Estoy seguro de que conoces a alguien que siempre ha tenido claro a qué iba a dedicarse.
Alguien cuyo camino daba la impresión de haber estado escrito desde que nació.
A mí, por ejemplo, me viene a la mente mi amigo Jaime.
Jaime fue al colegio conmigo y ya por aquel entonces le encantaban los bichos.
En clase de plástica dibujaba bichos, por las tardes salía a cazar bichos, y tenía su casa llena de terrarios con bichos: desde serpientes a escorpiones.
Nadie dudaba de que Jaime se dedicaría a algo relacionado con los bichos, y así ha sido.
Jaime se licenció en biología, trabaja en Ecuador descubriendo nuevas especies de ranas y fotografiando reptiles y anfibios, y su nombre en Facebook es Jaime “Culebras”.
En definitiva: bichos, bichos, bichos.
Mi amigo Jaime nunca ha tenido dudas sobre cómo enfocar su vida profesional, porque su pasión por los animales era tan grande que tenía claro que quería dedicarse a ello toda su carrera.
Pero… ¿y si no eres como Jaime?
¿Y si no tienes “una gran pasión”, algo que te gusta más que nada en el mundo?
¿Y si eres una persona con muchos intereses diferentes, muchas cosas que te motivan por igual, y la sola idea de tener que dedicarte a lo mismo hasta el día de tu jubilación te da escalofríos?
Si ese es tu caso, quizá pienses que para poder ganarte la vida no te queda más remedio que sacrificarte, elegir una de tus múltiples pasiones y renunciar a todas las demás.
O a lo mejor crees que todos nacemos con una vocación oculta, y que el problema es que tú todavía no has encontrado la tuya.
Por suerte, ninguna de estas afirmaciones es cierta.
Hay muchas personas que no tenemos una única pasión o vocación, sino que nos gustan muchas cosas diferentes, y necesitamos esa variedad en nuestra vida para poder ser felices.
Y eso no es malo ni nos inhabilita para tener éxito profesional, sino que puede ser incluso una ventaja.
En este artículo voy a explicarte por qué y te voy a mostrar 5 formas diferentes de enfocar tu carrera profesional cuando te gustan muchas cosas, para que nunca más vuelvas a sentirte desafortunado o “defectuoso” por no tener una única pasión.
Las ventajas de tener muchas pasiones
He comentado varias veces en este blog que el secreto de una carrera profesional exitosa no es tener muchos títulos ni saber mucho sobre un tema, sino saber resolver problemas.
Las empresas y los clientes te van a pagar para que les resuelvas un problema, y cuanto más doloroso y difícil de solucionar sea ese problema y menos gente haya en el mercado capaz de solucionarlo, más van a estar dispuestos a pagarte por ello.
Ese es el motivo por el cual los programadores informáticos no tienen paro y cobran tan buenos salarios hoy en día (hay más demanda que oferta), y también es el motivo por el cual un programador senior está más cotizado que un programador junior (sabe resolver problemas más difíciles y la demanda por sus habilidades es todavía mayor).
Teniendo esto en cuenta, podría parecer que la estrategia más óptima para encontrar un buen trabajo y ganar mucho dinero es especializarse en una única cosa.
Al fin y al cabo, si te especializas puedes dedicar todo tu tiempo y energía a aprender a resolver un único problema muy muy muy bien.
Sin embargo, la realidad es que no todo es tan sencillo.
Ser un experto híper-especializado tiene sus beneficios, por supuesto.
Pero también hay hueco en el mercado para las personas que tenemos muchos intereses y que somos incapaces de dedicarnos siempre a lo mismo.
Nuestra curiosidad innata y esa necesidad de variedad nos ha llevado de manera natural a tener habilidades muy diversas y a saber resolver problemas muy distintos, y eso tiene muchas ventajas que a veces pasamos por alto.
Estas son algunas de las más importantes.
Ventaja #1: Tener muchas pasiones te hace antifrágil
Antes explicaba que especializarte en un único campo te permite ir más rápido y alcanzar un mayor grado de expertise, porque todo tu tiempo y energía están enfocados en esa dirección.
Sin embargo, también tiene un gran inconveniente, que es que al centrarte únicamente en desarrollar una única habilidad profesional, estás poniendo todos los huevos en la misma “cesta profesional”, con los riesgos que eso conlleva.
Porque sí, mientras las condiciones acompañen y haya demanda por el problema que tú sabes solucionar, todo será maravilloso.
Pero… ¿y si esa demanda cae porque el mercado cambia o el sector se externaliza?
Si eso ocurre (y ha ocurrido y sigue ocurriendo con distintas profesiones, piensa en los albañiles durante el boom inmobiliario, los taxistas ahora, etc.), te quedarás con el culo al aire, y no te quedará más remedio que aceptar la situación y competir en el nuevo mercado, o empezar desde cero en otro sector que quizá no te guste tanto como el anterior.
Básicamente, es el equivalente a invertir todos tus ahorros en una empresa que va fenomenal, y que unos años más tarde haya una crisis económica o se descubra un escándalo en las cuentas y el precio de la acción caiga en picado.
¿Cómo evitar que te ocurra algo así?
Pues de la misma manera que cuando inviertes en bolsa: diversificando.
Si tienes muchas habilidades profesionales diferentes (aunque no seas un súper experto en ninguna), si hay muchos problemas distintos que sabes solucionar a un nivel aceptable, puedes estar tranquilo porque siempre tendrás opciones.
Y es que puede que un sector cambie o la demanda por una habilidad concreta se desplome, pero es prácticamente imposible que ocurra con todo lo que sabes a la vez.
Por ejemplo, en mi caso, si mañana desapareciese Vivir al Máximo habría un montón de cosas a las que podría dedicarme:
- Programador
- Diseñador de páginas web sencillas en Wordpress
- Redactor
- Copywriter
- Diseñador de automatizaciones
- Consultor de marketing online
… y seguro que alguna más.
Por eso digo que tener muchas pasiones (y su consecuencia natural, que es saber hacer muchas cosas distintas) te hace antifrágil.
Porque pase lo que pase y evolucione como evolucione el mercado, tú siempre serás capaz de encontrar algo que te encaje y prosperar.
Ventaja #2: Tener muchas pasiones te hace autosuficiente
En la mayoría de los casos, alguien especializado en un único problema va a poder cobrar más por su trabajo que alguien que sepa hacer muchas cosas bien sin llegar a ser un gran experto en ninguna.
Esto tiene sentido, porque ya hemos dicho que cuanto más doloroso y difícil de solucionar sea un problema, más cara será esa solución, y normalmente resolver un problema muy complejo requiere de unos conocimientos y de una experiencia que sólo se pueden adquirir con una dedicación absoluta al campo en cuestión.
Lo que muy poca gente tiene en cuenta es que los especialistas están obligados a gastar gran parte del dinero que ganan en contratar a otros especialistas que les solucionen los problemas que ellos no saben solucionar por su falta de habilidades.
Por ejemplo, piensa en un apasionado de la fotografía que es uno de los mejores en su sector porque lleva toda su vida echando fotos y dedica todo su tiempo a leer y a formarse sobre el tema.
Si esta persona decidiese hacer una pequeña remodelación en el baño de su casa, no le quedaría más remedio que contratar a unos albañiles que se encargasen de todo (con el gasto de tiempo y dinero que eso supone), porque él no tiene ni idea de cómo alicatar una pared.
Sin embargo, otro fotógrafo que fuese un poquito peor en su profesión pero al que le gustase la albañilería y hubiese hecho sus pinitos en el pasado, podría comprar el material por Internet, hacer la reforma por su cuenta el fin de semana y encima disfrutar de ello.
Ahora imagínate que el súper fotógrafo decide ofrecer sus servicios por Internet.
En este caso, tendría que contratar a una persona que le montase la web, a otra que le escribiese los textos, a otra que le llevase las campañas de anuncios…
Y lo peor es que dependería de ellos cada vez que quisiese hacer cualquier cambio.
Compara esto con alguien como yo, a quien –además de saber de lo suyo– le gustase la creación de páginas web, el copywriting y el marketing online, y que aunque no fuese el número uno en ninguno de esos campos, pudiese defenderse bastante bien en todos ellos.
Alguien con este juego de habilidades profesionales podría arrancar la parte online del negocio por su cuenta y ser autosuficiente en el día a día, en vez de tener que llamar a otros expertos cada vez que surja un problema.
¿Quiere decir esto que es mejor hacerlo todo tú solo y nunca contratar a nadie?
En absoluto.
Ni es factible el pretender saberlo todo, ni tampoco es óptimo hacerlo todo por ti mismo (incluso si sabes hacerlo).
Yo, por ejemplo, delego muchas tareas que sé hacer perfectamente porque me compensa más hacerlo así.
Lo que quiero decir es que tener distintas habilidades es algo muy valioso porque te permite ser autosuficiente y no depender de los demás, y te pone en una posición en la que eres tú el que decide en qué casos pedir ayuda externa en vez de verte obligado a hacerlo siempre.
Ventaja #3: Tener muchas pasiones te hace único en el mercado
Una de las pregunta más importantes que debes que hacerte si quieres que te vaya bien a nivel profesional es:
“¿Por qué debería alguien elegirme a mí en vez de a cualquiera de las otras opciones que hay en el mercado?”
Al fin y al cabo, lo más normal es que haya cientos de personas con la misma formación y experiencia que tú (o incluso más), así que necesitas aportar algo diferente si quieres destacar.
Existen muchas maneras de conseguir esto, pero una de mis favoritas es tener una combinación única de habilidades profesionales.
Piénsalo…
Cuando eres un especialista puro que ha dedicado toda su vida a lo mismo, sólo puedes diferenciarte de otros candidatos similares en base a tu nivel de competencia, que suele ser algo difícil de medir.
Sin embargo, cuando eres una persona con múltiples intereses (y por tanto con múltiples habilidades), esa mezcla de conocimientos te permite aportar cosas que nadie más puede aportar y te hace destacar entre el resto de opciones.
Por ejemplo, imagínate que estoy desarrollando una herramienta de marketing online para ayudar a clínicas dentales a conseguir más pacientes por e-mail y necesito contratar a un programador web.
Probablemente encuentre varios candidatos que saben programar, unos con más experiencia y otros con menos, unos mejores y otros peores (eso ya lo tendré que juzgar yo).
Pero si tú sabes programar y además sabes de marketing, porque es un campo que te apasiona y tuviste un pequeño negocio por Internet en el pasado, ten por seguro que voy a leer tu solicitud con especial atención.
Y es que el hecho de que no sólo sepas programar sino que además entiendas de marketing online, esa combinación de habilidades, te va a permitir aportar un valor adicional a la empresa que no pueden aportar otros programadores… en el sentido de que tú no sólo vas a escribir código, sino que vas a poder aportar buenas ideas al producto porque conoces el sector y las necesidades de los usuarios de la herramienta.
Otro ejemplo, esta vez real: Vivir al Máximo.
Existen miles de blogs similares, pero lo que hace que el mío destaque entre todos ellos y tenga más de 200.000 visitas mensuales son mis artículos.
Según mis lectores, mi cualidad diferencial es que “estructuro las ideas muy bien y soy capaz de explicar conceptos complejos de una manera sencilla y cercana, que les permite conectar conmigo a nivel personal”.
Pero si te fijas, esto no es una habilidad profesional como tal.
Yo no he hecho ningún curso de “escritura sencilla y cercana”, sino que mi estilo es la combinación de varias de mis habilidades e intereses:
- Mi formación como programador, que me ha enseñado a expresarme de una manera lógica y ordenada
- Mi pasión por la lectura, que me ha ayudado a redactar bien
- Mi curiosidad y mi amor por aprender, que me hace que no me canse de descubrir temas nuevos e interesantes sobre los que publicar
- Mi entusiasmo por el copywriting y la escritura, que han hecho que me forme por mi cuenta en este campo y ha enseñado principios y técnicas para escribir mejor
Como ves, el tener múltiples pasiones puede ser un activo muy valioso, porque tu combinación particular de intereses y conocimientos te hace único en el mercado.
Así que ya sabes: ¡aprovéchala!
5 maneras de enfocar tu carrera profesional cuando no tienes una única vocación
Después del apartado anterior, espero haberte convencido de que tener muchas pasiones no sólo no es malo, sino que tiene muchas ventajas.
Pero lo cierto es que todavía no he respondido a la gran pregunta que seguramente te estés haciendo ahora mismo, que es cómo orientar tu vida profesional.
Porque cuando tienes una vocación clara como mi amigo Jaime es muy sencillo.
Te dedicas a eso, y punto.
El problema viene cuando te gustan muchas cosas.
¿Qué es lo que tienes que hacer en ese caso?
¿Buscar un trabajo que las combine todas?
¿Dedicarte a la que te interese más?
Pues la respuesta es que existen varias opciones, varios enfoques que le puedes dar a tu carrera profesional, y a continuación voy a explicarte cuáles son para que puedas elegir el que más se ajuste a tu situación y personalidad.
Opción #1: Un único proyecto o trabajo que te permita hacer muchas cosas diferentes
La manera más directa de compatibilizar todas tus pasiones con tu vida profesional es encontrar un trabajo o empezar un negocio que sea polifacético y que te permita hacer muchas cosas que te gusten.
Quizá hace unos años esto fuese imposible, pero hoy en día tienes varias posibilidades:
- Dedicarte a una profesión multidisciplinar. Existen profesiones que, por su naturaleza, requieren que hagas tareas muy diferentes. Por ejemplo, un asistente virtual suele ocuparse de la contabilidad, la atención al cliente, la gestión de proyectos, la maquetación de artículos en Wordpress y muchas cosas más.
- Trabajar en una empresa donde tengas que hacer de todo. Normalmente, las startups y pequeñas empresas no pueden permitirse el contratar a especialistas, sino que todos los empleados tienen que hacer lo que toque en cada momento. En este tipo de compañías, aunque tengas un rol definido lo habitual es que tengas que participar y colaborar con otros departamentos, lo cual te servirá para satisfacer tu necesidad de variedad.
- Crear tu propio negocio. Empezar un proyecto propio, sea cual sea, implica ocuparse de un montón de cosas diferentes, así que no te va a quedar más remedio que acostumbrarte a hacer de todo, por lo menos al principio. La verdad es que no conozco un camino más multidisciplinar que emprender.
Opción #2: Varios trabajos o proyectos diferentes, cada uno centrado en una pasión
Si no puedes combinar todos tus intereses dentro de un único proyecto o trabajo, lo que puedes hacer es tener distintos proyectos y/o trabajos, y que cada uno de ellos te permita explorar intereses diferentes.
Esta es la estrategia que lleva siguiendo desde hace muchos años mi amigo Pau Forner, que durante una etapa de su vida trabajaba en el departamento de marketing de una empresa farmacéutica, daba clases de seducción algunos fines de semana, gestionaba varias páginas nicho y escribía en su blog de habilidades sociales al mismo tiempo.
Según él, esto le impedía que se aburriese, porque cuando se cansa de un proyecto puede trabajar en otro totalmente diferente.
También es la opción que ha elegido otro amigo mío, Joan Tubau, que da clases de economía en la universidad, hace trabajos de publicidad y copywriting para algunos clientes, y aparte tiene un curso online de carrera profesional.
Como ves, tres cosas totalmente diferentes que responden a sus distintas pasiones.
Opción #3: Varios trabajos o proyectos diferentes, uno después de otro de manera secuencial
El que tengas muchas pasiones e intereses no quiere decir que tengas que explorarlas todas a la vez, como proponen las opciones #1 y #2.
También tienes la opción de explorarlas de una en una, de manera secuencial.
No hay que olvidar que la vida es muy larga, y que si aprovechamos bien el tiempo puede dar para mucho.
Por ejemplo, en mi caso, una de mis grandes pasiones es la programación, así que estudié Ingeniería Informática en la universidad y luego estuve 4 años trabajando como programador.
Después de eso, decidí abandonar ese camino y centrarme en otras de mis pasiones, y llevo desde 2012 viajando y ganándome la vida con mis negocios online.
¿Qué haré en el futuro?
Pues no tengo ni idea, pero no descarto dedicarme a algo totalmente diferente y que también me llame la atención.
Opción #4: Fuente de ingresos principal que te deje tiempo para tus otras pasiones
No todas tus pasiones tienen por qué ser rentables económicamente. E incluso si lo son, es posible que quieras mantenerlos como hobbies.
Por ejemplo, puede que te encanten el tenis o la cocina, pero que ni se te pase por la imaginación convertirte en jugador profesional, abrir un restaurante o dar clases de ningún tipo.
En ese caso, tu mejor opción para poder hacer lo que te gusta, es encontrar (o crear) una fuente de ingresos que te deje suficiente tiempo libre para explorar esas pasiones que no te dan dinero.
Una persona que ha seguido esta estrategia es Pau Ninja, que tiene varias páginas nicho completamente delegadas que le generan ingresos pasivos cada mes, y eso le permite dedicar su tiempo libre a aprender idiomas, bailar lindy hop, aprender a hacer café y cócteles, estudiar sobre fiscalidad internacional, viajar por el mundo y muchas cosas más.
Otra persona que ha elegido esta opción es mi padre, que hasta hace poco era catedrático de inglés en un instituto nocturno de Cáceres (ahora está jubilado). Trabajaba por la noche y nunca tenía más de 3-4 horas de clase al día, lo cual le permitía salir a montar en bicicleta, gestionar su empresa de contabilidad e incluso se sacó la carrera de filosofía francesa simplemente porque le apetecía.
Opción #5: Un híbrido de las opciones anteriores
La última opción que te propongo es darle a tu carrera profesional el enfoque que tú prefieras combinando las 4 opciones anteriores.
A nivel práctico, esto es lo más realista, y de hecho si analizas a fondo la trayectoria de las personas que he puesto de ejemplo, verás que ninguna sigue las estrategia que he explicado a rajatabla, sino que mezclan varias de ellas.
Por ejemplo, varias de las fuentes de ingresos de Pau Forner son bastante pasivas, lo cual le deja tiempo libre para los demás proyectos (opción #4), que en muchos casos son bastante multidisciplinares (opción #1), y con el paso de los años va acabando algunos proyectos y empezando otros nuevos (opción #3).
Yo, después de mi época como programador, empecé Vivir al Máximo, que es un negocio que me permite hacer un montón de cosas distintas que me encantan (opción #1), dedicarme a varios subproyectos simultáneamente (opción #2) y que también me deja tiempo para otros hobbies (opción #4).
Y por último, mi padre ha estado muchos años dedicándose a la vez a dos proyectos muy diferentes, el ser profesor y crear un software de contabilidad para Mac (opción #2), antes de eso había hecho otras cosas como dar clases de programación (opción #3), y en su empresa ha ocupado multitud de roles diferentes, desde vendedor a encargado de atención al cliente (opción #1).
Como puedes ver, combinar varias estrategias no sólo es factible, sino que es lo más común hoy en día, y esta para mí es la grandeza de la época en la que vivimos.
Tenemos la suerte de poder disponer de más opciones que nunca para crear una vida personal y profesional nuestra medida.
Y justamente eso es lo que espero que hagas tú después de leer este artículo:
Crear una carrera profesional que sea compatible con todas tus pasiones e intereses, y que te haga profundamente feliz.
Conclusión: Crea una carrera profesional alineada con tu forma de ser
Todos los seres humanos somos diferentes.
Hay personas que sienten una vocación muy fuerte por algo y a los que no les importa dedicarse a eso durante toda su vida, y también hay personas que tenemos muchas pasiones y que llevamos en nuestro ADN el hacer cosas diferentes continuamente para no aburrirnos.
La realidad es que ninguno de estos dos perfiles es mejor que el otro.
Los dos son necesarios en el mundo, y lo importante no es cuál de ellos tengas tú, sino que aceptes tu naturaleza –sea cual sea– y que trates de encontrar un camino que se adapte a quien tú eres.
Desgraciadamente, cada vez me encuentro a más lectores y amigos que pertenecen al segundo grupo, el de personas con múltiples pasiones e intereses, y que están obsesionados con “encontrar su verdadera vocación” o resignados a especializarse en un único campo.
Si tú eres uno de ellos, ¡detente!
Deja de ir en contra de ti mismo y empieza a crear carrera profesional que esté alineada con su forma de ser.
Y es que si tu naturaleza es hacer muchas cosas tienes que buscar la manera, porque la alternativa es hacer sólo una y ser infeliz el resto de tu vida pensando en todo lo que te gustaría haber hecho.
En este artículo te he demostrado que es posible y te he dado varias estrategias para conseguirlo.
Espero que te sirvan de guía si –como yo y como tantos otros– no tienes una única pasión.
Y si quieres que mi equipo y yo te ayudemos de una manera más personalizada a elegir la estrategia más adecuada para ti y a implementarla, no olvides echarle un vistazo a Encuentra tu Camino: nuestro programa tutorizado de 12 semanas para encontrar una opción de futuro que encaje contigo y que te permita llevar una vida a tu medida.