Ser libre significa poder actuar según tu propia voluntad y tomar tus propias decisiones. A primera vista esto es algo deseable, pero en la práctica no todo es de color de rosa. De hecho, me atrevería a decir a que casi todos tenemos un gran miedo a ser libre.
Toda acción (causa) tiene consecuencias (efecto), y cuando eres tú el que elige las acciones que tomas en tu vida también eres tú el único responsable de los resultados que obtienes. Si las cosas salen bien es muy fácil darse palmaditas en el pecho y decir «qué listo soy». Sin embargo, si la situación se tuerce, a nadie le gusta dar la cara y reconocer que se ha equivocado.
Piensa, por ejemplo, en dos de los problemas más graves que afectan a la sociedad española hoy en día: el desempleo y los desahucios. Jamás escucharás a alguien decir que no tiene trabajo porque se equivocó yendo a la universidad o porque no es capaz de aportar suficiente valor a ninguna empresa, o a alguien reconocer que se merece que el banco le quite la casa porque firmó una hipoteca que no podía permitirse con la intención de especular y le salió mal la jugada.
En realidad todos queremos ser libres, pero sin aceptar la responsabilidad que la libertad conlleva. El problema es que eso es imposible, porque libertad y responsabilidad son inseparables. No puedes tener la una sin la otra. Como dijo elPakoP en el comentario que dejó en mi último post:
«Cuanto más libre es alguien, en igual medida es más responsable de lo que pasa en su vida. Alguien totalmente libre es totalmente responsable de lo que le acontece.»
El peso de la responsabilidad
Para mí ser responsable significa aceptar las consecuencias de tus acciones. Significa entender que son las decisiones –conscientes e inconscientes– que has tomado a lo largo de los años las que te han llevado a tu situación actual. Significa creer que estás EXACTAMENTE donde te mereces estar.
Adoptar esta creencia no es nada fácil, porque implica reconocer que tú eres el causante de todos los aspectos negativos de tu vida. Por ejemplo…
- ¿Estás soltero? El motivo es que no eres tan atractivo como para interesarle a la chica que buscas, no tienes las habilidades sociales necesarias para transmitir tu atractivo o no estás invirtiendo suficiente tiempo en encontrar pareja (en vez de ser que tienes mala suerte con las mujeres o todas las tías son unas tales y unas cuales).
- ¿Tienes un sueldo bajo? El motivo es que voluntariamente decidiste aceptar tu empleo actual a sabiendas del sueldo, o que lo que aportas a la sociedad vale justamente lo que te están pagando (en vez de ser que tu jefe es un inútil o que la economía está muy mal).
- ¿Has perdido todos tus ahorros en la bolsa? El motivo es que invertiste donde no debías y sin saber lo que estabas haciendo, o permitiste a la persona equivocada que gestionase tu dinero (en vez de ser que los bancos son un ladrones o que te engañaron).
Ser libre da miedo porque ser responsable da miedo. Hay miedo a la responsabilidad. Nos aterroriza y nos provoca ansiedad y culpa, porque significa no sólo reconocer nuestros errores sino reconocerlos delante de otros. Por eso, lo que solemos hacer es renunciar a nuestra responsabilidad, aunque en el proceso también perdamos parte de nuestra libertad.
Aligerando la carga
Hay dos maneras de renunciar a tu responsabilidad (y por lo tanto a tu libertad):
1. ENTREGÁRSELA A OTROS
Una manera muy común de renunciar a tu responsabilidad es entregándosela a otra persona. Como a ti te resulta una carga muy pesada, se la pasas a otro para que la lleve él. Obviamente esto no es gratis. Al ceder tu responsabilidad también cedes el control sobre una parte de tu vida.
El ejemplo más claro de este fenómeno es aceptar un trabajo. Cuando te conviertes en empleado, aceptas obedecer las órdenes de un tercero a cambio de un salario. El empresario carga con todo la responsabilidad y tú sólo tienes que hacer bien lo que te manden. Si la empresa quiebra y te quedas en la calle, la culpa es de los que tomaron las decisiones que son unos ineptos. Al fin y al cabo, ¡tú sólo seguías órdenes! A cambio, tú dejas que la empresa decida qué es lo que haces durante 40 horas a la semana, cuál es tu sueldo y a qué hora te levantas de lunes a viernes, entre otras cosas.
Otro ejemplo bastante frecuente es confiar en un tercero sin contrastar ni verificar sus recomendaciones o sus resultados previos, algo de lo pequé hace poco tiempo.
En Enero de 2013 mi página de ebooks me generó casi 5.000 euros en comisiones, pero yo quería más. Mi análisis del Kindle Paperwhite no aparecía en los primeros 10 resultados de Google y pensé que si conseguía posicionarlo el primero podría ganar todavía más dinero. Sin embargo, en esos momentos andaba un poco pez en temas de SEO y me daba pereza aprender, así que contraté a una empresa para que se encargase de ello. «Aquí tenéis 200 euros. Posicionadme este artículo el primero para la palabra clave ‘Kindle Paperwhite'» les dije. El resultado ya lo conoces: una penalización manual por enlaces artificiales que reducía mis ingresos prácticamente a 0.
A veces son amigos que con su mejor intención te aconsejan comprar acciones de cierta compañía, y otras veces son expertos o empresas a los que contratas, pero en ambos casos estás entregando el control de tu dinero, tu negocio o tu vida a cambio de que sea otro el que asuma la responsabilidad de tomar decisiones. Es cierto que si algo sale mal siempre podrás decir que no fue tu culpa, pero igualmente serás tú el que cargue con los resultados. No lo olvides.
2. CULPAR A LAS CIRCUNSTANCIAS
La segunda manera de renunciar a tu responsabilidad es echándole la culpa de todo lo negativo a factores externos como la suerte, la política o la economía. Por ejemplo, diciendo que la causa de todos tus problemas es que «los políticos son unos inútiles y estamos en crisis» o que «naciste en una familia pobre con pocas oportunidades».
Cuando entregas tu responsabilidad a factores externos pasas a estar a merced de ellos, y si quieres que tu situación cambie lo único que puedes hacer es esperar: esperar a que tengas un golpe de suerte y te toque la lotería, esperar a que el consejo de ministros apruebe una ley o esperar a que el banco europeo suba los tipos de interés. Renuncias por completo a tu libertad y a tu capacidad de acción.
Es cierto que la suerte, la economía global y la política nos afectan a todos, pero salvo que seas Dios, el presidente del Banco Central Europeo o un importante empresario no vas a poder hacer nada para modificar ninguna de esas cosas. Por eso, lo mejor que puedes hacer es aceptarlas (que no es lo mismo que culparse de ellas) y centrarte en aquellas cosas sobre las que SÍ tienes control.
NOTA: Opino que no debemos aceptar las injusticias y quedarnos de brazos cruzados, pero también debemos ser conscientes de nuestras limitaciones y saber sobre qué cosas tenemos influencia o sobre qué cosas no. Por ejemplo, si no estás de acuerdo con los políticos actuales puedes: A) votar a otro partido en las próximas elecciones (opcional ayudar en la campaña para que consigan más votos), B) meterte en política, C) irte a vivir a otro país con unos políticos que te gusten más, D) convertirte en alguien tan influyente como para tener impacto en la política de tu país, E) trabajar activamente en un movimiento para el cambio. Todas estas son soluciones que sí están en tu mano y que puedes adoptar. Lo que no tiene sentido ni es útil es lamentarse continuamente sin hacer nada al respecto.
Cómo ser responsable de tu propia vida sin volverte loco en el intento
Cuando paramos de luchar contra la realidad y nos hacemos responsables de nuestros actos dejamos de ser víctimas y recuperamos el control de nuestra vida. Porque cuando algo no nos gusta sabemos que somos nosotros los responsables y que, por lo tanto, PODEMOS CAMBIARLO.
Si todavía no has adoptado la mentalidad de «responsabilidad 100%», te invito a que la pruebes durante un tiempo y compruebes por ti mismo qué tal funciona. A que dejes de echarle la culpa a los demás y a las circunstancias y entiendas que son tus decisiones pasadas las que te han llevado hasta donde estás ahora. Y para ayudarte, me gustaría compartir contigo 3 simples pasos para ejercer tu responsabilidad de una manera sana:
- Analiza cómo has acabado allí. Cuando te equivoques, tengas un problema o haya algún aspecto de tu vida que quieras cambiar, piensa en el conjunto de decisiones que te han llevado a esa situación. Céntrate únicamente en aquellas acciones que tomaste voluntariamente y que por tanto podrías haber hecho de otra manera, no en las circunstancias externas ni en los actos de los demás.
- No te culpes. Aunque te hayas equivocado y seas el único responsable de ese error, fustigándote y arrepintiéndote sólo conseguirás sentirte peor. Lo pasado, pasado está. Entiende que hiciste las cosas lo mejor que sabías en ese momento y mira hacia adelante.
- Aprende de tus errores. Como el pasado no se puede cambiar, piensa en el futuro y en aprender lo máximo posible de tu experiencia. Dada tu situación actual, ¿qué opciones tienes? ¿Qué es lo mejor que puedes hacer? Y lo más importante de todo: ¿qué vas a cambiar a partir de ahora para que no te vuelva a suceder lo mismo?
Esta es la misma estrategia que seguí cuando perdí más de 5.000 dólares invirtiendo en bolsa:
- Reconocí que la culpa era mía, no del CEO de Nokia ni del mercado bursátil ni del capitalismo. Compré acciones de ese compañía porque pensaba que iba a subir, pero realmente ni había investigado sobre la operación ni sabía nada sobre cómo funciona la bolsa.
- Hice lo posible por no darle vueltas en la cabeza a lo ocurrido y a lo que podría haber hecho en su lugar. Reconozco que no fue fácil, y que me sentí muy mal durante varios días, pero siempre que pensaba en los 5.000 dólares que acababa de perder me decía a mí mismo: «Ángel, lo hiciste lo mejor que sabías en ese momento. Es humano equivocarse.»
- Me prometí a mí mismo que no me volvería a ocurrir lo mismo nunca más. Me compré varios libros y me pasé todo el mes aprendiendo sobre finanzas personales, el mercado bursátil y distintas estrategias de inversión. Desde entonces nunca más he vuelto a comprar acciones individuales de ninguna compañía con el objetivo de especular.
Conclusión
La responsabilidad es una decisión. Puedes decidir ser responsable de tus acciones y mantener el control sobre tu vida, o cedérselo a los demás y a las circunstancias. Yo tengo clara mi elección: quiero construir la vida con libertad y responsabilidad sobre mis actos.
La responsabilidad total también es una utopía. No podemos controlarlo todo, y de hecho no es sano. También es necesario confiar en los demás. Por ejemplo, si vas a un restaurante a comer, no vas a analizar la comida con un microscopio para saber que está en buen estado antes de comértela. En cierto modo tienes que fiarte del cocinero y hacerle responsable de tu digestión. De lo que sí que eres responsable es de haber ido a un restaurante, de haber ido a ese restaurante en concreto y de haber elegido ese plato. Siempre puedes ejercer tu responsabilidad y minimizar riesgos yendo a un restaurante con una buena reputación y eligiendo un plato sin alimentos crudos.
En todo caso, creo que dar un paso adelante y aceptar que eres responsable de todo lo que te ocurre es un ingrediente muy importante para ser feliz porque te da el poder de cambiar todo aquello que no te guste (y se pueda cambiar, claro).
Al final, la receta es muy sencilla. Si algo no te gusta, sólo tienes dos opciones:
- Aceptar la realidad
- Hacer algo para cambiarla
Culpar a otros a factores externos no sirve de nada.
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Siento publicar este post con un día de retraso, pero no fui capaz de terminarlo a tiempo el domingo. Yo soy el único responsable por no organizarme bien y no haberlo dejado escrito antes de irme al Encuentro Nacional de Couch Surfing en La Plata.
La foto es de la estatua de Atlas, dios de la mitología griega, en el edificio GE del Rockefeller Center.
Que post tan cierto !!! Es increíble como cambia tu mundo cuando tomas responsabilidad de tu situación y en lugar de quejarte te preguntas. ¿Qué puedo hacer para cambiarlo? ¿Cómo lo puedo lograr?
Excusas hay muchas y sí muchas veces la situación no es favorecedora pero sigues teniendo el mismo poder para hacer que las cosas pasen. Es tu decisión.
Otro punto a agregar es que es un camino continuo. Puede que te hagas responsable de una parte de tu vida pero sigas culpando a otros en otra área…sigue trabajando hasta que tomes responsabilidad 100% !!
También es importante decir que esta bien elegir algo que a lo mejor no es lo «ideal» o lo «correcto». En mi caso sé que debería dejar de tomar refresco y comer carbohidratos y sé que no tengo abdomen sixpack pero sé que es por que yo no lo quiero. Prefiero comer tacos y esta bien..sé que es mi decisión y la puedo cambiar cuando no me funcione.
En mi vida he tomado malas decisiones financieras y hoy podría no tener que preocuparme por dinero en los siguientes años pero decidí mal y hoy aun no soy financieramente libre. Cuando decidí que quería venir a Kuala Lumpur para aprender más sobre negocios online y poder hacer crecer mi blog y negocio pude haber culpado a las circunstancias y jamás haber tomado acción pero decidí hacer una campaña de crowdfunding y vender mi coche….8 meses después lo que he aprendido es invaluable y en Junio me empiezo a dedicar tiempo completo a viajar y hacer crecer Viajero Emprendedor…
Gracias Angel por un excelente post como siempre!
Esto es algo que lo llevo predicando toda la vida, aunque es muy complicado concienciar a la gente de que es así.
Es cierto que el factor «suerte» está ahí. Si te toca la lotería, pues has tenido suerte. Si tu casa se derrumba debido a un terremoto, has tenido mala suerte. VALE. ASUMIDO. Es cierto que siempre tienes parte de culpa (comprar un boleto de lotería, o no tener un asegurada tu casa viviendo en un lugar propenso a tener terremotos) pero digamos que el factor suerte, en unos elementos concretos puede llegar a ser muy determinante.
Pero quitando casos extremos lo cierto es que tenemos control sobre muchos aspectos de nuestra vida. Aunque el problema es, que las cosas importantes cuenta cambiarlas y es muy complicado pensar a largo plazo y mantener la fuerza para cumplir los objetivos.
Como bien sabes, dedicarte a mejorar socialmente es un camino largo. Formarte para conseguir un trabajo mejor es un camino largo. En general, cualquier objetivo realmente importante, requiere trabajo y sacrificio para conseguirlo. Yo tengo una teoría (que es mía, y por tanto discutible) y es que cualquiera puede lograr cualquier cosa, si está dispuesto a sacrificar lo suficiente.
Si yo quisiese ser millonario. Estoy seguro de que podría serlo. Dedicaría todas las tardes a trabajar como un loco para crear un producto que de algo de dinero. Dejaría mi empresa y estaría a tiempo completo desarrollando productos y elementos hasta que alguno funcionase. Formándome, trabajando, duro, 12h al día hasta que, en algún momento, mi trabajo dé resultado. Y lo daría, estoy seguro. Con el tiempo, lo daría. Ahora bien, ¿estoy dispuesto a sacrificar gran parte de los mejores años de mi vida dedicando 12 ó 13h al día únicamente dedicándome al trabajo? NO. No estoy dispuesto a sacrificar lo suficiente para un objetivo tan ambicioso, y lo que sí que no se puede tener es todo a la vez.
Si quisiese una novia despampanante. Podría. ¿Por qué no? Buscaría qué cualidades quieren, supongo que me apuntaría a un gimnasio para estar en mejor forma y seguir los cánones de belleza actuales y me dedicaría a practicar y mejorar de forma constante e ininterrumpida mis habilidades sociales y de seducción hasta, que un día, una chica despampanante se fije en mis encantos porque estos serán demasiados. Pero no me apetece. No es mi objetivo en la vida y me da lo mismo. Pero si quisiese, pues lo podría conseguir.
Cualquier cosa que se nos pueda ocurrir, o casi cualquiera. En mi mano está.
Y en la tuya y en la de todos. Pero eso no le entra en la cabeza a todo el mundo.
Buena entrada Ángel.
Amén 🙂
Eso mi querido amigo es la diferencia entre las personas extraordinarias y las ordinarias, el EXTRA.
Buenos días Angel!!
Genial el post, antes también solía culpar a los de mas y a situaciones externas, pero poco a poco me voy dando cuenta que son mis decisiones las que me llevan a donde estoy.
Lo único que me da rabia es que hay mucha gente así aun en España quejado se de la crisis, políticos… pero no llega nunca hacer nada. Pero bueno son sus decisiones ; ).
Un saludo desde España que los sigas pasando pasando bien por allí.
Hola!!
excelente post!!
Coincido igualemente que solamente nosotros mismos tenemos la verdadera soberanía de dirigir el timón de nuestras vidas, pero a veces tenemos el hábito de culpar a otros por los que nos pasa a nuestra vida, el culpar siempre a los demás por lo que nos sucede a nuestra vida es lo que realmente nos ciega para ver la verdad y prevenir problemas futuros.
Si no reconocemos que nosotros somos los creadores de nuestras dificultades en nuestra vida, todavía será más difícil corregirlas o librarnos de ellas, es por ello que es mejor si dejamos de culpar al destino y a otras personas de las cosas que nos suceden en la vida, así verdaderamente aprenderemos por lo tanto, que en realidad nosotros no somos víctimas en el universo, sino somos co-creadores conjuntamente con él.
El poder supremo de la naturaleza recibida por Dios en nosotros es el de poder elegir y decidir conscientemente la dirección en nuestra vida y tenemos que ser conscientes que todas las pequeñas decisiones que hemos realizado diariamente son las que han formado nuestra vida actual presente.
!Buenas Ángel! Un post tan verdadero como necesario, sí señor.
La buena noticia es que hay un método infalible para analizar cada situación en la vida que te permite conocer tu posición exacta en el huracán. Supongo que conoces lo del análisis DAFO: debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades. Traducido al griego: factores internos perjudiciales pero controlables (D), factores externos perjudiciales y no controlables (A), factores internos positivos (F) y factores externos positivos no controlables (O).
La mala noticia es que dios no existe. Por eso, por mucho que nos empeñemos, jamás podremos hacer como que somos un espectro cósmico invisible y vacío.
Hola Angel, totalmente de acuerdo pero con una puntualización. Cuando tienes un hijo (o varios) aprendes a ser responsable a la carrera pero la libertad es relativa. Un hijo te da y te quita. Te da más sentido de la responsabilidad y te quita libertad.
Enhorabuena por tu blog, por tu vida y por trasmitir así de bien lo que piensas y sientes.
Saludos desde Bilbao.
Mercedes
¡Hola Mercedes!
No olvides que tener hijos es una decisión voluntaria. Como tu dices te da y te quita, pero es algo que eliges tú. Al final tienes que ver si te merece la pena o no.
Un abrazo!
Yo siempre he dicho que estamos dónde estamos debido a las decisiones que hemos tomado. Ni más ni menos.
Ser responsable de esas decisiones dependerá de cada persona. No es posible obligar a alguien a que se responsabilice por algo cuando para ella lo más fácil es echarle la culpa a las circunstancias y quejarse.
Lo dicho, cada quién está donde debe estar en este momento. Al fin y al cabo de las cosas buenas y malas se aprende. Que algunos les cuesta más que a otros, eso sí es según el proceso de cada quien.
Ehhh y gracias yo ayer tenía mi capítulo del #LunesDeMiedo y al fin no hice nada porque ando con mi Periplo, así que queda genial el tuyo para seguir por el tema jajaja 🙂
Hola Ángel,
No suelo comentar aunque te leo y me gusta tu blog. Pero hoy me gustaría que mi visión y mi opinión (que no deja de ser éso) te sirvieran de algo. Entiendo lo que quieres decir y en general estoy bastante de acuerdo contigo pero…
Tú no eres el único responsable de lo que te ocurre, estamos todos interconectados y hay cientos miles de variables que influyen en las consecuencias y que tú no puedes controlar.
Tampoco si salen mal las cosas es siempre por tu equivocación, a veces salen mal las cosas porque influyen múltiples variables que no puedes controlar y no pasa nada.
El tema del trabajo es otro tema complejo y que reduces de una manera para mí un poco injusta. La educación tiene dos funciones sociales: la instrucción y la formación y sólo se dedica la energía a una, justo a esa que te refieres aportar valor a una empresa. Yo he elegido (por éso mi camino siempre está lleno de obstáculos ) ser libre y no tener intención de aportar ningún valor a la empresa (en el sentido más estricto) sino de aportar valor a la sociedad y ahí empieza todas las verdaderas dificultades.
Lo de las hipoteca siempre lo he visto una locura, a ti te pilla tarde pero los de mi generación, un unos años antes, son lo que más entraron en el juego. Siento decirte que la mayoría de las personas tienen una hipoteca porque creyeron que era la mejor forma de vivir y de tener una casa, no lo hicieron por especular. Yaque te gusta leer te recomiendo la lectura «el hombre que cambió su casa por un tulipán» (si no lo has leído ya). Además te refieres a un perfil de joven concreto que nada tiene que ver con esta situación y usas el ejemplo de otras personas (que no son el perfil al que te estás dirigiendo) para arremeter contra ellas. O estamos o no estamos. Si hablas de un perfil concreto céntrate y no mezcles… creo yo
«Estás exactamente dónde te mereces», éso es súper duro y más que yo creo que los consejos nos lo aplicamos a nosotros mismos pero hacerlo de esa manera tan dura hacia los demás (de los que no conoces su situación ni su vida) me parece un pelín excesivo, y me refiero a las formas tan tajantes.
Por cierto «estar soltero» puede que para ti sea un aspecto negativo pero no para todas las personas. Para ser libres hay que desaprender lo aprendido, para luego aprender las cosas de nuevo.
¿Tienes un sueldo bajo? Bueno a ver, es que volvemos a lo mismo… me supongo que escribes para un joven entre 20 25 o incluso 30 años, con padres sin problemas (dato importante), él sin problemas, con todas las necesidades básicas más que cubiertas, sin casa, sin niños, sin perro, sin dificultades ajenas a tus decisiones…
Ángel me tengo que marchar, que se me hace tarde… así que lo dejamos aquí. Un saludo y cuídate.
¡Hola Natalia!
Creo que no has entendido bien el mensaje del post o que no lo he sabido transmitir correctamente.
En el artículo digo que las circunstancias y las acciones de los demás SÍ que nos influyen, y además mucho, pero que salvo que podamos cambiarlas no tiene sentido darle vueltas. Lo mejor que podemos hacer es aceptar la realidad (y sí, el mundo es injusto… muy injusto), analizar qué parte de responsabilidad tenemos nosotros sobre esa situación y ver cómo podemos hacerlo mejor.
Si quieres trabajar en una empresa tienes que hacer que esa empresa gane más dinero con tu trabajo del que te pagan. Es así de sencillo. Y si quieres aportar valor a la sociedad directamente, tendrás que trabajar por cuenta propia y será la sociedad la que juzgue cuanto cuesta el valor que le ofreces.
Respecto al tema de la hipoteca, sé que hay mucha gente que no lo hizo para especualar (aunque estaras de acuerdo conmigo en que bastante personas sí). Lo que sí es cierto en todos los casos es que se equivocaron firmando sobre la línea de puntos sabiendo a qué se exponían y sin asegurarse que iban a poder cumplir esas condiciones, y que fue una decisión voluntaria, nadie les puso una pistola en la cabeza. El que las condiciones fuesen escandalosas y encima los bancos lo supiesen es otro debate completamente diferente, pero no fueron obligados a aceptar esas condiciones. A eso es a lo que me refiero.
Y ojo, que no estoy arremetiendo contra nadie! No me alegro de ver a nadie quedándose sin casa o sin trabajo. La desgracia ajena no me hace feliz. Pero creo que la autocrítica y el aceptar nuestra parte de responsabilidad es siempre el primer paso para cambiar la situación, y demasiada poca gente lo hace.
La creencia de «estás exactamente donde te mereces» es dura, totalmente de acuerdo, pero pienso que es más útil que la creencia de «soy una víctima de los demás y de las circunstancias» porque te permite tomar las riendas de tu vida y cuando tienes problemas hacer algo al respecto.
Un abrazo!
Estoy muy de acuerdo con vos Natalia.
Yo creo que hay que evitar los reduccionismos y apuntar a la empatía y la inclusión.
Amo este blog y lo que escribe Angel, pero como que me llegó un mensaje cuasi de meritocracia (ideologia que no comparto para nada).
Estamos donde pudimos estar y desde aquí usaremos las herramientas que tenemos para avanzar, pero el contexto, el azar, influyen constantemente y probablemente nos van a hundir. Y hay gente que casi no tiene nada por controlar. Y no merecen que se les digan «mereces estar donde estar». No, nadie merece no tener los suficientes derechos o no haber sido educados plenamente.
Qué buen post! Enhorabuena, tienes toda la razón, cuánto más cómodo es lavarse las manos y cuánto más improductivo…
Difícilmente como comentas aprenderemos de nuestros errores si no somos capaces ni siquiera de verlos, y mucho menos de reconocerlos como parte inevitable del aprendizaje. Pocas cosas hay más difícil que adaptarse a un medio cambiante, no se por qué alguien nos engañó dicéndonos que se debía de hacer bien a la primera…
Que grave error…
Lo dicho, felicidades!
Que artículo tan cierto, podría considerarse incluso polémico ya que generalmente todo el mundo le echa la culpa a los demás, las circunstancias o la mala suerte de nuestros problemas.
Pero la única verdad e indiscutible es que somos los únicos responsables de nuestros actos y acciones, y nosotros somos el principal protagonista de potenciar un cambio de situación.
de los mejores post de responsabilidad leídos en mucho tiempo 🙂
Por eso lo suyo es practicar la violencia constructiva, si algo no te gusta, deja de quejarte y hazlo como tu crees que es la forma correcta. Con sus luces y sus sombras esta filosofía ha sido la que me ha permitido crear cosas como theEvnt, BellotaValley, arrancarme a dar cursos de Sketchnoting o más cosas que están por venir #hype 🙂
Todos tenemos capacidad de decidir sobre nuestros actos. Depende como te lo hayas montado o las decisiones que hayas adoptado, tendrás más o menos margen para hacerlo.
Por ejemplo:
«Tengo una hipoteca de una casa en la que no vivo, pero no puedo venderla porque ahora no se vende nada». Ale, y te quedas tan ancho. Está claro que se vende mucho menos que antes y a menor precio, pero SÍ que puedes pintar el piso, arreglar las cosillas que puedan quitarle valor, anunciarlo en todos los portales de internet, poner un precio acorde al mercado actual (en muchos casos no pagarás la hipoteca que pediste, pero almenos radicarás gran parte del problema), decirle a todos tus amigos que lo vendes, encargar un cartel enorme estilo pancarta y colocarlo en el balcón (nada de cartieles naranjas de los chinos).
Si esto no funciona, romperte los cuernos a encontrar a alguien que te lo alquile para que te cubra los gastos mínimos. (Es un ejemplo, hay casos y casos)
SIEMPRE puedes decidir, SIEMPRE puedes cambiar algo y coger las riendas de tu vida, en lugar de seguir en el estado que estabas y quejarte porque no ocurre lo que tu quieres recién caído del cielo.
No es fácil tener esta actitud, a mi me ha costado darme cuenta de que muchas cosas eran mi responsabilidad, culpaba a mi jefe de mi escaso sueldo, culpaba a la crisis de no poder cambiar de trabajo, hasta que decidí tomar una decisión teniendo en cuenta las posibilidades que me daba la vida. Igual no podía cambiar de trabajo pero podía cambiar de país para cambiarlo, y eso hice.
Un abrazoooo!!!
(He escrito esta respuesta a una amiga que me ha reenviado el post. Lo comparto con la mejor de las intenciones, creo que es importante ofrecer otra visión del asunto)
Es un punto de vista interesante, y coherente para alguien que tiene un ideal neoliberal de la sociedad y del individuo. Yo me decanto más por las ideas libertarias… aunque hay puntos comunes en lo ético/filosófico, las sociedades que se derivan de una y otra son opuestas. Releo y comento lo que no comparto (y en algún caso me indigna y me cabrea):
* Ser libre significa poder actuar según tu propia voluntad y tomar tus propias decisiones. Tú eres el único responsable de los resultados que obtienes…
Nadie «puede actuar según su propia voluntad» sin una educación 1. libre (no adoctrinadora), 2. independiente de los recursos económicos (no elitista) y 3. no discriminatoria por capacidades (no meritocrática). La «libertad» que consigue el que es 1. más crítico, 2. más pudiente o 3. más capaz y tenaz, es sólo una parcela conquistada, justa o injustamente, de derechos y de radio de acción. Es como el término «libre» utilizado en «ciudadano-libre» frente a «esclavo». Es libre porque hay esclavos. Dicho de un modo más duro, por acción u omisión, es responsable de la falta de libertad de los demás. El esclavo lo identificaría, si su educación se lo permitiese, como su opresor.
* Jamás escucharás a alguien decir que no tiene trabajo porque se equivocó yendo a la universidad o porque no es capaz de aportar suficiente valor a ninguna empresa, o a alguien reconocer que se merece que el banco le quite la casa porque firmó una hipoteca que no podía permitirse con la intención de especular y le salió mal la jugada.
Al margen de porqué nos cuesta reconocer nuestros errores públicamente, que comento después… Mal ejemplo teniendo en cuenta la cantidad de suicidios causados, por una parte, por la situación de desempleo y deshaucio, y por otra, por la falta de apoyo mútuo y solidaridad. O buen ejemplo, porque los que se suicidan no hablan (y los medios lo ocultan) y por eso «no los escuchamos jamás». Aunque tengo ejemplos mejores, como que jamás escucharás a nadie reconocer que la «libertad de elección» que le brinda el libre mercado es en realidad «de imposición» sobre la libertad y la vida de otras personas: Llámese una chaqueta a cambio de una fábrica de Bangladesh, un plan de pensiones por el negocio de las armas en irak, unas acciones tecnológicas en bolsa por el coltán de africa…
Una cosa es compadecerse de uno mismo, no ser consciente de tus actos, culpar a otros y echar balones fuera… y otra muy distinta justificar, como hace el artículo entre líneas, que, generalizando, los bancos no roban, los políticos no engañan, los empresarios no explotan, o que los hombres no somos machistas. Como dice, es nuestra responsabilidad hacer todo lo posible por no delegar nuestra libertad a otros, pero también es nuestra obligación identificar cuando estamos actuando como autoridad (política, económica, laboral, familiar) y si tenemos la llave para abrir las cadenas de otros. Si la tenemos, culpabilizar a la víctima es cruel y es violencia.
* Ser libre da miedo porque ser responsable da miedo. Muchísimo miedo. Nos aterroriza y nos provoca ansiedad y culpa, porque significa no sólo reconocer nuestros errores sino reconocerlos delante de otros.
Yo prefiero pensar que lo que da miedo son quizás las consecuencias imprevistas de la libertad: La soledad existencial, la renuncia de tus privilegios, el cambio radical en tus relaciones sociales. Para el autor la libertad es una carga del adulto, yo la veo como la inocencia del niño. Si aceptamos como un mantra que la «libertad de uno empieza donde acaba la del otro», la libertad es entendida como una parcela privada y, claro, causa angustia pensar que puedan allanarla o invadirla. Pero si «la libertad de uno se hace más grande cuanto más grande es la libertad de los que te rodean» (Bakunin), en tanto que dejes de ser opresor (en tu pequeño ámbito cotidiano), también te sentirás más libre. La libertad no se puede comprar, pero sí poseer. Y es contagiosa, como la felicidad: Mi felicidad no acaba donde empieza la tuya, sino que se ensancha hasta el infinito cuando te dejo ser feliz.
Dice, «reconocer nuestros errores delante de otros nos da miedo, provoca ansiedad y culpa.» ¡No es verdad! Atreverse a dar el paso es lo que da miedo. Casi siempre porque debes romper con una convencion social (impuesta por la tradición y llevada al límite por el capitalismo) como es mostrar tus logros y ocultar tus fracasos, parecer feliz aunque no lo seas. De hecho, vendernos bien nos conviene para sobrevivir, porque nos han enseñado más a competir que a colaborar. Pero una vez rota esa barrera, reconocer y compartir nuestros errores a todos nos alivia, nos emociona, nos deja en paz con los demás y con nosotros mismos, nos hace felices: Nos libera.
Y con eso termino, copiando el final del artículo, con el que estoy completamente de acuerdo:
* Al final, la receta es muy sencilla. Si algo no te gusta, sólo tienes dos opciones:
Aceptar la realidad
Hacer algo para cambiarla.
¡Hola ZombiLeChuck!
Gracias por compartir tu súper comentario. Siempre es bueno que otros ofrezcan diferentes puntos de vistas para poder discutir y aprender 🙂
El artículo no justifica en ningún momento que los bancos no roban o los políticos no engañan. Lo hacen, es algo que sabemos todos y estoy totalmente en contra de ello, creéme. Pero por desgracia cambiar eso es algo que no está en nuestras manos salvo que seamos ministros, empresarios millonarios o los propios banqueros/políticos, y que yo sepa ninguno de mis lectores lo es. En ese caso más útil que podemos hacer es aceptar nuestra situación actual y centrarnos en aquellas cosas que SÍ podemos hacer para salir del pozo. Y eso empieza por hacer autocrítica, reconocer que nos equivocamos y ver qué opciones tenemos disponibles. Creo que muy poca gente hace esto.
Yo sí que pienso que reconocer nuestros errores nos da miedo. No nos atrevemos a romper las reglas en el trabajo por miedo a que llegue el jefe y pregunte «¿quién es el responsable de esto?» o a empezar un negocio por miedo a que fracasemos y nuestros amigos nos digas «¿lo ves? ya te dijimos que sentases los pies en la tierra…» Sí, dar el paso de miedo, pero en última estancia es por eso y por la incertidumbre de el «¿qué pasará?»
Un abrazo!
Hola Ángel, quería preguntarte porque dices que cambiar eso no esta en nuestras manos sino de ministros, de empresarios o de los banqueros mismos?. Somos nosotros los consumidores de esos productos/servicios los que les hacemos existir. Ese es el negocio de los ricos y poderosos vivir en la punta de una pirámide que es mantenida por una base mucho mayor que ellos, pero que pasa si la base decide dejar de mantener a cima?
Creo que así como bien hablas de responsabilizarse uno de sus propios actos. Tan solo dejando de consumir los productos o servicios que no ofrecen lo que pregonan les quitaría del mercado. Si pones la solución en manos del creador del problema como esperas que se solucione?
La única acción efectiva para revertir ciertas conductas es dejar de consumir sus servicios o productos.
Lo que ocurre es que «nadie quiere ver puercos, pero todos quieren jamon» CDP
saludos
La libertad va asociada a una sensación de vértigo, y eso es lo que yo siento en estos momentos.
Cuando tenía mi pareja, mi casa y mi trabajo aquí nunca tuve esta sensación, a lo mejor a veces me abrumaba de ver que eso es lo que había y no podía rascar más. Ahora que lo he dejado todo para empezar de cero y lo que ocurra con mi vida no estará determinado más que por mi (y mi toño) me cago vivaaaaa…jajajajaja
Es una sensación de incertidumbre y a la vez excitación que no se puede describir, y me encanta…Sé que la voy a cagar mil y una veces, pero de las más variopintas maneras (soy bien original para eso) lo bueno es que el cerco de «Carolinadas» se va cerrando y llegará un día en el que sepa perfectamente por donde tirar simple y llanamente por saber el camino que no debo tomar…por descarte vamos!XDD
Intenta aplicarte el punto 2 de no culparte en tu próxima revisión trimestral!! <3 (lo digo por actualizar un día más tarde…uuuhhhh…jijijiji)
Chu!!!
Muy de acuerdo con lo que dices. Es más fácil culpar a las circunstancias externas porqué no las podemos controlar. Vivimos tan obcecados con esta idea, el destino, que nos olvidamos que nosotros hacemos que las cosas sucedan y caemos en la pasividad.
Gran definición de la «Libertad»
La libertad se gana con una dosis alta de responsabilidad.
No puedo añadir nada mas…
Un post estupendo y un perfecto corolario a tu anterior entrada. Queda bastante clara tu forma de entender la vida y tus conclusiones son calcadas a la oración de la serenidad que puede que conozcas:
Dios, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que puedo cambiar y la sabiduría para conocer la diferencia.
En tu caso propones en un principio que todas las cosas se puede cambiar, aunque luego matizas que hay cosas sobre las que no tenemos influencia. Ahí radica el meollo del asunto, en saber que cosas están en cada lado.
Discrepo con las frases que asumen que todo se puede cambiar como «estás EXACTAMENTE donde mereces estar» o «Responsabilidad 100%».
Esta responsabilidad 100% la limitaría a la actitud que tenemos sobre las cosas. Eso si que se puede cambiar y es totalmente de nuestra incumbencia.
Leyéndote a tí y a gente como tú he descubierto que hay muchas cosas que puedo cambiar y que creía que debía aceptar. También la ética del esfuerzo y de la acción que manifiestas en tu forma de vivir me infunde valor para hacer cambios en mi realidad.
Gracias y un saludo.
¡¡Suscribo cada una de tus palabras!!!
Me siento completamente identificada
;))
Silvia
Qué importante y qué dificil es a veces la relación libertad-responsabilidad! Me ha gustado mucho tu post, Ángel 🙂
Os dejo un link a una entrada a mi blog que trata este tema desde el punto de vista de los círculos de influencia y preocupación:
Estoy de acuerdo en el fondo del artículo y es que no debes resignarte y esforzarte, pero no estoy de acuerdo en que todo dependa de nosotros.
Si hubieras nacido en un poblado remoto de África donde hay hambrunas, tus oportunidades de lucha y sobreponerte a las dificultades serían casi minúsculas. No hay que olvidar que hemos nacido en la parte afortunada del mundo donde bastante gente que tiene que preocuparse de sobrevivir todos los días (no digo toda porque cada vez hay más pobreza en Occidente). Si meditas en la suerte que has tenido de nacer en una familia de clase media en Occidente, te darás cuenta que no todo depende de tu actitud.
Las relaciones de pareja tampoco son buen ejemplo porque son una cuestión de dos. Evidentemente puedes ser muy buen seductor o seductora y conseguir una pareja (que en cierto modo es la parte más fácil) pero construir una relación es la parte más compleja.
Lo que si estoy de acuerdo con Pako es que lo importante es como te tomas las cosas en la vida y la actitud con la que las afrontes.
También estoy de acuerdo con el artículo en que hay que asumir tu responsabilidad y aprender.
En cuanto al tema laboral, si que uno puede intentar cambiar de trabajo, pero a veces no hay opción a cambiar a algo mejor (conozco muchos casos, aunque lo intenten) y si eres de cierto origen el tema de los permisos de trabajo no es baladí (yo mismo tuve que volverme de los EEUU en contra de mi voluntad). Evidentemente si no haces nada por cambiar tus circunstancias (aprender idiomas para poder emigrar, mejorar tu preparación), pero si el contexto económico es que los sueldos están a la baja y trabajar más por menos, vas a tener que rebuscar bastante hasta encontrar ese trabajo soñado.
También discrepo que trabajar por cuenta ajena sea vender tu libertad. Destila que trabajar por cuenta propia es la mejor solución para ser libre. Yo que hago trabajos por cuenta propia también aparte de por cuenta ajena, no es oro todo lo que reluce. No siempre puedes elegir los proyectos y a veces los clientes pueden ser peor que un mal jefe. Y a veces no llegas a final de mes.
¡Hola Miguel!
Ya echaba de menos tus comentarios 🙂
En el post comento justamente lo que mismo que tú dices, que las circunstancias SÍ que importan. Pero el mundo es injusto y muchas veces esas cirncunstancias no se pueden cambiar, así que no nos queda otra que hacer todo lo posible con las cartas que nos ha tocado jugar.
Lo mismo digo respecto a otras personas. Sus decisiones SÍ nos afectan, pero en última instancia somos nosotros los que hemos decidido empezar una relación con nuestra pareja y si no funciona debemos recordar que fuimos nosotros voluntariamente los que decidimos intentarlo. Por supuesto que la culpa no siempre es nuestra, faltaría más, pero como no podemos controlar las decisiones de los demás lo único que podemos hacer es aceptar lo ocurrido y ver qué aspectos PROPIOS podemos mejorar para la próxima ocasión.
Trabajar por cuenta ajena es vender tu libertad porque es otra persona la que está en control de 40 horas a la semana de tu vida, y decide cuanto cobras, lo que haces y hasta a qué hora te levantas. Y si no le haces caso te echa cuando le de la gana!! Eso no quiere decir que sea mejor o peor que trabajar por cuenta ajena (en este caso son tus clientes los que dictaminan si les gusta tu producto o servicio y gastan dinero en él), pero creo que sí es objetivo decir que es menos libre.
Un abrazo!
Si trabajas por cuenta propia tanto si cobras por productos como por servicios, vas a tener que trabajar bastantes más horas que en un trabajo por cuenta ajena. Y no serás esclavo del horario que impongan en tu empresa, pero seras esclavo de las necesidades de tus clientes, que a lo mejor no entienden de horarios ni de fines de semana.
No pretendo ser muy crítico, pero a veces creo que te circunscribes mucho al mundo de los ingresos pasivos (que me parece estupendo para obtener libertad financiera), pero a veces no todos podemos/sabemos producir infoproductos que se vendan solos. A veces uno monta una tienda online (de pins, como Fede) y tienes que trabajar muy duro y organizar envíos en fines de semana hasta que has logrado tener un volumen de negocio que permita subcontratar ciertas parcelas para despreocuparse del día a día. Pero seguro que al final tendrás que supervisar bastante porque es lo que ocurre cuando subcontratas: pierdes el control y y el toque que tu le imprimes a lo que haces.
Se que uno puede elegir no seguir trabajando para esos clientes molestos, yo lo he hecho, pero me siento un privilegiado porque yo hago esas cosas por cuenta propia por gusto, no quiero imaginarme si necesitara esos clientes para llegar a fin de mes. Yo he tenido que aprender a poner limites a algunos clientes y a aprender tener que decir que no.
Por lo demás, como te digo me gusta el mensaje que subyace de no resignarse y perserverar. A veces los frutos no se ven rápidamente, pero al final llegan.
Hola Ángel
Es cierto que somos totalmente responsable de nuestros actos mientras más libres seamos, pero el control total de las cosas solo lo tendremos hasta donde Dios lo permita, además de que debemos hacer las cosas con una total rectitud y sin pasar por encima de lo que Dios quiere para nosotros, y si algo no funciona tal vez es porque no era bueno para nosotros y por tanto no nos convenía, igual seguimos en la lucha en cada actividad económica en la que nos dediquemos para poder vivir con más tranquilidad.
Saludos!
¡¡Pobre Dios!!
Menuda responsabilidad le echamos encima…
Me parece perfecto que cada uno crea en lo que le de la gana sí eso le hace sentir bien y no daña a nadie, pero pensar que un ser supremo es quien decide por nosotros independientemente de nuestra voluntad y nuestros actos, me parece una idea impuesta bastante castrante para unos, y cómoda para otros (esos que prefieren que los demás piensen por ellos)
… Me entran escalofríos….
¡Hola!
Como bien dices, la libertad es algo que todo el mundo desea, pero que muchos no conocen cuales pueden ser sus consecuencias. Todos somos responsables de nuestros actos, pero es más fácil «écharle el muerto» a otro y limpiarnos las manos. En la mayoría de reuniones de amigos o comidas familiares se termina hablando sobre temas de política, economía, corrupción, etc. nunca he visto a nadie que reconozca en público que él o ella fue el que provocó, en parte, encontrarse en esa situación.
Cierto es también que el factor suerte siempre está en juego. Por ejemplo, yo puedo decidir recorrerme el mundo con una mochila al terminar mi carrera, pero si ocurre alguna desgracia en la que yo no he tenido la posibilidad de decidir, está limitando mi libertad y frenando mi capacidad de decisión.
No sé si me explico. En mi caso, mi sueño es recorrerme el mundo al terminar mi carrera y vivir traviajando. Sin embargo, mi hermano tiene parálisis cerebral y soy consciente de que mis padres van haciéndose mayores con los años y llegará un punto en el que ellos no podrán hacerse cargo al 100% de mi hermano. Ahí, no tengo total control de mi libertad. Sí, podría coger y mandarlo a una residencia y tendría ese control, o llevarmelo conmigo. Pero no tendría las mismas facilidades para decidir como quizás, podría tenerlo otra persona con, por así decirlo, menos responsabilidades.
De todas formas, seguramente acabará recorriéndose el mundo conmigo y reivindicando accesibilidad por todas partes del mundo jaja :). Al parecer, se le ha pegado mi espíritu aventurero 😛
Un saludo!
¡Eso sería genial Oliver!
Si llega el momento y hacéis ese viaje por el mundo juntos, me encantaría seguir cada una de vuestras aventuras y desventuras.
;))
Yo también creo que aunque somos responsables de nuestros actos y nuestras decisiones, el factor suerte es un factor muy importante a tener en cuenta.
Creo que muchas de nuestras decisiones dependen de una situación previa de la que en absoluto somos responsables y que va a influir muchísimo en las decisiones que acabemos tomando…
Un abrazo y no subestimes el impacto que podría crear la idea que comentas, a mi me ha encantado…
Soy socia de UPACE y aunque soy consciente de los distintos grados de incapacidades, si la de tu hermano permite hacerlo, seríaaravilloso!
Buenas noches!!!
Muchas veces nos pasa, que no queremos mostrar al mundo lo que somos, y por eso, ese miedo tan terrible a la libertad. Como bien dices Angel, el miedo a tener que ser responsable de todo, nos aterra, porqué creemos que nos condenarán al ostracismo.
Muy buen artículo Angel, sigue así.
Un abrazo
Hola Ángel, como alguien que está viviendo este proceso, siento que hace falta añadir algo, como la otra cara de la moneda a esta situación, decimos que no queremos ser responsables de nuestros actos por sentir que no somos nosotros los culpables de las consecuencias, pero si de algo me he dado cuenta es de que sólo siendo responsable de tus actos, o mejor dicho asumiendo la responsabilidad de tus actos y de tu vida es como automáticamente recuperas el control para modificar esas situaciones, es decir, al asumir tú la responsabilidad de tu vida automáticamente tienes el poder para cambiar tu vida y hacer de ella lo que tú quieras, asumiendo la responsabilidad de tu vida es la única manera en que puedes crear lo que quieras de tu vida, es cuando realmente te conviertes en el arquitecto de tu vida porque ya descubriste tu poder creador y sólo así es como puedes llegar a crear tus sueños en realidad.
Ser responsable es asumir el control y el poder creador que tienes sobre tu vida, es descubrir que eres el Miguel Ángel de tu vida.
«Yo soy yo y mis circunstancias». Nacemos con una herencia que no podemos ignorar, es decir, nacemos en una familia concreta, tenemos unos genes únicos, una salud , vivimos en un país determinado, … Son hechos que no elegimos, pero es verdad que dentro de unos límites somos responsables de nuestros actos y normalmente recogemos lo que hemos sembrado.
Creo Ángel, que te has expresado correctamente, que debemos sacar la esencia de lo que quieres expresar. Me pareces prudente y , sobre todo, respetuoso. Un saludo
Totalmente de acuerdo con tu post Angel, y es que muchas veces el miedo a cagarla nos hace excusarnos en que «es lo que hay» o «es que mi familia dice que». Yo aun tengo un largo camino por recorrer para alcanzar mi libertad, pero al menos ya veo el camino, que antes andaba perdida por el bosque jajaja, y estos posts que escribes de vez en cuando son como ese toque (o patada en el culo) que necesito de vez en cuando para no perderlo de vista. ¡¡Animo a todos los caminantes!!
Me ha gustado mucho este post Angel. Creo firmemente que hay una falta de responsabilidad en los propios actos y decisiones de la sociedad actual. Constantemente oímos frases como «es que las cosas no me salen bien», «tuve mala suerte» o «el profesor me tiene manía».
Esa es una foma muy sencilla de eludir la responsabilidad en las decisiones que nos han llevado hasta allí, y en consecuencia no permite hacer autocrítica ni aprender.
Muy claros todos los ejemplos que pones, sensacional.
Un SEO de 200 Euros? Eso ni en Colombia jajaja…Mentiras, Ángel.
Quedó claro que cada uno es culpable de lo que le pasa 😉
No creo que la gente que está viviendo una guerra en estos momentos (por poner un ejemplo) sea responsable de lo que le pasa. A mi parecer, parte de esta argumentación falla. Saludos.
Si bien comprendo la esencia de lo que quieres comunicar: SI existen opciones en nuestra vida que podemos elegir responsablemente rumbo a la propia libertad. Considero que en los ejemplos se cae en la generalización y no veo constraste ante esas opciones que pretendes exponer. Ejemplificas asuntos que en parte podemos controlar, pero ignoras las circunstancias que llevan a una persona a tomar cierto tipo de decisiones y olvidas que detras de una decisión hay una persona que pudo haberla tomado sin resolver ciertos asuntos personales que de una u otra forma crean impacto pero que requirieron de ese error para aprender, la cosa esta en asumir la responsabilidad por el propio aprendizaje.
¿Que sí puedes controlar?: tu estado de ánimo por ejemplo, que deseas o no justificar tus acciones, como te imaginas tu día y que opciones tienes para llevarlo a cabo en la medida de lo posible, la constancia en tus relaciones interpersonales, levantarte más temprano para no llegar tarde a tu destino si sabes que eres lento en alistarte, saludar o no a las personas que cruzan a tu lado, aprender eso que me interesa, crear algo… entre otras cosas que no vienen a mi cabeza ahora.
La raza, el territorio donde se nace, la familia, el genero son aspectos que no podemos controlar, todos nacemos por decisión de otros y necesitamos construir criterio para entender el impacto de nuestra responsabilidad en esa vida que vamos asumiendo como propia, además de aceptar el resto de eventos que no podemos controlar. Reducirlo todo a una responsabilidad de 100% es utópico y habla de una baja autoaceptación de las condiciones de la realidad que no se pueden controlar.
Yo veo la responsabilidad como algo interdependiente, soy responsable de mi mismo respecto a lo que puedo controlar y puedo ser ejemplo para que otros lo sean, muchas de mis responsabilidades también dependen de las responsabilidades de otros. Recordemos que no estamos solos. Además eso que tu disfrutas con libertad puede estar hecho por otro que no la tiene, por lo tanto no somos 100% libres y si fuéramos 100% responsables, no delegaríamos entonces y muchas cosas que disfrutamos no existirían.
Respecto al trabajo considero que no se debe ver totalmente esclavisante. Frente a esto quiero dejar abierta esta cuestión: si creamos nuestro negocio para ser financieramente libres y supongamos que ese negocio crece, esto nos obligaría a necesitar de otro que nos ayude, es decir que ¿Si empleamos a una persona esta se convertiría en nuestro esclavo?.
Reconfortante que existe gente que piensa de esta manera, admirable…
Yo tengo un cacao mental: Desde pequeña asumí responsabilidades ajenas, supongo que por aprendizaje. Hoy en día no se diferenciar entre las mias y las ajenas. Conozco mis derechos como persona, pero desconozco el tema responsabilidad.
Saludos,
Celeste B.
Hola, gracias, me han hecho entender mejor las cosas, saludos 🙂
Hola Angel,
No estoy de acuerdo con tu artículo, me parece un punto de vista totalmente neoliberal y capitalista. Simplifica cruelmente la realidad y culpabiliza a las víctimas de esta sociedad.
Vivimos en una sociedad injusta, y decirle a alguien que reconozca que tenía que haber estudiado otra carrera, por ejemplo, o que no tendría que haber cogido una hipoteca, lo encuentro naif i preocupante. Sobretodo me preocupa la falta de empatía con respecto a otras personas que viven circunstancias completamente diferentes. También me alarma la cantidad de personas que están de acuerdo contigo, ahí es cuando de veo que no hay esperanza para que la situación global de este país mejore.
Hablas desde un punto de vista absolutamente individualista, dónde hay que aceptar la realidad opresora y que cada cual se espabile por su cuenta. Tu argumentación sirve para justificar cantidad de injusticias, de echo me recuerda bastante a los argumentos que se usan para defender a violadores. Es responsabilidad de la víctima vestir como viste, ir a determinado sitios, juntar-se con gente que «no debe», incluso no haberse negado o defendido suficiente. La realidad es la que es, el hombre tienen unas necesidades y si no quieres que te violen responsabilizate de lo que haces mujer, la historia nos enseña que al aceptar la realidad tal cual es eres cómplice de las injusticias que en ella se dan.
Quizá es cierto que alguien debió estudiar otra carrera (si es que pudo ni siquiera estudiar) pero eso no justifica la precariedad laboral, y tu argumentación, indirectamente, lo justifica. Ya que la respuesta es: sino te gusta tu trabajo déjalo, y si no lo puedes dejar haber estudiado otra cosa, y cállate. Me parece de una sumisión extrema. Si la gente se queja es porqué no encuentra salidas.
Hay quien se queja por gusto pero aunque parece que apuntas por ahí, los argumentos y los ejemplos que utilizas van por otro camino. Creo que pones en el mismo saco a dos clases de personas las que se quejan por gusto y las que viven injusticias y se quejan de ello. El problema no es quejarse. El problema es no hacer nada al respecto. Y otro problema aún no poder hacer nada al respecto, porqué no todo se puede cambiar si estás solo. Yo por mucho que quiera no puedo detener el cambio climático, no puedo cambiar las leyes, son problemas que están fuera de mi control. Y otro problema más defender un pensamiento que nos dice que nos callemos.
De todos formas gracias por el artículo, me hizo reflexionar, entiendo tu argumentación en respecto a la gente victimista que se queja por gusto, pero los ejemplos que pones son crueles, y propios de alguien que ha podido realizar su sueño americano. Encuentro el artículo superficial y naif.
Rico y libre no es aquel que mas tiene sino aquel que menos necesita.
Las necesidades surgen dentro de la membrana del ego, y disolviendo el tejido de esa membrana las apetencias, necesidades, deseos, aspiraciones materiales, etc… se disuelven y el ser se libera REALMENTE.
Asi vivo yo, a mis 45 años, solamente me interesa tocar música para funerales, que es el momento en que las almas (de los familiares), debido a la pérdida, están más abiertas están hacia el otro lado, hacia lo espiritual.
El dolor abre puertas maravillosas de despertares insospechados. El nacer es doloroso y siempre lo será.
El placer nos lleva a un estado placentario (placer/placenta) intrauterino, sumido dentro de la bolsa amniótica del ego.
Por eso el camino espiritual SIEMPRE requiere deshacerse del ego con votos de castidad, pobreza y ayuno, para liberar al alma de todo lastre.
Mientras la sociedad busque realizaciones personales existenciales, no logrará jamás vivir en libertad, pues no podrá comprender que la eternidad no es un tiempo infinitamente largo sino la ausencia de tiempo.
Buenos días Ángel,
Muy bueno el artículo, como siempre… Estoy de acuerdo en casi todo, sólo discrepo en 2 cosas:
1. Coincido con Miguel en que el entorno nos puede condicionar totalmente (no es lo mismo nacer en el Congo que en USA).
2. La bolsa no deja de ser un mercado en el que se negocian pequeñas partes de empresas (algunas muy rentables, otras terminan en quiebra): la labor del inversor es analizar la empresa de arriba a abajo. Aunque a veces da la sensación de que invertir en bolsa es como lanzar una moneda al aire no es así.
Requiere mucho trabajo, mucho tiempo y muchísima paciencia si quieres obtener buenos resultados.
Un abrazo.