Recuerdo aquel día como si fuese ayer. Era Febrero del 2014 y yo estaba en una frutería con mi madre cuando recibí en mi móvil un e-mail de un chico de Valencia que me decía que estaba a punto de irse un año a recorrer el sudeste asiático y que si podíamos hacer un Skype.
Normalmente rechazo este tipo de peticiones, ya que si me dedicase a charlar personalmente con todos mis lectores no haría otra cosa, pero por algún extraño motivo esta vez dije que sí. Una semana más tarde hablamos, le convencí de que pasase más tiempo en China del que había planeado inicialmente y poco después tomó un avión rumbo a su primer destino: Shanghai. Así fue como conocí a Bosco Soler, el autor del post de hoy.
En uno los artículos más populares de Vivir al Máximo recomiendo no estudiar un máster y, como alternativa, propongo invertir ese tiempo y dinero en algo más productivo como irse de viaje. Eso fue exactamente lo que hizo Bosco, y por ese motivo he querido invitarle al blog para que nos cuente su experiencia y para que te explique cómo tú también puedes crear tu propio máster: uno mucho más útil, más real y con lecciones que recordarás toda tu vida.
Sin más dilación, te dejo con él. ¡Todo tuyo, crack!
NOTA: Estas últimas semanas estoy publicando posts de autores invitados porque tenía varias colaboraciones de altísima calidad pendientes y porque necesito tiempo para pulir el contenido de Idea2Blog y terminar la 2ª edición de la guía de ayuno intermitente antes de que Marina se vaya de vacaciones. Pero no te preocupes, que tengo una larga lista de ideas para futuros artículos y volveré a publicar en breve 🙂
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Cómo crear tu propio Máster
Febrero 2014. Me gradúo como arquitecto en medio de la peor crisis inmobiliaria de los últimos 30 años.
Bien Bosco, bien. Pero bien jodido, macho.
Según observo a mi alrededor tengo dos opciones: Irme a buscar trabajo al extranjero, o estudiar un máster para no perder el tiempo.
Dos meses más tarde estoy cogiendo un avión a Shanghai para empezar un “máster” diferente que se desarrollaría en un total de 60 ciudades de 13 países distintos durante los siguientes 9 meses de mi vida.
Sé lo que estás pensando: Ya está aquí el flipao de turno que se ha pegado el viajecito, a hablarme de playas paradisíacas, borracheras en albergues y tailandesas en bikini. Pues paso.
Mmmm… no. Al menos hoy no. Sigue leyendo.
En realidad te quiero mostrar cómo hice yo para que esta experiencia personal fuese también un increíble salto a nivel profesional en todos los aspectos.
Quizás esto te convenza a hacer un máster distinto, donde TÚ vas a elegir qué quieres aprender, dónde, quiénes serán tus profesores, etc.
Un máster diseñado y dirigido por ti y para ti.
Este es tu máster
La idea es muy “sencilla”: Invertir el presupuesto de un máster tradicional en comprar una mochila y un billete de ida a un lugar alejado de la comodidad de tu hogar, de las responsabilidades y de tu entorno, y quedarte allí durante unos meses.
La gente lo suele llamar año sabático, un término con claras connotaciones negativas que se suele asociar a un período de vacaciones prolongadas, vagueza, desempleo o simplemente un deseo irrefrenable de pasar un tiempo tocándote los h****s. Así somos. Nos da por devaluar todo aquello que se sale de la norma.
Pero nada más lejos de la realidad si eres capaz de plantearlo como toca.
Lo primero es entender que es tu máster porque vas a ser TÚ el que elija las asignaturas, el tiempo que le vas a dedicar a ellas, los profesores, los recursos, etc. Y por tanto vas a ser TÚ el responsable de tu educación. Para lo bueno y para lo malo. Porque si decides que tus únicas asignaturas sean Toxicología Alcohólica e Introducción a la Anatomía Brasileña vas a volver de unas vacaciones muy bonitas, pero no habrá servido de nada a nivel profesional.
Así que márcate unos objetivos definidos antes de comenzar el viaje. Éstos serán los que determinen las asignaturas. Pero ya llegaremos a eso…
Elegir el lugar y la duración
Lo segundo es elegir el lugar idóneo. Yo elegí el Sudeste Asiático por una serie de razones que lo convertían en el ganador absoluto, y Ángel parece que también:
- Costo de vida: El costo de vida es bastante más bajo que en España y que en muchas partes de América Latina. Eso significa que a mismo presupuesto puedes estar más tiempo.
- Idioma: A pesar de que cada país asiático tiene su propia lengua, el hecho de que la mayoría vivan del turismo hace que sea posible entenderse en inglés. Sumado a la cantidad de mochileros extranjeros, es perfecto para soltarse y practicarlo.
- Infraestructuras: No creas que vas a estar viviendo en cabañas de paja mientras se cuelan serpientes en la ducha. En los 9 meses de viaje no me faltó WiFi dos días seguidos. Depende de tus objetivos que esto sea más importante o menos.
- Cultura: El hecho de que sea una cultura distinta a la nuestra lo hace más interesante a nivel de desarrollo personal y apertura de mente. Lo peor que podemos hacer es seguir creyendo que lo nuestro es siempre lo mejor.
Es obvio que hay otras opciones, aunque no todas tienen esas ventajas. Sudamérica, por ejemplo, puede no parecernos tan exótica culturalmente hablando, por las raíces comunes que compartimos. Además, tampoco aprovecharíamos la posibilidad de practicar y mejorar el inglés. Y África carece de infraestructuras en su mayor parte. El resto de opciones o están más aisladas o serían peores en términos económicos.
La duración del máster depende de tu presupuesto, evidentemente. Pero vamos a ser claros: Si estás pensando en estudiar un máster es porque el dinero lo tienes o lo puedes conseguir. Otra cosa es que pienses que ésta no es la manera idónea de invertirlo (pero de eso hablaremos cuando acabes de leer la entrada). En realidad, un viaje así puede costar mucho menos de lo que te imaginas. Mi billete Valencia – Shanghai me costó 360€, y el alojamiento en el Sudeste Asiático suele ser de 5€ la noche. ¿Cuánto cuesta un máster?
Dicho esto, yo recomendaría un mínimo de 3 meses, porque en menos tiempo no consigues crear unos hábitos o rutinas que te permitan combinar el viaje con la parte formativa.
Programa y asignaturas
El programa estará basado en los objetivos que te has marcado.
Las que vas a ver aquí son las 9 asignaturas de MI máster. Las áreas de mi vida (tanto en el ámbito personal como en el profesional) que me propuse y conseguí desarrollar gracias a los 9 meses de experiencia.
Es posible que en muchas coincidamos, pero al final has de ser tú el que decida las tuyas.
1. Crecimiento personal
La más importante. Una experiencia así te cambia por completo.
Por una parte, adentrarte en una nueva cultura te hacer ver las cosas de una manera distinta. Incluidas tus cosas. Curiosamente aprendes más de tu cultura cuando viajas a Japón, porque la ves en perspectiva. Aprendes a someter a juicio una serie de costumbres e ideas que tienes asumidas como verdades universales porque en tu entorno se entienden así.
Pero también te pone a prueba. Te podría contar la vez que me robaron el ticket a Macau y perseguí corriendo a un chino c****n por toda la terminal de ferrys hasta encontrarlo y recuperar mi ticket cuando quedaban 5 minutos para salir. O cuando me olvidé de pedir el visado de turista a Australia y lo tuve que hacer a contrarreloj desde mi portátil en el aeropuerto. O todas las veces que me he tenido que arreglar para coger a tiempo un tren en China sin nadie que me entendiese.
Salir de tu zona de confort te enseña a sobreponerte y a reaccionar ante situaciones inesperadas y adversas. Pero no siempre sucede eso cuando viajas. Si te vas con 3 amigos a pasar un par de semanas en playas Tailandesas… no me vengas con que has salido de tu zona de confort. En el extremo opuesto, yo no me he ido a vivir a la selva y a aprender birmano entre locales y búfalos de agua. Has de encontrar el equilibrio. Algo así como al ir al gimnasio y elegir el peso adecuado para forzar el músculo sin lesionarte.
Y el resultado es que con el tiempo adquieres una resiliencia brutal, unos reflejos, intuición, capacidad de abstracción y de razonamiento, espíritu crítico… ¿Quién no quiere alguien así en su empresa? ¿Qué universidad te enseña eso?

2. Habilidades sociales
Si eres tímido o tienes problemas para hablar en público o expresarte, este es mi consejo: viaja solo. Eso te forzará a conocer gente, perder la vergüenza, y hará el viaje muchísimo más interesante.
Además en el Sudeste Asiático, paraíso de mochileros, todo está permitido. Nadie te va a mirar mal por acercarte a su grupo con un simple mind if I join you? (¿os importa si me uno?). A nadie le va a importar si pronuncias espein o jelou, mientras te muestres abierto. A nadie le va a importar tu religión, tu orientación sexual, a qué te dedicas o cuánto ganas al mes. Ni siquiera tu edad. De repente todo se iguala. Es maravilloso.
Así que hazme caso, viaja solo al menos una vez en la vida. Ábrete a la gente todo lo que puedas. Locales y turistas. Y eso te aportará una confianza enorme a la hora de relacionarte con la gente, entenderla, escucharla, valorarla y sacar de ellos lo mejor de sí mismos. De nuevo, algo increíblemente valioso en una empresa donde se trabaje en equipo.
3. Proyecto personal
Si lees habitualmente este blog supongo es probable que tengas en mente un negocio online que te genere ingresos pasivos, o ese proyecto loco que llevas años aplazando con la excusa de que no tienes tiempo, y sigues viviendo del placer que te produce imaginarlo, ¿verdad?
Bien, pues durante el máster es el momento PERFECTO para desarrollar y sacarlo adelante. Además, en este blog tienes a un profesor estupendo. ¡Aprovéchalo!
En mi caso seguí trabajando de diseñador web y gráfico, manteniendo e incorporando nuevos clientes. Pero si tu idea es un negocio online, el Sudeste Asiático es ideal para emplear unos meses poniéndolo en práctica mientras reduces tus gastos al mínimo.
Dependiendo del tipo de proyecto, y en el peor de los casos, aprenderás a poner en práctica conceptos de marketing online, SEO, estrategias de captación, etc. que podrás aprovechar en ese o en futuros planes. En el mejor, te pagarás el máster.
4. Carrera profesional
Tal vez te asuste dejar de lado tu formación universitaria y por eso creas que es mejor hacer un máster de continuidad, por llamarlo de alguna manera. Sin embargo tomarte un año sabático no tiene por qué significar que pongas tu carrera profesional en pausa. Puede ser una buena oportunidad de enfocarla hacia algo más especializado y seguir formándote en ello a distancia.
A mi por ejemplo siempre me ha interesado la tecnología, así que antes de salir busqué información y escaneé varios libros de la biblioteca de mi universidad sobre arquitectura y tecnología, que fui leyendo durante los 9 meses siguientes. Además de informarme en qué ciudades había instalaciones y exposiciones interesantes sobre el tema, leer blogs de arquitectura específicos, contactar con profesionales, etc. Como resultado en unos meses presentaré mi nuevo proyecto.
La idea es seguir formándote en algo específico relacionado con tu carrera profesional, de manera que vuelvas como un experto en esa materia.

5. Marca personal
Crea y desarrolla tu marca personal. Invertir en marca personal es invertir en algo que te va a servir hagas lo que hagas. Tanto si eres arquitecto como informático, a la gente le importa saber quién está detrás de los proyectos. Y la imagen que des online ayudará a mejorar o empeorar esa percepción que tienen de ti.
Ya sea creando un portfolio online, un blog personal, opinando a través de las redes sociales, pero todo ello con una idea clara de la imagen y los valores que quieres trasmitir.
La manera en que yo desarrollé mi marca personal fue creando mi blog y escribiendo las reflexiones que me iban surgiendo a lo largo de mi viaje. No hablaba tanto de lo que hacía, sino de lo que aprendía. De esa forma, cualquiera que me lea puede tener una idea clara de mi filosofía de vida y mis valores.
En definitiva: date a conocer y muéstrate como algo más que un cúmulo de habilidades técnicas.
6. Salud mental y física
Las semanas antes de entregar el PFC dormía fatal. Insomnio, noches enteras sin pegar ojo. Totalmente estresado. Además comía fatal, a deshoras, comida precocinada… Estaba hecho una mierda.
El viaje lo cambió todo. No había planes. Mi única preocupación era decidir dónde quería comer ese día, o qué me apetecía visitar. No había estrés. Y nunca he dormido mejor.
Pero lo bueno es que conseguí llevarme eso de vuelta. Durante mi estancia en Tailandia hice un retiro de meditación Vipassana de 10 días en un templo budista en el que adquirí el hábito de meditar unos pocos minutos al día. Eso, junto a una reorganización de mis prioridades, ha hecho que ganase en salud mental una barbaridad.
También noté una mejora física. Las sesiones de surf, senderismo, o simplemente el que viajar te obliga a llevar un ritmo de vida activo hace milagros. Y al final, la buena salud mental y física tiene su recompensa en tu trabajo.
7. Idiomas
Aprende inglés. Te guste o no el inglés es el idioma universal, y es algo que te das cuenta cuando estás en Laos hablando inglés con un francés, un alemán, un israelí y un danés.
Y no vale con sacarte el First o el B2 después de que te preparen en la academia para ello. Lo mejor para aprenderlo es practicarlo. Viaja con británicos, americanos, irlandeses, australianos. Aprende a distinguir sus acentos. Compleméntalo con una aplicación móvil como Duolingo y leyendo en inglés.
Volverás bilingüe. Sin ningún título, vale, pero con la confianza de poder enfrentarte perfectamente a una entrevista de trabajo en inglés.
8. Formación complementaria
No dejes de leer. Son muchas horas de trenes y buses en las que puedes estar leyendo libros de no-ficción y empaparte de la sabiduría de los mejores profesores del mundo en productividad, emprendimiento, finanzas, etc.
The Personal MBA, The Lean Startup, Steal Like an Artist, The $100 Startup o Enchantment son algunos de los muchos libros que pasaron por mi Kindle. Hay una barbaridad de cosas que puedes aprender por muy poco dinero o incluso gratis. De hecho ahora mismo estoy siguiendo un curso gratuito de la universidad de Stanford en iTunes U. Eso me lleva a recordarte la asignatura anterior: ¡Aprende inglés!
9. Asignaturas optativas
Aprender a surfear, sacarme un certificado de submarinismo, hacer cursos de cocina tailandesa o aprender a montar en moto fueron algunas de mis asignaturas optativas. Si estás unos meses en el Sudeste Asiático… ¡aprovéchalo! 😀

FAQ YOU (Frequent Asked Questions Y Otras Utilidades)
En realidad no hay otras utilidades, era para hacer la gracia y no se me ocurría otra palabra que empezase por u. Pero seguro que te surgen dudas como…
Pero Bosco, un máster tradicional lo puedes poner en un currículum, y este no.
Pues en realidad sí que puedes. Es más, deberías hacerlo. En países como Canadá o Alemania se pone bien arriba si has decidido tomarte un gap year para proyectos personales o para viajar, porque las empresas realmente valoran esa iniciativa.
De hecho, yo nunca trabajaría para una compañía que no entendiese esta experiencia como un plus, así que si ponerlo me hace perder entrevistas, es en realidad tiempo que me estoy ahorrando.
Pero, pero Bosco, un máster tradicional proporciona networking, y este no.
Ahí tienes toda la razón. Aunque eso puedes intentar suplirlo con encuentros de emprendedores, charlas, y otro tipo de actividades dentro del círculo que te interesa.
A cambio este te proporciona otro tipo de networking, conocido también como amistad para toda la vida. Vale, suena muy ñoño, pero las vivencias que compartas con la gente que conoces en tu viaje os va a atar bastante más que la gente que conoces en un máster tradicional, conocida también como competencia.
Pero, pero, pero Bosco, un máster tradicional me va a enseñar más cosas porque este no profundiza tanto a nivel profesional.
Que sí. Que seguro que aprendes mucho haciendo un máster y que sería genial tener el tiempo y el dinero para hacer las dos cosas. Pero la realidad es que sólo disponemos de una vida (y presupuesto limitado), y cuando tengas 80 años dudo que te pongas a pensar: “Ay… Cómo me arrepiento de no haber hecho aquel MBA cuando era joven…”.
Vale, me has convencido. Voy a hacerme la mochila ahora mismo.
Así me gusta. No olvides el spray antimosquitos.
Por último
Fuera tonterías, espero haberte demostrado que tomarte un año sabático (o unos pocos meses) para desarrollarte como persona y como profesional es una opción real, alejada totalmente de la idea que la sociedad tiene de ello, y una de las mejores inversiones que puedes hacer en tu vida.
He creado una “chuleta” en PDF con una selección de recursos útiles divididos por asignaturas que sirve de Anexo a esta entrada. Incluye, entre otras cosas, una lista con todo lo que llevé en mi mochila, enlaces a páginas web de formación gratuitas, libros, aplicaciones, y algunos consejos que me hubiera gustado saber antes de empezar. Descárgalo aquí.
Cualquier pregunta que tengas la puedes dejar en los comentarios, me pasaré a contestarlos 😉 También estoy en Twitter, Facebook y por supuesto en mi blog: Filosofía Nómada. Y si te has quedado con ganas de que hablase de playas paradisíacas, borracheras en albergues y tailandesas en bikini podemos quedar a tomar algo en Valencia.
Como dijo Steve: Seguid hambrientos, seguid alocados, y seguid viviendo al máximo.
O algo parecido 😉