Vivimos en una época única de la historia. Nunca antes habíamos tenido tantas opciones a nuestro alcance. Vivir en cualquier país del mundo, estudiar cientos de carreras diferentes en la universidad, crear un negocio que impacte a miles de personas… las posibilidades son prácticamente infinitas.
Disfrutar de tanta variedad de oportunidades y tener libertad de elegir entre ellas es fantástico, pero también plantea una serie de desafíos para lo que nadie nos ha preparado.
Lo sé porque cada semana me llegan e-mails de lectores en una de las siguientes situaciones:
- Están bloqueados. Tienen tantas alternativas entre las que pueden escoger, que son incapaces de tomar una decisión.
- Se sienten insatisfechos. Ya tomaron una decisión, pero piensan que se equivocaron y que había mejores ahí fuera.
- No avanzan. Saltan de un proyecto a otro continuamente, y al final no progresan en ninguno.
Estos tres problemas son una consecuencia directa de esa “sobredosis” de opciones que he mencionado, y debes evitar caer en ellos si quieres tener éxito creando tu propio camino.
Yo también tengo que enfrentarme a decisiones difíciles cada día, tanto a en mi vida personal como en mi negocio, y por eso a lo largo de los últimos años he interiorizado una serie de reglas que me ayudan a escoger la alternativa correcta y no sentirme abrumado.
En el post de hoy quiero compartir contigo cuáles son, con la esperanza de que alguna de ellas te ayude ahora o en el futuro 🙂
1. Decide qué es lo que quieres
En la mayoría de los casos, ser incapaz de elegir entre varias opciones no es más que un síntoma de que no tienes claro lo que quieres. Y es que, como le dice el Minino de Cheshire a Alicia, si no sabes cuál es tu destino tampoco puedes saber qué camino tomar para llegar allí.
Debes entender que no todos los caminos tienen la capacidad de llevarte a todos los lugares. Si aceptas un puesto de consultor en una cárnica, es muy poco probable que acabes siendo millonario. Y es totalmente imposible que tengas la libertad de levantarte cada día a la hora que tú decidas.
En otras palabras: para conseguir limones necesitas plantar un limonero, no un manzano.
Por eso, empieza por definir qué es lo quieres. Una vez que lo tengas claro, elegir te resultará mucho más sencillo: elige entre varias opciones la mejor alternativa para alcanzar tus objetivos y céntrate en seguir ese camino.
2. Recuerda que la vida es muy larga
Además de las personas que no saben lo que quieren, están las personas que sí lo saben, pero que se bloquean porque quieren demasiadas cosas y no saben cuál de ellas escoger.
Si perteneces a este grupo es muy probable que tu agobio se deba a que crees que tienes que hacerlo todo ahora, cuando en realidad no es así.
La vida es larga. Si eres joven seguramente te queden 50 o 60 o incluso 70 años más por aquí, que dan para mucho. Es cierto que no puedes aprender inglés, crear un negocio y formar una familia a la vez, pero sí que puedes hacer todas esas cosas y muchas más una por una, a lo largo de los años.
Mi consejo, por tanto, es que te relajes y empieces a pensar más a largo plazo.
Elige uno de tus objetivos y ponte a trabajar en él. Cuando lo completes ponte con el siguiente, luego con el siguiente… y así continuamente. Lo importante es que no te quedes paralizado.
3. Prioriza tus metas correctamente
Ya hemos visto que la vida es larga y que hay tiempo de sobra para hacer muchas cosas, pero que no puedes hacerlas todas a la vez.
La pregunta, por tanto, es:
¿En qué orden recorrer los distintos caminos que te interesan? ¿Qué deberías hacer ahora y qué deberías dejar para más adelante?
Yo siempre tengo en cuenta dos factores para decidir:
- Edad. Hay actividades a las que se les saca más partido o que sólo se pueden realizar a una cierta edad. Por eso, trato de hacer cada cosa a su tiempo, sin saltarme ni adelantar fases de mi vida. Viajo todo lo que puedo ahora que soy joven y no tengo compromisos, porque sé que en el futuro seguramente sea más complicado.
- Impacto. Siempre “ataco” primero aquellos objetivos que, una vez conseguidos, me van a ayudar a conseguir todos los demás. De esta forma se produce un “efecto dominó” que me permite obtener mejores resultados con menos esfuerzo y sacarle el máximo partido a mi tiempo.
Obviamente, también miro otras cosas, pero el impacto que esa decisión va a tener en el resto de mi vida y el que sea algo adecuado para mi edad actual son siempre las principales.
4. Minimiza tus probabilidades de tomar decisiones erróneas
Mucha gente no se atreve a elegir entre una opción u otra por miedo a equivocarse.
Este miedo es perfectamente normal cuando te haces preguntas cómo:
- ¿Qué carrera elijo?
- ¿Me compro una casa o vivo de alquiler?
- ¿Debería tener un hijo o no es un buen momento?
Todas estas decisiones implican una fuerte inversión de recursos y no son fácilmente reversibles.
Si tomas uno de estos caminos te verás obligado a renunciar a muchos otros, y por eso una mala elección puede ser fatal.
Desafortunadamente, es imposible saber con certeza absoluta si una decisión es correcta antes de tomarla. Esto es algo que sólo se puede evaluar con el paso del tiempo, mirando hacia atrás.
Lo que sí que es posible es reducir la posibilidad de meter la pata, y sobre todo eliminar todas aquellas opciones que claramente no te convienen.
Estos son algunos consejos para conseguirlo:
- Siempre que puedas, mantén tus opciones abiertas. Las cosas cambian rápidamente y lo que te gustaba ahora puede que deje de gustarte en unos años, así que… ¿por qué comprometer tu futuro si no es necesario? Alquila en vez de comprar y mantén siempre un buffer de tiempo y dinero que te permita aprovechar cualquier buena oportunidad inesperada que se te presente.
- Haz pequeños compromisos y deja que evolucionen de manera natural. Igual que cuando conoces en un bar a un chico que te gusta no te casas con él directamente sino que primero tenéis una cita, luego os hacéis novios, luego os vais a vivir juntos, etc., si te llama la atención la pintura no tiene sentido que te metas a Bellas Artes a las primeras de cambio. Mejor cómprate algo de material y pinta por tu cuenta, léete algún libro sobre el tema, apúntate a alguna clase… Si después de eso sigues pensando que dedicar 4 años a estudiar la carrera te compensa y que ese es el mejor camino para conseguir tus objetivos, entonces adelante, pero no comprometas un pedazo de tu vida a la ligera.
- Pregunta a otros que ya hayan pasado por ahí. Muchas veces no es posible probar antes de comprometerse, como a la hora de tener un hijo. En ese caso, pídele a varias personas de confianza que ya hayan tomado esa decisión que te cuenten qué es lo mejor, lo peor y lo que más les ha sorprendido. Luego, analiza cuidadosamente si eso es lo que quieres y, sobre todo, si te merece la pena renunciar a todo lo que vas a tener que renunciar.
Al final, cuando sabes la verdad puedes elegir que hacer con ella. Por eso es importante ver qué verdad hay tras cada una de las opciones y ver si es lo que tú pensabas.
Eso sí, incluso si aplicas lo anterior a la perfección, habrá veces en que tomarás decisiones erróneas. Es algo inevitable y una parte de la vida. Lo importante es que, cuando eso ocurra, no tengas miedo en cambiar de rumbo.
No caigas en la falacia del costo hundido y hagas como esos jóvenes que después del primer curso de carrera se dan cuenta de que han elegido mal, pero por no perder un año siguen estudiándola. Mejor “perder” 12 meses que labrarte un futuro profesional en algo que no te interesa.
5. Define cuánto es suficiente
A veces nos bloqueamos o nos pasamos meses y meses planeando una decisión porque estamos obsesionados con elegir la mejor alternativa. El problema es que en la mayoría de los casos esto es un error, ya que hoy en día tenemos tantas opciones a nuestra disposición que suele ser imposible saber con seguridad cuál es la mejor de todas.
Piensa en tu pareja, por ejemplo. ¿Cómo puedes determinar quién es tu hombre o mujer ideal, si hay millones en todo el mundo y no tienes tiempo de conocerlos a todos?
¿O cómo puedes tener la certeza de que no podrías encontrar algo que te hiciese más feliz que tu ocupación actual, incluso si en este momento estás satisfecho con tu trabajo?
¡Es imposible!
Si sólo buscas lo mejor te será muy difícil elegir, vivirás dando tumbos, y estarás cambiando de camino dos por tres sin comprometerte con nada. Además, te sentirás frustrado ya que, elijas lo que elijas (incluso si eliges bien), siempre te quedará el remordimiento y la duda de que quizá existía una opción superior que has pasado por alto.
La solución consiste en dejar de obsesionarse con “lo mejor” y en vez de eso buscar algo que sea “suficientemente bueno”, es decir, que cumpla tus expectativas.
Si vas a cenar a un restaurante y la comida está buenísima, ¿qué más te da que sea el mejor de la ciudad?
Si te encanta tu chico y eres feliz con él, ¿qué más te da que existan otros con mejores cualidades?
Si estás contento haciendo lo que haces, ¿qué más te da que existan alternativas superiores?
Cuando empiezas a pensar de esta manera, escoger entre millones de opciones de pronto se vuelve mucho más sencillo.
Resumiendo
En este artículo he compartido contigo las 5 reglas que me ayudan a decidir cuando tengo que escoger entre varias alternativas.
Aquí tienes un resumen rápido de las mismas:
- Ten claro qué es lo que quieres, y toma únicamente decisiones que te acerquen a ello lo más rápido posible
- No trates de hacerlo todo a la vez. La vida es larga, así que tienes tiempo para conseguir muchas cosas
- Haz ahora aquello que vaya a tener un mayor impacto en tu futuro y que más encaje con tu edad actual
- Reduce tus probabilidades de tomar una decisión errónea manteniendo tus opciones abiertas, probando antes de comprometerte y hablando con gente que ya haya pasado por donde tu quieres pasar
- No te obsesiones con elegir LA MEJOR alternativa. En vez de eso, define tus criterios para sentirte satisfecho y feliz con tu elección y quédate con la primera opción que encuentres que los cumpla
Si conoces a alguien a quien podría resultarle útil esta información no dudes en compartirla con él o ella 🙂
¡Muchas gracias!
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Y tú, ¿qué haces cuando tienes millones de caminos delante de ti y no sabes cuál tomar? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!
Foto: hombre confundido elige un camino