Una de las primeras cosas que hice nada más empezar a trabajar en Microsoft fue comprarme un coche, más concretamente un Mazda 3 negro. La verdad es que fue una decisión que no analicé demasiado, ya que en su momento me pareció bastante obvia: un coche me ahorraría tiempo a la hora de ir de casa al trabajo y del trabajo a casa y me daría flexibilidad para moverme por la ciudad.
Al igual que yo, mucha gente se compra un coche nada más empezar a trabajar, y al igual que yo, lo hacen para poder ir más rápido a los sitios y así ganar tiempo. Pero, ¿cuánto de verdad hay en esta creencia que asumimos como cierta? ¿Realmente compensa comprarse un coche?
Como llevaba tiempo sin escribir sobre dinero, en el post de hoy voy a analizar esta importante cuestión en profundidad. Para hacer los cálculos utilizaré las cifras reales de mi Mazda 3, ya que durante los cuatro años que lo tuve anoté todos y cada uno de los gastos que me generó. Los datos no se corresponderán al 100% con los de hoy en día en España, pero creo que te darán una buena idea de lo que puedes esperarte.
El verdadero precio de un coche
Si creías que el precio de un coche es el que te venden en los anuncios, estás muy equivocado. Ser propietario de un vehículo tiene un montón de gastos ocultos que solemos ignorar, así que si sólo has conducido el Golf de tus padres permíteme que te abra los ojos.
Esto es lo que me costó REALMENTE mi Mazda 3 teniendo en cuenta que lo usaba de lunes a viernes para ir al trabajo, para moverme por la ciudad (recados, quedar con los amigos, etc.) y de vez en cuando para algún viaje a Vancouver o Portland:
- Precio Inicial: $18.000
- Intereses: $2.000
- Gasolina: $150/mes
- Seguro a todo riesgo: $115/mes
- Parking: $100/mes
- Mantenimiento: $150/año
- Otros (multas, reparaciones, impuestos…): $200/año
- Total: $20.000 + $4700/año
Exacto. Además de su precio inicial, un coche puede costarte casi $5000 al año. ¿Sorprendido? Pues no, no estoy exagerando. Y eso que no te he planteado otras opciones como el renting, ya que vivir de rentings pagando una cuota mes a mes al final sale igual o más caro.
Obviamente, esta cifra dependerá de varios factores. Echemos un vistazo rápido a los más importantes:
- Uso. Cuanto más utilices tu coche más gasolina gastarás. A 60-70 euros el depósito, esto es algo muy a tener en cuenta. Un mayor uso también incrementará ligeramente los gastos de mantenimiento, la probabilidad de accidente o multa y el precio del seguro.
- Modelo. Cuanto mejor sea el coche, más tendrás que pagar. Además, el seguro y el mantenimiento serán más caros y si es un deportivo también consumirá más gasolina.
- Ciudad. A la hora de aparcar, no es lo mismo vivir en Cáceres que vivir en Madrid, igual que no es lo mismo vivir en el centro que en las afueras. El coste del parking puede suponerte miles de euros al año y eso no es ninguna tontería.
- Características demográficas. Cuando te dan presupuesto, las compañías de seguro te piden todo tipo de información personal: desde tu edad a tu estado civil. El motivo es que, estadísticamente, un joven soltero de 23 años tiene muchas más posibilidades de estrellarse que un casado de 50, y por lo tanto tendrá que pagar más para asegurar su vehículo.
- Edad del vehículo. El precio de un coche depende en gran medida de su edad. Cuanto más viejo sea menos pagarás por el seguro, pero más por la gasolina (los coches antiguos gastan más) y el mantenimiento. Además, en caso de que decidas venderlo le podrás sacar menos dinero.
- Conducción. Si te gusta pisar a fondo el acelerador consumirás más gasolina y tarde o temprano acabará cayéndote una multa por muy listo que te creas. De lo bueno (y agresivo) que seas al volante dependerá tu probabilidad de tener más o menos accidentes.
Puedes echar las cuentas tú mismo si quieres, pero te adelanto que $5000 al año para una persona que viva en Madrid y use el coche todos los días no es ninguna locura.
Y sí, es posible reducir estas cifras contratando un seguro más barato, pero ¿eres capaz de vivir con un rayón qué cruce el coche de lado a lado? ¿Qué pasaría si tuvieses un siniestro total? De igual manera, gastarás menos cuanto menos uses el coche, pero entonces ¿qué sentido tiene comprarlo en primer lugar?
Todo es relativo
Un coche cuesta dinero, y el dinero se consigue trabajando. Si tienes un sueldo de 100.000 euros al año quizá 20.000 o 25.000 euros no te parezcan mucho, pero cuando ganas 700 euros al mes la cosa cambia.
Como medir los precios en euros no te va a dar una buena idea de si algo es caro o barato, voy a utilizar una medida que es igual para todos: el tiempo.
Pongamos que recibes 14 pagas de 1000 euros netos al año, algo sólo al alcance de unos pocos afortunados hoy en día. Si traducimos eso a euros por hora:
- 8 horas al día. 40 horas a la semana. 160 horas al mes.
- 1 mes de vacaciones pagadas
- 160 horas x 11 meses = 1760 horas trabajadas al año
- 14000 euros brutos anuales / 1760 horas = 7.95 euros por hora
Una vez conocido el salario por hora, podemos calcular fácilmente cuantas horas de trabajo cuesta un coche:
20.000 euros / 7.95 euros por hora = 2.515 horas
Es decir, a alguien con un sueldo de 1000 euros brutos anuales, comprar un coche le supondría 2.515 horas de trabajo, o lo que es lo mismo, casi 1 año y medio trabajando SÓLO para pagar el coche (si no tuviese ningún otro gasto).
¿Y qué me dices de los gastos anuales? Vamos a ser MUY optimistas y poner que suman “sólo” 3.000 euros:
3.000 euros / 7.95 euros por hora = 377 horas
Traducción: cada año, los primeros dos meses y medio de tu sueldo van ÍNTEGRAMENTE para el coche.
Lectura recomendada: ¿Cuánto cuesta un coche en Madrid?
El principal beneficio de tener coche es que ahorras tiempo: ¿mito o realidad?
La mayoría de la gente que se compra un coche lo hace para ahorrar tiempo. Piensan que con él tardarán menos en llegar a la oficina y al supermercado, y así podrán tener más tiempo libre para ir al gimnasio, leer o estar con los amigos.
En cierto modo es cierto: nadie discute que en coche se vaya más rápido que andando. El problema de este razonamiento es que comprar un coche y mantenerlo cuesta tiempo, tiempo libre que tienes que pasar trabajando en vez de en el gimnasio haciendo ejercicio, leyendo un buen libro o tomando café con los amigos.
Imagínate que cada día tardas 10 minutos en ir desde tu casa y el trabajo en coche, y que ese mismo trayecto te llevaría 20 minutos en bicicleta y 1 hora caminando. Como tienes que hacerlo dos veces al día, los tiempos totales serían 20 minutos, 40 minutos y 2 horas. En un año eso sumaría un total de:
- Coche: 7.300 minutos
- Bicicleta: 14.600 minutos
- A pie: 43.800 minutos
(He incluido también días de vacaciones y fines de semana para tener en cuenta las ocasiones en las que usas el coche para moverte por la ciudad)
Si lo ponemos todo en una tabla…
Como puedes ver, el medio de transporte más eficiente es la bicicleta, no el coche, hasta el punto de que tener un coche y trabajar 8 horas el días es el equivalente a tener una bicicleta y trabajar solo 4 (o incluso menos). Y eso que no he tenido en cuenta los beneficios de hacer ejercicio: mucha gente va en coche a todas partes para “ahorrar tiempo” y luego pagan una cuota mensual para hacer una hora de spinning al día en el gimnasio.
Alternativas a comprar un coche nuevo
A día de hoy, si tuviese un sueldo inferior a los 4.000-5.000 euros, no me compraría un coche nuevo porque sé que vivir sin coche (en cualquier lugar) es perfectamente posible. En vez de eso, este sería mi orden de preferencia en cuanto a medios de transporte:
1. Bicicleta
La bici se ha convertido en mi medio de transporte favorito. Cuando estoy en Cáceres la utilizo para moverme por la ciudad y llego más rápido que yendo en coche, con la ventaja de que hago deporte y no tengo problemas para aparcar. Por menos de mil euros puedes comprarte una bici plegable de muy buena calidad que cabe en cualquier parte y tiene un espacio atrás para transportar objetos grandes (por ejemplo, la compra del supermercado). Los costes de mantenimiento son muy bajos –arreglar pinchazos es muy sencillo y no cuesta nada, y con un chequeo anual en la tienda la tendrás siempre a punto– y en términos de eficiencia no existe una opción mejor.
Dicho esto, la bici también tiene algunos inconvenientes:
- Ciudades no preparadas. España no es Alemania, y por desgracia en ciudades como Madrid todavía es muy complicado circular en bicicleta. En ese caso la mejor opción es utilizar el metro y el transporte público. No obstante, aunque no exista carril-bici, en la mayoría de lugares si se va con cuidado sí que es posible ir en bici por la carretera.
- Mal tiempo. Hay que reconocer que da mucha pereza coger la bici cuando hace frío o está lloviendo. Sin embargo, después de vivir en Seattle y ver a gente en bicicleta con todo tipo de clima, pienso que sólo es cuestión de acostumbrarse y utilizar la ropa adecuada.
- Sudor. Mucha gente no va a trabajar en bicicleta porque suda mucho y no quiere apestar al resto de la oficina. Aunque hay empresas que tienen duchas para sus empleados, es cierto que no es lo habitual. Algunas posibles soluciones son ir más despacio, llevar ropa holgada y transpirable, entrenar con pesas en un gimnasio cercano a la oficina antes de entrar en el trabajo y darse una ducha al acabar, o toallitas húmedas + desodorante + nueva camiseta.
- Viajes largos. Una bicicleta es fenomenal para moverse por la ciudad, pero no funciona tan bien cuando hay que recorrer cientos de kilómetros con varias maletas de 20 kilos. En ese caso, yo soy partidario de utilizar los nuevos medios de transporte compartido como BlaBlaCar o nuestra fantástica red de trenes o autobuses. En momentos puntuales también puede merecer la pena combinar alguna de las soluciones anteriores con alquilar un coche en la ciudad de destino.
- Objetos pesados. Transportar la compra para una persona en una bicicleta es sencillo; llevar la de una familia de 5 lo es menos. No obstante, existen algunas formas de paliar este problema, como el ir al supermercado en bici y volver en taxi (una bici plegable cabe bien en el maletero), alquilar un ZipCar, hacer la compra más a menudo (si tienes un súper de camino al trabajo esto no debería ser un problema) o recurrir al servicio de entrega a domicilio que cada vez ofrecen más empresas.
Aunque todos los puntos anteriores tienen solución, hay en situaciones en las que sí que te puede convenir tener coche. En ese caso, te recomiendo que te decidas por un…
2. Coche de segunda mano
Los grandes fabricantes de automóviles gastan millones de euros en publicidad para convencerte de que comprarse un coche nuevo es una buena idea, pero realmente no lo es.
En su día compré mi Mazda 3 por $18.000 más $2.000 en intereses (tuve que pedir un préstamo porque no tenía un duro). Cuatro años más tarde, lo vendí a un particular por $10.750 –los concesionarios me ofrecían menos de $9.000– después de gastarme casi $1000 en la tienda de chapa y pintura para que estuviese perfecto de cara a los posibles compradores. En total una pérdida de $10.000 respecto a su valor inicial.
Un activo que se devalúa casi un 50% después de 4 años de uso nunca será una buena inversión. Por eso, a la hora de comprar un coche, lo más inteligente es que sea de segunda mano. Hoy en día gracias a Internet es posible encontrar coches en muy buen estado con solo unos años y “pocos” kilómetros a precios estupendo. Además, el seguro te saldrá mucho más económico.
Hay quien realmente necesita un coche. Porque vive en el campo, porque trabaja en lugares inaccesibles para una bicicleta, porque necesita transportar a toda su familia habitualmente largas distancias o porque le gusta ir a esquiar todos los fines de semana. O simplemente porque quiere tener la flexibilidad de poder ir a cualquier sitio cuando le de la gana. Si este es tu caso, elige un coche usado aunque no sea tan molón como uno nuevo y dedica las valiosas horas que te ahorrarás a algo más interesante, por ejemplo, un viaje a la India 🙂
Conclusiones
Mucha gente sueña con alcanzar la libertad financiera y poder vivir sin trabajar. Sin embargo, toman decisiones financieras que les encadenan durante años a un empleo que odian. De pronto se sienten atrapados sin saber muy bien cómo han llegado a esa situación.
Para saber si una compra merece la pena lo mejor es traducir su precio a horas de trabajo. Es un ejercicio muy útil que pone todo en perspectiva.
Por ejemplo, ¿te merece la pena pasarte un año y medio trabajando 40 horas a la semana a cambio de un coche nuevo?
Aunque visto de esta manera parezca obvio que no sale rentable, son muchos los que lo hacen con su primer sueldo, yo incluido.
En el título de este post te digo que vendas tu coche, pero lo he hecho únicamente para captar tu atención. Realmente lo que quiero transmitirte es que no deberías tomarte una decisión económica tan importante a la ligera, sino analizarla y estudiar posibles alternativas.
¿Por qué necesito un coche? ¿De verdad me va a ahorrar tiempo? En vez del coche, ¿podría utilizar la bicicleta o el transporte público, ahorrarme ese dinero y utilizarlo para ser libre en Tailandia durante 4 años? Si acabo comprándome el coche, ¿podría ser de segunda mano?
Estas son algunas buenas preguntas para empezar.
Quizá tengas un buen sueldo y un coche te suponga sólo unos meses de trabajo, o quizá tu sueño sea tener un BMW descapotable salido de la fábrica. Pero también es posible que lo único que necesites sea un vehículo que te lleve de un lado a otro y no estés dispuesto a hipotecar varios años de tu vida porque huela a nuevo y tenga el cuenta kilómetros a cero.
Hagas lo que hagas estará bien hecho, siempre que hayas tomado la decisión por ti mismo y de manera racional.
Coche sí, pero con cabeza.
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Y tú, ¿qué medio de transporte utilizas habitualmente? ¿Te has comprado alguna vez un coche nuevo? ¿Crees que te mereció la pena o crees que va siendo hora de vender el coche?
La foto es en Puskhar vestido de beduino. El camello es un medio de transporte muy utilizado aquí, y además bastante económico. El precio varía desde los 350 euros de un camello salvaje a los 2000 de un camello de competición perfectamente entrenado.