello no llevaba a ningún lado, pero necesité que Google nos cerrará la cuenta para tomar la decisión definitiva de parar aquello. Tienes razón que es complicadísimo dejar algo que has empezado y muchas veces por nuestra propia educación, que nos dicen que dejar cosas a medias no es bueno.
Tengo otro proyecto ajeno a internet que lleva un año. En este si que he metido bastante dinero y digamos que hemos conseguido el tan famoso «MVP» y que se lo podemos enseñar a algún inversor para conseguir una inyección de capital. Parece que hay alguien interesado. Si no lo conseguimos, no se que haremos, igual tendré que leer este post de nuevo 🙂
Crispi dice
¡Hola a tod@s!
¡De acuerdo con el artículo! Yo lo estoy viviendo en mi empresa con un proyecto crucial para la compañía, que no soltamos por el motivo de haber invertido ya mucho en él, pero que si no fuese así, habríamos desechado y reorientado hace tiempo. En unos meses el proyecto morirá o terminará de tomar un rumbo medianamente aceptable, pero no el óptimo.
Por otro lado, en mi vida personal muchas veces me ocurre lo contrario, me cuesta no ser una inconsciente inmadura y lanzarme a lo primero que me apetece dejando todo atrás… Lo nuevo me produce un superávit de felicidad y adrenalina tan irresistible… Pero me estoy corrigiendo xD.
En el punto medio está la virtud, dicen.
Paola Pérez dice
Hola Ángel, espero te encuentres muy bien.
Qué oportuno este post, como muchos otros tuyos que me han cuasi salvado en momentos cruciales. Te lo digo sinceramente pero con cero drama jejeje :D.
En este momento estoy atravesando una situación, en donde antes de «dejar todo así», prefiero seguir luchando. Pero créeme que este post ya ubica más los pies y la cabeza donde deben estar!
Suceda lo que suceda en la vida, aprendemos, eso es muy cierto pero cuando consideramos que «perdemos» es cuando mayor ganancia obtenemos, así esto lo notemos mucho tiempo después.
Saludos y éxitos Ángel a ti y a todos tus lectores!
Ali dice
Un post estupendo, Ángel!!
Sí, yo también fui falacia’s victim. Curiosamente, tan sólo en el aspecto sentimental. Mi última relación es un claro ejemplo de ello.
Jordi (mi ex) y yo éramos una auténtica bomba de relojería juntos, ambos teníamos un carácter muy fuerte y él tenía una habilidad inimitable para malinterpretar cualquier cosa que yo decía.
Llevábamos cuatro años juntos, estábamos ahorrando para comprarnos un piso y ya empezábamos a pensar en boda. Yo le quería mucho, pero en el fondo sabía que nuestra relación no funcionaba ni juntos éramos tan felices como podíamos serlo por separado.
Las discusiones cada vez eran más frecuentes y un día sus padres me hicieron ver que debía tomar una decisión. «¿Cómo le aguantas?», me preguntaban. Y eran sus padres.
Yo no quería romper cuatro años de relación sin asegurarme de que aquello no tenía solución. Hasta que pasó algo que me hizo verlo claro y me decidí a poner fin a esa relación, más tóxica imposible.
Fue duro, ambos lo pasamos mal, pero nunca me he arrepentido de cortar por lo sano y pasar página. Y gracias a eso ahora sólo recuerdo lo mejor de lo que viví con esa persona.
Un fuerte abrazo a tod@s!
Ali
Juan Núñez dice
Si por ejemplo Edison, con sus 999 formas de no descubrir una bombilla, hubiese asumido su «costo hundido» después de, por decir algo, los 269 primeros ensayos ¿qué hubiera pasado?
Muchas veces debemos tomar decisiones en situaciones de incertidumbre, careciendo de la información relevante que nos ayudaría a «acertar». Lo difícil es, careciendo de dicha información, tener la clarividencia necesaria para saber cuando perseverar y cuando abandonar, porque sobre eso opino que tenemos muy poco control y escasas garantías.
Hoy mismo he leído la historia del creador de Twitter, que vendió por 7.200 dólares sus acciones de la empresa, pensando en que era un buen precio para su «costo hundido», porque creía que nunca llegaría a nada, y ahora está valorada en miles de millones. Os dejo el link:
Además me parece que uno de los sesgos que más influencia tiene en nuestros comportamientos es el omnipresente «sesgo de confirmación», es decir, fijar nuestra atención en todo aquello que corrobora y refuerza nuestras opiniones y creencias, obviando todo aquello que las contradice. Exactamente lo que estoy haciendo yo ahora mismo con este comentario, y lo que anteriormente han hecho todos los demás con sus exposiciones. De éste sí que es difícil escaparse ¿no os parece?
Edith E Esquivel dice
El ejemplo de Twitter es muy bueno, sin embargo, quizás quien lo vendió no tenía lo necesario para convertirlo en lo que es hoy. De ser así, y si no hubiera bebido vendido, el tipo no habría reducido su costo hundido y yo no tendría una cuenta de Twitter.
Manu Mateos dice
Muy buen post, Angel.
No obstante veo un problema grave. Es importante pasar página cuando algo «no tire para adelante» en vez de quedarte atascado, pero por otro lado tampoco conviene que, cuando algo no sale bien, lo dejes sin más. Quizá merezca la pena pelear por ello un tiempo.
¿En qué momento dejar de pelear por algo?
Javi Pastor dice
No conocía este término, y eso que es algo tan tan común entre todos que deberíamos conocerlo más que bien.
Desde luego todos hemos caído en esto y yo he perdido más horas y esfuerzos que dinero en proyectos que, si hubiera recapacitado en su momento, podría haber dejado atrás aprovechando ese tiempo para otras cosas.
Muy buen post 🙂
marisol dice
Me encanto el artículo.
Carolina dice
Hola. Si en este momento estoy en un momento así… estoy a la mitad de la maestría, tuve problemas con mi directora y debo cambiar totalmente el proyecto de tesis y empezar de ceros pero le invertí tanto dinero y energía y disgustos a lo que hice que me siento frustrada y que no quiero seguir y no siento fuerzas para hacerlo aun cuando tengo una nueva oportunidad de proyecto y apoyo pero fueron tantos problemas bobos y tantos disgustos… que justamente no se que hacer si continuar o evitar problemas con esta persona que me quiere ayudar por falta de energía para seguir…. pero siento la presión del dinero invertido por un año en esta maestría….
Fercho dice
Mi historia… que ahora veo que por tonto me paso…
Sali de un trabajo que no me pagaban mas, tampoco me ascendian, no estaba aprendiendo nada nuevo… despues de muchos CVs enviado y entrevistas donde pues no salia nada mejor… al fin algo «mejor» salio, doble de paga, aprendizaje cotidiano pero el stress fue 3 o 4 veces mayor (asumamos un nivel 10/10) a tal punto que me enferme de los nervios… al final renuncio «no pude»… en un principio senti que renunciar era lo mejor y buscar algo mas tranquilo. Pase 2 meses de «descanso» viviendo de mis ahorros al final me volvieron a llamar de mi anterior trabajo (stress 2/10), practicamente sin mejora en nada pero como necesitaba el dinero para comer y mentalmente me encontraba en un mal momento pues acepte…
Un par de meses despues siento que tome una mala decision al renunciar al trabajo dond eganaba el doble…. en el aspecto laboral.. pero en el aspecto de vida «aprendi» muchas cosas que antes no miraba, madure, me di cuenta que el regresar a ciertos lugares o situaciones ya no vale la pena… creo que esperare a año nuevo para empezar a buscar de nuevo trabajo donde me rete mas que en el actual. Pero tomando en cuenta el nivel de estress (talvez encontrar un trabajo con nivel de estres 5/6 de 10)
Soy informatico pero creo que me paso el hecho de que estando en 2o o 3er año me di cuenta que esto no era lo mio… decidi no perder todos los recursos invertidos en esto y me gradue para encontrarme despues en un punto donde para mi la informatica ya no me llena. (tengo 32 años…)
Cristina dice
Después de estar tres años con un negocio, e intentar que saliera a flote, fuve que cerrar quedándome una deuda.Os lo resumo, ya que os podréis imaginar que tres años dan para mucho.Pero lo más importante que aprendí, es que debemos escucharnos a nosotros mismos, siempre hay alguien que te dirá. ..Pero si cierras que vas a hacer ahora?..generandote más dudas.Asi que escuchaté y escucha tu cuerpo, no falla, él no te engaña.
Lopez dice
Manu Mateos, precisamente de eso se trata, que «dejes ir» o «sueltes» aquello que ya no te produce placer, o un disfrute. Es cierto, podemos luchar por ese algo que deseamos conseguir, como tambien es muy bueno, estipular una fecha limite. La mayoria de las veces cuando estamos en esta situacion, nos sentimos acorralados-confundidos-inseguros, pues no sabemos que direccion tomar, y esas, son las primeras señales de advertencia que podrian ayudarnos a cambiar de estrategia. Pasa que nos hacemos de la vista gorda y encontramos mas «justificaciones» que «verdades» en lo que solemos poner el corazon, llamese relacion, proyecto, trabajo, estudio, etc., etc.
Jaime Cosme dice
Para intentar que el costo hundido me afecte menos, intento aplicar las enseñanzas de Taleb: si en casa tienes un cuadro que vale 1 millón de dolares y ahora no lo comprarías por ese precio, lo mejor que puedes hacer es venderlo.
John dice
Haz atinado en la primera Angel, aunque aplicando lo que dice Cal Newport en su libro lo estoy llevando mejor, por suerte ya estoy trabajando paralelamente en proyectos de mi interés, lo que me ahorrare claro sera contratar un ingeniero informático.
Pablo dice
Poco que añadir Angel, gran post as usual.
Aunque ojo, a veces sí que paga perseverar. Yo estuve a puntito de dejarlo con la moza hace unos años y nos habríamos perdido un montón de momentos maravillosos hasta el día de hoy. Es lo bonito de esto, que nunca sabemos nada de antemano. No existe la fórmula mágica, jeje.
Y dormir en camas separadas es lo mejor jajajaja. Que no me oigan en casa, pero desde que nos hemos mudado y solo tenemos una de matrimonio yo duermo peor 😛
David dice
Podría poner 1000 ejemplos, pero donde más lo he visto reflejado ha sido en mis padres, personas ya mayores que, por ejemplo renunciaron a la posibilidad de comprar una vitro de inducción pese al gasto futuro que iba a venir acompañado porque compraron en su día una olla que les salió muy cara y que no les iba a valer para la de inducción. Por no ¿perder? esa inversión han renunciado a la posibilidad de ahorrar mucho más dinero que, a la larga, sería mayor.
Otro ejemplo claro, fue cuando se gastaron una pastaza en una TV plana (cuando eran novedad) y cuando se estropeó a los 4 años querían arreglarla por un dinero que, aunque muy inferior a lo que les había costado en su día, era mayor que el costo de la TV en ese momento, pero por poco más del precio de la reparación podíamos comprar una mejor. Os aseguro que me costó UNA JODIDA BARBARIDAD convencer a mi padre que era mejor comprar una TV nueva que arreglar la vieja, pero lo conseguí.
Y más ejemplos… la gente mira demasiado hacia el pasado y no se da cuenta que lo único que nos queda es el futuro!
alexis dice
En mi caso gaste 7 años en terminar una carrera de ingenieria que al 3er o 4to año ya sabia que no iba a ejercer. Sin embargo quize terminarla y lo hice pero si volviera atras seguramente hubiera tomado otras decisiones….
Joel dice
Mi caso Alexis, estudie tarde 7 años en llegar al final de la carrera de Ingeniería Industrial.
Al final, faltando 3 asignaturas, decidí dejarlo.
No me arrepiento. y no espero que lo entiendan.
Saludos!
Irene Castañeda dice
Creo que esta nueva expresión que has introducido aquí, es la causante de muchos males sociales, y no sólo de cuestiones específicas. Por ejemplo, los jugadores (ludópatas) generalmente continúan jugando a pesar de haber perdido porque creen en la falsa esperanza de que todo el sacrificio dará sus frutos. Además de por cuestiones más complejas, se produce el efecto falso de que se centra la atención en aquello que se gana y no en lo que se pierde. Lo mismo con las relaciones: nos pueden jorobar mil veces que con que recuerdes aquellos momentos mágicos, parece que el resto tiene sentido.
Sí, definitivamente estaría bien poder ser capaces de identificar cuándo estamos ante una situación así y aceptar la derrota. Ojalá pudiese predicar con el ejemplo… hahaha
Pau dice
Me ha gustado mucho el artículo Ángel. Saber (y acertar) cuándo hay que continuar intentándolo y cuando hay que retirarse es, probablemente, una de las claves para vivir más feliz. Sin embargo muchas veces es difícil poder tener la certeza a priori, y es una intuición que se adquiere con la experiencia.
La falacia del costo hundido me recuerda a ese jugador de poquer que lo está perdiendo todo y sin embargo decide continuar jugando hasta que pierde el último centavo. Siempre albergamos la secreta esperanza de que las cosas van a ir a mejor, por eso es muy importante saber cuándo estamos actuando de forma irracional para poder frenarnos a nosotros mismos.
Un abrazo
Herbert Andres Rodriguez Cadena dice
Excelente post. A muchos o algunos que estamos en digital, creo nos pasa tambien con la compra de dominios y sin venderlos o monetizarlos nos aferramos emocionalmente y creemos que lo haremos, pero la verdad detrás es que pasan los años, se renuevan y mas si son .CO, que en este momento son 29.99 USD, terrible. Saludos.
Carmen dice
Buenisimo, creí que a eso solo se le llamaba terquedad e idiotes..jaja
ahora sé que el haber estudiado 5 años una carrera que desde el 2do año supe que no la iba ejercer era solo por el hecho de no renunciar y pensar en tantos sacrificios, noches que gasté estudiando, el tiempo invertido, los inviernos de frios por las calles al retornar a casa, etc..
Una relación donde el pensar que con el tiempo la persona va cambiar y darse cuenta que «Si» te quiere en realidad tiene su manera.. excusas por no aceptar que nunca va suceder eso..
Un trabajo que disfrutas pero llevas esperando años ese ascenso que te prometieron y que no va suceder, tienes miedo de salir por no empezar de cero y perder lo que construiste que es ganacia para otro..
Increible.. caí definitivamente en el costo hundido..
¿Que haríamos si no tuviesemos miedo?
Buena reflexión para cambiar y soltar la cuerda que atan, cambiando el curso del crucero y sapar a nuevas aventuras.
Gracias me lleno.de.valor!!
German Carrillo Mendoza dice
AHora mismo he iniciado un proyecto, es un Software de matemáticas para estudiantes de cualquier nivel educativo. Inicialmente lo hice para escritorio y vendérselo a los padres de familia, pero desafortunadamente los estudiantes por lo menos acá en Colombia no so muy dados a estudiar y cuando necesitan algo urgente lo buscan en la red o los padres les pagan un profesor particular.
Decidí ahora, abandonar el proyecto de escritorio y pasar mi software a la red, lo puedes encontrar en la dirección:
aprendevirtual.comuv.com
Ahora deseo ver cómo hacer un negocio con él en Internet???
Ana dice
Hola Ángel.
Leyendo tu post, me he dado cuenta que mi vida ha estado basada en esta falacia.
Continué una carrera que no me gustaba y que finalmente no fui capaz de terminar, en una empresa que solo me daba sinsabores por el esfuerzo que había invertido y que me está llevando a cambiar de profesión, incluso me casé con una persona completamente incompatible y con la que tenía una relación terriblemente tóxica, para terminar en un doloroso divorcio.
Sabía que tenía un problema de vinculación emocional en todos los proyectos de mi vida, pero nunca me lo había planteado de este modo.
Muchas gracias, un gran post, ahora podré mirar las situaciones también desde esta nueva lupa que me has proporcionado y decidir.
Luis dice
Muy buen post y muy buena relfexión!
Respecto a la web que no vendisteis. Si el holandes estaba dispuesto a trabajársela pero tu hermano no quería vendérsela, no se os ocurrió hacerlo socio? El coste hundido seguría allí, pero quizás el chico le sacaba una rentabilidad y teníais allí un pequeño (o grande) negocio pasivo.
Saludos.
Angel dice
Pues no, no lo pensamos, pero podría haber sido una idea interesante… ¡Lo que no sé es si el chico hubiese aceptado! 😛
Un abrazo!
Laura dice
A mi también me ha encantado y tengo el caso de… esto… una amiga:
Burbuja inmobiliaria en máximo apogeo. Chica joven e inmadura con una cuenta vivienda que finaliza y la sociedad clamando que comprar piso es LO QUE HAY QUE HACER. Chica compra piso (más barato) en el pueblo donde vive la familia, cuando ella vive en otro lugar. Arrepentimiento instantáneo. Piso en venta desde el minuto uno. Compradores hipotéticos que se van escapando debido a un precio que pretendía recuperar la inversión….
Pero hay final feliz: el descanso que le quedó a esa chica (ahora ya, denominémosla, mujer) cuando se dio cuenta que no tenía por qué recuperar lo invertido ya que en la balanza de la felicidad/tranquilidad esa parte salía perdiendo.
En la actualidad el piso sigue en venta… pero esta mujer tiene un plan.
Gracias Ángel por reforzar la decisión tomada por «mi amiga» con este artículo ;P
Abrazos!
teoma dice
Agua que no has de beber déjala correr, cuando algo esta muerto por mucho que te empecines, muerto queda.
El problema radica en darnos cuenta de la situación, siempre nos auto-engañamos para detectar un halo de vida pero nunca nos paramos a pensar si nosotros estamos en disposición de poder revivirlo, el resultado siempre es el mismo, por muchos ejemplos que nos pongamos.
P.D. Por lo que cuenta Ángel veo que no para de tocar nuevas campanas, estoy seguro que pronto dará con una que suene a su gusto.
Un saludo.
Álvaro López dice
Extraordinario post Ángel
Pues yo creo que todos hemos tenido esos «costos hundidos» en la vida, y en mi caso fue una relación que durante los últimos 4 años fue una mierda con todas sus letras.
Pero los seres humanos somos así, nos apegamos al pasado, como bien dices odiamos perder, y no evaluamos realmente lo que podemos ganar soltando de una puñetera vez ese lastre en nuestras vidas.
A las cosas positivas de las que hablabas creo que conviene añadir el aprendizaje, ya que toda experiencia vivida nos enseña algo que sin duda nos debe de valer para la próxima.
Me ha gustado mucho!
Joss dice
Tuve una novia virtual en la que gasté mucho dinero de llamadas de larga distancia con la necedad de que en un futuro cercano se convirtiera en una relación real y disfrutar de esta relación, aun que las cosas no estaban funcionando y todo estaba al revés seguí jugando con mi inversión de forma irracional hasta que por fin me di cuenta que estaba gastando mucha energía y dinero en esa relación y que dicha inversión no va a redituarme más, estoy en el proceso de aceptar que esto fue un auténtico costo hundido al por mayor. Gracias.
eu dice
Yo abandone en marzo, y me ha costado, pero ahora estoy tranquila.
Imma Torres dice
Entiendo lo que explicas y lo comparto en gran medida. De hecho, he tomado decisiones de «abandono» a lo largo de mi vida, ignorando el «coste hundido», que finalmente me han demostrado que el cambio suele ser la mejor opción cuando algo no te llena ni te hace vibrar. La cuestión es ,¿cómo distinguir entre coste hundido y crisis de fe? Me explico: hay ocasiones en que «caminar un quilómetro mas», cuando crees que todo está perdido, marca la diferencia entre el éxito y el fracaso. Quizás a tu hermano, por ejemplo, le motivaba continuar la esperanza en que el negocio acabaría funcionando, si caminando un poquito más accedía a una información crucial, un encuentro agraciado, un golpe de suerte, un cambio en las circunstancias… Yo he querido escribir un libro durante años. De hecho, tengo un esquema casi completo de el -se trata de una novela-, mucha documentación y he escrito -y reescrito- los primeros 3 capítulos. Pero por diferentes motivos, he abandonado la escritura tropecientas veces en todo este tiempo -calculo que unos 10 años-. Cíclicamente me «vuelve a llamar» escribirla, la reemprendo, y llegado a un punto pierdo la motivación -y las ideas- y la dejo aparte… No sé si caminando «un kilómetro mas» superaría la barrera de la desmotivación y desencallaría el argumento… O es mejor dejarla definitivamente y dedicarme a otra cosa -u otra novela… 😀 . En fin! Que cuesta distinguir entre no tolerar un fracaso y asumir el coste hundido sabiamente… Y a otra cosa, mariposa!
Silvia dice
Tu «costo hundido» mi mente lo traduce automáticamente a «stop loss» término bursátil que mi amigo Thor me enseñaba hace casi 10 años para hacerme ver la similitud entre PARAR LAS PÉRDIDAS monetariamente hablando, o sentimentalmente…
Recuerdo que el ponía el ejemplo de Terra y la cantidad de dinero que perdieron los inversores en el intento de recuperar su dinero.
Un hombre sabio mi amigo, que me abrió los ojos con sus buenos consejos, y me enseño que hay términos que pueden aplicarse con bastante éxito en distintas parcelas de tu vida, y han sido aplicadas desde entonces en el amor, la amistad, el dinero, la salud, y la vida en general.
Un beso
:))
Silvia
Ana B - Todavía no sé dice
Me gusta leer tu blog, Ángel, es que siempre saco algo interesante …
A mí también me ha pasado, claro que sí … Ya lo documenté brevemente un día en mi blog:
Pasa la vida y nos la pasamos haciendo el tonto de diferentes maneras, pero a veces pensamos que hacemos el chorra de forma más fructifera que otras, pero todo es relativo. Bien, ya he filosofado un poco por hoy.
Aprovecho para compartir el último de post de Leo – para quien no lo haya leído,
https://zenhabits.net/plate/
ya que a mí me ha parecido muy en sync con el de Ángel y con esto ya nos quedamos todos más tranquilos, entroncando con el estupendo comentario que Juan Núñez ha dejado más arriba:
>>
Además me parece que uno de los sesgos que más influencia tiene en nuestros comportamientos es el omnipresente “sesgo de confirmación”, es decir, fijar nuestra atención en todo aquello que corrobora y refuerza nuestras opiniones y creencias, obviando todo aquello que las contradice. Exactamente lo que estoy haciendo yo ahora mismo con este comentario, y lo que anteriormente han hecho todos los demás con sus exposiciones. De éste sí que es difícil escaparse ¿no os parece?
>>
Saludos,
Ana
Nicolas Kruljac dice
Hace cuatro años atras trate de montar un negocio y por no querer asumir que me habia equivocado al día de hoy sigo pagando las consecuencias. Inverti mucho dinero y me endeude mucho.
Hoy me encuentro en una situación en la que mi pagina es un verdadero fracaso ya que no cumplio ninguna de mis espectativas que tenia para ella, pero viendo el lado positivo la transforme en mi laboratorio para jugar y cambiarla constantemente y asi aprender más de creacion de paginas web. Espero poder encontrar mi camino y algun dia poder ganar dinero on-line.
Paula dice
En marzo de este año empecé mi vida laboral en una empresa de la cual me habían hablado bastantes cosas malas, entré ahi con 2 amigos y creí que si era una buena trabajadora eso no me afectaría. Sin embargo los dueños de la empresa eran explotadores y manipulaban con maltratos psicológicos a sus empleados y empezó mi karma… mis amigos me decían que no me fuera ya que entre los 3 nos apoyabamos pero a diferencia de ellos, uno de los jefes era especialmente denigrante conmigo.
Cuando decidí renunciar luego de 7 meses me sentía miserable, negligente conmigo misma, había dejado de hacer las cosas que me gustaban y era incapaz de disfrutar mi vida debido a tanta presión y sobre carga. Al llegar a donde la jefe de recursos humanos, me dijo que no me fuera porque era mi primer trabajo e iba a aprender que las cosas se solucionaban huyendo, sin embargo no la escuché y me fui… puedo decir que es una de las mejores decisiones que he tomado en mucho tiempo, volví a mi casa y no fue dificil que surgieran nuevas oportunidades de trabajo, ahora dedico mi tiempo a lo que realmente me gusta, estoy cerca de quienes amo y sobre todo, tengo el control de mi vida.
Juana dice
Este post cae perfecto en esta etapa de mi vida, me he estado recriminando por haber dejado la seguridad de mi empleo anterior y me estoy planteando seriamente sobre seguir con mi relación actual. Yo he invertido demasiado y no he recibido ni la mitad, tal ves duela, pero mejor parar algo que no me va a llevar a ningún lado.
Eres muy inspirador.
Gracias.
Mauricio Mosqueira dice
Hola Angél!!
Excelente post, muchas gracias por compartir esta idea, me parece de lo más útil, ya que, personalmente, me haces recapacitar sobre situaciones que a veces llegan a la culpa o te pierden más en el camino.
Sin embargo, también considero que esta también podría ser una excusa para no hacer nada, creo que también hay que saber persistir, ya que tiene sus recompensas; pero, en el punto en cual ya te está dañando, financiera, mental y físicamente, creo que ya es un buen indicador que tenemos que considerar al costo hundido.
Saludos y muchas gracias!
Noe dice
Me ha encantado leerte! El temita ha llegado para mí en el mejor momento. Después de leerte… tomé una decisión muy importante: dejar de luchar por una relación sentimental que no tenía nada a lo que aferrarse. Hoy me siento liberada! Era una necesidad, con todas sus letras, por su bien, por el mío y por el de los dos!
Graciassssssss. Ahora a vivir conmigo misma disfrutando de los pequeños placeres que te aporta la vida.
Un abrazo a todos aquellos que me entiendan y a los otros… también, por supuesto! 😉
xavisun dice
Ángel, Me acabo de leer todo tu blog.
Llegué de casualidad, buscando que sé yo por la red. Dos semanas intensas en las que me he ido a dormir con tus reflexiones y me he despertado con tus consejos. Joder! Cuanto sentido común se esconde entre tus posts!
Como de bien nacido es ser agradecido …..MUCHAS GRACIAS por todo lo que me has hecho pensar!
Eso sí, llegar a este post tiene su lado malo: a partir de hoy voy a tener que esperar más de lo que me gustaría tu próximo escrito.
Un saludo desde Barcelona!
Craig Malpass dice
Hello my friend,
As a playwright and screenwriter I am constantly speaking to other writers who are trying to patch up their long-term projects that should have been abandoned a long time ago. Reason being, they don’t want to be considered a failure.
Sometimes you need to give something time but when it gets to a point when you realise that the project is a valuable experience even if it won’t be valuable in terms of money or personal pride.
Wise words.
Craig
Alejandro dice
Hola Angel desde Argentina… Admirando tu valor…
Con mi novia estamos padeciendo justamente el proceso aniquilador del «costo hundido», algo tan desvastador como real.
Estamos viviendo en un lugar que no nos gusta, con un trabajo que no nos gusta y una carrera que obviamente no nos gusta.
Nació desde hace rato entre nosotros la idea de LIBERTAD… Amamos estar juntos y disfrutar de la vida, de un mate, una caminata, una charla y todo, sobre todo, lo que la naturaleza nos regala cada mañana.
EJ: Sí vemos una mansion inmensa con cientos de autos y lujos y como contracara vemos un par de chicos que recorren el mundo en un colectivo conociendo culturas, elegimos sin dudarlo la opcion numero 2.
Pero que pasa al momento de tomar una desicion que resulta drastica y determinate enfrentando el costo hundido?
1) Dejar el trabajo…Luego de que vivimos, como pagamos el alquiler y comemos?
2) Dejar la Carrera… Ya no somos niños aventureros y hemos aprendido a trabajar justamente con nuestra cabeza…
3) Dejar la ciudad…Donde vivir, como hacerlo sin pasar necesidades?
Sin dudas nos encontramos en una meceta, y la orbita de seguridad en la que uno se encuentra no hace estancar.
Nos ayudaría mucho tu opinion Angel. Creemos fervientemente que por algo acabas de aparecer en nuestras vidas….
Abrazos Gigantes
Maïder dice
Otro artículo grandioso Ángel, es un gustazo leerte siempre.
Creo que a mí me ocurrió sobre todo en el momento en el que tuve que vender el coche porque estaba en paro y veía imposible terminar de pagar los últimos 10 meses de crédito que faltaban. Al vender el coche únicamente pensaba en el dineral que ya había adelantado y lo mucho que estaba perdiendo (sin hablar de la sensación de fracaso personal que sentí en el momento que entregué las llaves). Recuerdo que fue una conversación con mi padre sobre este tema que tratas hoy lo que me hizo recapacitar.
Desde entonces he tomado muchas decisiones en mi vida y también he abandonado proyectos pero nunca me he sentido mal por hacerlo. De todo he aprendido algo y me ha servido para recuperar confianza y una mayor seguridad. La vida es demasiado corta para lamentarse 😉
Alfredo dice
Mmmmmm veo con dolor que llevo muchos años estancado. T.T . el problema con uno di mis anteriores trabajos ….. Una relación dañina y ahora un proyecto y una empresa que a causa de esa relación dañina se perdió una parte y estoy tratando de sacar el proyecto pero llevo meses pegado y no he podido avanzar en nada….. Al con trario creo que me estoy perdiendo…… Es difícil aceptar y caer en cuenta ….. No se por donde iniciar? …. Gracias
Jesús Prieto dice
Otro ejemplo, que creo que todos hemos tenido:
Estás en una fila de caja de un hipermercado, llevas 10 minutos y te das cuenta de que tu cola no ha avanzado ni un metro… mientras las demás colas cerca de ti van avanzando.
A pesar del ahorro de tiempo, decides quedarte en la misma fila, ¡porque ya llevas bastante tiempo en esa fila!
Por cierto: que creo que «costo irrecuperable» o similar hubiera sido más apropiado que el literal «costo hundido».
De todas formas, ¡enhorabuena por el artículo!
… Jesús Prieto …
Laura dice
Hola Ángel
Me ha gustado mucho el post, incluso he escrito una lista de varios costos hundidos que tengo que solucionar ya, ya, ya. Pero creo que en el caso de negocios y supongo que en la vida (que son casi iguales) tienes que asumir que vas a tener costes hundidos si o si, porque es un camino que se aprende sobre la marcha. Da igual a cuantos cursos vayas sobre emprendimiento, tu carrera de económicas o lo espabilado que seas, te vas a equivocar seguro y te va a costar dinero. Depende de lo rápido y hábil que seas, será más o menos cantidad, y te darás cuenta antes o después, pero es inevitable.
María José dice
Hola a todos.
Este tema me «suena» mucho, y suele ser motivo de «debate» con una persona muy cercana.
Habitualmente suelo marcar una inversión tope (de tiempo, dinero, esfuerzo) en cualquier objetivo que me propongo, y cuando he consumido esa inversión, abandono el proyecto si no ha salido como esperaba. Reconozco que esta estrategia me hace perder oportunidades, que justo estaban un pelín por encima de esa inversión prevista…
La otra persona a la que me refiero, suele realizar inversiones a fondo perdido, y persiste, persiste… hasta que otro proyecto se cruza en su camino… En general, reconozco que suele obtener más resultados que yo…
Sin embargo, creo que mi nivel de eficiencia es superior: la relación coste/beneficio en mi caso minimiza los costes, de modo que los beneficios, aunque sean pequeños, son netos. En su caso, si bien obtiene grandes beneficios, los costes son también muy elevados, de forma que el resultado final, aunque vistoso, no es tan evidente…
Creo que son dos maneras de ver la vida: yo busco la eficiencia, óptimo beneficio al mínimo costo, mientras que la otra persona valora más otros aspectos: el proceso creativo, la búsqueda, el reto… Y de ahí proceden también muchos beneficios indirectos que, en mi caso, no se generan…
En fin, así es como lo veo yo…
adriana dice
Si, recuerdo uno, y ya más tranquila de lo que ah pasado, recuerdo mi relación de 5 años, mas 2 años de espera y 1 de haber que vuelve a pasar con él, no me arrepiento por que disfrute, me encanto, y a pesar de cada error cometido creo que gane libertad, la cual extrañaba, no digo que no me haya gustado mi tiempo con mi ex, simplemente me tenia con muchos miedos, preocupada, pensando en que iba a hacer si me casaba, bueno tantos pensamientos que ya no me hacían feliz, me volví muy dependiente, cuando yo era lo contrario, ahora creo que estoy algo motivada para seguir, sigo estudiando, trabajando, paseando, y a pesar que el último tiempo que tuve contacto con él me hacia feliz, también me sentía estar en un camino sin salida en donde no sabia si seguirme quedando ahí o salirme, y tome la decición de pedirle que no me hablara más y yo tampoco hacerlo, desde ahí me siento mejor, y trato de recuperarme a mi misma y ser esa chica que se sentía más que viva, me falta descubrir más de mi y de lo que quiero hacer y eso me hace comprometerme más conmigo, agradecida de lo que viví, la experiencia aún triste que sentí y siento un poco, y como quien dice, estoy saliendo del tunel!!! y a volar más alto!!…
Miram dice
Me encantó el post, muchas gracias por compartir y por tu tiempo en escribirlo. La verdad que yo a lo largo de mi vida también me he empeñado en sacar adelante cosas que sabía que no serían exitosas, pero hay que ser positivo, de todo se aprende!!
Juan Manuel Chica Cruz dice
Fantástico artículo, post, entrada o como se quiera llamar. Muy interesante. Solo, por poner una nota crítica decir que precisamente al final del artículo en el último párrafo se da, (de manera involuntaria) la principal clave por la cual el humano acepta la falacia del coste hundido, cuando se dice «aceptar el error». Eso es precisamente lo que hace que perseveremos en él. El humano es en gran medida resiliente y eso le hace perdurar e insistir en el error. Tan es así, que hasta algunas veces, logramos sacarlo adelante, aunque sin ilusión. Quizás por eso ese militar chino mandó quemar sus navas al llegar a costas enemigas, para que sus soldados supieran que no hay marcha atrás. Y que si una vez estas dentro no encuentras la salida, entonces hasta el fondo…
María. J Montilla dice
Es un excelente post.
A mi me ocurrió que me estuve varios meses en una academia, y al final deje de ir por que sentía cansancio y aburrimiento de como se daban las cosas. Al nuevo año me sentí mal por abandonar y me volví a inscribir, ¡Pero falte igualmente!
ND dice
Prefiero reír en ves de llorar, jajajaja soy experta en «Falacias de costo hundido». Al leer las situaciones del inicio, supe que era yo.
Puedo dar ejemplo personales en tres aspecto:
1. Estudios: Mi primer año de universidad, inicie la carrera de sistemas porque mi mamá le gustaba y accedí, al segundo año tuve la valentía de dejarlo, pero el error de tomar otra carrera que tampoco me llenaba, y en vez de tener la valentía de la primera vez, a pesar de darme cuenta en el proceso, me decía que no podía salirme de la carrera, otra vez, habiendo perdido ya tiempo y dinero. Final: termine con una carrera que casi no tiene que ver lo que hago actualmente.
2. Trabajo: no suficiente con una carrera frustrada, inicie un trabajo en el que dure 5 años y lo odiaba y a pesar de decir todos los días, «Odio este trabajo» «voy a renunciar», no lo hice y salí de el porque sencillamente la empresa cerro. No porque yo tome la decisión ERROR.
3. Amor: luego de una relación fácilmente reconocida por otros como «fatal», yo era la «valiente»que luchaba día a día, para mantenerla. No podía admitir que el GRAN AMOR acabara y que los años llevados se echaran a la basura. Al final, ese amor me dejo….
En fin, creo que soy experta en la materia, lastimosamente tengo que trabajar en el valor para así, no solo identificar si no frenar dichos costos hundidos. Cuesta muchísimo, pero cuesta mas mantenerlos.
Gracias, este post motiva a seguir siendo VALIENTES….
Aureliano dice
Creo por los comentarios que algunas personas han enviado que no han comprendido el concepto de «coste hundido» y de la falacia del mismo nombre. No se trata de si hay que perseverar o no en algo o de si hay que seguir luchando o no por algo o de si tengo o no que dar un cambio a mi vida, se trata de si la decisión de tomar el camino A o el camino B la tomamos en función exclusivamente de los beneficios que nos vaya a reportar cada camino o si por el contrario tomamos en cuenta en la decisión costes ya realizados en el pasado y que ya no influyen en los beneficios que nos reportará elegir A o B. Voy a poner un ejemplo. Has pagado 8 euros por ver una película, ha pasado una hora y no te gusta ni esperas que te vaya a gustar, te podrías ir a dar un paseo. ¿Deberías terminar de ver la película o dar el paseo? El camino «A – Ver la película» no reportará beneficio porque es una peli que no te gusta y cuando acabes de verla no te van a devolver dinero ni te van a dar un título de cinéfilo ni nada por el estilo, el camino «B – Dar un paseo» sí reportará beneficio ya que será agradable y además es gratis. Lo correcto es elegir el camino «B – Dar un paseo» pero la mayoría de las personas tendemos a pensar «¿cómo voy a dejar de ver la película si ya me ha costado 8 eurazos, la tengo que amortizar». Fijaos cómo a la hora de calcular el beneficio entre A y B los 8 euros no influyen para nada, sin embargo los tenemos en cuenta y hacemos que nuestra decisión dependa de costes ya incurridos en lugar de hacerla depender de los beneficios de las dos opciones. Nos hacemos la ilusión de que terminado de ver la película estamos recuperando los 8 euros cuando es solo una ilusión, nuestra decisión no debería tener en cuenta ese coste, debería tener en cuenta sólo el beneficio entre los dos caminos que se nos presentan, sin mirar los costes ya incurridos que no vamos a recuperar.
Fernando Morales dice
Mil gracias Ángel todo lo que nos explicas tiene tremenda luz.
Lo enseñas con ejemplos tan sencillos que me impactan la conciencia.
Importante diferenciar entre perseverar y ser terco, para ello esta una la ley de la vida que se llama la ley del tres, indica que si lo haz intentado entre 3 y 7 veces y no avanzas ni un poquito ya estas entrando en la terquedad, ver las leyes de la vida de Gerardo Schemedling, es impresionante todo lo que él nos enseña de una forma tan sencilla
Con cariño Fernando – Bogotá Colombia.
Ana Rosa Alegre dice
Tengo unos cuantos, entre ellos, estudiar una carrera que no me gustó nunca!!!!! Pero me «encabezoné»y ahí estuve cuatro años para luego nunca llevarla a la práctica. Si hubiera sabido lo que sé ahora, ni siquiera la habría empezado; después de hacer selectividad, me hubiera ido ese año de viaje… Pero en fin… La verdad es que me lo pasé genial y tengo recuerdos muy bonitos. Chicas y chicos de menos de 18 años: no se os ocurra seguir mi ejemplo!!!!!
Francini dice
Hola Ángel! Mil gracias por tu trabajo. Lo he descubierto hace relativamente poco y no paro de bucear en los miles de post que has creado.
Este es mi primer comentario. Este post me ha abierto los ojos y me ha tranquilizado. Hace poco deje una relación de tres años, la mejor relación que he tenido hasta el momento, pero que no nos llevaba a ninguna parte porque había distancia de por medio y porque los planes de ella y míos para el futuro eran muy distintos.
Ha sido doloroso e incomprendido por la mayoría de la gente de nuestro entorno, pero era algo que tarde o temprano iba a suceder. Así que, como bien dices, decidí dejar de picar en el agujero y salir corriendo en busca de la felicidad y la mejor versión de mi mismo.
Mil gracias Ángel!
Francisco dice
Al terminar de desalojar la heces fecales y levantarse, se percató que se le calló un billete de 5 dólares precisamente en el inodoro, por lo que estuvo un buen tiempo pensando en decidir jalar la palanca. ¿Valían la pena 5 dólares la desagradable acción de meter la mano y embarrarse? Se llevó las manos a la bolsa del pantalón , sacó un billete de 10 dólares, los echó al inodoro y sacó el dinero. Ciertamente 5 dólaress no eran suficientes para pasar por ese repugnante momento, pero 15 dólares sí.
luis dice
Tras 12 años trabajando para la misma empresa, un buen día determiné vi claro que debía abandonar ese empleo y salir corriendo a pesar de contar con un contrato indefinido. La situación me estaba produciendo una angustia como nunca antes había experimentado… aún y todo soporté dos largos años más, hasta que no pude soportarlo por más tiempo y negocié una salida con mi jefe.
No dejo de pensar que esta fue la mejor decisión que he tomado en toda mi vida, a pesar de que efectivamente invertí dos años de sufrimiento adicionales desde el momento en el que lo vi claro hasta en el que di el paso finalmente
Tania dice
Hola!. Costo hundido es lo que definiría a una relación tóxica que tengo desde hace 11 años, lo peor es que siempre termino perdonando infidelidades, justamente por eso, por todo el tiempo perdido, hoy dia todavía me falta coraje para dejar esta relacion poco sana. Asi que no tengo éxitos para contar, más bien estoy en busca de ello
Fran de Ana dice
Hace años monté una compañía de teatro y nuestro primer espectáculo, escrito y dirigido por mí, tuvo bastante buena acogida. Como todos teníamos que trabajar en otras cosas para poder subsistir, no dedicábamos demasiado tiempo a la venta y aún así teníamos bolos todos los meses (cosa muy, muy difícil en compañías pequeñas).
La gira marchaba bien pero existía un conflicto dentro del elenco, y afectó muy negativamente al trabajo incluso a nivel organizativo. Después de un intento de boicot por parte de una de ellas decidí cancelar la obra y abandoné la compañía. Un par de años más tarde me asalta el deseo de recuperarla, de reunir de nuevo al equipo y aprovechar un producto que funcionaba bien y en el que había invertido mucha energía. ¡es una pena desperdiciado!
Pienso a menudo, pero ¿realmente me compensa arriesgarme a soportar de nuevo esa carga emocional que supuso en su momento? El beneficio creo que no lo compensaría.
Me ha gustado mucho el artículo y me siento muy identificado. Muchas gracias.
Esther dice
Excelente post!
Creo que hay una línea que divide el saber retirarte a tiempo de algo que sabes/sientes que no va a ningún lado, que no sientes la llamada, que ha sido una equivocación o algo que no funciona ya simplemente, al hecho de dejar de insistir en algo que sí sientes que es tu propósito, tratando de lograrlo por diferentes vías -si las que pruebas no funcionas-, pero sin cejar en el empeño para lograr el objetivo final, es parte del viaje del héroe de hecho, y creo que aquí radica el quid planteado en el post.
En lo personal, he vivido esta falacia innumerables veces:
– estudié una carrera que no me gustaba (y la acabé) entre otras cosas porque en mi casa mi madre me dijo «lo que se empieza se acaba» (sic), cuando le planteé cambiarme a otra por la que sí sentía vocación. Además de sufrir una crisis personal brutal y no disfrutar nada mis años universitarios, sobra decir que no me dediqué jamás a ella, dos master más tarde me estaba dedicando de pleno a lo que de verdad quería, pero en vez de coger el camino sencillo, lo alargué y compliqué todo terriblemente.
– mantuve una relación (y me llegué a casar) con ‘mi novio de toda la vida’ porque era lo que se esperaba de mí y lo que me habían educado para hacer, una vez casada se me vino el mundo encima porque me di cuenta de que me había equivocado y me educaron para ‘si te equivocas, te aguantas, pero no abandonas’, dos años más tarde de la boda cogí la maleta y me fui de allí, hecha un trapo, con depresión, ataques de ansiedad y un cuadro estupendo que hace años (muchos ya) superé, pero que fue brutal y me impidió estar haciendo en esa edad otras cosas mucho más alegres y fructíferas en mi vida, como encontrar mi verdadero gran amor… etc… y por supuesto requerí un tiempo de salir al mundo, oxigenarme, superar el pasado, etc etc etc…
– En un par de trabajos sufrí mobbing, en uno de ellos en concreto el personaje que lo llevó a cabo (que era mi jefe -casado y con hijos- y a quien había rechazado en el plano sexual previamente) fue absolutamente sádico, me aisló, humilló, gritó, conspiró, puso al equipo en mi contra, etc., mis resultados aún así eran buenos y no podía echarme, tenía que conseguir que yo me fuera, de vez en cuando alguien me lo aconsejaba, pero yo estaba empecinada en que aquello no era justo y que se me tenía que reconocer todo lo que hacía, mi desempeño, etc., al final acabé medicada, y con una baja por ansiedad, la autoestima destrozada, aislada del mundo, con estrés post-traumático, sin vida personal, y por supervivencia le denuncié dentro de la empresa, aunque después de un par de meses, y de amenazar a los pobres que no le seguían el rollo y habían visto todo, desestimaron mi denuncia… años perdidos, llenos de toxicidad, mal rollo, y al final tratamiento médico que no deseo a nadie…
En definitiva, ahora lucho por mi propósito, me esfuerzo, estoy metida de lleno en el viaje del héroe y nadie dijo que fuera fácil, voy a por ello día tras día, con sistema prueba-error, sé lo que quiero conseguir, las vías surgirán, poco a poco, pero ni me aferro ya a nada, ni doy por sentado que equivocarse es inaceptable y me hace peor…
Retirarse es una victoria haciéndolo a tiempo, por supuesto que sí, doy fé de ello.
ruben dice
Gracias Ángel!!!
Me ha parecido muy interesante…
Y con tu ejemplo, totalmente representativo. Me hubiera venido genial haberlo leído unos cuantos años antes…
Mantenerte en algo que no tiene sentido, simplemente, por la inversión en dinero, en tiempo, etc. no es la mejor opción.
Pero el intervalo de tiempo desde que vives esta situación hasta que realmente te das cuenta que estás cayendo en la falacia del costo hundido tiene un papel importante.
A veces, aunque hagas este razonamiento, cuando es reciente, no vas a verlo desde este punto de vista, no vas a conseguir ser analítico.
Una vez pasa el tiempo, sí somos capaces de ver que en aquel momento, teníamos o sufrimos este fenómeno.
Es la parte más complicada.
Un saludo!!
Marta Negro dice
Puff… este es uno de esos post que te hace replantearte, pensar y revolver aún más el caos que puedes tener en la cabeza.
El caos suele terminar en algo bueno, es el inicio de remodelar estructuras, pero como he leído en muchos de los comentarios, el tiempo hasta que ocurre, es crucial.
Gracias por darme esa otra visión.
Un abrazo
Angela Dominguez dice
Bueno, un post bastante antiguo, sin embargo, no deja de ser tan cierto como mi experiencia con la falacia del costo hundido. Lo que creo fue que lo detecté a tiempo.
Estuve estudiando la carrera de Medicina por 3 largos años, y aún así no ponía empeño en el estudio, hasta que un día presenté mi carta de retiro a la carrera y pues sabía que ahí no iba más.
Tal cual lo indicas en tu post, hice una muy buena amistad y tengo la experiencia para contar.
Edith dice
Excelente post. Yo tuve costo hundido con un seguro dotal que adquirí, y cancelarlo nos costó mucho dinero pero mantenerlo nos iba a costar millones a largo plazo. Creo que vale la pena agregar que cuando tomamos decisiones es importante hacerlo con plan B ya integrado, es decir, dejar abiertas otras puertas en caso de que la decisión no sea correcta. De este modo la inversión podría ser más conservadora, el impacto de renunciar será menor y además se sentirá menos el golpe al ego porque el fracaso estaba contemplado desde un principio… Es como darse espacio y permiso de fracasar desde antes de empezar. Por ejemplo, en una boda, hacer un prenupcial, no comprar casa juntos el primer año ni tener hijos los primeros tres podrían ser políticas de precaución en el amor, no por desconfianza en la persona, sino por consciencia de lo complejo que es unir dos vidas.
Pablo dice
También pasa mucho a los inversores en acciones.
No puedo vender porque pierdo si vendo ahora. Sin querer reconocer que ya han perdido y cuanto má tarden en vender más perderan
Laura dice
«Dice Seth Godin en su fantástico libro The Dip que si una situación no va a mejorar a pesar de que inviertas más tiempo, dinero o energía, entonces lo mejor es abandonar (sin importar cuántos recursos lleves invertidos hasta el momento).» El problema es que en ocasiones no sabemos o no vemos que la situación no va a mejorar y seguimos ahí, «por sí…», y se nos pasa el tiempo. Estoy de acuerdo con Godin, pero es muy difícil saber a ciencia cierta si va a mejorar o no, y en mi caso tengo un par de ejemplos en los que cuando he estado a punto de abandonar (un trabajo, en este caso) la situación ha acabado mejorando.
Kora dice
Hola gente como están? Muy buen artículo compañero! Gracias por hablarnos de tu experiencia. Es muy gratificante leer sus historias amigues, todes nos dejamos llevar por ideas o creencias que no son las nuestras que nos desvían de nuestros sueños.
Mi costo hundido es continuar con una carrera que odio, sólo la sigo por el tiempo que invertí en ella, ya son 3 años de mi vida enfocados en algo que siento que no me lleva a ningún lado. Me desanima mucho tener que leer cosas que no me interesan, me desagradan todas las materias específicas y siento que rendirlas se convirtió en algo eterno.
Se que no puedo más continuar así porque me está deprimiendo, no puedo con esta carrera y lo acepto, no es para mi.
Lo que si se, es que quiero enfocarme en una carrera más social o en el arte que es otra de mis pasiones.
Espero que todes puedan cumplir sus sueños. Gente no hay mal que por bien no venga! Un abrazo a todes!
Martin dice
El mayor ejemplo que yo he vivido sobre el costo hundido son las inversiones en bolsa. Después de una compra errónea o fallida nos mantenemos en la ídea de no vender porque perdemos dinero y lo que suele sucedes es que cada día la acción vale menos y se pierdes más.
Cuando lo ideal sería vender al momento de comprobar que nos hemos equivocado y comprar otro valor o el mismo una vez que ha finalizado su caida
Aledor dice
Gracias por esta publicación, me ha ayudado en este momento, acabo de terminar el primer semestre de la carrera pero no me gustaba y traté de convencerme de que era correcto seguir.
Pero ahora se que es mejor dejarlo y hacer lo que realmente me apasiona.